27 julio 2018

Lee este texto cuando necesites repotenciarte




Muchas veces nos sentimos un poco decaídos, estamos tristes, desesperanzados o simplemente no nos encontramos en nuestro mejor momento, pero estamos solo a un pensamiento de distancia de cambiar ese estado anímico por uno que nos favorezca, por uno que nos ayude a elevar nuestra vibración. El sentirnos bien es una cuestión de decisión, solo nos hace falta prestar atención a nuestro sistema de referencia emocional para saber cuándo nos conviene pensar de manera conveniente.
Hemos seleccionado un conjunto de hermosos mensajes para que los tengas a tu disposición para que te faciliten lograr ese cambio de tu espectro de pensamientos y por ende de emociones:
  • El aspecto de las cosas cambian de acuerdo a nuestras emociones, así vemos la magia y la belleza en ellas, pero la magia y la belleza realmente se encuentra en nosotros mismos. Kahlil Gibran.
  • La única persona a la que estas destinada ser es la persona que decidas ser.-Ralph Waldo Emerson.Cuenta tu edad por los amigos que tengas, no por los años que tengas. Cuenta tu vida por tus sonrisas, no por tus lágrimas. –John Lennon.
  • No tengas miedo de la vida. Cree que merece la pena vivir y tu creencia creará el hecho.-William James.
  • Después de cada tormenta sonríe el Sol; para cada problema hay una solución y el deber irrenunciable del alma es estar de buen ánimo.-William R. Alger.
  • Una vida gastada cometiendo errores no es solo más honrada, sino más útil que una vida malgastada sin hacer nada.-George Bernard Shaw.
  • Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta las amarras. Atrapa los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre. Mark Twain.
  • La vida no se trata de encontrarse a sí mismo. La vida trata de crearse. George Bernard Shaw.
  • Transforma el dolor en experiencia. Oprah Winfrey.
  • Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza? Friedrich Nietzsche.
  • Si no te gusta el camino en el que andas, comienza a construir otro.-Dolly Parton.
  • Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros pensamientos dominantes.-Soren Kierkegaard.
  • Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser. William Shakespeare
  • Nunca serás feliz si continúas buscando en qué consiste la felicidad. Nunca vivirás si buscas el significado de la vida.-Albert Camus.
  • He fallado una y otra vez en mi vida. Ésa es la razón principal de mi éxito. Michael Jordan.
  • Cuando una puerta de felicidad se cierra, se abre otra: pero a menudo vemos tanto la puerta cerrada, que no nos percatamos de aquélla que se ha abierto para nosotros. Helen Keller.
De seguro podrás tomar algún pensamiento de estos para recargarte y reconfortarte, de igual manera recuerda de que el control de cómo te sientes exclusivamente lo tienes tú. El estar vivo, debe ser tu mayor motivación. Enamórate de la vida, de ti  y siéntete capaz de hacer de tu vida exactamente lo que quieras. Disfruta la experiencia y no desperdicies tanto tiempo estancado en esos estados en los cuales no eres feliz.


17 hábitos para ser felices que solemos olvidar

Creemos que los grandes problemas de nuestra vida nos impiden ser felices, pero conviene recordar que la clave de la felicidad está en las pequeñas cosas.


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Hay detalles que marcan la diferencia. En el día a día nos vemos abrumados por los problemas en el trabajo, complicaciones familiares o dificultades económicas. Es lógico que marquen nuestro estado de ánimo, pero podemos hacer mucho por hacer las cosas más fáciles. Incorpora estos 17 hábitos en tu vida cotidiana y verás que tú serás más feliz y también los que te rodean.

1. Sé sincera
Es imprescindible ser sincera con los demás y contigo misma. Si algo no te gusta o no te ha sentado bien, dilo. Si te lo guardas, se hará una bola cada vez mayor y entrarás en un bucle de pensamientos negativos.

2. Sigue tus sueños
¿Sueñas con cambiar de trabajo? ¿O con vivir fuera de la ciudad? ¿Y escribir un libro? Si de verdad quieres conseguir lo que sueñas, establece el plan de acciones que te llevarían a tu objetivo. Una vez que lo hayas puesto sobre el papel, no te parecerá tan inalcanzable.

3. Vete a dormir con la conciencia tranquila
Dicen que la mejor almohada es una conciencia tranquila. Si te sientes culpable por algo, intenta solucionarlo. Seguro que no es tan grave como piensas; hablar con alguien sobre ello y pedir consejo puede hacer que veas la luz al final del túnel.
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4. Agradece cada día lo que tienes
En la vida nos pasan algunas cosas malas, pero también muchísimas buenas. Repasar mentalmente todo lo positivo de nuestras vidas subirá automáticamente nuestro estado de ánimo.

5. Sé amable con los demás
¿A quién le gusta ser tratado con desprecio o indiferencia? La respuesta es obvia, pero es sorprendente la de veces que olvidamos ser amables con los demás.

6. Sonríe al mundo
Encara cada día con una sonrisa. A nadie le gusta tratar con un amargado. Si tú sonríes, es más probable que tu alrededor sonría.

7. Aparca el rencor
El buenrollismo no tiene por qué ocultar los hechos: hay gente que nos hace cosas malas. Intenta eliminar el rencor que sientes hacia esas personas. No estamos diciendo que lo olvides, pero trata de que esos pensamientos negativos no ocupen tu vida.

8. Aprende a disfrutar de tu soledad
En la vida no vamos a estar siempre acompañadas, por eso es importante quererse a una misma y saber estar sola. De hecho, el ansia por querer estar siempre con gente puede hacer que nos rodeemos de personas indeseables.

9. Escucha a los demás
¿Verdad que nos sentimos bien cuando nos preguntan si estamos bien o se interesan por nuestra vida? Intenta no monopolizar las conversaciones y preocúpate por lo que les pasa a las personas que te importan.

10. No saques conclusiones precipitadas
Hay que aceptar un hecho: no sabemos qué piensan los demás. Así, que como no lo sabemos, no demos por sentado nada. Si tienes un problema con alguien, háblalo; probablemente, te sorprenderá saber qué había percibido la otra persona.

11. Habla con los que te importan frecuentemente
Llama a tus padres, ve a visitar a tus abuelos si todavía tienes la suerte de que estén vivos, escribe a tus amigas, etc. Si eres tan afortunada de estar rodeada de personas importantes en tu vida, cuídalas.

12. Elimina las amistades que no te llenan
Es mejor tener pocas amistades y profundas, que tener muchos amigos y conocidos que poco te aportan. Quédate con las personas que te traten bien, no tengas miedo a romper por lo sano.
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13. Cultiva tu mundo interior
Ten un hobby: leer, dibujar, cantar, coser, bailar, cocinar? Cualquier actividad que puedas hacer tu sola vale.

14. El trabajo no es lo más importante de tu vida
Al final de tu vida, ¿crees que darás importancia a aquello que te pasó en el trabajo? Es importante que nos guste nuestro trabajo, pero el éxito profesional no debe ser el único objetivo vital.

15. Las mascotas te hacen feliz
Muchos estudios han demostrado los increíbles beneficios de tener un perrito o un gatito. Cuando estamos con ellos liberamos la hormona de la felicidad, la oxitocina. Además, tenemos mucho que aprender de las mascotas: el amor que nos profesan es desinteresado e incondicional.

16. Haz ejercicio
Hacer ejercicio te ayuda a desconectar después de un duro día de trabajo y calma los nervios y la ansiedad. Aunque sea, sal a caminar un rato antes o después de cenar.

17. Aprende a relajarte
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Objetivo Bienestar

Una mujer fuerte, siempre siente

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Se suele confundir la fortaleza de la mujer con la falta de sensibilidad, con la capacidad de aislar sus sentimientos y emociones y añadirle un toque de frialdad al momento de decidir y de actuar, pudiendo de alguna manera congelar o mantener al margen cualquier elemento emocional que le haga flaquear.
Sin embargo, en el caso específico de las mujeres, nos llevamos la sorpresa de que a pesar de su firmeza, de su determinación, de su capacidad de lucha y sus actitudes para plantarse ante la vida, el motor que mueve sus acciones es un corazón que vibra y se emociona como cualquier otro.
La mayoría de las veces la fortaleza se va forjando en el camino, ninguna mujer sabe lo fuerte que es, hasta que no tiene una opción diferente. La fortaleza que ahora la define siempre estuvo en su interior, como parte de su esencia, pero se fue haciendo cada vez más evidente a medida que las situaciones lo ameritaban.
No se lamenta de cada decepción, ni de las lágrimas derramadas, ni de esos tropiezos, donde algunos terminaron en caídas. Sabe que de no haber sido por ello, ella no sería hoy quien es y con ese paso firme y la seguridad propia de quien sabe a dónde va, toma orgullosa sus pedazos y se rearma las veces que lo necesite.
A una mujer fuerte la distingues con su sola presencia, inspira respeto, su mirada parece decir más que sus palabras. Los menos arriesgados prefieren mantenerse en la distancia, pero los más valientes saben que en esa figura tan dura como el diamante, se encuentra un corazón que ama de una manera más sabia, que protege a quien habite en él, que actúa y procura siempre lo mejor para quienes logren alcanzarlo.
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Una mujer fuerte siente por ella y por quienes ama, aun cuando se le dificulte actuar en contra de su propia esencia, ella velará por el bienestar de sus afectos y como una leona, enfrentará a quien sea ante una amenaza. Pero eso solo lo puede hacer una persona que ama profundamente, que siente, que padece, que comprende… Así que no confundas a una mujer fuerte con una mujer sin sentimientos, porque es la evolución de esos sentimientos lo que la llevó a ser quien es y a ver la vida desde un cristal diferente.
Seas esa mujer fuerte o quien la mira desde afuera, agradece el privilegio de contar con ella y con su noble corazón…
Por: Sara Espejo – Mujer.Gurú

Mi alma me habló y me enseñó a amar…

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Mi alma me habló y me enseñó a amar……
Antes de que mi alma me hablara, en mi corazón el amor era como una delgada cuerda ajustada entre dos clavijas. Pero ahora el amor se ha transformado en un halo cuyo comienzo es su final y cuyo final es su comienzo. Rodea a todos los seres y se difunde lentamente hasta abrazar todo lo que existe.
Mi alma me advirtió y me hizo percibir la belleza oculta de la piel, la forma y el matiz. Me enseñó a meditar sobre lo que la gente llama feo hasta que aparece su verdadero encanto y deleite.
Antes de que mi alma me aconsejara, para mi la belleza era una antorcha temblorosa entre columnas de humo. Ahora que se desvaneció el humo no veo sino la llama.
Mí alma me habló y me hizo oír voces que no pronuncian la lengua, la laringe ni los labios.
Antes de que mi alma me hablara yo no oía mas que gritos y gemidos. Pero ahora, ansiosamente, puedo oír el silencio y escucho sus coros cantando los himnos de los tiempos y los cánticos del firmamento, que anuncian los secretos de lo oculto.
Mi alma me habló y me dijo: “No midas el tiempo diciendo: Hubo un ayer y habrá un mañana.”
Antes de que mi alma me hablara creía que el pasado era una época que nunca volvería y que el futuro nunca podía ser alcanzado.
Ahora me doy cuenta de que el presente contiene a todo tiempo y que en el se encuentra todo lo que puede esperarse, todo lo realizado y todo lo cumplido.
Mi alma me habló exhortándolo a no limitar el espacio diciendo: “Aquí, allí, allá.”
Antes de que mi alma me hablara yo sentía que por cualquier parte que caminaba estaba lejos de todo otro espacio.
Ahora comprendo que en cualquier lugar que este se encuentran todos los lugares y que la distancia que camino abarca todas las distancias.
Mi alma me habló y dijo: “No te alegres con el elogio y no te angusties con el reproche.”
Antes de que mi alma me aconsejara yo dudaba del mérito de mi trabajo.
Ahora me doy cuenta de que los árboles florecen en primavera y dan sus frutos en verano sin esperar elogio, y dejan caer sus hojas en otoño y quedan desnudos en invierno sin temor al reproche.
Mi alma me habló y me hizo ver que no soy más que el enano ni menos que el gigante.
Antes de que mi alma me hablara yo veía a la humanidad dividida en dos clases de hombres: una débil, de la que me compadece, y una fuerte, a la que seguía o resistía desafiante.
Pero ahora aprendí que soy como ambos y estoy hecho de los mismos elementos. Mi origen es su origen, mi conciencia es su conciencia, mi pretensión su pretensión y mi peregrinaje su peregrinaje.
Mi alma me habló, hermanos, y me enseñó muchas cosas. Y tu alma también te ha hablado y también te ha enseñado. Porque tu y yo somos uno y no hay diferencia entre nosotros, salvo que yo haya proclamado lo que hay en mi ser íntimo, mientras tú lo guardas como un secreto de tu intimidad. Pero en tu reserva hay una especie de virtud.
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- Kahlil Gibran-