La Organización Mundial de la Salud asegura que el consumo de bebidas alcohólicas en reuniones sociales es muy frecuente en muchos lugares del mundo. Este hábito trae consecuencias negativas para salud por sus propiedades tóxicas y la dependencia que produce. ¿Realmente sabes cómo afecta la ingesta de alcohol en el cuerpo?
El consumo de alcohol, es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. De hecho, cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido a su consumo nocivo lo que viene a representar el 5,9% de todas las defunciones.
África López Illescas , médico del Consejo Superior de Deportes en la Agencia Española de Prevención de Salud en el Deporte y profesora de la facultad de Medicina de la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid, profundiza aún más sobre el efecto del alcohol en el cuerpo. Lo hace en su colaboración quincenal con “El Bisturí”.
¿Cómo afecta?
Según la doctora, el alcohol afecta a nuestro cuerpo produciendo una gran agresión a la fisiología, al sistema metabólico y a los órganos y, en concreto, a uno muy importante: el cerebro.
El alcohol afecta a los hábitos de humor porque nos sentimos contentos pero los procesos de pensamiento y juicio se van alterando produciendo una pérdida progresiva de memoria y de otras capacidades mentales.
López Illescas detalla que el etanol “es una droga que afecta a nuestro cerebro de forma activa con un número elevado de efectos sobre nuestro organismo”, además de crear dependencia.
- A nivel cardiovascular, sobre todo dependiendo de la dosis de alcohol que estamos ingiriendo, puede aumentar mucho la presión sanguínea llegando a provocar hipertensión. También puede producir daños en el músculo cardíaco debilitando sus paredes y perdiendo la capacidad de bombear la sangre.
- A nivel digestivo lo más grave es la pancreatitis aguda, una enfermedad que afecta al páncreas de una manera muy severa. En el caso del hígado, es un órgano que hace lo que puede, evoluciona agrandándose e intentando adaptarse y limpiando esta sobrecarga metabólica pero al final claudica; produce una hepatitis muy grave que termina en cirrosis y, por supuesto, en la muerte celular de los hepatocitos.
¿Por qué produce dolor de cabeza y mareos?
La experta apunta que cuando el alcohol llega a la sangre, -que dependiendo de la persona suele tardar entre 30-90 minutos después de ser ingerido-, se produce una disminución importante de azúcares en ella, provocando una sensación de debilidad, agotamiento, mareos…
La acción del alcohol “inhibe también una hormona muy importante, la vasopresina”, subraya la doctora. Sin esta función, el riñón falla y empieza a eliminar más agua incluso de la que ingiere y provoca que el organismo busque agua en otras estructuras.
La facultativa señala que una zona a la que más recurre el organismo es a la meninges, situadas en la cabeza y de ahí se explica el intenso dolor cuando están deshidratadas.
¿Puede provocar la muerte?
“Desgraciadamente sí”, contesta África López de manera rotunda.
Es lo que se denomina intoxicación etílica y “aunque de forma habitual no se sabe” puede darse en personas que no han bebido mucho porque cada uno tiene unas condiciones individuales.
Según la profesora, el alcohol produce un efecto bifásico en el cuerpo:
- Produce una sensación de relajación y de alegría.
- Puede llegar a síntomas como visión borrosa o falta de coordinación que puede llegar a fase anestésica y finalmente al coma etílico.
¿Es beneficioso tomar una copa de vino al día?
Son muchos los estudios y expertos que insisten en los grandes beneficios que aporta la ingesta de una copa de vino al día, pero África advierte: “Aún no está muy claro porque para unas personas el consumo moderado es beneficioso pero para otras no”.
Es cierto que se recomienda una copa al día durante alguna comida porque así se retrasa la absorción de etanol y disminuye el nivel de alcoholemia alcanzado. Esta copa es rica en flavonoides, lo que tiene “un efecto vasodilatador sobre las arterias”.
Además también funciona como antioxidante. Estos efectos del vino podrían tener en algunas personas efecto preventivos de carácter cardíaco.
Por supuesto, el vino no es “nada recomendable en niños y adolescentes así como en adultos diabéticos, con enfermedades hepáticas, con cardiopatías, en personas que toman medicación y embarazadas”.