15 junio 2021

Por qué tenemos antojos de dulces incluso después de comer

 

Los efectos negativos del antojo de dulces


 Equipo Editorial

El ansia de dulces es un sentimiento irresistible. ¿Por qué surge? ¿Por qué los dulces se antojan siempre, incluso después de tener un almuerzo o una cena muy abundante? Es muy evidente que el consumo de azúcar refinado trae muchos problemas de salud, son cientos de estudios los que lo demuestran.


¿Qué es el azúcar?

Primero, averigüemos qué es el azúcar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los azúcares libres incluyen monosacáridos y disacáridos agregados a alimentos y bebidas por el fabricante, chef o consumidor, y azúcares que se encuentran naturalmente en la miel, jarabes, jugos de frutas y concentrados de jugos de frutas. Lo que solemos llamar azúcar es sacarosa.

Es un disacárido y consta de dos monosacáridos: glucosa y fructosa, en los que se descompone la sacarosa durante la digestión. La glucosa es el combustible más común para todas las células del cuerpo; se forma durante la descomposición no solo de la sacarosa, sino también de otros carbohidratos.

“También existe el término “azúcares naturales”. Se encuentran en verduras, frutas, productos lácteos y se digieren más lentamente que el azúcar libre. Además, ingresan al cuerpo junto con otros nutrientes, vitaminas y minerales, fibra, lo que también ralentiza el proceso.

Por qué tengo antojos de dulce aunque haya comido recién

Los expertos médicos son unánimes en la opinión de que un alto consumo de azúcares libres está directamente relacionado con la mala calidad nutricional, la obesidad y el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Por lo tanto, es importante comprender por qué tenemos antojos de azúcar y cómo reducir nuestra ingesta.

1. Subidón de insulina y la sensación imaginaria de saciedad

Una de las razones de los antojos de azúcar está en el mecanismo de absorción de glucosa. Cuando consumes carbohidratos rápidos y fácilmente digeribles (azúcar y dulces), los niveles de glucosa en sangre aumentan rápidamente. Se envía una señal al cerebro sobre la ingesta de alimentos y la sensación de el hambre se apaga.

Sin embargo, luego hay una liberación brusca de insulina, y el nivel de glucosa en la sangre cae. Después de un corto tiempo, la sensación de hambre reaparece y, a menudo, la persona nuevamente busca los típicos antojos dulces.

Si se trata de caramelos, galletas o bizcocho, el proceso se repite, creando una imaginaria sensación de saciedad a corto plazo, lo cual crea un peligroso círculo vicioso.

Los carbohidratos simples se encuentran en verduras, frutas y productos lácteos. Pero, como se mencionó anteriormente, la fibra dietética y las grasas de estos productos ralentizan su absorción y el proceso de producción de insulina es mucho más lento y fisiológico.

2. Tienes poca sensibilidad al sabor del azúcar

La percepción del gusto depende de la concentración de una sustancia particular (que causa sensaciones gustativas: dulce, amargo, ácido y salado) en la comida. Para que una persona sienta el sabor, en este caso dulce, la concentración de la sustancia debe alcanzar el umbral de detección. Hasta este umbral de detección, sus papilas gustativas no se sentirán dulces.

Cada persona tiene un umbral de detección individual y está influenciada por muchos factores, desde las características fisiológicas hasta la dieta. Si la persona tiene un alto umbral de detección de sabores dulces, necesitará más azúcar para sentirse satisfecho.

3. Lo dulce es una recompensa

Desde el punto de vista de la neurobiología y la neurofisiología, la glucosa está involucrada en el sistema de recompensa. Este es un conjunto de estructuras del sistema nervioso que regulan y controlan la conducta con la ayuda de emociones positivas y sentimientos de placer en respuesta a acciones o decisiones.

El consumo de dulces desencadena la llamada vía mesolímbica, cuyo componente principal es la dopamina, un mediador del placer. Le da al cerebro una recompensa instantánea. Este mecanismo nos induce a comportamientos favorables para la supervivencia de la especie.

Se dispara el sistema de recompensa, el sistema límbico refuerza la conducta. Es decir, intentaremos repetir una y otra vez la acción que provocó el placer. En este caso, este es el consumo de dulces. Por lo tanto, muchos han formado una asociación psicológica positiva con los dulces: el azúcar proporciona una liberación de dopamina a corto plazo, lo que mejora temporalmente el estado de ánimo.

4. Lo dulce después del almuerzo es un hábito

Para la mayoría de las personas, quizás en sus antojos de dulces se encuentra un hábito alimenticio establecido. El postre al final de una comida es una tradición formada históricamente. Era una conclusión lógica para una comida y dejaba un regusto agradable.

Desde el punto de vista del estómago vacío, la dulzura provocará un aumento a corto plazo de la glucosa en sangre, un aumento de la insulina y no traerá una completa satisfacción.

Los hábitos alimenticios también pueden prolongarse desde la niñez si se anima al niño con dulces después de cenar. Es así como se forma una conducta alimentaria estable, que también pasa a la edad adulta.

Niña comiendo dulces

5. Nuestro cuerpo requiere variedad

La saciedad sensorial específica o “saciedad sensorial” también puede ser la culpable de nuestro deseo de comer dulces después de la comida principal.

Este fenómeno explica por qué es más probable que comamos más alimentos cuando tenemos una amplia variedad de alimentos frente a nosotros. También se cree que la saciedad sensorial es un mecanismo evolutivo.

¿Cómo dejar de comer dulces?

El nutricionista aconseja: si eres un loco goloso, empieza a renunciar a los dulces gradualmente, reduciendo la cantidad de azúcar en tu té o café, eligiendo una porción más pequeña de postre o saltándolos en una de tus comidas. Nadie te está instando a que dejes los dulces por completo, no hay “comida prohibida”.

Es mucho mejor permitirse comer pequeñas porciones de tu comida favorita que rechazarla por completo. Esto puede provocar un deseo desesperado de comer solo eso.

Reemplaza los dulces ricos en calorías por los naturales (frutas, frutos secos – en pequeñas cantidades). Come carbohidratos más complejos, proteínas, no tengas miedo de las grasas, especialmente las saludables.

También puedes entrenar tus papilas gustativas reduciendo el consumo de dulces, empezando a tomar bebidas sin endulzar, y de esta manera lograrás que tu cerebro acepte otros tipos de sabores, dependiendo menos de los sabores dulces.

Esto editará tus preferencias de sabor y creará nuevas preferencias: comenzarás a disfrutar de frutas y verduras dulces como la calabaza en lugar de pasteles y galletas.

14 junio 2021

Una mujer con autoestima te perdonará pero no te dará más oportunidades



Una mujer con autoestima no duda de ella misma nunca. Conoce muy bien sus luces y

 sus sombras y frente a situaciones complicadas, se agarra de sus virtudes y conocimientos

y pone en práctica su sabiduría, es decir: Se pone en acción.

Las personas fuertes y con mucho amor propio suelen coincidir en esto mismo, 

suelen ser personas “hacedoras”; personas que no se quedan estancadas en ningún aspecto

 de su vida, y cambian, se mueven (sin miedo a las zonas de confort) y hacen que su lectura 

interna influya en lo que perciben y experimentan del exterior.

Con su propia lectura positiva: (acepta lo bueno y lo malo de sí misma de una forma entregada

 e indudable). Y es por eso que cuando tiene problemas en el amor, no se queda a la espera de

 que los demás cambien, sino que ella misma toma riendas de las situaciones y si algo no le

 parece bien, lo dice, lo analiza y si hace falta se aparta.

Una mujer con autoestima puede perdonar

Porque tiene un alto grado de agradecimiento y compasión, dado que se ama mucho y sabe 

que en realidad, su bienestar, sólo depende de sí misma. Perdona y se libera; perdona y 

deja fluir. Jamás con apego, siempre con libertad.

Una mujer con autoestima no vive pendiente de nadie; vive pendiente de sí misma y 

entrega todo su corazón a las personas que merecen de su gran persona y de su gran 

pasión propia. Pero del mismo modo que te da la mano para ofrecerte todo su ser, puede 

darte la espalda y dajarte solo en tu propio camino.


Amar a una mujer con autoestima implica que tú seas muy parecida a ella en estos

 términos, porque de lo contrario no habrá afinidad ni complejidad. Si ella se ama tanto, 

también quiere estar con alguien que haga lo mimo consigo mismo, 

por lo que siempre filtrará a las personas de una forma natural, y no se juntará con cualquiera

 que no dé, de forma genuina y verdadera, lo que ella entrega: Verdad, honestidad, 

amor propio, valentía, sabiduría, compasión, flexibilidad y entrega.

Ella quiere alguien que no la ensucie

Ella no para de construirse y mejorar. Sabe que no es perfecta pero sí valora y 

conoce que es única y eso la hace diferente del mundo que la rodea. Sabe defender

 su posición y no tiene reparo en discutir y, al mismo tiempo, aceptar cuando se equivoca.

 Y eso le da el gran poder de ser humilde y trasparente. Y cómo bien sabrás, si el agua 

limpia y cristalina le tiras una gota de tinta, se turbia; y eso es precisamente lo que no 

permitirá jamás a nadie: que la turbien.


Ella se ríe de sí misma

Por supuesto que sabe reírse de sí misma, por eso tiene ese gran poder de que no

 le afecten las cosas exteriores, porque su flexibilidad en la vida, emocionalmente, 

la convierte en alguien fuerte. Al revés que una roca, que es dura pero se desgasta

 con el tiempo, ella es como el agua, que puede llegar a cualquier rincón, o situación, 

de una forma efectiva y es capaz de, gota a gota, diluir hasta la roca más dura.

Se ríe por eso mismo, porque sabe que por más que falle o se equivoque, su interior

 será capaz de afrontar cualquier adversidad y será capaz de salir de donde no le 

conviene estar. Se ríe porque sabe que con su gran actitud puede mover montañas.

Ella no le tiene miedo a la soledad

Muchos hombres creen que a las mujeres no les gusta estar solas, y creen que ellas

 necesitan de un hombre para sentirse seguras; pero una mujer con autoestima, 

necesita todo lo contrario. Necesita amar antes su soledad para no necesitar de nadie.

 Y eso, en temas sentimentales, muchas veces choca a los hombre, ya que ellos 

no terminan de comprender cómo eso es posible. Sí, aún existe mucho 

micromachismo mental en la sociedad y eso es una realidad que a muchos los pone 

en “alerta”, incluso diría yo, a la defensiva. Pues una mujer de este calibre es indomable, 

y a un domador eso le da miedo.

En definitiva:

A una mujer con autoestima, no la podrás controlar (domar) y si tiene que dejarte

 lo hará sin rechistar. Te perdonará, porque sabe que toda persona merece el perdón,

 o una segunda oportunidad. Pero en este caso, una segunda oportunidad que 

deberás vivir solo, porque ella: Se irá sin dar explicaciones. Ella no quiere dramas 

ni personas complicadas en su vida. Quiere personas que sean agua, como ella es. Agua limpia.

Autoría: Albert Espinola 


𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄𝐒 𝐌𝐀𝐑𝐀𝐕𝐈𝐋𝐋𝐎𝐒𝐎𝐒

 




𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄𝐒 𝐌𝐀𝐑𝐀𝐕𝐈𝐋𝐋𝐎𝐒𝐎𝐒

También hay hombres maravillosos que llegan a nuestra vida te agarran de la mano y te dicen vamos quiero caminar contigo.
Bendito el hombre que llega sin malas INTENCIONES y con sinceridad a la vida de una mujer...
Aquel que le brinda seguridad
y la hace sentir hermosa, sexy, inteligente, que la hace su cómplice de locuras, pero sobre todo la hace sentir amada, respetada y deseada...
Bendito sea ese hombre
que le brinda más cariño que problemas, el que se gana a pulso su confianza y es capaz de ayudarle a restaurar sus heridas...
Aquel que no llega con mentiras ni traiciones, el que aún sabe ser un caballero y tiene claro que el romanticismo no pasa de moda...
El que no llega a hacer llorar y ayuda a limpiar sus lágrimas,
el que sabe que su relación es una prioridad y la resguarda como un tesoro...
Ese varón maduro que no necesita andar conquistando cientos de mujeres para disfrazar su baja autoestima, porque sabe que un verdadero hombre es capaz de convertir a su pareja en su mujer, su amiga y amante...
Aquel que puede ser tan rudo como tierno, tan apasionado como cursi, tan loco como cuerdo...
Bendito sea ese hombre y bendita la mujer que lo valore y le corresponda de la misma manera.
por que sabran que han encontrado su alma.