02 septiembre 2025

8 remedios naturales efectivos para combatir dolencias de la menopausia


Aquí, exploraremos 10 remedios naturales efectivos para combatir las dolencias de la menopausia y ayudar a las mujeres a atravesar este cambio con mayor comodidad y bienestar.

Entendiendo las dolencias de la menopausia

Antes de sumergirnos en los remedios naturales, es fundamental comprender las dolencias comunes que muchas mujeres experimentan durante la menopausia.

Estos incluyen sofocos, cambios en el sueño, sequedad vaginal, cambios de humor y aumento de peso.

La fluctuación hormonal es la principal causa de estos síntomas, y abordarlos de manera natural puede ofrecer alivio sin los efectos secundarios de ciertos tratamientos convencionales.

1. Fitoterapia: la poderosa aliada de la menopausia

Las hierbas medicinales han sido utilizadas durante siglos para aliviar los síntomas de la menopausia. Algunas de las más efectivas incluyen:

  • Soy isoflavones: Contenidos en la soja, los isoflavones pueden ayudar a equilibrar los niveles hormonales y reducir los sofocos.
  • Cohosh negro: Con propiedades similares a los estrógenos, el cohosh negro es conocido por aliviar los síntomas como los sofocos y la sequedad vaginal.
  • Salvia: Puede reducir la intensidad y la frecuencia de los sofocos, proporcionando alivio natural.

2. Ejercicio para el bienestar hormonal

El ejercicio regular no solo promueve la salud cardiovascular y el mantenimiento del peso, sino que también puede ayudar a equilibrar las hormonas durante la menopausia.

La actividad física libera endorfinas, reduciendo así el estrés y mejorando el estado de ánimo. La combinación de ejercicios aeróbicos y de resistencia puede ser especialmente beneficiosa.

3. Alimentación consciente: nutrientes para la menopausia

La dieta desempeña un papel crucial durante la menopausia. Algunos nutrientes clave para abordar las dolencias incluyen:

  • Calcio y vitamina D: Esenciales para la salud ósea, estos nutrientes pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea relacionada con la menopausia.
  • Omega-3: Presente en pescados grasos, las grasas omega-3 pueden reducir la inflamación y apoyar la salud cardiovascular.
  • Fitoestrógenos: Encontrados en alimentos como la soja y las semillas de lino, pueden ayudar a equilibrar los niveles hormonales.

4. Terapia de aceites esenciales para el bienestar emocional

Los aceites esenciales tienen propiedades relajantes y pueden ayudar a aliviar el estrés y mejorar el bienestar emocional durante la menopausia.

Algunos aceites recomendados incluyen la lavanda para la relajación, la menta para los sofocos y la salvia para equilibrar las hormonas.

5. Infusiones calientes de hierbas relajantes

Las infusiones de hierbas como la manzanilla, la melisa y la lavanda pueden ofrecer alivio para el insomnio y el estrés asociados con la menopausia. Tomar una taza antes de acostarse puede mejorar la calidad del sueño y promover la relajación.

6. Compresas frías para sofocos

Las compresas frías pueden ser una solución rápida y efectiva para los sofocos repentinos. Mantener una compresa fría cerca y aplicarla en momentos de incomodidad puede ayudar a reducir la temperatura corporal y aliviar los síntomas.

Mujer menopáusica con insomnio

7. Baños de sal para el bienestar vaginal

La sequedad vaginal es común durante la menopausia, y los baños de sal pueden proporcionar alivio. Agregar sal de epsom al agua del baño puede ayudar a calmar la irritación y mejorar la hidratación vaginal.

8. Yoga para el equilibrio hormonal

El yoga no solo mejora la flexibilidad y la fuerza, sino que también puede ayudar a equilibrar las hormonas y aliviar el estrés.

Las posturas específicas, como la postura del puente y la postura del pez, pueden ser beneficiosas para abordar los síntomas de la menopausia.

¿Cuánto tiempo tomará notar mejoras con estos remedios naturales?

La respuesta puede variar según la persona, pero muchos experimentan alivio en cuestión de semanas. La consistencia en la aplicación de estos remedios es clave para obtener resultados a largo plazo.

¿Es seguro combinar varios remedios naturales al mismo tiempo?

En general, sí. Sin embargo, es aconsejable introducir nuevos elementos gradualmente para observar cualquier reacción. Consultar con un profesional de la salud también es recomendable.

¿Puedo seguir utilizando estos remedios después de la menopausia?

Sí, muchos de estos remedios son beneficiosos para la salud general y pueden continuar siendo parte de un estilo de vida saludable más allá de la menopausia.

La menopausia no tiene por qué ser una etapa llena de molestias. Al incorporar estos remedios naturales efectivos, las mujeres pueden enfrentar este período de la vida con más comodidad y bienestar.

Es crucial recordar que cada persona es única, por lo que es posible que ciertos remedios funcionen mejor para algunas que para otras. La paciencia y la consistencia son clave en este viaje hacia el equilibrio hormonal y el bienestar durante la menopausia. ¡Aquí está a vivir esta etapa con gracia y salud!

Equipo Editorial

¿Qué relación existe entre el SIBO y la ansiedad?


¿Qué relación existe entre el SIBO y la ansiedad?

El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es una enfermedad que se diagnostica cada vez con mayor frecuencia. Hasta hace unos años, sin embargo, eran muchas las personas que iban de consulta en consulta sin conocer el origen de su malestar. Ahora bien, los avances en la comprensión de esta dolencia trazan una nueva realidad que te interesará descubrir: su impacto en la salud mental.

Ya hay numerosos trabajos que nos hablan de la relación entre el SIBO y la ansiedad. El famoso eje intestino-cerebro constituye una red de comunicación bidireccional que puede afectar de manera directa a tu calidad de vida. La buena noticia es que disponemos de más información y de enfoques multidisciplinares para abordar esta condición.

¿Cómo afecta el SIBO a tu salud mental?

Esta enfermedad es un tipo de disbiosis en la que aparece una presencia anormal de bacterias en el intestino delgado. Se trata de un problema, porque es en esta área donde se descomponen los alimentos y se extraen los nutrientes. Los efectos suelen ser múltiples, puesto que no solo se altera el proceso digestivo. También, es posible sufrir cansancio, cefaleas y alteraciones en el bienestar mental.

Una investigación publicada en International Journal of Environmental Research and Public Health acota esta relación. Ha podido verse que los pacientes afectados por este síndrome evidencian mayores niveles de estrés y ansiedad. Esa acumulación de toxinas que, en lugar de eliminarse, se acumulan en el organismo, condicionan a su vez el bienestar psicológico. Profundicemos.

SIBO y ansiedad

Infografía con la relación entre SIBO y ansiedad
Los malestares relacionados con el SIBO desembocan en focos de ansiedad.

Hay un primer aspecto que debemos clarificar. No todos los pacientes que tienen SIBO sufren ansiedad, ni todos los que sufren ansiedad presentan un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. No obstante, desde la American Journal of Gastroenterology destacan que este lazo existe en un porcentaje significativo. Comprendamos esos mecanismos de interacción:

  • La microbiota intestinal: el sobrecrecimiento bacteriano altera la producción de neurotransmisores tan decisivos para la salud mental como son el GABA y la serotonina. El primero regula la excitabilidad cerebral y, el segundo mejora el estado de ánimo y tu motivación. La alteración de dichas sustancias químicas tiene un impacto en el cerebro, capaz de incrementar tu ansiedad.
  • Un intestino delgado menos protegido: es interesante saber que esta parte del intestino está protegida por los ácidos del estómago, la bilis antibacteriana del hígado e incluso de la inmunoglobulina de las secreciones intestinales. Si tales sistemas se alteran, habrá un progresivo aumento de toxinas filtrándose a otros órganos como el cerebro. Todo ello podría impactar en la salud de la mente.
  • La inflamación: un SIBO que no se trata puede generar una respuesta inflamatoria en tu sistema digestivo. Como bien sabes, hay una vinculación directa entre el intestino y cerebro, lo cual, puede traducirse en problemas de salud física muy incapacitantes. Ese proceso inflamatorio altera la producción de diversos neurotransmisores, elevando en ti la posible sensación de angustia, nerviosismo, niebla mental, etc.

Desregulación inmunitaria y salud mental

La relación entre el SIBO y la salud mental tiene también su desencadenante en un exceso de citoquinas inflamatorias. La revista Brain, Behavior, & Immunity – Health profundiza en este dato, revelando que la función inmunitaria desregulada tiene un vínculo significativo con la depresión. Este hecho resulta muy decisivo para comprender un poco mejor esa simbiosis entre lo biológico y lo mental.

El síndrome de sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado traza ese camino de doble sentido, a veces, descuidado entre la fisiología y la psicología. Tu ansiedad o tu depresión no tienen siempre un origen externo o social. Lo endógeno, es decir aquello que sucede en tu cuerpo y, en concreto, en el sistema digestivo es igual de relevante.

La mala absorción y las deficiencias nutricionales

Una información que es clave para comprender la relación entre el SIBO y la ansiedad tiene que ver con la mala absorción de los nutrientes esenciales. Ten en cuenta que el intestino delgado es donde se descomponen los alimentos y se extraen, a su vez, sus nutrientes. El exceso de bacterias dificulta ese proceso y el resultado se traduce, a menudo, en lo siguiente:

  • Ácidos grasos esenciales: ¿sabías que los ácidos grasos omega-3 cumplen una función vital en la salud mental? Su carencia, como sucede en el SIBO, puede afectar el funcionamiento cerebral. No dudes en consultar con los especialistas un posible déficit de este componente.
  • Deficiencia de magnesio, vitamina B12 y zinc: un nivel adecuado de estos elementos favorece el buen funcionamiento cerebral y el estado de ánimo. De hecho, la suplementación externa puede mejorar el bienestar cuando se sufre ansiedad o depresión. Esto mismo es lo que puntualizan en Frontiers in Psychiatry.  Ahora bien, un exceso de bacterias en tu organismo alteraría el equilibrio de estos nutrientes multipropósito.

Impacto psicológico de las patologías digestivas

En nuestra sociedad, con frecuencia, pasamos por alto el impacto que tienen ciertas dolencias. El SIBO no es un simple dolor de estómago; de hecho, tarda bastante tiempo en diagnosticarse. Esto se traduce en meses o años de constantes citas y pruebas médicas. A su vez, no podemos dejar de lado que nos encontramos ante enfermedad muy incapacitante.

La calidad de vida de estos pacientes se ve afectada y esto, por sí mismo, es también un gran foco de ansiedad. Si la presente condición ya genera alteraciones que impactan en la salud mental, se le añaden, además, otros factores que la empeoran. La falta de comprensión, la búsqueda de tratamientos y el estrés por tener una patología digestiva intensifican el sufrimiento.

¿Qué estrategias psicológicas pueden ayudarte?

Según el Journal of Clinical Medicinela prevalencia del SIBO en las últimas décadas podría oscilar entre el 2,5 y el 22 %. El número de diagnósticos se eleva cada año, en vista de que disponemos de mejor información para detectarla. Al mismo tiempo, esto presenta un nuevo desafío: el tratamiento. El abordaje estándar para este tipo de patología son los ciclos de antibióticos.

Sin embargo, conviene que tengas en cuenta que este tratamiento por sí mismo no siempre es 100 % efectivo. En este tipo de disbiosis, tu mejor aliado será un modelo multidisciplinar, en el que se incluya, además, la terapia psicológica. Toma nota de las claves del abordaje clínico y de los enfoques que pueden ayudarte:

  • Holístico: el tratamiento del SIBO deber ser integral y abordar tanto los aspectos físicos como los emocionales del trastorno.
  • Colaboración multidisciplinaria: es beneficioso que psicólogos, gastroenterólogos y dietistas trabajen juntos para crear un plan de tratamiento personalizado.
  • Seguimiento continuado: es prioritario que se lleve a cabo un adecuado seguimiento y se ajusten los tratamientos, a medida que los síntomas y necesidades del paciente cambien.

Terapia de aceptación y compromiso (ACT)

La ACT (Acceptance and Commitment Therapy) es un tipo de psicoterapia que enseña a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos sin intentar cambiarlos. Si sufres SIBO, este enfoque contribuye en lo siguiente:

  • Vivir en el presente: esta terapia te ofrece herramientas con base en la atención plena (mindfulness). Lograrás un enfoque más centrado en el ahora, para reducir la carga de angustia o la anticipación de esos futuribles catastróficos.
  • Te guía en la aceptación: el primer paso para manejar una enfermedad es aceptar su presencia en tu vida. Una vez le des espacio sin resistencias, llega el momento de trabajar en tu bienestar, de enfocarte en los tratamientos de forma esperanzada y resiliente.
  • Nuevos valores para afrontar la enfermedad: con el diagnóstico de cualquier dolencia, sea crónica o no, sea más o menos grave, es decisivo que reformules tus valores. Ahora, debes clarificar nuevos significados vitales, hallar lo que te da sentido, motivación y propósito. Esto reducirá tu ansiedad y te aportará mayor sensación de control.
  • Manejo de los pensamientos negativos: gracias a la defusión cognitiva lograrás que los enfoques mentales angustiantes y negativos asociados a la ansiedad dejen de dominar tu vida. En este caso, no se trata de confrontar lo que piensas, sino de permitir que tu mente produzca las ideas que desee, pero sin necesidad de reforzarlas o de darles valor.

Terapia centrada en emociones (TCE)

El modelo terapéutico centrado en emociones (TCE) puede ser una herramienta poderosa para ti. Contribuye a abordar el impacto emocional que los síntomas físicos tienen en tu vida diaria. También, a mejorar la calidad de vida y reducir la ansiedad asociada a la propia condición. Estos son los ejes que le dan sentido y utilidad en esta enfermedad:

  • Conexión mente-cuerpo: la TCE es un modelo excepcional para entender cómo las emociones afectan tus síntomas físicos y viceversa. De ese modo, te beneficias de un enfoque más integral para el manejo del SIBO.
  • Gestión del estrés: el trabajo con el psicólogo te permitirá integrar también técnicas valiosas para regular el estrés y reducir así el peso de la ansiedad. Ejemplo de ello pueden ser las técnicas de respiración y relajación, la reestructuración cognitiva, etc.
  • Desarrollo de la autocompasión: esta terapia fomenta una relación más amable y empática contigo, ayudándote a ser menos crítico/a para ir manejando mejor los síntomas asociados al SIBO. La autocompasión es una forma de autocuidado muy catártica.
  • Reevaluación de las emociones: una herramienta útil es saber reevaluar tus experiencias emocionales y utilizarlas como catalizadores para el cambio y la resolución de problemas. Esto es algo que irás aprendiendo poco a poco en el espacio psicoterapéutico.
  • Técnicas de regulación emocional: la TCE te enseña a calmar tu sistema nervioso desregulado. De ese modo lograrás gestionar mejor tus respuestas emocionales para aliviar la sintomatología física y mental. Con tal fin, aprenderás técnicas como la respiración profunda, el grounding o técnica de contacto en el momento presente, así como la aceptación emocional.

La psicología es esencial en el abordaje del SIBO

La relación entre el SIBO y la ansiedad se vincula también con el estigma social. Los problemas digestivos pueden causar, en ciertos casos, aislamiento, baja autoestima y dificultades en las relaciones personales. En este escenario, la psicología actúa como piedra angular en el abordaje de esta compleja enfermedad. Si transitas ahora mismo por dicha realidad, no dudes en buscar una atención holística.

Los gastroenterólogos, dietistas y psicólogos te guiarán para conocer las causas subyacentes. Una vez clarificadas, lograrás equilibrar la microbiota y los cambios llegarán por sí mismos, incluida la mejora en tu salud psicológica. Apóyate en figuras que te comprendan y entiende que toda dolencia es un proceso lleno de altibajos, un camino al final del cual consigues el bienestar y la calidad de vida.

La mente es maravillosa

Malabsorción de vitaminas como causante de enfermedades autoinmunes


malabsorción de vitaminas en el intestino

Nuestra capacidad para digerir y absorber los nutrientes de los alimentos es parte integral de la función de todos los demás órganos y sistemas de órganos del cuerpo. Los aminoácidos, vitaminas y minerales que obtenemos de nuestra dieta se transforman en las hormonas, neurotransmisores y células que requerimos para cada función corporal.

Tu estado de ánimo en realidad depende de las vitaminas B que obtienes de tu dieta. Tus hormonas se forman a partir de las grasas y el colesterol de la dieta; si no estás comiendo o absorbiendo esas grasas, puede afectar tu equilibrio hormonal. Tu tiroides y tu metabolismo dependen de los minerales específicos que obtienes de los alimentos, siempre que los absorbas adecuadamente.

Síntomas de malabsorción de vitaminas

Cuando nuestro sistema digestivo se ve comprometido por una enfermedad manifiesta (por ejemplo, la enfermedad inflamatoria intestinal) o funciona mal (por ejemplo, el síndrome del intestino irritable), es posible que no estemos extrayendo los nutrientes de los alimentos de manera óptima, a pesar de llevar una “dieta saludable”.

Estas son algunas de las pistas que tu cuerpo te está diciendo que tu sistema digestivo necesita apoyo adicional:

Deficiencias de nutrientes

Si te han dicho que tienes niveles bajos de hierro, vitamina B12, vitamina D u otros minerales y vitaminas, esto puede indicar que no estás comiendo lo suficiente de ese nutriente o que no lo está absorbiendo de manera efectiva de sus alimentos. Los análisis de sangre simples pueden ayudar a informarle de esto.

Síntomas digestivos

Síntomas como falta de apetito, náuseas, distensión abdominal, diarrea o heces blandas, flatulencia, calambres estomacales o dolor indican que es posible que no estés digiriendo y absorbiendo de manera óptima.

Evacuaciones y heces anormales

Es la ventana al sistema digestivo. La “caca perfecta” debe ser de 1 a 2 piezas, en forma de plátano, de color marrón medio, que se expulse con facilidad, de 1 a 3 veces al día.

Los síntomas de una mala digestión pueden incluir:

  • Trozos visibles de comida no digerida en las heces
  • Heces flotantes o grasosas
  • Sangre o mucosidad en las heces
  • Colores inusuales como gris o negro
  • Heces blandas o acuosas
  • Heces que están en múltiples pedazos duros que duelen al pasar

Signos de deficiencias vitamínicas

  • Perdida de cabello
  • Uñas quebradizas
  • Encías sangrantes o comisuras de la boca agrietadas
  • Lengua roja/hinchada

Baja energía o fatiga

Ten cuidado de descartar la fatiga como resultado de falta de sueño o estrés; a menudo, las pruebas revelan que una deficiencia de nutrientes es parte del problema. Para las mujeres, el bajo nivel de hierro es la deficiencia de nutrientes más común.

Razones comunes de no descomponer ni absorber los alimentos adecuadamente

Hay ciertas condiciones médicas que pueden causar deficiencias de nutrientes debido a la mala absorción o “malabsorción”. Por ejemplo, la enfermedad inflamatoria intestinal (como la enfermedad de Crohn) o la enfermedad celíaca son algunos ejemplos comunes. Es importante discutir sus síntomas con tu médico para asegurarte de que te realicen las pruebas adecuadas.

Estrés como síntoma de malabsorción de vitaminas

Tu cerebro y sistema nervioso necesitan estar en el estado de “reposo y digestión” para liberar la saliva, el ácido estomacal y las enzimas digestivas necesarias para una digestión y absorción óptimas. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de nosotros no pasamos mucho tiempo en modo de “descanso y digestión”.

Durante los períodos de estrés, el cuerpo entra en modo de “lucha o huida”. En este estado, el cuerpo moviliza recursos para ayudarte a huir de un “peligro” percibido: tu frecuencia cardíaca y respiratoria aumentan, las pupilas se dilatan, sudas y la sangre se desvía hacia los músculos. Durante este tiempo, los sistemas del cuerpo que no son esenciales para tu supervivencia inmediata (incluido el sistema digestivo) se “apagan” de manera efectiva para conservar energía y priorizar demandas más inmediatas.

Cuando apuramos las comidas, comemos sobre la marcha, comemos en nuestro escritorio de trabajo mientras revisamos el correo electrónico o estamos generalmente estresados, el cuerpo está en este estado de “lucha o huida” y es menos capaz de “descansar” y digerir los alimentos de manera óptima.

¿Qué significa esto para nosotros? Significa que cuando estamos estresados, no estamos produciendo los jugos digestivos adecuados, por lo que somos más susceptibles a sentirnos hinchados.

Comer deprisa y masticar inadecuadamente

El primer paso y el más importante en el proceso de digestión es ver y oler la comida, lo que hace que el cerebro y el intestino comiencen a liberar saliva y enzimas para preparar el estómago para recibir la comida. Cuando estamos en movimiento o comiendo demasiado rápido, nos saltamos el paso, lo que resulta en una liberación subóptima de enzimas. Esto puede ser un factor que contribuye a la hinchazón y la indigestión.

Ácido estomacal insuficiente causa malabsorción de nutrientes

El alto estrés puede resultar en una disminución de la secreción de ácido estomacal, al igual que ciertas enfermedades autoinmunes. La falta de ácido estomacal significa que la proteína no se descompone adecuadamente antes de ingresar al intestino delgado. Esto puede provocar hinchazón, indigestión, flatulencia, acidez estomacal o una absorción de nutrientes subóptima.

Cirugía de vesícula biliar o hígado graso

El hígado produce bilis, que se almacena en la vesícula biliar hasta que se estimula para que se libere al comer. Las personas a las que les extirparon la vesícula biliar a menudo tienen dificultad para descomponer y absorber la grasa. Esto significa que también pueden tener problemas para absorber las vitaminas liposolubles (vitaminas A, D, E, K), así como sentirse muy hinchados después de comidas grasosas o grasosas.

Equilibrio no saludable de las bacterias intestinales

Las bacterias juegan un papel vital no solo en nuestra digestión, sino también en nuestra salud general, incluida la salud mental. En el intestino, ciertas bacterias nos ayudan a producir vitamina K, descomponer ciertos nutrientes, entrenar nuestro sistema inmunológico y formar una primera línea de defensa contra bacterias patógenas, levaduras y parásitos.

Las bacterias dañinas pueden predominar en el intestino en una variedad de circunstancias, como en: intoxicación alimentaria o gastroenteritis, post-antibióticos, infecciones por C. difficile, enfermedad inflamatoria intestinal, una dieta altamente procesada o con alto contenido de azúcar. Tu equilibrio de bacterias intestinales también puede variar según tu genética y cómo naciste (nacimiento vaginal versus parto por cesárea). Un crecimiento excesivo de bacterias o levaduras dañinas puede alterar nuestra capacidad para absorber los nutrientes de los alimentos.

Intestino permeable

Un intestino permeable se produce cuando las uniones estrechas entre las células del intestino se vuelven excesivamente permeables, lo que permite que las sustancias pasen a través del intestino hacia el torrente sanguíneo, lo que puede desencadenar una respuesta inmunitaria. Se plantea la hipótesis de que el intestino permeable es un factor que contribuye a una variedad de trastornos autoinmunes, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, la hepatitis autoinmune, la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y el LES (lupus), entre otros.

La Vida Lucida