15 noviembre 2021

Descubre 6 hábitos que te provocan inflamación abdominal


Descubre 6 hábitos que te provocan inflamación abdominal

Muchas personas creen que la única causa de la inflamación abdominal es la acumulación de grasa que se produce por la mala alimentación y el sedentarismo.

Si bien es cierto que la grasa localizada es una de las responsables, lo cierto es que existen otros factores que influyen en su aparición.

Por ejemplo, el consumo excesivo de sal hace que los líquidos se acumulen en los tejidos y aumenten la respuesta inflamatoria del organismo.

Algo similar ocurre debido a las intolerancias alimentarias que generan indigestión y problemas en el tracto digestivo.

Como consecuencia la figura luce con más peso de lo normal y se producen molestias como la sensación de pesadez. Debido a esto es importante conocer qué hábitos pueden provocarla y cómo actuar para evitar que se den nuevamente.

Hábitos que derivan en inflamación abdominal

1. Consumir lácteos

Consumir lácteos

El consumo de leche y productos derivados es una de las causas más habituales de inflamación abdominal.

Esto se debe a la intolerancia a la lactosa, su azúcar natural, la cual se fermenta en el colon cuando el cuerpo no produce las enzimas que permiten digerirlas con normalidad.

Esta mala absorción también deriva en gases intestinales, dolor abdominal, diarrea e incluso episodios de estreñimiento.

¿Cómo solucionarlo?

  • Para evitar la inflamación por el consumo de lácteos lo mejor es remplazarlos por alternativas saludables como las leches vegetales.
  • Para conseguir el aporte de calcio necesario podemos optar por verduras ricas en este mineral.

2. Comer demasiado rápido

Comer demasiado rápido y no masticar bien los alimentos puede ocasionar indigestión al facilitar el paso excesivo de aire hacia el estómago.

Aunque esto no lo notamos mientras comemos, cuando ingerimos los alimentos con prisas tragamos aire y tenemos más tendencia a tener el vientre inflamado.

¿Cómo solucionarlo?

  • Prepara tiempos de, por lo menos, 20 minutos para cada comida principal del día. Es importante contar con un lapso adecuado para comer despacio y masticar bien.
  • Evita las distracciones durante las comidas para no cometer el error de ingerir los alimentos sin antes triturarlos bien.

3. Ingerir demasiada sal

Ingerir demasiada sal

El consumo excesivo de sodio es una de las causas principales de retención de líquidos, presión arterial alta e inflamación de los tejidos del cuerpo.

A pesar de que no podemos negar que le da un excelente sabor a las comidas, su exceso en el organismo es negativo y puede originar enfermedades más graves.

Como consumidores es primordial tener en cuenta que la sal que consumimos no solo es la que venden para preparar platos, sino también la que contienen los alimentos industrializados.

¿Cómo solucionarlo?

  • Remplaza la sal refinada por sal marina o sales del Himalaya.
  • También puedes optar por condimentar con especias saludables como el orégano, la pimienta o el tomillo, entre otros.
  • Recuerda revisar las etiquetas de tus productos para calcular cuánta sal le aportan a tu organismo.

4. Masticar mucho chicle

El consumo diario de chicle puede ser la razón por la que tienes dificultades para lograr un vientre plano.  Al masticarlo entra mucho aire al organismo e incrementa la hinchazón abdominal.

¿Cómo solucionarlo?

  • Si sientes ansiedad por masticar chicle, prepara unos aperitivos con frutas y vegetales para remplazarlo.

5. Consumir bebidas con gas

Consumir bebidas con gas

Las grandes campañas publicitarias nos han hecho pensar que los refrescos y bebidas gaseosas son buenas alternativas para calmar la sed y el calor.

Sin embargo, los expertos en salud confirman que no son la mejor opción, ya que no suponen un aporte nutricional significativo y contienen sustancias artificiales que son perjudiciales para la salud.

Su elevado contenido de azúcares, sumado al gas y los edulcorantes artificiales, provocan reacciones a nivel digestivo y aumentan la inflamación abdominal.

Así que, esa sensación burbujeante que tanto nos agrada, más tarde es lo que desencadena la molesta hinchazón y pesadez.

¿Cómo solucionarlo?

  • En lugar de seguir gastando en este tipo de bebidas, prepara en casa jugos de frutas naturales, aguas saborizadas o infusiones.
  • Recuerda que para mantenerte hidratado debes tomar dos litros de agua al día.

6. Saltarse las comidas o comer poco

Saltarse las comidas o disminuir las porciones recomendadas no es una forma de ahorrar calorías para bajar de peso.

Aunque durante mucho tiempo se pensó que era una opción para adelgazar, ya está comprobado que puede ocasionar reacciones contrarias y otras dificultades.

El comer menos de cinco veces al día provoca dificultades en la digestión, más sensación de hambre y mayor acumulación de grasa en el abdomen.

¿Cómo solucionarlo?

  • Sirve porciones moderadas para cada plato principal y planea un menú distribuido en cinco comidas al día.

Si después de practicar estos hábitos la inflamación abdominal persiste, consulta al médico para analizar cuál puede ser el motivo. Muchas veces, un cambio en la dieta o la eliminación de algún alimento suele resolver la situación.

Mejor con Salud

Diferencias entre la artrosis, la artritis y la osteoporosis que debes conocer


Diferencias entre la artrosis, la artritis y la osteoporosis que debes conocer


 


La artrosis, la artritis y la osteoporosis no son lo mismo.

Quien padezca alguna de estas condiciones lo sabe bien. Sin embargo, quienes gozan de una vida libre de estas enfermedades, pueden confundir los términos.

Estamos ante realidades médicas muy comunes entre la población. El hecho más problemático es, sin duda, su cronicidad. Además, son enfermedades degenerativas para las que no existe un tratamiento efectivo que revierta los orígenes que las provocan.

Eso sí, disponemos de medicamentos paliativos. Además de terapias enfocadas a disminuir la inflamación, el entumecimiento o el dolor. Sin embargo, un aspecto más que tienen en común tanto la artrosis, como la artritis y la osteoporosis es queafectan a las mujeres en mayor grado.

A continuación te explicaremos cuáles son las diferencias entre estas tres condiciones. Así podrás entenderlas mejor y evitar caer en confusiones.

La artrosis, enfermedad común


Dentro de las enfermedades reumáticas, las artrosis es de las más común. Estamos ante una enfermedad cuyo origen está en la degeneración del cartílago.

Debemos recordar que el cartílago es un tejido que recubre el extremo de los huesos.  Ayuda a que estos puedan moverse sin tocarse los unos a los otros. Si el cartílago pierde resistencia y calidad, aparece el roce, el dolor y la inflamación.

  • La artrosis es muy común en las caderas, las rodillas y los tobillos.
  • El dolor suele calmarse cuando la persona descansa y está en reposo.
  • Por otro lado, cabe decir que no hay ningún fármaco que resuelva esta condición. Lo que se puede lograr es ralentizar la progresión de la enfermedad, pero nunca detenerla.
  • Si no hemos desarrollado esta enfermedad, y queremos prevenirla, es recomendable practicar deporte regular. Asimismo, debemos evitar la obesidad.
  • Se recomienda llevar una dieta balanceada y consumir suficientes fuentes de vitamina C. Este componente actúa como precursor de la producción de colágeno.

A su vez, si la artrosis ya forma parte de nuestra vida, debemos cuidar de la dieta. Procuraremos que no falte nunca vitamina C, ni minerales como el calcio, el fósforo, magnesio, silicio y el azufre.

Artritis, una enfermedad no asociada al envejecimiento

Artritis gonocócica: infección por gonorrea que afecta a las articulaciones

No, la artritis no llega con los años, ni es una dolencia normativa con la que deberemos convivir llegada la edad avanzada. A pesar de que hay muchos tipos de artritis, esta enfermedad puede aparecer en niños y en individuos con una vida muy activa. En deportistas y personas que llevan un ritmo laboral intenso y exigente.

En primer lugar, debemos tener muy claro que la artritis puede tener diversos orígenes:

  • Origen inmunitario: el sistema inmunitario reacciona de forma adversa contra la membrana sinovial (esa capa de tejido que recubre la parte interna de la cápsula articular).
  • Orígenes postraumáticos: sucede cuando recibimos un golpe o cuando hemos pasado mucho tiempo repitiendo un mismo movimiento (trabajar con el ordenador, por ejemplo, puede acelerar este problema).
  • Asimismo, la acumulación de cristales ocasionados por el ácido úrico puede desembocar en la clásica “gota“.

La artritis suele cursar con un dolor intenso y continuo. Así como la artrosis encuentra cierto alivio en reposo, esta última condición es más persistente.

Para prevenir la artritis debemos seguir una dieta rica en calcio, ácidos grasos omega 3 y omega 6. Además, debemos realizar actividad física moderada en el exterior, permitiendo que nos dé el sol para sintetizar la vitamina D.

La osteoporosis, muy común en la mujer

Huesos con osteoporosis
De izquierda a derecha: progresión de la osteoporosis. A mayor progresión, mayor desgaste óseo.

De acuerdo con la literatura científica, la osteoporosis es una enfermedad sistémica, crónica y desgastante que afecta a los huesos. Lo más común es pasar varios años sin percibir su incidencia, hasta que, de pronto, aparece una fractura sin razón aparente.

Es una realidad muy dura para quien la padece. Debemos recordar que el tejido de los huesos se renueva de forma constante, formando estructuras nuevas y desechando el tejido viejo.

Sin embargo, en ocasiones, y llegada, por ejemplo, la menopausia, este equilibrio se altera. Dejamos de formar tejido nuevo con tanta fortaleza o agilidad. Con el tiempo, hay menos densidad ósea, con lo cual, hay mayor riesgos de fracturas

Debido a la osteoporosis los huesos se vuelven porosos, en especial en la zona de las muñecas, caderas y vértebras.

Para tratar esta enfermedad, nos serán de gran ayuda suplementos dietéticos a base de calcio y vitamina D. Asimismo, y siempre bajo recomendación médica, también son muy adecuados los bifosfonatos. Estos promueven que el calcio penetre en el hueso y lo ayude a regenerarse

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