La artrosis, la artritis y la osteoporosis no son lo mismo.
Quien padezca alguna de estas condiciones lo sabe bien. Sin embargo, quienes gozan de una vida libre de estas enfermedades, pueden confundir los términos.
Estamos ante realidades médicas muy comunes entre la población. El hecho más problemático es, sin duda, su cronicidad. Además, son enfermedades degenerativas para las que no existe un tratamiento efectivo que revierta los orígenes que las provocan.
Eso sí, disponemos de medicamentos paliativos. Además de terapias enfocadas a disminuir la inflamación, el entumecimiento o el dolor. Sin embargo, un aspecto más que tienen en común tanto la artrosis, como la artritis y la osteoporosis es queafectan a las mujeres en mayor grado.
A continuación te explicaremos cuáles son las diferencias entre estas tres condiciones. Así podrás entenderlas mejor y evitar caer en confusiones.
La artrosis, enfermedad común
Dentro de las enfermedades reumáticas, las artrosis es de las más común. Estamos ante una enfermedad cuyo origen está en la degeneración del cartílago.
Debemos recordar que el cartílago es un tejido que recubre el extremo de los huesos. Ayuda a que estos puedan moverse sin tocarse los unos a los otros. Si el cartílago pierde resistencia y calidad, aparece el roce, el dolor y la inflamación.
- La artrosis es muy común en las caderas, las rodillas y los tobillos.
- El dolor suele calmarse cuando la persona descansa y está en reposo.
- Por otro lado, cabe decir que no hay ningún fármaco que resuelva esta condición. Lo que se puede lograr es ralentizar la progresión de la enfermedad, pero nunca detenerla.
- Si no hemos desarrollado esta enfermedad, y queremos prevenirla, es recomendable practicar deporte regular. Asimismo, debemos evitar la obesidad.
- Se recomienda llevar una dieta balanceada y consumir suficientes fuentes de vitamina C. Este componente actúa como precursor de la producción de colágeno.
A su vez, si la artrosis ya forma parte de nuestra vida, debemos cuidar de la dieta. Procuraremos que no falte nunca vitamina C, ni minerales como el calcio, el fósforo, magnesio, silicio y el azufre.
Artritis, una enfermedad no asociada al envejecimiento
No, la artritis no llega con los años, ni es una dolencia normativa con la que deberemos convivir llegada la edad avanzada. A pesar de que hay muchos tipos de artritis, esta enfermedad puede aparecer en niños y en individuos con una vida muy activa. En deportistas y personas que llevan un ritmo laboral intenso y exigente.
En primer lugar, debemos tener muy claro que la artritis puede tener diversos orígenes:
- Origen inmunitario: el sistema inmunitario reacciona de forma adversa contra la membrana sinovial (esa capa de tejido que recubre la parte interna de la cápsula articular).
- Orígenes postraumáticos: sucede cuando recibimos un golpe o cuando hemos pasado mucho tiempo repitiendo un mismo movimiento (trabajar con el ordenador, por ejemplo, puede acelerar este problema).
- Asimismo, la acumulación de cristales ocasionados por el ácido úrico puede desembocar en la clásica “gota“.
La artritis suele cursar con un dolor intenso y continuo. Así como la artrosis encuentra cierto alivio en reposo, esta última condición es más persistente.
Para prevenir la artritis debemos seguir una dieta rica en calcio, ácidos grasos omega 3 y omega 6. Además, debemos realizar actividad física moderada en el exterior, permitiendo que nos dé el sol para sintetizar la vitamina D.
La osteoporosis, muy común en la mujer
De acuerdo con la literatura científica, la osteoporosis es una enfermedad sistémica, crónica y desgastante que afecta a los huesos. Lo más común es pasar varios años sin percibir su incidencia, hasta que, de pronto, aparece una fractura sin razón aparente.
Es una realidad muy dura para quien la padece. Debemos recordar que el tejido de los huesos se renueva de forma constante, formando estructuras nuevas y desechando el tejido viejo.
Sin embargo, en ocasiones, y llegada, por ejemplo, la menopausia, este equilibrio se altera. Dejamos de formar tejido nuevo con tanta fortaleza o agilidad. Con el tiempo, hay menos densidad ósea, con lo cual, hay mayor riesgos de fracturas
Debido a la osteoporosis los huesos se vuelven porosos, en especial en la zona de las muñecas, caderas y vértebras.
Para tratar esta enfermedad, nos serán de gran ayuda suplementos dietéticos a base de calcio y vitamina D. Asimismo, y siempre bajo recomendación médica, también son muy adecuados los bifosfonatos. Estos promueven que el calcio penetre en el hueso y lo ayude a regenerarse
Mejor con salud
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