Para responder a este pedido, puedes reemplazar tu antojo inmediato con otras comidas sanas que contengan los nutrientes que realmente estás necesitando. Si aprendes a escuchar estas señales e interpretarlas, podrás entender qué hay detrás de ese capricho repentino, descifrarlo y preguntarte qué requieres para mantenerte saludable.
Si se te antoja pan
Si sientes deseos de comer pan, seguramente tu cuerpo te esté informando de la necesidad de incorporar fibra, energía y glucosa. Prueba comiendo en su lugar un puñado de frutos
Este antojo es un índice de que tu cuerpo posiblemente esté requiriendo magnesio, cromo o agua. Para saciarlo, incorpora a tu dieta las frutas que más te gusten, que además te darán todos los nutrientes que estás necesitando sin añadir harinas, azúcares o grasas. Plátanos cocinados con vainilla, canela y nueces pueden ser un reemplazo saludable y delicioso.
Si se te antoja comida frita
Si tienes este antojo, tu cuerpo necesita seguramente grasa saludable o calcio. En lugar de responder directamente con alimentos con gran cantidad de aceite, prueba comiendo aguacate que contiene todos los nutrientes que tu cuerpo está pidiendo incorporar.
Si se te antoja algo salado
Cuando el cuerpo pide un alimento salado, lo más común es que esté necesitando agua y sodio, necesarios para regular la presión arterial y re-equilibrar el sistema nervioso y circulatorio. Incorpora en tu próxima comida verduras en lugar de snacks empaquetados o comida rápida. ¡Y bebe mucha agua!
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