19 febrero 2024

16 mitos de los probióticos que no conocías


16 mitos de los probióticos que no conocías

Se dice que son buenos para la salud y que ayudan en la digestión; aunque también hay quienes piensan que no los necesitan. En suma, hay muchos mitos y verdades sobre los probióticos, esos productos que se convirtieron en los suplementos dietéticos más demandados y consumidos en el mundo.

Si bien nuestros intestinos ya contienen bacterias buenas, está científicamente demostrado que consumir probióticos tiene un impacto positivo en la salud, ayudando con la absorción de nutrientes, potenciando el sistema inmunitario e incluso mejorando la salud mental.

Mitos sobre los probióticos en la salud

Si bien la OMS se refiere a los probióticos como algo positivo para la salud «cuando se administran en cantidades adecuadas», también es cierto que, alrededor del tema, existen una gran cantidad de dudas. Es por ello que, en este artículo, exploraremos los 16 mitos más importantes que se dicen acerca de consumir probióticos. ¡Acompáñanos!

1. Una persona sin síntomas no necesita probióticos

En la actualidad, hay muchos alimentos ultraprocesados con aditivos y una diversidad de sustancias. Además, tenemos dietas altas en harinas y azúcares simples, así como también consumimos antibióticos y otros medicamentos. Esto, sin dejar de mencionar la posible presencia de elementos contaminantes en el agua potable.

Todo lo anterior puede afectar la salud intestinal, impactando en la microbiota y propiciando que, en su lugar, prosperen bacterias perjudiciales. Entonces, un probiótico podría resultar beneficioso, aunque no se hayan presentado aún problemas evidentes de salud.

2. Los probióticos son medicamentos

En el sentido estricto del término, no se consideran medicamentos, sino suplementos dietéticos cuando los encontramos en el mercado en forma de cápsulas, polvos o gotas. También hay alimentos naturales que contienen probióticos.

3. Todo alimento que contiene bacterias es probiótico

No siempre es así. En un alimento contaminado puede haber microorganismos que, en realidad, resulten perjudiciales.

Para ser considerados como tales, los alimentos probióticos no solo deben contener bacterias vivas, sino tenerlas en un nivel adecuado. Además, deben aportar beneficios que estén respaldados por estudios científicos.

4. Los alimentos fermentados son probióticos

Algunos alimentos fermentados son probióticos y otros no. Los que son sometidos a procesos de pasteurización, cocción, destilación, entre otros; pueden terminar sin bacterias vivas. Eso no significa que dejen de ser nutritivos.

5. Los yogures son probióticos

Sí, los yogures contienen bacterias que se consideran beneficiosas. No obstante, es importante aclarar que no todos los yogures son probióticos. La leche se pasteuriza para excluir bacterias, lo que eliminaría la presencia de los microorganismos; no obstante, algunas marcas comerciales añaden cepas beneficiosas luego de pasteurizar.

Por lo tanto, hay que revisar la etiqueta para comprobar si se trata de un «yogur pasteurizado después de la fermentación» o «con probióticos añadidos».

6. Todos los probióticos son iguales

No, no todos los probióticos son iguales. Cada cepa de bacteria es un ser vivo distinto. Por ejemplo, los yogures pueden contener Bifidobacterium o Lactobacillus, los cuales, a su vez pueden ser bulgaricus, acidophilus, rhamnosus, paracasei u otras cepas.



7. Los probióticos funcionan igual dentro del cuerpo

Las propiedades de los probióticos y sus posibles efectos en el organismo pueden variar. Por ejemplo, se dice que el Bifidobacterium infantis es beneficioso para las personas que sufren síndrome del intestino irritable; mientras que Lactobacillus rhamnosus puede ayudar a prevenir efectos adversos relacionados con el uso de antibióticos.

8. Mientras más bacterias, mayor efectividad

No necesariamente habrá más efectividad con más bacterias presentes. En efecto, los probióticos deben contener una cantidad mínima de cepas para que surtan efecto.

Esa cantidad es variable de acuerdo al producto y se han estipulado algunos mínimos para ciertas condiciones. No es lo mismo tomar probióticos para prevenir la diarrea por antibióticos que como un suplemento cotidiano.

El intestino también tiene un límite máximo de recepción de colonias bacterianas por día. Superarlo no implicará mayores beneficios.

9. Funcionan mejor los que tienen más de una cepa

Se ha comprobado que los probióticos que contienen múltiples cepas distintas suelen resultar más efectivos que los de una sola. De esta manera, el suplemento podría cumplir diferentes funciones.

Aunque hay que aclarar que no por el hecho de asociar varias cepas se convierte en un producto efectivo siempre. Debe haber algún estudio científico que dé respaldo.

10. El yogur es el mejor alimento probiótico

Todos los alimentos fermentados que se desarrollen utilizando o añadiendo bacterias vivas serán buenos probióticos. Si bien el yogur es un alimento popular muy consumido en el mundo, también hay otras opciones:

  • Kéfir
  • Chucrut
  • Tempeh
  • Kombucha

Es oportuno recordar que, en todos estos casos, el efecto dependerá de las cepas, la combinación de las mismas y si los alimentos han pasado por algún proceso que pudiese afectar a las bacterias.

11. Los probióticos de origen animal son los más adecuados

Entre los mitos de los probióticos se encuentra también la creencia de que los de origen animal son más efectivos. Sin embargo, en las definiciones de instituciones como la OMS, se habla de probióticos como microorganismos vivos sin especificar su origen. De hecho, se usaron con buenos resultados cepas aisladas de plantas, animales, e incluso de fuentes humanas.

12. Debemos consumir probióticos si estamos tomando antibióticos

Se considera recomendable el consumo de probióticos cuando estamos siguiendo un tratamiento antibiótico. Estos últimos fármacos no solo eliminan las bacterias patógenas, sino que también afectan la microbiota normal del cuerpo.

Un suplemento probiótico ayudaría a reducir el riesgo de diarreas asociadas con tales medicamentos. En algunos casos, también prevendrían recurrencias de las infecciones a largo plazo.

13. Los probióticos producen efectos secundarios

En principio, las bacterias probióticas que se consumen ya se encuentran de manera natural dentro del cuerpo, por lo que no debería esperarse una reacción negativa. Sin embargo, es posible que exista algún inconveniente debido a un ingrediente o aditivo que tenga el alimento o el suplemento, como lactosa o gluten.

14. Consumir probióticos no es suficiente para mejorar la salud intestinal

En efecto, no solo basta con los probióticos. Sobre todo, si llevamos una dieta que es baja en fibra y alta en otros productos que pueden causarnos problemas, como los ultraprocesados. El probiótico no es mágico y debe acompañarse de una pauta alimenticia acorde.

15. Los alimentos probióticos deben refrigerarse

Lo ideal es que los productos alimenticios se consuman frescos. O, en todo caso, almacenarlos por corto tiempo y en determinadas condiciones.

Muchas bacterias vivas son sensibles a la luz y la temperatura. Hay cepas que no se benefician con la refrigeración; al contrario, el frío detiene su crecimiento y hasta las elimina.

Es posible que los alimentos y las bebidas fermentadas que permanecen en las neveras de los supermercados durante largos periodos, contengan bacterias muertas. Además, si no hay suficiente cantidad de colonias para multiplicarse, el paso por el ambiente ácido del estómago eliminará una proporción importante.

La alternativa natural son las bebidas de fabricación, fermentación y mantención caseras, como el kéfir. No obstante, hay que realizar el proceso de obtención con estándares altos de bioseguridad y siguiendo instrucciones precisas.


16. Al tomar probióticos por un tiempo el cuerpo se acostumbra

Con los probióticos no ocurre lo mismo que con ciertos fármacos, que pueden perder la efectividad, generar tolerancia o causar efectos secundarios. Recordemos que se trata de bacterias que ya se encuentran en el intestino, así que no estamos añadiendo nada extraño al cuerpo.

¿Cuál es el mejor probiótico?

Debido al interés que generan y al crecimiento de la demanda, en el mercado se encuentra una gran variedad de productos probióticos. Tanto en suplementos como en alimentos.

Saber cuál sería la mejor opción para cada persona es algo que debe ser discutido con un nutricionista o con un médico. Cada probiótico trae diferentes combinaciones de cepas con diversas cantidades y efectividades demostradas para ciertas condiciones de salud.

No hay un producto que pueda ser considerado mejor que todo el resto. En realidad, depende de las necesidades del usuario.

Mejor con Salud

7 sustitutos del azúcar más nutritivos para usar en casa


7 sustitutos del azúcar más nutritivos para usar en casa

Ya son conocidos los efectos perjudiciales del azúcar refinado, como el aumento de la obesidad, la relación con enfermedades cardiovasculares y su carácter adictivo. Es por eso que los edulcorantes artificiales se consideraron, durante un tiempo, como sustitutos saludables para endulzar bebidas, postre y comidas.

Sin embargo, estos reemplazos, como la sacarina, la sucralosa o el aspartamo, también conllevan efectos negativos. En especial, sobre el control de peso, la salud cardiovascular y la posibilidad de desarrollar diabetes. Por este motivo, te presentamos siete sustitutos naturales del azúcar que, además de ser más saludables, son más nutritivos.

7 sustitutos del azúcar de origen natural

Conocidos los efectos adversos del azúcar blanca y de los endulzantes artificiales, es posible incorporar otros edulcorantes naturales para usar en casa. Algunos de los más económicos y sencillos de conseguir son el azúcar de coco, el amazake y el sirope de algarroba.

Veamos las características de estos y otros sustitutos, junto a su índice glucémico (IG), es decir, la velocidad con la que cada alimento eleva la glucosa en sangre. Como referencia, el azúcar refinado tiene un IG de 70.

Según esta clasificación, un índice glucémico menor a 54 se considera bajo, uno de 55 a 69 es moderado y uno mayor a 70 es alto. Llevar una dieta con bajo IG puede ser útil para disminuir la presión arterial, bajar de peso y mejorar el control de la diabetes.



1. Azúcar de coco, IG 35

Cuchara con aceite de coco.

Proviene de la palmera cocotera y es tradicional en la cocina oriental, sobre todo en Indonesia, donde se lo conoce como gula jawa. A partir de sus flores se extrae la savia que luego se evapora con fuego, mientras cambia su color y se torna marrón. Este producto, que incluye 392 calorías por cada porción de 100 gramos, tiene un sabor acaramelado, además de contener vitaminas, minerales y aminoácidos.

Es muy sencillo de conseguir en tiendas naturistas y su consistencia es similar a la del azúcar morena, por lo que puede agregarse con cuchara a diferentes infusiones. Su valor de carbohidratos o azúcares es de casi 90 %, destacando su elevando contenido en sacarosa (79 %).

Al ser uno de los endulzantes naturales más económicos, sus precios rondan entre los cinco a 20 euros. Una presentación de azúcar de coco que te podría servir es la de Jarganic .

2. Sirope de algarroba, IG 15

Siropes de algarroba.

El algarrobo es un árbol muy popular en toda la cuenca del Mediterráneo. Se suele utilizar para elaborar una harina semejante al cacao, a partir de sus frutos oscuros. El sirope o jarabe extraído del mismo también es ideal para incorporar en batidos e infusiones.

Al tratarse de un endulzante más novedoso, tiene menor divulgación que el azúcar de coco, pero es posible conseguirlo en tiendas web. Con 232 calorías por cada 100 gramos, es uno de los mejores reemplazos del azúcar de origen natural al contener además vitaminas, fibra y un bajo índice glucémico. No obstante, hay que considerar su fuerte sabor dulce, que puede ser poco indicado para ciertos platos o bebidas.

Se presenta en frascos de jarabe y una cucharada equivale a cuatro gramos de azúcar. También posee un precio accesible con respecto a otros sustitutos, con valores que oscilan entre 4,99 y 6,50 euros por envase de 320 gramos. Una presentación que te podría servir del jarabe de algarroba es el que tiene Mandole .

3. Eritritol, IG 0

¿El eritritol es perjudicial para la salud?

Se trata de un polialcohol que se obtiene a partir de la fermentación de azúcares presentes en diversas frutas. Es apto para personas con diabetes, gracias a su nulo índice glucémico, y funciona como sustituto para postres, bebidas y tortas.

Aunque no todos los comercios y supermercados lo venden, está presente en tiendas naturistas específicas y en sitios de venta online. Se consigue en polvo dentro de sobres o pequeños frascos y una cucharada de azúcar equivale a 1,3 de eritritol.

Como contraparte, contiene muy bajas calorías, por lo que no contribuye a la sensación de saciedad. Su precio posee un valor entre los nueve y 24,95 euros por envase de medio kilogramo y MyVita  es una de las presentaciones que te podrían servir.

4. Sirope de agave azul curdo, IG 10-15

Sirope de agave azul curdo.

Este néctar se sustrae del agave azul, también conocido como maguey, una planta suculenta del área tropical americana. Con la savia líquida de plantas mayores a siete años se elabora un sirope de sabor neutro, que también contiene hierro, fósforo, vitaminas A, B, B2 y C. Además, se destaca por su capacidad prebiótica, lo que favorece el sistema inmune y regula el tránsito intestinal.

Se adquiere en numerosas tiendas naturistas, donde su distribución es cada vez más común. Al tratarse de un sirope, la consistencia es la de un jarabe, por lo que viene en frasco o botella.

Basta utilizar una pequeña cantidad en postres e infusiones, debido a su gran concentración endulzante. Es aconsejable no abusar, por su alto contenido en fructosa, además de sus 400 calorías por cada 100 gramos. En cuanto a su valor, el mismo oscila entre 20 y 25 euros, siendo Endulzante Orgánico de Agave Azul Kirkland Signature – 36 oz (1,02 Kg) (Organic Blue Agave)  una de las que te pueden servir.

5. Melaza de cereales, IG 25-43

Melaza: nutrientes, usos y sus posibles beneficios.

La melaza se logra a partir de una antigua técnica japonesa, mediante la fermentación de diferentes cereales, como arroz, trigo, maíz o cebada. Se obtiene un jarabe oscuro y transparente con fuerte sabor dulce.

Ricas en diversos minerales y en vitaminas del grupo B, las melazas de cereales son de fácil digestión, aunque su concentración también hace que se deba limitar el consumo. Poseen 317 calorías y no son aptas para personas con diabetes ni celiaquía.

Al igual que los siropes, las melazas tienen consistencia de jarabe, aunque su proceso de fermentación difiere. No son tan sencillas de conseguir y su precio tiende a ser más elevado que el de otros endulzantes, con un costo que va desde los seis hasta los 25 euros. La presentación de La Flor de Málaga  te podría servir.

6. Sirope de yacón, IG 1

Jarabe de yacón: ¿puede este endulzante ayudar en la pérdida de peso?

Otro sirope de origen natural, obtenido de un tubérculo andino conocido como yacón. Los endulzantes que posee no son absorbidos por el organismo, de ahí su bajo índice glucémico y su aceptación en diabéticos.

Además, se considera un prebiótico, por lo que actúa como nutriente para la microbiota intestinal. Estudios sugieren que mejora los síntomas del estreñimiento, sin embargo, tampoco conviene abusar, debido a sus 296 calorías cada 100 gramos.

Si bien es fácil conseguirlo en tiendas naturistas, su precio es bastante elevado, ya que ronda entre los 20 y 40 euros por kilo. Puedes encontrarlo en diversas marcas, como Yacón Viva .

7. Amazake, IG 43

Se trata de una crema fermentada que también proviene de Japón. Allí se considera una bebida dulce tradicional, elaborada a base de arroz y koji, un hongo muy aplicado en gastronomía. Tiene capacidad de reforzar la digestión y es energizante.

Las tiendas naturistas suelen disponer del mismo con un valor que ronda entre los 5,50 y seis euros por envase de 380 gramos. El amazake es bajo en calorías (17 por cada 100 gramos) y su capacidad endulzante es menor, pero es ideal para postres y mezclas cremosas, como batidos y tiramisús. Una presentación que te puede servir es Clearspring .

¿Por qué el edulcorante no es un buen reemplazo del azúcar?

Un estudio reciente indica que los edulcorantes artificiales tienen efectos negativos sobre el control de peso, la salud cardiovascular y la posibilidad de desarrollar diabetes. Por tal motivo, no pueden considerarse como reemplazos saludables del azúcar.

Según la investigación, publicada por el Hospital Universitario de Jaén, incrementan el riesgo de hipertensión, desarrollo de obesidad y afectan la microbiota intestinal. Como acciones más saludables para reemplazar el azúcar, es posible aumentar la ingesta de frutas, verduras y alimentos de origen vegetal.

En este aspecto, los endulzantes de procedencia natural descritos, en su incorporación moderada, pueden sustituir azúcares y edulcorantes en infusiones, zumos y postres.



Los sustitutos del azúcar son más nutritivos, pero no conviene abusar

Cada vez más investigaciones sostienen el carácter perjudicial del azúcar y los edulcorantes artificiales para el organismo. Por lo tanto, los sustitutos naturales aparecen como una alternativa más saludable, gracias a su bajo índice glucémico y su contenido de vitaminas y minerales.

Sin embargo, es conveniente evaluar las características y el índice glucémico de cada uno, así como la concentración endulzante y las calorías para no abusar de ellos y surtir el efecto contrario a lo que se busca.