02 diciembre 2025

Vientre Hinchado: Síntomas, Tratamiento y Dieta

 




Lorena Pascual

El vientre hinchado o distensión abdominal es una afección en la que el abdomen se siente apretado e hinchado, es decir, se produce una distensión.

Viente hinchado o distención abdominal

¿Qué son los gases?

El gas es el aire existente en el aparato digestivo. El volumen diario de gas intestinal, en condiciones normales, es de 200 ml aproximadamente. Estos gases son expulsados a través de la boca (eructos) o por el recto (flato).

La flatulencia es el exceso de gas en el estómago o en los intestinos y son los causantes de la distensión abdominal o vientre hinchado y las flatulencias.

Dieta para el vientre hinchado o distención abdominal

Menú alimenticio para 1 día:

Cada persona debe saber qué alimentos le sientan mejor o peor, al igual que se debe revisar todo el etiquetado de los productos consumidos. Pero os dejamos el menú de un día como ejemplo:

DesayunoYogur natural con arándanos
AlmuerzoPieza de fruta
ComidaPisto de verduras y filetes de pollo
MeriendaTostada con fiambre de pavo
CenaTortilla de atún y calabacín

¿Qué alimentos pueden ayudar a presentar un exceso de gases?

En general, existen ciertos alimentos que pueden aumentar la cantidad de gases (en caso de padecer alguna enfermedad habría que centrarse en dicha patología). Algunos ejemplos son:

  • Verduras: coles de Bruselas, coliflor, cebolla, brócoli, judías, cebolla, setas, alcachofas…
  • Legumbres: garbanzos, alubias…
  • Frutas: manzana, pera, melocotón…
  • Granos integrales
  • Lácteos: leche, yogur, helados…
  • Alimentos envasados que indiquen que contienen lactosa.
  • Bebidas carbonatadas o gaseosas.
  • Zumos: de manzana, de pera…
  • Otros productos: gomas de mascar, caramelos, suplementos dietéticos con ciertos tipos de fibra.

¿Qué comidas debo evitar para reducir el gas?

Para poder educir los gases y así evitar las molestias del vientre hinchado se pueden reducir los alimentos que hemos nombrado anteriormente y que pueden producir gas. Además de tratar de evitar:

  • Alimentos fritos y con cantidades elevadas de grasa
  • Los alimentos ricos en fibra durante unas semanas: pero luego ir aumentando lentamente su consumo.
  • El azúcar.

También se tendrá que llevar una alimentación acorde en caso de sufrir de alguna otra patología como puede ser la intolerancia a la lactosaenfermedad celiaca, síndrome de colon irritable… para ello debe consultar con un especialista, en este caso un Dietista- nutricionista.

A su vez, realizar un registro de los alimentos que se están ingiriendo para realizar un seguimiento de los hábitos alimenticios y también de los síntomas que se están padeciendo puede ayudar a identificar qué alimentos específicos están produciendo los gases.

Síntomas de exceso de gases

Cada persona puede tener unos síntomas diferentes, pero los síntomas más comunes de los gases incluyen:

  • Eructos: es normal eructar de vez en cuando y sobre todo durante y después de las comidas, pero si es eructa mucho es posible que se esté tragando demasiado aire y que se esté expulsando antes de que entre en el estómago.
  • Distensión abdominal: como ya se ha comentado, es la sensación de “estar llenos” o hinchazón en el abdomen. Ocurre durante o después de las comidas.
  • Dolor o malestar en el abdomen: si el gas no se mueve de manera natural en el aparato digestivo se puede notar cierto malestar o incluso dolor. Pudiendo sufrir de cólicos asociados a la acumulación de gases en el tubo digestivo.

Causas de los gases

Las causas que provocan el vientre hinchado no son las mismas en todas las personas. El gas normalmente entra al aparato digestivo cuando se traga aire o cuando las bacterias intestinales descomponen los alimentos sin ser bien digeridos. Las causas más comunes son:

  • Procesos fisiológicos como:
    • Aerofagia (ingestión de aire): Se traga aire al comer y beber. Pero se puede tragar demasiado aire si: se comen gomas de mascar, se ingieren bebidas carbonatadas o gaseosas, se come o se bebe muy rápido, se fuma, se chupan caramelos duros y con la utilización de dentaduras postizas flojas.
    • Fermentación bacteriana en el intestino: los hidratos de carbono que no se han digerido en el estómago ni intestino delgado pasarán al intestino grueso. Allí, las bacterias descomponen los hidratos de carbono sin digerir y se crean gases.
  • Enfermedades: algunas enfermedades provocan que una persona tenga más gases de lo normal o que cuando se tenga gases la sintomatología sea más pronunciada.
    • La proliferación bacteriana en el intestino delgado: la proliferación bacteriana en esta parte del intestino puede ser una complicación de otras enfermedades. Al tener un aumento o cambio del tipo de bacterias en el intestino delgado se pueden producir gases adicionales o incluso diarrea o pérdida de peso.
    • Síndrome del intestino irritable (comúnmente conocido como colon irritable): puede afectar al movimiento de los gases y es posible que se note cierta distensión abdominal debido al aumento en la sensibilidad a la cantidad de gases.
    • Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): las personas que presentan esta enfermedad pueden eructar más, ya que se alivia su malestar.
    • Intolerancia a la lactosa y a la fructosa: se presentan síntomas como gases, distensión abdominal o diarrea tras la ingestión y digestión de alimentos que contengan dichos hidratos de carbono.
    • Enfermedad celiaca: también puede producirse distensión abdominal o vientre hinchado.
    • Otras enfermedades que afectan al movimiento de los gases como síndrome de evacuación gástrica rápida, hernias abdominales, cáncer de colon…

¿Cómo se diagnostica la causa de los gases?

Normalmente, un médico diagnostica la(s) causa(s) del exceso de gases o el aumento de los síntomas con un historial médico y mediante un examen físico. O incluso si se sospecha de alguna enfermedad asociada, puede solicitar pruebas específicas para la detección de dicha enfermedad.

Tratamiento para los gases en el aparato digestivo

Consejos generales para reducir o prevenir el exceso de gas

Para prevenir tener el vientre hinchado por exceso de gas, se puede:

  • Tragar menos aire: comiendo más lento, evitando gomas de mascar y caramelos duros, no utilizar pajitas para beber.
  • Dejar de fumar
  • Cambiar la dieta

¿Qué es el Helicobacter pylori?

 


¿Qué es el Helicobacter pylori?

El Helicobacter pylori es una bacteria gram negativa en forma de espiral (forma helicoidal)

Helicobacter pylori crece y coloniza el tejido gástrico y su mucosidad, pero a diferencia de otras bacterias, el Helicobacter pylori tiene muchos nichos de crecimiento (como por ejemplo, el moco gástrico, la superficie del epitelio, la base de las criptas y el interior de las células epiteliales).
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Se sabe que el Helicobacter pylori es tolerante al ácido, infecta al estómago y puede producir gastritis  y ulceración (úlcera péptica). Además, de que también se está viendo que puede ser un factor de riesgo del cáncer gástrico, cáncer del cardias gástrico (aunque tiene un papel controvertido) y linfomas tipo MALT (tejido linfoide asociado a mucosas). En 1984 fue identificada el Helicobacter pylori, y en 1994, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer clasificó el Helicobacter pylori dentro del grupo I de carcinógenos. Ocasionalmente, también produce anemias (tanto por falta de hierro como por B12) y trombocitopenia entre otras.

Hoy en día, no existe un esquema ideal para erradicar el Helicobacter pylori ya que puede variar según las circunstancias como pueden ser múltiples sitios de crecimiento, falta de adherencia al tratamiento, inadecuada supresión del ácido…

Dieta para Helicobacter pylori

Cuando tenemos un diagnóstico de Helicobacter pylori y es positivo y además se sufren síntomas como molestias en el estómago, gastritis etc. Se debe acudir al médico para que paute tratamiento, pero la alimentación en estos casos también es esencial.

La mejor alternativa conocida hasta el momento es una dieta de “fácil digestión”, “dieta blanda” o “de protección gástrica” y se debe evitar todo lo que produzca o favorezca a la irritación e inflamación gástrica.

Menú alimenticio para un día

DesayunoRevuelto de huevos con pavo
AlmuerzoPlátano
ComidaBerenjena asada y pechuga de pollo a la plancha 
MeriendaYogur natural con almendras 
CenaLenguado a la plancha con zanahoria y calabacín 

Alimentos que debes evitar

  • Cereales integrales
  • Bollería industrial y dulces: como galletas.
  • Carnes rojas como la ternera
  • Pescados azules (como salmón, atún…) y marisco
  • Lácteos: sobre todo los curados, con alto contenido en grasa y azúcar.
  • Fruta cruda: excepto plátanos maduros y frutas no ácidas maduras
  • Legumbres enteras (mejor en puré)
  • Alcohol
  • Bebidas azucaradas
  • Zumos ácidos de cítricos: de pomelo, naranja, mandarina, tomate…
  • Bebidas excitantes como tés, café, cacao…
  • Alimentos picantes por ejemplo, con chile, pimentón picante…
  • Salsas demasiado grasas o ácidas
  • Cuidado con aderezos como limón y vinagre

Otros aspectos a tener en cuenta

  • Evitar cocciones ricas en grasa como pueden ser los fritos.
  • No utilizar cocciones que produzcan quemaduras en los alimentos como puede ser el horno
  • Tener cuidado con no ingerir grandes cantidades de comida, e recomendable aumentar la cantidad de tomas pero que tengan menor volumen de alimento.

Siempre hay que probar tolerancia individual.

¿Cómo puede el Helicobacter producir enfermedad?

Porque contiene una serie de factores que le ayudan en su virulencia (Definición: “grado de la capacidad de un microorganismo para producir enfermedad”). Factores:

  • Forma y movimientos en espiral
  • Proteínas de adaptación y enzimas
  • Habilidad de adherirse a las células de la mucosa del estómago y al moco

Factores de riesgo que contribuyen a la enfermedad

Entre ellos encontramos:

  • Edad de la persona al comienzo
  • Cepa y concentración de la bacteria
  • Factores genéticos de la persona
  • Estilo de vida
  • Salud general

Prevalencia de la bacteria

A nivel mundial el 60% de la población está infectada por Helicobacter pylori pero solo el 20% de los infectados presentará alguna de las enfermedades asociadas nombradas anteriormente. Y la prevalencia es mayor en países en desarrollo.

Diagnóstico de helicobacter pylori

¿Cómo se contagia el Helicobacter pylori?

Actualmente, no se conoce el método de contagio de esta bacteria. Se sospecha que se podría contagiar mediante alimentos infectados por Helicobacter pylori, contacto persona- persona (oral –oral, como puede ser contacto boca a boca, misma cuchara en madre e hijo…), por aguas contaminadas o instrumental médico contaminado, pero no se sabe a ciencia cierta. Además, puede variar de países desarrollados a países en vías de desarrollo.

¿Cómo evitar el contagio por H. pylori?

Por lo que para prevenirlo se recomienda: tener buena higiene, lavado de manos regular, realizar buenas pautas de higiene alimentaria, beber agua de fuentes potables y limpias, cuidar la salud bucodental.

Síntomas de la infección por Helicobacter pylori

Se debe saber que la infección por Helicobacter pylori se puede adquirir en la infancia y permanecer asintomática hasta la vida adulta. No produce inmunidad de memoria y puede darse una reinfección.

Algunos de los síntomas que puede causar son: dolor de estómago, debilidad, cansancio, sensación de ardor en la parte superior del abdomen, pérdida de peso (en niños retraso de crecimiento)…

Métodos para diagnosticar la infección por Helicobacter pylori

Los métodos diagnósticos de la infección por Helicobacter pylori se clasifican en directos e indirectos:

  • Directos: se estudia el Helicobacter pylori mediante el estudio de muestras obtenidas de una biopsia gástrica. Para ello se necesita hacer una endoscopia.
  • Indirectos: se estudia una característica del Helicobacter pylori (por ejemplo, en la prueba del aliento se ve la capacidad de dicha bacteria en hidrolizar la urea) o se estudia la respuesta de nuestro sistema inmune (se miden los anticuerpos específicos). La ventaja es que estos métodos no son invasivos.

La prueba más común es la prueba del aliento. En unos 10 minutos ya se puede saber el resultado. Para la realización de cualquier prueba se tiene que consultar con el médico.

Tratamiento de erradicación del Helicobacter pylori

Siempre consultar al médico acerca del tratamiento y hacerlo conjunto a su supervisión.

El tratamiento actual consiste en tomar un inhibidor de la bomba de protones (es decir, omeprazol, esomeprazol…) junto con antibióticos (el médico considerará las cepas, dosis y duración del tratamiento).

Siempre que se tome un antibiótico debe ser bajo prescripción y supervisión médica, ya que debido al abuso de la población de la ingesta de ellos, actualmente, existe una resistencia a los antibióticos.

La duración del tratamiento la especificará el médico, pero se conoce que un tratamiento entre 7 -14 días aumenta la eficacia erradicadora. Aunque se recomienda una pauta de 10 a 14 días en lugar de la previa de 7 (pero la duración lo indicará el médico).

Para saber si se ha conseguido eliminar esta bacteria, el médico realizará una segunda prueba para su detección.

Suplementos

Actualmente, existen en el mercado una serie de suplementos, en este caso los probióticos posiblemente sean eficaces ante la inflamación por Helicobacter pylori, pero a día de hoy, ninguno de los consensos recientes recomienda utilizar probióticos, ya que no todas las cepas son eficaces, tampoco la dosis y duración de la administración. Pero sí que hay ciertos estudios que se está viendo que se mejoran las tasas de erradicación y que se disminuyen los efectos adversos, pero de momento no se recomienda su utilización.

 Nutrium


Disbiosis intestinal: tratamiento y alimentación

 


La salud intestinal es un pilar fundamental para el bienestar general. En los últimos años, la disbiosis intestinal está siendo uno de los grandes temas a estudio debido a su gran prevalencia en la población y a que puede afectar, entre otros, a la digestión, el sistema inmunitario e incluso el estado de ánimo. A continuación, te explicamos qué es, cómo se diagnostica y qué pautas de alimentación pueden ayudarte a recuperar el equilibrio intestinal.

¿Qué es la disbiosis intestinal?

La disbiosis intestinal es un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, es decir, en las bacterias que habitan nuestro intestino. Cuando las bacterias beneficiosas disminuyen y aumentan las que pueden resultar perjudiciales, se altera el funcionamiento del sistema digestivo y la absorción de nutrientes, generando síntomas entre los que destaca la inflamación intestinal.

Causas

Como la mayoría de las patologías digestivas, la disbiosis no tiene una única causa. Generalmente, aparece por la combinación de varios factores como:

  • Uso prolongado de antibióticos o fármacos (protectores gástricos, anticonceptivos, antihistamínicos, etc.).
  • Dieta pobre en fibra y alta en ultraprocesados, azúcares y grasas trans.
  • Estrés crónico, que altera la comunicación del eje intestino-cerebro.
  • El consumo de tóxicos como el tabaco o el alcohol.
  • Una disbiosis en la microbiota oral (resultado de una periodontitis). 
  • Infecciones intestinales previas o intoxicaciones alimentarias.
  • Déficit de sueño y sedentarismo.
  • Trastornos digestivos crónicos, como el síndrome del intestino irritable.

Síntomas

Los síntomas pueden variar según la persona, pero los más comunes son:

  • Hinchazón y gases.
  • Dolor o malestar abdominal.
  • Cambios en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea).
  • Sensación de no haber acabado de vaciarse tras una deposición.
  • Malas digestiones o sensación de pesadez.
  • Fatiga, falta de concentración y alteraciones del ánimo.
  • Aumento de la sensibilidad alimentaria o intolerancias.

Es importante conocer que hay muchas patologías vinculadas con la disbiosis intestinal como las migrañas, la dermatitis atópica, las enfermedades autoinmunes, la diabetes o la obesidad. Esto significa que la disbiosis o bien participa en las mismas o bien son consecuencia de ellas.

Diagnóstico

El diagnóstico debe realizarlo un profesional sanitario. Debemos evitar el autodiagnóstico, algo muy común en las patologías digestivas.
Algunas pruebas útiles para ello son:

  • Valoración clínica y dietética para identificar síntomas y hábitos asociados.
  • Análisis de microbiota intestinal (coprotest, test de microbioma, etc.).
  • Analítica general con marcadores inflamatorios.
  • Test de permeabilidad intestinal.

Tratamiento para la disbiosis intestinal

El objetivo es restaurar el equilibrio de la microbiota y reforzar la barrera intestinal. Por ello, el tratamiento combina varios enfoques:

  • Modificar la dieta para reducir los alimentos que alimentan a bacterias perjudiciales y favorecer los que nutren las bacterias beneficiosas. Esto debe hacerse siempre con ayuda de un dietista-nutricionista digestivo que estudie el caso y lo personalice. 
  • Uso de probióticos y prebióticos, siempre bajo recomendación profesional, ya que no se recomiendan en todos los casos debido a la individualidad del transcurso de la  disbiosis en cada persona.
  • Reducir el estrés mediante técnicas de relajación y ejercicio moderado.
  • Mejorar la calidad del sueño y mantener rutinas de descanso.

¿Cómo debe ser la dieta si padeces de disbiosis intestinal?

La alimentación es una de las herramientas más efectivas para mejorar la microbiota. Una dieta adecuada para la disbiosis intestinal debe ser:

  • Rica en fibra prebiótica (verduras, frutas y legumbres suaves).
  • Baja en azúcares refinados y ultraprocesados.
  • Equilibrada en grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos).
  • Con proteínas de calidad (pescado, huevo, carnes magras).
  • Hidratación adecuada, preferiblemente con agua y caldos naturales.
  • Con presencia de alimentos fermentados (lácteos como yogur natural o kéfir, kombucha, chucrut, etc.). 
  • Con control de cereales, descartando previamente la celiaquía y/o la sensibilidad al gluten. 
  • Con almidón resistente, presente en semillas y arroz y patata cuando se cocinan y se enfrían. 
  • Sin cenas tardías, favoreciendo el ayuno nocturno. Además, resulta importante dejar un mínimo de 3-4 horas entre ingestas.
esquema de una escultura sujeta por un doctor que explica disbiosis intestinal

Menú semanal para la disbiosis intestinal

Tipo de comidaLunesMartesMiércolesJuevesViernesSábadoDomingo
DesayunoYogur natural con avena y arándanosTostadas integrales con aguacatePorridge con manzana y canelaYogur vegetal con semillas de chíaHuevos revueltos con espinacasTostadas integrales con hummus y tomateAvena con plátano y nueces


MeriendaInfusión digestiva y 1 puñado de nuecesYogur natural y ½ plátanoPan de espelta con crema de almendrasManzana asada con canelaKéfir con copos de avenaInfusión de jengibre y 1 pera maduraTostada con aguacate
ComidaArroz integral con calabacín y polloEnsalada templada de zanahorias y Lentejas suaves con verdurasCrema calabaza  y Muslo pollo al hornoQuinoa con verduras al vapor y bacalaoEnsalada de zanahorias con aceite y limón y salmón a la planchaArroz con verduras y polloGarbanzos con espinacas y huevo duro
CenaPuré de calabacín y tortilla francesaCrema de zanahoria y lenguadoVerduras al vapor y pechuga de pavo a la planchaSopa de verduras y tortilla de calabazaHamburguesa de pollo casera con chips de boniatoVerduras asadas y tortilla de espinacasMerluza al horno con calabacín y patata

Alimentos prohibidos para la disbiosis intestinal

Algunos alimentos empeoran considerablemente la disbiosis y su sintomatología asociada, por lo que es mejor evitarlos: 

  • Verduras flatulentas (col, brócoli, coliflor, cebolla y ajo crudos, alcachofa) si generan molestias. 
  • Azúcares refinados y bollería industrial.
  • Refrescos, alcohol y bebidas energéticas.
  • Harinas blancas y ultraprocesados.
  • Embutidos y carnes procesadas.
  • Lácteos enteros o con azúcares añadidos.
  • Exceso de cafeína o edulcorantes artificiales, sobre todo los polialcoholes (acabados en -ol como maltitol, xilitol, sorbitol, muy presentes en chicles y caramelos sin azúcar). 

Alimentos recomendados para la disbiosis intestinal

Entre los alimentos que mejor se toleran y favorecen el transcurso de la disbiosis se encuentran: 

  • Verduras cocidas y frutas maduras (calabacín, zanahoria, calabaza, espinacas, manzana, pera).
  • Fuentes de fibra soluble: avena, lino, chía, legumbres suaves.
  • Alimentos fermentados: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha (según tolerancia).
  • Pescados y carnes blancas.
  • Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos.
  • Infusiones digestivas: manzanilla, jengibre o menta.