06 marzo 2021

Cómo prevenir el deterioro del cerebro con estas 3 vitaminas beneficiosas

 

vitaminas que te ayudarán a prevenir el deterioro del cerebro

El cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Por este motivo hay que ser cuidadosos con él y con los componentes que le suministramos a través de la ingesta de alimentos o medicamentos, puesto que muchos de ellos pueden afectarlo negativamente. El día de hoy aprenderás cómo prevenir el deterioro del cerebro con estas 3 vitaminas extremadamente beneficiosas.


Los estudios hablan por sí mismos

Algunos estudios han señalado que 1 de cada 5 personas sufren problemas asociados al cerebro como, por ejemplo, demencia o Alzheimer. Lo peor de todo es que dichas consecuencias aparecen justo antes de alcanzar los 70 años y, como bien debes saber, muchos de estos problemas no tienen cura.

A pesar de que las afecciones del cerebro, en su mayoría, son incurables, es posible evitar algunas de ellas cuidándonos desde temprana edad. A continuación te diremos cuáles son las 3 vitaminas extremadamente beneficiosas que te ayudarán a evitar el deterioro de tu cerebro.

Vitamina B9, B6 y B12

La primera vitamina que deberás agregar a tu dieta alimenticia, si deseas proteger tu cerebro del deterioro cognitivo, es la vitamina B9. Este componente también es conocido como ácido fólico, folacina, folato o ácido pteroil-L-glutámico.

vitaina b9 para prevenir el deterioro del cerebro

Si bien hay vitaminas de este tipo en formato cápsulas, es importante que también agregues el ácido fólico a tu organismo a través de alimentos ricos en él. Un claro ejemplo de algunos de ellos son las legumbres, como los garbanzos o las lentejas; los vegetales que tengan hojas de color verde, tales como la espinaca o los guisantes; los cereales y, finalmente, los frutos secos.

Si los alimentos mencionados anteriormente no son de tu agrado, ¡tranquilo! Aún quedan 2 vitaminas extremadamente beneficiosas para prevenir el deterioro del cerebro. La próxima es la vitamina B6, también conocida como piridoxina.

previene el deterioro del cerebro con la vitamina b6

Esta vitamina tiene características hidrosolubles, lo que quiere decir que tu cuerpo la elimina a través de la orina, así que es sumamente importante que añadas alimentos ricos en ella para reponerla. Si te preguntas qué alimentos contienen vitamina B6 a continuación conocerás algunos de ellos: las sardinas, el salmón, la langosta, el atún, el besugo, la trucha, las nueces, las judías blancas, el plátano, la carne de cerdo, la morcilla, el aguacate, el tocino, el maíz y muchísimos más.

Para finalizar, llega el momento de hablar sobre la última vitamina: la cobalamina o vitamina B12. Esta es una de las más importantes en cuanto a funciones del cerebro se refiere.

vitamina b12 para prevenir el deterioro cognitivo

Si quieres agregarle a tu dieta alimenticia la cantidad justa de vitamina B12 para prevenir el deterioro del cerebro deberás comer: almejas, hígado de res, salmón ahumado, atún, cangrejo de río, langosta, camarones, cereales fortificados, carne de res, queso parmesano, huevo (de gallina, de ganso, de pato, de pavo o de codorniz), pulpo, entre otros.

Con tan solo añadir a tu dieta los alimentos mencionados anteriormente podrás prepararte para el futuro y, cuando llegue el momento de alcanzar la vejez, entenderás que haber seguido una dieta rica en las vitaminas B6, B9 y B12 trajo resultados positivos a tu organismo pero, sobre todo, a tu cerebro.

6 comportamientos de las personas emocionalmente maduras

 

personas emocionalmente maduras

¿Te encuentras rodeado de personas que consideras “inmaduras”? ¿Sabes distinguir a las personas emocionalmente maduras? La madurez emocional no es exactamente lo mismo que la madurez estándar. En cambio, se refiere específicamente a la capacidad de uno para manejar situaciones negativas o estresantes sin causar una escalada innecesaria.


Suena simple, pero si alguna vez te has encontrado en una situación tensa que involucra a varias personas nada contentas, entonces sabrás que es mucho más difícil disipar una mala situación que terminar diciendo algo incorrecto o dejar que tus sentimientos se lleven lo mejor de ti.


Las personas emocionalmente maduras también tienden a tener relaciones positivas y saludables con los demás, y tienden a ser más felices en general. Combinados, todos estos factores son suficientes para hacer que cualquiera se esfuerce por alcanzar esta madurez.

1 – Son conscientes de sus necesidades y emociones

Para ser emocionalmente maduro, uno debe ser consciente de sus sentimientos, necesidades y pensamientos. Así es como las personas emocionalmente maduras pueden hacer esto con facilidad:

Reconocen necesidades y sentimientos

Es fácil cerrarnos cuando sentimos emociones negativas. Pero es esencial estar al tanto de ellas en primer lugar. Negar las emociones solo causará problemas internalizados o causará estragos y explosiones eventualmente.

Ponen las cosas en perspectiva

Las personas emocionalmente maduras conocen sus privilegios, y regularmente se controlan y cambian sus perspectivas para darse cuenta de que tienen suerte en comparación con todos los demás.

Por supuesto, el sufrimiento y la tristeza no son competencias, y no importa cuán “buena” sea tu situación, te puedes molestar cuando las cosas van mal. Pero también ayuda mucho que recuerdes todas las cosas buenas de tu vida cuando tienes que lidiar con sentimientos fuertes.

No se toman las cosas personalmente

Las personas emocionalmente maduras nunca caen en el hábito de pensar que el mundo está en su contra. ¡Sus egos no son tan grandes como para creer que el mundo gira en torno a ellos!

Tampoco transforman las cosas en algo personal

Cuando una persona madura emocionalmente se encuentra con un conflicto, no salta a un modo defensivo donde toma todo como un ataque personal. Dejan de lado su orgullo (dentro de lo razonable, por supuesto) y se comunican con honestidad y empatía, para resolver bien el problema.

No dejan que sus emociones los controlen

Cuando alguien es consciente de cómo se siente, puede evitar que sus emociones tomen el control de sus acciones. Por otro lado, reprimir las emociones también puede hacer que te influyan inconscientemente, lo cual es algo que no le sucede a las personas emocionalmente maduras.

2 – Son positivos pero realistas

El optimismo es beneficioso en la vida cotidiana, y las personas emocionalmente maduras tienden a poner el pensamiento positivo por encima de una mentalidad de pesimismo. Son brillantes y felices la mayor parte del tiempo, lo que los hace agradables, y no dejan que nada los deprima por mucho tiempo.

Pero esto no significa que estos individuos sean idealistas sin esperanza con la mente en las nubes. Es todo lo contrario. Son realistas sobre las situaciones en las que se encuentran y las ven de manera precisa.

Aun así, usan el pensamiento positivo para enfocarse en los aspectos correctos, o en cómo pueden esforzarse para resolver problemas y mejorar situaciones. No se quedan atrapados en su tristeza. Al lo contrario, las personas emocionalmente maduras:

  • Se mantienen con los pies en el suelo, y aceptan la realidad
  • Comprenden que la vida no puede ser solamente sucesos positivos o negativos, sino un equilibrios de ambos
  • Miran hacia el futuro, preparados para los buenos tiempos y para los desafíos que sin duda surgirán
  • Están decididos a sacar el máximo provecho de las malas situaciones y a encontrar el lado positivo en cada momento de adversidad
  • Asumen lo mejor de quienes los rodean, salvo aquellos que han demostrado ser poco confiables anteriormente
  • Se sienten agradecidos naturalmente por las cosas pequeñas en su vida cotidiana

3 – Son flexibles y de mente abierta

Una persona emocionalmente madura sabe que sus puntos de vista no son la verdad absoluta. Se mantienen flexibles y siempre están abiertos a escuchar nuevas ideas y opiniones, incluso aquellas que chocan con sus pensamientos.

Investigaciones han demostrado que las personas de mente abierta a menudo son más felices en general, tienen un mejor pensamiento positivo y mejores habilidades de manejo de conflictos.

Por supuesto, hay un límite para la mentalidad abierta. No estamos diciendo que las personas emocionalmente maduras toleran lo intolerable, por ejemplo. Pero incluso en estas situaciones, mantienen cierto grado de curiosidad. Su objetivo es comprender las causas detrás de estos puntos de vista para poder hablar a favor o en contra de ellos.

4 – Preguntan antes de hablar

Es posible que conozcas personas en tu vida que hablan y hablan y hablan, pero siempre parecen no escuchar lo que tienes para decir. Estas personas no son emocionalmente maduras, ya que están más interesadas en sí mismas que en otras personas, poniéndose por encima de los demás.

Por otro lado, una persona emocionalmente madura escucha y observa antes de reaccionar. Siempre piensan antes de hablar o actuar, reuniendo pistas del contexto y hechos del discurso de las personas y el entorno antes de hacer un movimiento que han considerado cuidadosamente. Controlan sus impulsos, lo que evita cualquier arrebato emocional.

Además de eso, las personas emocionalmente maduras no escuchan para probar sus puntos de vista, ellos tratan de entender y relacionarse. El hecho de que escuchar sea dos veces más complicado que el acto de hablar es una de las razones por las cuales muchas personas no cumplen con éxito este rasgo positivo.

5 – Son honestos

Cuando alguien es emocionalmente maduro, también es emocionalmente honesto. Debido a que están tan en sintonía consigo mismos, no tienen problemas para estar en contacto con sus sentimientos y, por lo tanto, pueden comprenderse a sí mismos y ser honestos sobre sus pensamientos sinceros.

También ven que otros aprecian la honestidad de ellos y que la honestidad es crucial para una comunicación efectiva y positiva. Aquí hay algunas formas en que las personas emocionalmente maduras son honestas:

Integros

Una persona emocionalmente madura está comprometida con una vida de integridad. Quieren trabajar solo con la verdad, y nada más que la verdad, incluso si esa verdad duele. Son honestos con los demás y con ellos mismos, basándose en hechos.

También esperan honestidad de los demás, por lo que tienen una mente abierta para escuchar todo tipo de comentarios e información.

Sinceros

Una persona emocionalmente madura es sincera. No sienten la necesidad de pretender ser alguien que no son. No llevan máscaras. De hecho, muestran su verdadero yo y están orgullosos de sus propias identidades.

Aceptan asistencia

Para muchas personas, ser honesto y admitir que necesitan ayuda puede ser difícil. Pero aceptar que esta ayuda es necesaria es parte de vivir honestamente, y las personas emocionalmente maduras no dejan que su orgullo les impida buscar ayuda. No tengas miedo de buscar ayuda, ya sea física o emocional. ¡La gente apreciará que estés abierto a ellos!

No dicen mentiras piadosas

Las personas emocionalmente maduras dicen las cosas como las ven y no intentan cuidar los sentimientos de los demás con mentiras. Sin embargo, esto no significa que una persona emocionalmente madura no tenga sensibilidad. Pueden ser amables y dejar que alguien sepa la verdad de manera suave, pero no ven ningún beneficio en las mentiras piadosas.

Ser vulnerable da miedo, pero una persona emocionalmente madura ha aprendido a superar ese miedo. Se sienten cómodos con sus lados buenos, lados malos y defectos, y no tienen miedo de ser abiertos sobre sus vidas y quiénes son.

Pueden ser reales contigo y generar confianza con quienes los rodean. La vulnerabilidad también puede ayudar al pensamiento positivo, promoviendo una mejor salud mental.

6 – Asumen la responsabilidad cuando están equivocados

Cuando alguien carece de madurez emocional, es posible que no pueda aceptar cuando está equivocado y asumir la responsabilidad de lo que haya causado o lo que haya sucedido. Alguien que carece de esa madurez puede:

  • Ponerse directamente a la defensiva
  • Desviar la culpa
  • Señalar con el dedo
  • Poner excusas
  • Centrarse en proteger sus egos

Pero esto muestra una falta de madurez masiva porque significa que esta persona no está dispuesta a hacer las cosas bien, todo por su orgullo. Es una acción egoísta y es la marca de alguien que no ha madurado emocionalmente. Aquí hay algunas formas de cómo reaccionan a sus errores quienes han madurado emocionalmente:

Admiten

Si alguien le sugiere que ha hecho algo mal, una persona emocionalmente madura considera el tema con seriedad. No tienen interés en luchar para demostrar su inocencia y ofrecerán una disculpa cortés.

No sienten una necesidad intensa de estar en lo cierto todo el tiempo, lo que a menudo afecta a quienes son menos maduros, por lo que no pierden el tiempo tratando desesperadamente de probar su inocencia.

Reconocen

A veces, las personas emocionalmente maduras se dan cuenta con mucha anticipación cuando sus acciones no son las correctas. Tienen un nivel de autoconciencia que les permite ver y admitir las fallas rápidamente, por lo que pueden reconocer el problema y compensarlo de inmediato de una manera positiva.

Son responsables

Las personas emocionalmente maduras nunca culpan a otros por sus problemas. No culpan al tráfico o al clima, no culpan a las personas que los rodean, y ni siquiera culpan a los que también son parcialmente responsables. Se hacen responsables y toman responsabilidad de sus errores, sin importar cuán menores sean.

No da excusas

A menos que haya una justificación válida, o si ha habido un malentendido, una persona emocionalmente madura nunca tendrá ninguna razón para dar excusas. Saben que no importa por qué hicieron algo mal, lo único que importa es que lo hicieron en primer lugar.

Internalizan sus prejuicios

Las personas emocionalmente maduras saben que tienen preferencias innatas y que, como seres humanos, pueden ser irracionales e imperfectos. Los prejuicios a menudo se internalizan y pueden ser difíciles de romper.

Por lo tanto, las personas maduras tienen esto en cuenta cuando interactúan con otros y se aseguran de controlarse a sí mismos y tener más cuidado con los temas que tienden a presionar algún desencadenante.

Los placeres a corto plazo son tan importantes como los objetivos de vida

Placeres a corto plazo tan importantes como objetivos de vida

Cuando se trata de empezar a construir una vida que nos traiga satisfacción y bienestar, muchos de nosotros nos centramos en las metas a largo plazo. Qué tipo de trabajo queremos tener, si queremos formar una familia, cómo desarrollar habilidades en algún pasatiempo o interés. Sin embargo, pasamos por alto los simples placeres a corto plazo.


Como tal, a menudo intentamos evitar estos pequeños placeres, considerándolos una distracción de nuestros objetivos más importantes. Pero de acuerdo con un estudio publicado en el Personality and Social Psychology Bulletin, la búsqueda de esos pequeños placeres inmediatos podría ser igual de importante que las metas a largo plazo.

La capacidad de disfrutar e involucrarse en placeres a corto plazo podría no ser igual en todos. En otras palabras, para algunos podría ser más complicado disfrutar pequeñas metas a corto plazo ya que están demasiado enfocados en las de largo plazo. 

Estudios explican la importancia de perseguir placeres a corto plazo y la capacidad hedónica

En el primer estudio, el equipo desarrolló una escala de autoinforme para evaluar las diferencias individuales en esta capacidad para perseguir metas “hedónicas”. 

Las preguntas midieron la capacidad hedónica o qué tan bien se las arreglaban las personas para perseguir placeres a corto plazo. Y midieron también los pensamientos intrusivos sobre objetivos a largo plazo mientras se dedicaban a placeres a corto plazo.

En el siguiente par de estudios, el equipo utilizó la escala para investigar si las personas con capacidad hedónica alta o baja experimentaban un mayor bienestar. 

En el primero, los participantes respondieron preguntas de la escala de bienestar de la Organización Mundial de la Salud, que mide el bienestar cognitivo y emocional. Mientras que en el segundo, los participantes completaron la escala de Satisfacción con la Vida, calificándose a sí mismos en ítems como “en la mayoría de los casos, mi vida está cerca de mi ideal”. 

En ambos se evaluaron la capacidad hedónica y el autocontrol, así como los síntomas físicos (mareos y desmayos), incluidos los de depresión y ansiedad.

La capacidad hedónica de los participantes se relacionó de manera significativa y positiva tanto con el bienestar general como con la satisfacción con la vida. Es decir, las personas con una mayor capacidad para perseguir placeres a corto plazo también fueron más felices en sus vidas

El autocontrol (que es necesario para lograr metas a largo plazo) también se asoció positivamente con el bienestar, pero el efecto de la capacidad hedónica fue mayor. Una mayor capacidad hedónica también se relacionó con menor presencia de síntomas físicos.

En un tercer estudio, se midió la capacidad hedónica en el momento antes de que los participantes realizaran una sesión de relajación de diez minutos. Durante la cual indicaron cuántos pensamientos intrusivos experimentaron. Antes y después de esta sesión, los participantes calificaron cuán relajados, tensos o alertas se sentían. 

Como era de esperar, aquellos con niveles más altos de capacidad hedónica experimentaron menos pensamientos intrusivos durante la fase de relajación. Además, las personas que experimentaron pensamientos más intrusivos no encontraron la sesión tan relajante como las que no.

Para explorar los hallazgos en un entorno de la vida real, un cuarto estudio reclutó participantes en contextos específicos, por ejemplo, un café, un parque o una clase de yoga. Los participantes completaron una encuesta que evaluaba su capacidad hedónica y de autocontrol. Y también indicaron cuánto estaban disfrutando en el momento y sus razones para estar allí. 

Los compañeros de los participantes también completaron un cuestionario en el que juzgaban el placer de los participantes en el momento. Nuevamente, aquellos con alta capacidad hedónica informaron haber tenido una experiencia más positiva y las impresiones de sus compañeros concordaban con esto.

Lo que podemos concluir sobre disfrutar los pequeños placeres

Entonces, si bien enfocarse en los objetivos a largo plazo y el autocontrol puede aumentar el bienestar, los resultados muestran que los placeres a corto plazo también son un factor clave. Aunque los pensamientos intrusivos pueden obstaculizar este proceso, como sugieren los resultados del tercer estudio.

Por supuesto, el autocontrol es importante hasta cierto punto: ceder a cada capricho que puedas experimentar no te dará una existencia particularmente saludable. Como señala el equipo: un equilibrio entre los dos probablemente resultará en niveles más altos de bienestar.

Si eres el tipo de persona a la que le resulta difícil disfrutar de los placeres a corto plazo y es más probable que experimentes pensamientos intrusivos, este equilibrio puede ser más difícil de lograr de lo podrías esperar. Pero permitirte a ti mismo comer, beber y divertirse podría hacer más para tu bienestar de lo que crees.