11 junio 2021

6 problemas que te aquejan cuando las bacterias intestinales están fuera de control

 





¿Sabías que, debido a la estrecha relación existente entre el intestino y el cerebro, un exceso de bacterias en el intestino puede derivar en problemas de memoria e incluso ansiedad?

La microbiota o flora intestinal está compuesta por una comunidad de bacterias intestinales que viven allí de manera simbiótica. Y aunque durante mucho tiempo se ignoró gran parte de su importancia, hoy en día esto ha cambiado gracias a los avances científicos. Por ello mismo, sabemos que es determinante tanto para los procesos digestivos como para la salud metabólica e inmunitaria.

En un organismo saludable, este grupo de bacterias beneficiosas regulan el pH digestivo y, a su vez, crean una barrera protectora contra los agentes infecciosos que enferman el cuerpo.

No obstante, debido a los malos hábitos alimenticios, el consumo de antibióticos y el estrés, su actividad puede verse comprometida, creando un desbalance que pone en riesgo la salud. Como consecuencia, se producen una serie de reacciones que, aunque al principio pueden parecer comunes, con los días pasan a ser problemas crónicos y difíciles de tratar.

Debido a esto es primordial conocer cómo se manifiestan cuando se salen de control y, en caso necesario, tomar las medidas oportunas para restablecerlas. ¡Descúbrelo!

¿Qué causa un desbalance en las bacterias intestinales?

Microbiota del cuerpo humano.
La microbiota sana contribuye a fortalecer el sistema inmune y prevenir enfermedades degenerativas neurológicas.

1. Enfermedades digestivas

Dado que las bacterias habitan y crecen en el intestino, sus desequilibrios ocasionan reacciones negativas en el sistema digestivo. Esto se debe a que los microorganismos dañinos tienen la oportunidad de crecer de forma desmedida. Así, afectan los procesos que se encargan de descomponer los alimentos y absorber los nutrientes.

Como consecuencia, aumenta la presencia de jugos ácidos y toxinas que, a su vez, derivan síntomas molestos como:

  • Diarrea.
  • Gastritis.
  • Estreñimiento.
  • Úlceras duodenales.
  • Gases y flatulencias.
  • Distensión abdominal.
  • Ardor en el estómago.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Síndrome del intestino irritable.

2. Problemas cognitivos

Aunque muchos no lo saben, el intestino tiene un estrecho vínculo con la actividad cerebral y, por lo tanto, su desbalance puede provocar reacciones negativas en las funciones cognitivas.

La flora microbiana participa en la producción de varios neurotransmisores importantes y, cuando se desequilibra, puede derivar problemas en la memoria, ansiedad y otros síntomas que afectan el pensamiento.

3. Deficiencias nutricionales

Las bacterias saludables que habitan en el intestino son fundamentales para que el cuerpo lleve a cabo una correcta síntesis de vitaminas, minerales y demás nutrientes esenciales. Una vez estas se salen de control y se tornan dañinas, el proceso digestivo se ralentiza y disminuye la capacidad para absorber los nutrientes de forma óptima.

Si bien al principio es difícil notarlo porque el cuerpo guarda reservas de nutrientes, con los días se derivan una serie de síntomas que indican una baja importante en estos.

Algunas de las más comunes son las deficiencias de:

  • Vitaminas: D, K, B7, B12.
  • Minerales: magnesio y calcio.

4. Trastornos cutáneos

Hasta el momento son muchos los factores internos y externos que se relacionan con la aparición de los trastornos que afectan la salud de la piel. Entre esto, la salud intestinal ha tenido un estrecho vínculo, sobre todo por el papel que desempeña en la desintoxicación y absorción de nutrientes.

Padecer cualquiera de las siguientes enfermedades cutáneas puede estar alertando un problema de bacterias intestinales desequilibradas:

  • Acné.
  • Rosácea.
  • Psoriasis.
  • Eczema.

5. Enfermedades autoinmunitarias

Las enfermedades autoinmunitarias están catalogadas como crónicas, ya que el organismo se ataca a sí mismo en su afán por luchar contra los agentes que considera peligrosos. Esto dificulta su detección y tratamiento, sobre todo porque los síntomas iniciales suelen confundirse con algunas afecciones comunes.

Aunque su origen es diverso y debe ser analizado por un experto, no hay que descartar que tenga relación con los intestinos enfermos. Esto se debe a que las alteraciones en sus bacterias aumenta el nivel de inflamación de los tejidos y pueden empeorar el desarrollo de los síntomas.

Algunas de estas enfermedades son las siguientes:

  • Diabetes tipo 1.
  • Artritis reumatoide.
  • Enfermedad celiaca.
  • Tiroiditis de Hashimoto.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal.

6. Estrés crónico, otra posible consecuencia del desequilibrio de las bacterias intestinales

El estrés es un desequilibrio emocional que suele desencadenarse por muchos factores internos y externos.

Aunque ante algunas situaciones es inevitable, también puede que se produzca como reacción de los desbalances de las bacterias intestinales.

En estos casos se produce un incremento en la segregación de los niveles de cortisol que, sumados a las toxinas, afectan la producción de las hormonas del bienestar.

Atravesar cuadros de estrés crónicos y recurrentes, pese a tomar las medidas necesarias para controlarlos, es una señal contundente de un intestino poco saludable.

Identificar cualquiera de estos problemas es una razón más que suficiente para mejorar los hábitos que ayudan a promover la salud intestinal.

Adoptar una buena alimentación y evitar la exposición constante a las toxinas son algunas de las medidas simples para evitar sus desbalances.

Mejor con Salud

10 junio 2021

Relación entre el dolor de cabeza y el hígado.

El dolor de cabeza y la migraña son problemas de salud que pueden tener orígenes muy variados, por ello, no es posible nombrar uno o dos posibles causantes. Por lo general, se nombran varios factores, pero aún así, hay uno que se suele pasar por alto y es el malestar digestivo y hepático.

¿Sabías que existe una relación directa entre el dolor de cabeza y el hígado? A continuación te contamos más al respecto.

¿Qué vinculo existe entre el dolor de cabeza y el hígado?

Cuando el hígado funciona correctamente, disfrutamos de una calidad de vida óptima. Sin embargo, en ocasiones aparecen los problemas digestivos y varias molestias. Estas ocasionan cansancio y otros síntomas que, generalmente, incluyen el dolor de cabeza.

No obstante, ¿cómo se asocian el dolor de cabeza y el hígado enfermo? Pues bien, el hígado es un órgano que interviene en muchos procesos y, como comentábamos anteriormente, facilita el equilibrio de todo el organismo.

Respecto a esto, los naturópatas, homeópatas y personas del mundo de la medicina alternativa añaden que, al ser un órgano “enclave” de la salud, cuando no funciona correctamente se puede esperar que una persona experimente dolor de cabeza.

Asimismo, indican que, para saber reconocerlo, hay que entender que es un dolor que viene y se va. Aparece de modo intenso en la zona de las sienes o en la parte trasera de la cabeza.

Mujer con dolor de cabeza por ansiedad.

Es frecuente que lo confundamos con la cefalea tensional. Sin embargo, este dolor viene acompañado por dolor en el abdomen y una sensación de saciedad. También se siente un malestar incómodo en la tripa, que va acompañado por un sabor amargo en la noca, lengua blancuzca o amarillenta y un poco de náuseas.

También es frecuente padecer insomnio en las primeras horas de la noche y dificultades para despertar por la mañana. En las mujeres, es habitual padecer el síndrome premenstrual con unos síntomas intensos.

Por lo general, lo que sucede es que estas cefaleas aparecen cuando el hígado está intoxicado o enfermo. Por esa razón, no cumple adecuadamente su función y no puede hacernos llegar la energía necesaria a la cabeza y las extremidades. De ahí provienen el dolor y el cansancio.

¿Cómo cuidar mejor del hígado y evitar los dolores de cabeza?

El alcohol es perjudicial para la salud renal
Las bebidas alcohólicas incrementan la carga sobre los riñones y aumentan el estrés. En consecuencia, pueden complicarse las enfermedades.

1. Adiós a las bebidas alcohólicas

Lo primero que hay que hacer para cuidar de la salud del hígado es eliminar el consumo de alcohol, que también causa deshidratación y dolor de cabeza. En su lugar, lo mejor es darle prioridad al consumo de agua y bebidas naturales, como los zumos, las infusiones herbales y los smoothies.

2. Mejorar la dieta

Las siguientes recomendaciones pueden serte de ayuda para mejorar la dieta, y así cuidar el bienestar del hígado. Recuerda que son solo recomendaciones; de ningún modo sustituyen a la consulta profesional con el médico o nutricionista.

  • Consume más verduras y frutas frescas.
  • Reduce el consumo de grasas trans y saturadas, frituras, azúcar, sal y productos industriales y ultraprocesados.
  • Mantén un consumo moderado de café y té para evitar inconvenientes.
  • Evita comer en grandes cantidades: lo mejor es que comas lo justo y varias veces al día, sin saltarte ninguna comida principal.
  • Da prioridad a los alimentos vegetales y cereales integrales.

3. Cuídate mentalmente

Como ya sabes, los hábitos de vida influyen directamente en la salud del hígado, pero también la mente.

Es sumamente recomendable dedicar al menos media hora al día a hacer algo de deporte y moverse, con el fin de despejar la mente de las preocupaciones y potenciar la salud y el bienestar físico en general. Basta con salir a caminar o a correr unos 30 minutos al día, por ejemplo.

Por otra parte, encuentra siempre unas horas al día para ti misma, para disfrutar de las cosas sencillas. Puede ser estar sola en un parque leyendo o pensando o salir a tomar un café con tus amigas.

Ejemplo de una dieta adecuada para evitar el dolor de cabeza

Con estos alimentos, podrás cuidar el hígado y evitar los dolores de cabeza asociados a este malestar. Para mayor información y una dieta que se ajuste a tus necesidades específicas, no dudes en consultar con el médico.

La dieta para el hipotiroidismo debe pautarla el médico.

1. Desayuno

  • Vaso de agua tibia con el jugo de medio limón.
  • Una rebanada de pan de avena integral con mermelada de arándanos (sin azúcar).
  • Media manzana y dos nueces.

2. A media mañana

  • 1 manzana o 1 pera.
  • O una taza de zumo de frutas natural o una infusión de menta.
  • Una tostada integral con unas gotitas de aceite de oliva.

3. Almuerzo

  • Verduras a la plancha: por ejemplo, brócoli o coles de Bruselas.
  • Pescado blanco a la plancha.
  • Un cuenco pequeño con trocitos de papaya.

4. Merienda

  • Un vaso de agua de avena con unas fresas.

5. Cena

  • Alcachofas hervidas con un poco de aceite de oliva y vinagre.
  • Arroz integral hervido con aceite de oliva, sal y laurel.
  • 1 kiwi.

6. Una hora antes de ir a dormir

  • Una infusión de melisa, menta, tomillo.

Otras recomendaciones

Si tienes dudas acerca de cómo cuidar correctamente tu salud hepática, lo mejor que puedes hacer es consultar con tu médico de cabecera. El profesional te hará un chequeo y te indicará qué aspectos de tu vida debes mejorar para estar sano y ganar en bienestar.

Recuerda que una forma de preservar el bienestar integral del cuerpo es llevar una alimentación saludable y balanceada, así como una buena hidratación y rutina de ejercicios.