Es muy posible que el título de este artículo te haya extrañado… ¿Un amor sin apegos? ¿Amar de modo consciente? ¿Es que todos nosotros no ofrecemos ya un amor a los nuestros de esta forma? La verdad es que no siempre, y de ahí la importancia de reflexionar un momento en estas ideas.
Amar de forma consciente es querer con el corazón y la mente abierta, es ofrecer madurez a la vez que enriquecimiento personal. Son muchos los que a día de hoy solo saben ofrecer ese amor inconsciente que busca dominar, y poseer.
Que alguien sienta celos a cada instante no significa que te quiera más, ni tampoco te mostrará más amor aquel que pone muros a tu mundo para hacerte cautivo de sus necesidades emocionales y sus vacíos.
El amor consciente favorece el crecimiento personal, respeta y sabe alimentar cada día un amor sencillo que se nutre de las pequeñas cosas. Hablemos hoy sobre ello.
Amar sin apegos para ayudarte a crecer
Empezaremos aclarando en primer lugar qué entendemos por la palabra “apego”. En psicología este término tiene una importancia vital. Todo niño, por ejemplo, necesita del apego de sus padres para crecer con seguridad sabiéndose querido, atendido y amado. Es un modo de fortalecer el vínculo.
Ahora bien, hay que saber que existen apegos saludables y apegos tóxicos. Pensemos por ejemplo en “los niños burbuja” criaturas sobreprotegidas a quienes los padres impiden poder avanzar con madurez, por miedo a que les ocurra algo, por temor a que se alejen de su lado y queden en soledad. Estos, son ejemplos de apegos dañinos que impiden nos crecer como personas libres y capaces.
Pensemos ahora en esa vertiente más espiritual, ahí donde muchos de nosotros caemos a menudo en la necesidad de apegarnos firmemente a lo material, a esos bienes físicos de los que dependemos, hasta tal punto que si no disponemos por ejemplo de determinadas cosas, sufrimos enormemente.
Los apegos, en su mayoría, nos hacen prisioneros. Si yo ejerzo un apego intenso sobre mi pareja, me obsesionaré en saber dónde se encuentra a cada instante, dudaré de sus palabras temiendo ser traicionada/o en algún momento, y lo que es peor, veré a esa persona como el centro de mi universo olvidándome de mí mismo.
Los apegos obsesivos son cárceles emocionales y prisiones para nuestra alma. Aferrarnos de forma inconsciente a nuestras parejas genera sufrimiento, hasta el punto de que muchos llegan a olvidar su identidad solo por centrar todo su mundo en esa persona. No seas cautivo del amor ni hagas prisioneros, construye vida, enriquece momentos favoreciendo siempre tu crecimiento y el de aquel o aquellaque está a tu lado.
Claves para construir un amor consciente y sin apegos
Sabemos que para muchos de nosotros no es fácil conseguirlo, porque en realidad, es muy difícil controlar ese amor que nos empuja y nos arrastra por mareas increíbles, amores que quitan el aliento y nos hacen querer con los ojos cerrados y el corazón encendido.
No obstante, es necesario que aprendamos a mantener el equilibrio, a construir un amor cotidiano que se enriquece de los detalles humildes y de las emociones sinceras que se ofrecen con altruismo, sin esperar nada a cambio. Te damos unas claves sencillas.
- Amar sin apegos es querer sin depender. No pongas tu felicidad en el bolsillo de la otra persona, no construyas toda tu realidad alrededor de la persona amada. Construye también tu universo sintiéndote una persona completa, madura y que se ama a sí misma. Si dispones de una buena autoestima sabrás hacer felices a los demás. Si tu alma está llena de carencias y de vacíos, querrás que los demás los “llenen” o te satisfagan, entonces también “harás prisioneros”.
- No te obsesiones en buscar a la pareja ideal. Conviértete tu primero en tu propio ideal, en ese alguien que se siente orgulloso de sí mismo, alguien con quien vale la pena compartir una vida.
- Para amar sin apegos debes permitir que la otra persona logre sus aspiraciones, que te vea como un acompañante en ese sendero que vais a construir entre los dos. Todo ello se consigue mediante la confianza, la complicidad y el respeto.
- El amor consciente es el que se ofrece con los ojos abiertos y el corazón protegido, es seguir siendo dos construyendo una unidad en común, sin egoísmos, sin manipulaciones ni chantajes emocionales.
El amor consciente es el que sabe ofrecer alas al crecimiento personal de la persona amada, a la vez que raíces para alimentar el vínculo. Es alentar en cada paso para que la pareja sea feliz sin olvidarnos nunca de nosotros mismos. No te aferres a los miedos o las desconfianzas o quedarás prisionero de tus propias emociones.
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