04 junio 2018

20 pasos hacia adelante



20 pasos hacia adelante:
1º. Trabaja en conocerte: Des-cúbrete, quítate la cobertura que te impide verte. Deja a un lado las máscaras, muéstrate ante ti y ante los demás tal como eres.
Asume la responsabilidad de todo lo que eres, todo lo que haces y todo lo que dices.
Conocernos consiste en tomarnos el tiempo de mirarnos interiormente, conectar con lo que creemos, con lo que pensamos, con lo que sentimos y con lo que somos, más allá de todo lo que a otros les gustaría.
2º Decide tu libertad: La libertad no consiste en poder hacer lo que a uno se le antoje. La libertad es la capacidad de elegir dentro de lo posible. Incluye la honestidad de no calificar como imposible lo que no lo es y aceptar que algunas situaciones donde no podemos elegir son, en realidad, producto de una elección previa.
Declararse libres es dar el paso hacia nuestra definitiva autonomía, asumir el coste de mis decisiones, aunque hoy me dé cuenta de que me equivoqué, aceptar que era posible hacer todo lo contrario y yo no lo hice.
Debemos animarnos a hacer, a preguntar, a protestar y a cuestionar, aun en minoría, frente a los caprichos de algunos o las injusticias de muchos, con la única restricción de cuidar que esa libertad sea ejercida dentro del estado de derecho, que no involucremos en nuestra queja a quien no quiere estar involucrado y que nuestra forma de protesta o de rebeldía no esté diseñada para destruir a los que piensan diferente, sino para sumarlos a todos en la construcción de un mundo mejor.
3º Ábrete al amor: No existe la realización personal si no somos capaces de sentirnos amados y de sentir que amamos a alguien, intensa, comprometida y desinteresadamente.
El amor al que debemos abrirnos es el amor de nuestro día a día, el sentimiento posible y cotidiano al que nos referimos cuando sentimos que “queremos mucho a alguien”.
Es imprescindible cosechar relaciones con gente que sea importante para nosotros y a la vez seamos importantes para ellos. Alguien capaz de respetar nuestros tiempos y nuestras elecciones, disfrutando de nuestra compañía sin querer ponernos en la lista de sus posesiones.
El amor es la decisión sincera de crear para la persona amada un espacio de libertad tan amplio, tan amplio, tan amplio, como para que pueda elegir hacer con su vida, con sus sentimientos y con su cuerpo lo que desee, aun cuando su decisión no me guste, aun cuando su elección no me incluya
En este capítulo incluye este precioso cuento:
4º Deja fluir la risa: Aprender a levantarnos contentos cada mañana. No olvidarnos de sonreír a pesar de nuestras propias limitaciones. Tener al menos un minuto al día para sonreír frente al espejo. Saber reírnos de nuestro “padecer cotidiano”.
Hay una risa que no sirve, que no sana, que enferma más de lo que cura. No es una expresión del buen humor sino de la burla, del desprecio o del que humilla a lo diferente. La de los idiotas se ríen del sufrimiento ajeno, por ser ajeno. La de aquellos que son capaces de reírse de la estupidez de otros solamente por que les causa gracia ver en ellos su propia estupidez.
Sonríe cada vez que puedas y sobretodo cuando más te cueste. Entonces aprenderás que si tú no lo permites, nada es capaz de arruinar tu alegría.
5º Aumenta tu capacidad de escuchar: Escuchar es escuchar. Y no solamente hacer una pausa en lo que digo y permitir que, mientras cojo aire, el otro se dé el lujo de decir algunas palabras.
Sobrestimamos lo que sabemos y menospreciamos lo que ignoramos. Nos resistimos a aceptar realidades que nos duelen.
Escuchar debería servirnos sobretodo para aprender la parte del todo que todavía ignoramos. Para daros cuenta de que no tenemos el monopolio de la verdad y centrarnos en completarnos con la verdad de otros.
6º Aprende a aprender con humildad: Ninguna condena puede ser peor que la de estar limitado a saber solamente lo que uno ya sabe. Debemos enriquecernos del saber de otros, para aprender lo que desconocemos y escuchar con humildad.
La verdad no es algo que alguien pueda poseer. Debemos aceptar nuestras limitaciones y conformarnos con atisbar la luz.
7º Sé cordial siempre: Debemos conseguir que esa sonrisa interna se muestre al exterior y se comparta generosamente. Debemos contagiar alegría deliberadamente, con un buen trato al prójimo, incondicional.
Nadie llega demasiado lejos sin afecto. Nadie ve el horizonte si no consigue relacionarse amorosamente con los que le rodean. Nadie triunfa sin ser amado.
8º Ordena lo interno y lo externo: Para llegar al destino y para no perder el rumbo, hace falta priorizar lo importante sobre lo accesorio, es necesario ser pacientes en nuestras demandas y privilegiar las grandes cosas sobre las menudencias.
9º Transfórmate en un buen vendedor: Haz llegar al otro la mejor información de lo que eres y de lo que haces.
10º Elige las buenas compañías: Demasiadas veces, por no perdernos nada, nos perdemos nosotros, nos perdemos a los otros, nos perdemos el placer de compartir las cosas con nuestros amigos.
11º Actualiza sin prejuicios lo que sabes: Todo lo que sabes, eres, haces, tienes, crees, todo te ha servido para llegar hasta aquí. ¿Cómo seguir? ¿Cómo ir más allá?
Es tiempo de usar todo lo que todavía no sabes, lo que aún no eres, lo que por ahora no haces, lo que afortunadamente no tienes, aquello en lo que no crees.
Deseosos de aprender cosas nuevas, nos olvidamos de atender la necesidad de estar al día en lo que alguna vez supimos o dominamos. Hay que actualizar, revisar, descartar, descubrir, completar y mejorar lo que siempre tuvimos como cierto.
12º Sé creativo: Si nos animáramos un poco a prescindir de la voz de la experiencia, terminaríamos despertando nuestro lado más creativo. Empujados por la curiosidad, acabaríamos buscando respuestas innovadoras y propuestas originales.
13º Aprovecha el tiempo: Sería maravilloso disfrutar siempre de la sorpresa que significa estrenar cada día un nuevo e imprevisible presente. Un presente eterno y renovable.
Es tu responsabilidad invertir cada segundo de tu tiempo para conseguir lo mejor para ti y para los que amas.
14º Evita las adicciones y los apegos: Siempre descubro en mi mochila decena de cosas que no tengo que seguir llevando y que están allí por que alguna vez fueron útiles, porque alguien me pidió que las llevara, porque creí que eran imprescindibles, porque el corazón no me deja abandonarlas en el camino. Cosas que cargo por lo mucho que me ha costado tenerlas o simplemente por si acaso.
Todo ese peso terminará impidiendo tu marcha. Es el lastre de lo que no sirve, la tara de lo que no compensa llevar si comparo el esfuerzo que supone con el beneficio que ofrece.
Lo único que verdaderamente te pertenece es lo que no podrías perder en un naufragio.
15º Corre solamente riesgos evaluados: Trabajamos desmedidamente para que a nuestras familias no les falte de nada y les hacemos prescindir de lo que más necesitan: un padre o una madre o de su pareja.
El mayor de todos los peligros es querer vivir una vida sin correr riesgos.
El siguiente paso de nuestro camino es animarnos a correr algunos riesgos. Hay mucho por aprender y muchos de quienes aprender.
16º Aprende a negociar lo imprescindible: En las relaciones no comerciales hay poco que negociar. No creo en esas parejas que parten de la idea de sacrificar lo que más les gusta por complacer al otro, a cambio de que éste admita privarse de lo que más le gusta. No creo que la medida de las relaciones interhumanas sea lo que soy capaz de ceder, sino lo que somos capaces de compartir.
Nadie debe compensarme por aquello que doy con el corazón, mi recompensa es poder darte y nada hay para negociar.
En la amistad, en la familia y en la pareja me gustan mucho más los acuerdos que las negociaciones, y prefiero siempre las renuncias a los sacrificios.
17º Iguala sin competir: No existe la “sana” competencia. Difícilmente se obtenga algo saludable de ella. No es necesaria.
Reniego de los méritos que se le atribuyen a la competencia salvaje de ser el mejor. El éxito en los resultados no nos pide ser los mejores, sino actuar más adecuadamente, más eficazmente o más sabiamente que la mayoría.
No hemos de confundir el saludable hecho de intentar ser la mejor persona que podemos ser con la gozosa vanidad de acariciarse el ego por haberlos derrotado a todos.
18º No temas al fracaso: Sólo se puede aprender desde el error. Si haces algo bien desde la primera vez, puede ser que halagues tu vanidad, pero no aprendes nada. Ya lo sabías. Equivocarse será parte esencial y deseable del proceso.
19º Vuelve a empezar: En el camino de nuestra vida llegamos a puntos muertos, lugares sin retorno, situaciones a las cuales nos ha conducido un error tan importante que ni siquiera tiene corrección. La decisión es volver a empezar.
Volver a un lugar en el que ya estuve, sabiendo que la situación ya no será la misma y el espacio será diferente.
20º No dudes del resultado final: Aprender a confiar en nuestras habilidades, dones y posibilidades es un recurso de gran ayuda en el logro de cualquier tipo de objetivos.
No creernos el menosprecio de otros y sobretodo intentar rodearnos de mensajes de confianza del exterior, fortalecidos y motivados por la propia y renovada apuesta por nosotros mismos.
La certeza del resultado final es justamente lo que podrá hacernos recuperar la fuerza para hacer y para arriesgar, la motivación para avanzar, para desear, para insistir, para valorar el camino recorrido y para seguir luchando por lo que creemos.

¿Como estas vibrando hoy?


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¿SABES EN QUE NIVEL DE VIBRACIÓN ESTAS?
La vibración más baja corresponde al terreno de nuestro ego, es el nivel del miedo y por eso se generan toda clase de problemas. La vibración media es el terreno de la esperanza, de esta manera, comienza a producirse la “suerte”. Finalmente, la vibración más alta corresponde al terreno del Espíritu, es el nivel de la Fe Absoluta, en el cual se producen los milagros, la mayoría de nosotros nos encontramos vibrando en el nivel medio. A veces decaemos por los problemas que se nos presentan y después de realizar cierto esfuerzo nos recuperamos. Otras veces, vivimos momentos de iluminación y gran conexión con nuestro Creador, entonces, vibramos con una energía alta y nos sentimos poderosos, llenos de fe y entusiasmo.
Cuando una persona comienza su camino de crecimiento personal, lo primero que surge son sus resistencias internas. El primer día decide, por ejemplo, comenzar una dieta, repetir afirmaciones u organizar su vida, sin embargo, al día siguiente es probable que no haga ni la mitad de las cosas que se propuso. Estas resistencias están generadas por el ego, el ego es la parte que se siente separada del Espíritu y que, a su vez, genera el drama personal.
Es muy difícil mantenerse en un mismo nivel todo el tiempo. Es probable que te sientas muy bien en un momento, pero luego te encuentres con tu ex pareja, o te pelees con tu jefe, tu hijo o un amigo, o te enfermes, y encuentres tu vibración personal cambie súbitamente. Cada persona debe aprender a cuidar sobremanera su vibración personal.
Por lo general, aquellas personas que nos traen problemas son “maestros “que nos enseñan lo que no hemos sanado que ponen a prueba nuestra posición, de esta manera sabemos si esa posición es sólida o no. Si alguna persona tiene la facultad de “ponerte de mal humor”, es porque aún tienes una parte débil en tu ser que necesita ser sanada. No puedes cambiar a los demás pero sí puedes cambiarte a ti mismo.
Otra verdad metafísica explica que “las Leyes Superiores se imponen sobre las Inferiores”. Esto significa que en cuanto mejores tu vibración personal, mejorarás la vibración de todos aquellos que te rodean. Esta es la forma más efectiva de cambiar a los demás”. Con sólo mejorar uno mismo, mejoran las relaciones con los otros. Este principio nunca funciona al revés, ninguna persona de vibración baja puedes disminuir tu vibración, salvo que te encuentres débil, de ser así, no estabas vibrando alto.
La preocupación complica la solución de un problema porque baja el nivel vibratorio. En nuestra cultura está “bien visto” que una madre se preocupe por su hijo o viceversa. Sin embargo, desde el punto de vista metafísico, la preocupación puede ser muy dañina porque aumente la fe en lo negativo y agrava el problema. La mejor manera de ayudar a una persona es “ocuparse” de ella para que mantenga la fe bien alta y piense en la solución feliz del problema. Un hijo que se angustia por la enfermedad de su madre está demostrando tener más fe en la enfermedad que en la recuperación de su salud; por lo tanto, su preocupación está ayudando a que su madre se enferme aún más. En ese caso, el hijo deberá primero curar sus propios miedos para luego intentar ayudar a su madre. Esto no significa ser indiferente al problema, sino todo lo contrario; la diferencia esencial reside en que debe mantener toda la atención posible en la feliz solución. La fe del hijo en la curación de su madre será la mejor ayuda que ella pueda recibir.
Cada vez que quieras ayudar a alguien, deberás primero elevar al máximo tu energía personal y después entrar en contacto con la persona necesitada. En síntesis, para ayudar a otros tienes que estar muy bien contigo mismo; de lo contrario, el problema ajeno te puede llegar a absorber. Un metafísico debe ser sanamente egoísta y pensar en sí mismo primero; debe aprender a mantenerse siempre en una posición fuerte para ayudar a los demás a salir del pozo.
Debes recordar que es el ego de cada uno el que genera los dramas personales. Por eso, es importante que te mantengas en una posición positiva para recordarle al otro su verdadera naturaleza espiritual, que la vida es felicidad y que debe restituir su nivel de alegría. No escuches al ego de la persona que sufre; escucha a su Espíritu y te darás cuenta que Dios siempre está presente.
Cuando una persona siente un gran miedo, está utilizando todas las técnicas metafísicas en forma negativa. La persona pronuncia las palabras que describen su miedo; visualiza con claridad lo que podría pasarle y, finalmente,, siente en todo su cuerpo las reacciones que el miedo produce. Si se insiste un poco en este proceso, la manifestación de aquello que se teme se producirá con mucha facilidad. Si la persona tiene miedo a enfermarse, es probable que hable con la gente acerca de la enfermedad; también, se vea a sí misma padeciéndola y se imagine todo el dolor que su cuerpo sentiría si estuviera verdaderamente enferma.
En síntesis, el miedo es la fe en lo negativo. Para elevar el nivel vibratorio se debe utilizar esta misma fórmula pero eligiendo pensamientos más positivos.
El primer paso es cancelar el miedo repitiendo “cancelado” en voz alta, por lo menos tres veces. Luego se debe repetir alguna afirmación positiva, como, por ejemplo: “Yo Soy muy sano. Mi cuerpo físico está siempre saludable y fuerte”. Luego la persona debe verse a sí misma saludable y feliz. Finalmente, debe sentir su cuerpo funcionando correctamente. Para finalizar, quiero mencionarte que NO existen enfermedades incurables; sólo existen personas incurables.
CÓMO GENERAR ENERGÍAS POSITIVAS
Las energías iguales se atraen. Esto significa que cuando tu vibración personal es muy baja… se te presentan muchos problemas. Lo primero que debes hacer es mejorarla, para entonces atraer a tu vida situaciones y personas que te den más felicidad.
CUIDAR LA PALABRA
Para generar una mejor vibración personal, en primer lugar deberás ser muy cuidadoso con lo que pronuncias. Evita usar las “malas palabras”; ellas tienen una vibración muy baja y afectan tanto al ambiente como a las personas. Puedes utilizar las malas palabras una vez como descarga de tu enojo y eso es válido; el problema se presenta cuando se convierten en vocabulario habitual.
Otras palabras que tienen vibración muy baja son aquellas que pronuncian cuando uno se queja o critica a alguien. La Palabra tiene poder Creador.
Cuando nos quejamos de algo sólo estamos afirmando más el problema. Por otra parte, cuando criticamos a alguien estamos dándole más lugar a la percepción de nuestro ego que a la de nuestro Espíritu. El ego siempre marca las diferencias y nos aleja de estar en paz unos con otros. El Espíritu nos recuerda que “Todos somos Hijos de Dios y que ÉL nos ama a todos por igual.
La crítica hace que veas en el otro lo que no ves en ti mismo. Si la tomas de esta manera, puedes llegar a convertirse en una herramienta muy útil para tu conocimiento personal. Una vez que resuelvas tus propios problemas internos, dejarás de criticar a los demás.
Evita participar en discusiones o en reuniones donde sólo se hable vanamente. Cuida tu energía verbal y resérvala para decretar aquello que sea importante para ti
SELECCIONAR LAS IMÁGENES
Debes hacer un gran esfuerzo para concentrar toda tu atención en las imágenes que sean más positivas para tu evolución. Tal como lo vimos al estudiar el Principio del Mentalismo, las imágenes de guerra, crueldad, pobreza, enfermedad, catástrofes o cualquier otra situación que te haga sentir miedo o inseguridad… aumentarán más la sensación de estar separado de tu Creador y no te conducirán de ninguna manera a tener más paz.
Esto no significa que debas vivir ausente de lo que sucede en el mundo. Puedes informarte y conocer todas las noticias del momento sin que eso te haga sentirte culpable; lo importante es que aprendas a “concentrar tu atención en lo bueno”. Sólo esto te ayudará a elevar tu energía personal. Presta atención a la reacción de tu cuerpo cuando lees una buena noticia. Seguramente sentirás alegría, más confianza y paz. Es probable que estés pensando: “Pero todos las noticias del mundo ahora son muy malas”. Si ésta es tu idea, entonces cancélala inmediatamente; de lo contrario, te tocará ver todas las peores noticias del planeta. Por el contrario, si comienzas a creer que en el mundo también suceden cosas buenas, te enterarás de todo lo bueno.
LA SENSACIÓN FÍSICA
El placer es el camino más directo para aumentar tu energía personal. Es aconsejable practicar todas las actividades que te brinden placer físico, como los deportes, el baile, la gimnasia, el caminar por un parque o frente al mar y demás. La visita a lugares naturales siempre ayuda a elevar la vibración personal.
La risa de placer y aumenta considerablemente el nivel energético personal además de acelerar los procesos curativos del cuerpo. Rodéate de gente que te haga reír; mira programas cómicos, especialmente aquellos en que el humor no es personal; encuéntrale el lado cómico a todo lo que te sucede y verás cómo la soluciones aparecen más fácilmente. Si estás muy enojado y alguien te hace reír, notarás que no puedes volver a enojarte como antes. La risa y el enojo no son compatibles. Cuando más nos reímos, más rápido desaparece la ira.
A veces, es conveniente valerse del recuerdo de situaciones felices del pasado. La mayoría de la gente se pasa todo el tiempo recordando todo lo malo que le ha tocado vivir y lamentándose; eso sólo sirve para atraer más cosas malas al presente porque se está generando el mismo tipo de energías.
Si quieres vivir una situación muy romántica en el presente, puedes traer a tu memoria el recuerdo del momento más romántico y que hayas vivido en el pasado. Revive la sensación física sin poner la atención en la otra persona; sólo recuerda aquello que sentías dentro de ti y vuelve a experimentarlo. Cuando más lo hagas y disfrutes, más pronto tendrás a tu lado a la persona que te dará todo ese placer.
La razón por la que no debes poner la atención en quien estuvo a tu lado en el pasado es que, muy probablemente, ésta no sea la misma persona en el presente. Deja al Universo que te provea de la persona más adecuada para ti en el presente.
Las personas que se sienten solas y se quejan de su soledad, sólo atraen más soledad o relaciones que fracasan rápidamente. Si éste es tu caso y no puedes recordar ningún momento romántico de tu pasado, tienes que crearlo en tu imaginación.
Concéntrate en las imágenes, palabras y sensaciones que te ayuden a vibrar en la frecuencia del amor y, entonces, al amor aparecerá en tu vida.
Recuerda que las energías iguales se atraen solo el Amor atrae el amor.
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Fuente:bioterapiaeldespertar.

Los pensamientos curan mas que los medicamentos

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Reclame ia medicina que tenga en cuenta la capacidad de curar la energía, es mucho más eficaz que los medicamentos.
Usted asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son los medicamentos que nos recetan?
Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo.
Porque esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados “efectos secundarios”. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda.
¿Y qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y mueren.
Si un médico las mirara, diría: “¿Qué medicina hay que darles?” ¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad.
¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?
Dentro de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.
En un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?
No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.
¿Está diciendo que el efecto placebo –creer que algo nos sanará– es más curativo que un medicamento? Pero no hay casi investigaciones sobre eso.
Sí, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer energía sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. El dinero controla la ciencia.
Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario
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Explíquenos qué es la medicina cuántica o medicina de la energía.
Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema  inmunitario, proliferan. Es como el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas.  Como decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.Y eso enlaza con la física cuántica.
Si todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede matar. En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que tú interpretas.  Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.
Usted ha explicado que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Pero no lo podemos controlar. Lo puedes reprogramar.
La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.
Es decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se ‘programa’ su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable. Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.
¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?
Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también filtra esa informacion, pero no es así. La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la consciente, pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi mente consciente dice: “Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico”, pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: “¿Por que sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?”. Los pensamientos positivos, el conocimiento… solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente.
Con su investigación, ha aunado ciencia y creencia, un binomio que evita la mayoría de los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?
Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista biológico. Si cojo mis celulas y las tralado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de dentro sino de fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la transmisión. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo.
Esto explica la reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir, pero la transmisión siempre está ahí. ¿Eso le hizo creer que tenemos espíritu?
Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate?  Solo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.
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Bruce Lipton