ME QUITO EL SOMBRERO
Ante los que dan sin esperar, ojalá naciéramos con el gen de la generosidad. Me quito el sombrero ante los que aguardan sin saber qué vendrá. Ante los arriesgados que no guardan nada para después…
Me quito el sombrero ante los que innovan y no van a remolque de las ideas de otros. Me quito el sombrero ante ‘los otros’; los que curran mucho y duermen poco, los que lo intentan aunque les tiente la rutina, los que aprietan los dientes y siguen, los que fracasan por intentarlo, los que resucitan al tercer día y brotan como una poesía, los que hacen aviones de papel a las tres de la madrugada… esos algún día volarán.
Me quito el sombrero ante los que encuentran un motivo por el que luchar. Ante los que batallan como leones y leonas, con instinto animal. Los que estallan ante las injusticias, los que no se callan cuando saben la verdad. Me quito el sombrero ante la sinceridad, joder cuántas mentiras cuenta el personal.
Me quito el sombrero ante los que tienen sangre en las venas y cero vendas en los ojos. Los que se mueven pero saben cuándo parar, los que ven más logros que ogros, los apasionados que lloran, los solitarios que observan, los que se suben a una montaña rusa y extienden los brazos… esos también volarán.
Me quito el sombrero ante los que no bajan la cabeza. A mí me miras a los ojos, con la cabeza bien alta o no me quito nada.
Miriam Imedio
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