Las #Ondas #Alfa nos ayudan a mejorar nuestra memoria, incluso pueden hacer que mejore nuestra #inteligencia.
08 febrero 2022
La ondas Alfa
06 febrero 2022
Cómo oxigenar y rejuvenecer tus células
El cerebro es mucho más que nuestro disco duro, también es la diana principal para mantener la salud de todos los órganos del cuerpo. Algunos hábitos ayudan a que pueda prevenir la enfermedad.
Hay situaciones que llegan a quitar el aliento, tanto si nos atrapan y sentimos que no nos dejan espacio y que el tiempo se nos come, como si nos sorprenden o impresionan, y en ambos casos se suele utilizar la expresión «me falta el oxígeno».
El oxígeno nos lleva a pensar en el aire que respiramos, en espacios naturales, en sentirse bien, disfrutar del tiempo y de la libertad. Sin embargo, cuando se viven periodos de cansancio, estreñimiento, dolor muscular, enfermedades crónicas, estrés o ansiedad, o aparecen síntomas de envejecimiento prematuro, poco nos acordamos del oxígeno.
EL OXÍGENO ES UN NUTRIENTE ESENCIAL
Podemos estar semanas sin comer, días sin beber, pero escasos minutos sin respirar. El oxígeno es esencial para la vida y con cada inspiración se provee al organismo de este ingrediente necesario para realizar un sinfín de reacciones bioquímicas que mantienen la vida. Por ello, junto con el agua que bebemos y los nutrientes de los alimentos que comemos, se le considera un nutriente esencial.
Mientras los árboles y plantas lo producen, los animales y nosotros mismos lo consumimos, lo que nos recuerda que los vegetales son nuestros mejores aliados para mantener la salud y lo relevante que es cuidar los pulmones naturales de la madre tierra para preservar el conjunto de la vida de todos los organismos.
Pero el oxígeno también puede resultar nocivo y hacernos enfermar y envejecer, en concreto cuando se acumulan ROS, especies reactivas del oxígeno (del inglés Reactive Oxidative Species), entre las que se encuentran radicales libres que se producen durante el proceso de oxidación del oxígeno y a las que se ha atribuido un papel nocivo para el organismo, que ha contribuido a que el oxígeno tenga esas dos caras a modo de «ángel» y «demonio».
LA CLAVE ESTÁ EN LAS MITOCONDRIAS
Si nos imaginamos una cápsula de gelatina, como la de cualquier suplemento o medicación, cilíndrica con los bordes redondeados, pues así son las mitocondrias, los orgánulos que se encuentran en el interior de todas las células y que constituyen las centrales energéticas del organismo.
Las mitocondrias están especializadas en producir la energía que necesitan las células para funcionar y mantenerse bien sanas, y para ello disponen de toda la maquinaria metabólica para obtenerla a partir del agua, el oxígeno y los nutrientes de los alimentos que ingerimos, y finalmente se acaba almacenando en forma de ATP (adenosin trifosfato).
La "moneda energética", que es como se conoce al ATP, actúa como si fuera una batería con energía fácilmente utilizable por todas las células (del cerebro, corazón, músculos, piel...). Cuando se dispone de las monedas energéticas necesarias para llevar a cabo todas las funciones del organismo, nos sentimos más vitales, energéticos y más sanos.
CÓMO EVITAR LA OXIDACIÓN
Evitar el acúmulo de ROS, como son los radicales libres que se producen durante la producción de la energía en la mitocondria, es clave para mantener la salud de las células y de todo el organismo. Los radicales libres, aunque suelen ser tratados como dañinos, también tienen funciones beneficiosas, como el participar en los procesos de defensa del organismo y en la estimulación de los mecanismos biológicos antioxidantes, sobre los que actúan regulándolos dentro de ciertos límites y evitando así el estrés oxidativo.
- Consumir de forma habitual alimentos procesados, con alto índice glucémico e inflamatorios, produce un exceso de ROS como los radicales libres que dañan las mitocondrias.
- Cenar justo antes de ir a dormir obliga a las mitocondrias a trabajar, a generar una energía que no se va a utilizar, y unos radicales libres y desechos a los que no se va a dar salida y que se van a acumular en la célula.
- El humo del tabaco, la polución, la exposición a herbicidas, pestidas e insecticidas, productos de limpieza irritantes y tóxicos, plásticos, las radiaciones naturales como la radiación ultravioleta, y las radiaciones electromagnéticas artificiales como las de la tecnología inalámbrica, son fuentes exógenas generadoras de ROS que acaban comprometiendo la salud de las mitocondrias.
- El estrés crónico se convierte en una fuente de producción de radicales libres, se hace difícil la gestión del equilibrio oxidación-antioxidación y se acumulan radicales libres en exceso. Además, incide en los patrones del sueño, en cómo y qué comemos, debilita las defensas, y está detrás de muchos trastornos de salud.
DOLENCIAS CRÓNICAS Y DEGENERATIVAS POR DISFUNCIÓN DE LAS MITOCONDRIAS
Apatía, cansancio, fatiga, debilidad, migrañas, mala absorción de alimentos, estreñimiento, vómitos, diabetes, mayor tendencia a infecciones, dolor muscular, calambres, trastornos del sistema nervioso como las enfermedades de Alzheimer o Parkinson, esclerosis múltiple, autismo, enfermedad vascular, afecciones del hígado, del aparato reproductor o el cáncer, pueden ser debidos a una disfunción mitocondrial, expone la doctora Isabel Belaustegui, especialista en anatomía patológica y fundadora de la plataforma de salud Vida Potencial.
Además existen otras enfermedades debidas a una alteración congénita del ADN mitocondrial. De hecho, la doctora Belaustegui remarca que la disfunción mitocondrial es la primera causa de trastornos degenerativos en nuestra sociedad, y que cuidarlas es clave para mantener el equilibrio de la salud.
MÁS NUTRIENTES CON PODER ANTIOXIDANTE
Hay hábitos que favorecen la generación de nuevas mitocondrias (miogénesis) y la capacidad de reciclaje o autofagia (denominada mitofagia) eliminando las mitocondrias dañadas, envejecidas o que no funcionan correctamente, y favoreciendo la eliminación de las toxinas derivadas del metabolismo mitocondrial.
Lo que comemos, el ambiente, la genética o los aspectos psicosociales son factores de riesgo, es decir, pueden generar especies reactivas de oxígeno y en consecuencia romper el balance oxidante-antioxidante.
Una dieta rica en alimentos con antioxidantes es la clave para cuidar las mitocondrias protegiéndolas ante un exceso de radicales libres. Entre los alimentos más ricos en antioxidantes detacan los que tienen dosis abundantes de:
- Vitamina E, en el aceite de girasol, aceite de maíz, germen de trigo, avellanas y almendras.
- Vitamina C, de los cítricos, caquis, kiwis y hortalizas crudas como pimientos, perejil o coles.
- Vitamina A, solo presente como tal en los alimentos de origen animal. En los vegetales se encuentra como provitamina A, en forma de betacaroteno, que abunda en zanahorias, albaricoques, boniatos, espinacas, brécol o melón.
- Carotenos, pigmentos de la familia del betacaroteno que no se convierten en vitamina A pero que son antioxidantes, como el licopeno del tomate y la sandía, y la luteína y la zeaxantina, que se encuentran en verduras verdes, guisantes, puerros, arándanos, brócoli y yema de huevo.
Otros nutrientes participan en la funcion antioxidante y completan una dieta beneficiosa para la salud mitocondrial:
- Vitaminas del grupo B, que se encuentran en verduras de hoja verde, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas.
- Grasas saludables presentes en el aguacate, aceite de oliva virgen extra, aceitunas, coco, mantequilla ecológica y en el ghee.
- Proteínas, como las que proporcionan huevos y legumbres.
Además podemos potenciar la fabricación de antioxidantes endógenos, los que produce el propio organismo.
CÓMO GENERAR MÁS ANTIOXIDANTES ENDÓGENOS
Cada día fabricamos miles de antioxidantes endógenos para contrarrestar el daño que produce el exceso de radicales libres. Algunos hábitos potencian esa producción interna:
- El glutatión es el antioxidante maestro del organismo, que además de proteger a las células de los radicales libres neutralizándolos, las salvaguarda frente a agentes carcinogénicos, colabora con el sistema inmunitario y participa en numerosas reacciones metabólicas. La restricción calórica a través del ayuno intermitente aumenta la producción de glutatión. También los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 (en el pescado, las semillas de lino o las nueces), el resveratrol de las uvas negras, el cacao, los arándanos y los pistachos, el sulforafano del brécol, la epicatequina del té verde y la curcumina de la cúrcuma.
- La coenzima Q10 participa en la generación de ATP, además de actuar como antioxidante. Se encuentra en aguacates, frutos rojos, pomelo, brécol, coliflor, nueces, semillas y el aceite de oliva.
CÓMO OXIGENAR LAS CÉLULAS SIN DAÑARLAS
Llevar un estilo de vida que minimice el estrés tóxico que se produce en las células por el exceso de radicales libres, que ayude a eliminar toxinas y desechos del metabolismo y que estimule la producción de antioxidantes endógenos, que se suman a los dietéticos, es el secreto para oxigenar las células sin dañarlas.
PLAN PARA CUIDAR LAS MITOCONDRIAS
Estos 6 hábitos ayudan a producir nuevas mitocondrias y a eliminar las toxinas y desechos que producen. Con ellos, se consigue estar más vital y saludable.
Por la Dra. Isabel Belaustegui
- Más naturaleza: Pasear, caminar, estar al aire libre y hacer ejercicios de respiración son potentes medicinas para oxigenar bien las células y que puedan disponer de este nutriente esencial que permite fabricar la energía. El contacto con la naturaleza, incluso en las zonas verdes en la ciudad, ayuda a oxigenarse. Con cada inspiración nos proveemos de oxígeno, y con cada exhalación se eliminan toxinas y se evita que se acumulen en el organismo.
- Hidratarse bien: Para eliminar las toxinas y desechos, hidratarse bien es de gran ayuda. Beber suficiente agua, de litro y medio a dos litros al día, permite que los riñones puedan limpiar y eliminar las toxinas. Además hay que recordar que el agua es otro nutriente esencial para realizar los procesos de obtención de la energía por parte de las mitocondrias, y para hidratar todo el organismo.
- Ejercicio físico: Toda actividad física es favorable, aunque se ha evidenciado que el ejercicio físico intenso a intervalos resulta especialmente apropiado para el ciclo del oxígeno. Cada persona debe encontrar la actividad física más indicada que se adapte a su estado físico, sus propios gustos y su estilo de vida.
- Sauna y baños fríos: Estimular la sudoración con la sauna o el ejercicio físico ayuda a eliminar toxinas oxidantes por el sudor a través de la piel. Tanto el efecto calor como el efecto frío, al darse una ducha o un baño en el mar, favorecen que se formen nuevas mitocondrias y activa los mecanismos específicos de protección contra el exceso de radicales libres y la producción de calor como mecanismo compensador de la cadena energética.
- Higiene del sueño: Un descanso reparador es esencial para producir melatonina, imprescindible para la salud mitocondrial. Entre las pautas de higiene del sueño que ayudan a conseguirlo están llevar una rutina horaria, cenar pronto, ligero y con alimentos ricos en triptófano, evitar las luces brillantes y las pantallas, hacer pausas durante el día, como una siesta, y exponerse cada día al menos veinte minutos al sol.
- Momentos de relax: Gestionar el estrés crónico es clave porque provoca un aumento importante de los radicales libres, que acaban dañando a nuestras mitocondrias y, con ello, a todo el organismo. Para reducir el estrés que se acumula puedes tomar descansos durante el día, meditar, pasear por un parque o bailar.
- Elisabet Silvestre
10 alimentos en conserva para sobrevivir en situaciones extremas
La cocina "preparacionista" ante temores de desabastecimientos mundiales está tomando impulso. Sin llegar a ese extremo, la vieja técnica de preparar y almacenar conservas de larga duración resulta tremendamente útil para estar preparados ante cualquier situación.
Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha sabido aprovechar lo que nos ofrecía la tierra y almacenar para los meses de frío o ausencia de cosecha.
Salazones, alimentos deshidratados como los orejones o las pasas, fermentaciones, el enterrado en arena o fibra de coco que se aplica a raíces como la zanahoria o la remolacha roja y otros sistemas de conservación llevan con nosotros desde hace milenios y otros como la esterilización al baño maría desde hace siglos.
En pleno siglo XXI disponer de una buena despensa es bastante sencillo y tenemos variedad de productos y conservas para elegir, tanto para el congelador o la nevera como para mantener a temperatura ambiente.
ESCASEZ DE ALIMENTOS O DE ENERGÍA: ASÍ SE PREPARAN
Desde hace unos meses se está popularizando el movimiento de los “preparacionistas” que son personas que almacenan comida y otros elementos de supervivencia como linternas o agua para posibles situaciones de emergencia o desabastecimientos de gas, electricidad o alimentos
No se trataría por tanto de una despensa básica para consumir en los menús familiares de las siguientes semanas y ayudarnos en la logística de la cesta de la compra, sino de alimentos para guardar a más largo plazo.
En esas circunstancias podemos recurrir a gran variedad de latas y conservas tanto de verduras como pescado o embutidos/productos cárnicos y hasta procesados como barritas energéticas o dulces.
Pero también podríamos preparar una despensa de larga duración 100% vegetal y más saludable.
CÓMO PREPARAR UNA DESPENSA DE LARGA DURACIÓN
La lista de una posible despensa vegetal puede ser larguísima, pero lo mejor es:
- Elegir pocos alimentos, pero muy nutritivos, fáciles de calentar o cocinar y de larga duración.
- Marcar bien la fecha de caducidad. Algunos de los productos citados como legumbres, cereales secos o pasta pueden durar años en el lugar adecuado, oscuro, seco, alejado de la humedad y en recipientes herméticos, aunque se recomienda consumirlos en unos 18 meses. En el resto de los alimentos habrá que revisar la caducidad en cada caso y tenerlo en cuenta para irlos consumiendo y reponiendo.
- Para mayor protección, podemos recurrir a clavos de olor y hojas de laurel seco porque ahuyentan a los insectos. Se pueden colocar dentro de los recipientes o en las estanterías.
10 BÁSICOS EN UNA DESPENSA PARA EMERGENCIAS
Esta es la lista de alternativas de conservas de larga duración para estar preparados para seguir una dieta vegetal a base de conservas si las circunstancias lo exigiesen.
1. LEGUMBRES EN TODAS SUS FORMAS
Son la proteína vegetal por excelencia, saciantes y muy nutritivas y pueden solucionarnos la alimentación básica en cualquier tipo de crisis social-económica. Podemos almacenarlas tanto secas –si luego disponemos de recursos y combustibles para cocinarlas– como cocidas. Las conservas de cristal y sin conservantes son las más adecuadas.
- Contamos con una amplia variedad según cada zona: alubias o frijoles, garbanzos, lentejas (verdes, marrones, rojas, amarillas…), habas, altramuces, azukis, judía mungo y más.
2. CEREALES Y PSEUDOCEREALES
Arroz, avena, espelta, maíz, quinoa, sarraceno… han sido la base de la alimentación de distintas civilizaciones y nos pueden enriquecer muchas comidas.
- Las podemos guardar tanto en grano como cocinadas y hasta se pueden congelar con el método de la bandeja que consiste en que se coloca en una bandeja los granos cocidos y fríos y cuando se congelen ya se guardan en tarros. De esta forma quedan sueltitos y no apelmazados.
- Aquí incluiríamos harinas y pasta, siempre contando con que tengamos opciones para cocinarlas.
3. FRUTOS SECOS
Los frutos secos, preferentemente con cáscara, también serán protagonistas de esta despensa de futuro porque son alimentos poderosos y en su pequeño tamaño y poca cantidad ofrecen muchos beneficios nutricionales, además de ser energéticos y proteicos.
- Apostamos por los frutos secos locales y tenemos una amplia variedad a elegir como nueces, almendras, avellanas, anacardos, pistachos, castañas… Y no nos olvidemos del cascanueces o aparato similar.
- Como los frutos secos son alimentos muy concentrados, con un puñado al día es suficiente.
4. CONSERVAS CLÁSICAS
Las conservas clásicas de verdura cocinada son los referentes del concepto “despensa” y nos harán más delicioso cualquier plato.
- Espárragos, pimientos asados, alcachofas, guisantes, acelgas, judías verdes, tomate crudo o salsa de tomate frito… son ejemplos de verduras que se encuentran con facilidad en botes de cristal.
5. ENCURTIDOS
Los encurtidos de calidad y fermentados como aceitunas, pickles, pepinillos, chucrut, kimchi y otros son buenos probióticos y encajan en este tipo de equipamiento.
6. SEMILLAS
Las semillas son auténticas píldoras nutritivas porque en ellas se encuentran todos los elementos que necesita la planta para desarrollarse.
- Semillas de lino, de sésamo, girasol, calabaza o cáñamo se encuentran con facilidad y los podemos conservar en tarros de cristal o al vacío.
7. ALIMENTOS DESHIDRATDAOS
Tampoco pueden faltar todo tipo de deshidratados, que podemos preparar nosotros fácilmente en casa tanto al sol, como en horno a baja temperatura o en aparatos deshidratadores eléctricos.
- Setas, tomates, frutas y verduras en juliana, entre más opciones, resultarán deliciosas al paladar y un gran recurso en nuestra despensa. Y la fruta deshidratada puede sustituir a otros caprichos poco saludables.
8. PROTEINA EN CONSERVA
Respecto a otras proteínas vegetales, más allá de las legumbres, para poder cocinar todo tipo de recetas y preparaciones, el mercado veggie ha evolucionado mucho los últimos años y podemos encontrar tempeh, tofu o seitán en tarro, soja texturizada, jack fruit (fruta tropical con textura similar a la carne) o latas de carnita (producto de a base de gluten y almendras).
9. ACEITES, VINAGRES Y SALSAS
Por supuesto hay una lista amplia de alimentos que serán el complemento perfecto para nuestra logística alimenticia: aceite de oliva, aceite de coco, vinagre, salsa de soja...
10. ADEREZOS
Es buena idea tener disponible miso (fermento-medicina con el que podemos preparar en segundos una rica sopa añadiendo una cucharita de miso a agua caliente), hierbas aromáticas y especias, algas, algún super alimento en polvo o suplemento alimenticio, endulzantes como estevia, azúcar de coco, melaza de cereales; canela, chocolate, bebidas vegetales en brick o en polvo…
8 plantas que alivian el cansancio
Más allá del café, algunas plantas ayudan a sentirse menos cansado y a afrontar el día con más vitalidad. Descubre cómo usarlas.
1. La hierba mate
Una opción con cafeína pero más suave que el café es la hierba mate (Ilex paraguariensis), pariente del acebo. Uruguayos y argentinos la conocen bien, pues forma parte de su cultura.
Se puede tomar en infusión y contiene cafeína (mateína), teobromina y teofilina, que ejercen una acción energizante sobre el sistema nervioso central.
2. El guaraná
Otra planta estimulante, rica en dos alcaloides de la familia de las metilxantinas –teofilina y teobromina– pero considerada libre del efecto adictivo del café o el té, es el guaraná (Paullinia cupana).
Su efecto es bastante inmediato, adecuado para personas que deban encarar tareas exigentes, como profesores, conferenciantes, opositores, estudiantes, atletas y otros deportistas en competición.
Las semillas de esta liana amazónica se suelen tomar en polvo, mezcladas en el yogur o el zumo, o bien en cápsulas.
Pero debe evitarse en caso de hipertensión.
3. El ginseng
Una planta estimulante china bien conocida que también actúa sobre el sistema nervioso central es el ginseng (Panax ginseng).
Incrementa la resistencia física y la capacidad de adaptación a los cambios y el estrés.
Los herbolarios chinos tienen la raíz cruda. Se puede tomar en decocción (una taza al día por la mañana), tintura, extracto líquido o cápsulas.
Se debe evitar a partir de media tarde y en caso de taquicardias, tensión alta o insomnio.
4. El romero
Un estimulante más suave, muy mediterráneo, es el romero (Rosmarinus officinalis). Tiempo atrás las gentes del campo ya lo usaban para afrontar las duras jornadas de faena física. Es un tónico con un claro efecto reparador, útil frente al cansancio físico y mental.
Estimula el sistema nervioso central, infunde cierta euforia y energía y ayuda a combatir la debilidad y la fatiga.
Se toma en infusión (una o dos tazas al día) o bien en tintura alcohólica (unas 50 gotas al día, disueltas en agua o zumo).
5. La nuez de cola
La nuez de cola es un estimulante con tanta cafeína como el café y que combate la fatiga.
Se toma en cápsulas (máximo 2 g diarios), con agua o zumo. Evitar si se toman antidepresivos o ansiolíticos.
6. La cáscara de cacao
El cacao es una muy buena fuente de magnesio, grasas insaturadas y vitaminas, contiene teobromina, una sustancia menos excitante que la cafeína y útil ante la astenia.
Se toma en decocción o en polvo.
7. La rodiola
La rodiola o el llamado ginseng nórdico ayuda en estados de debilidad, desgana y apatía. Aporta energía y resistencia física.
Se pueden tomar de 1 a 3 cápsulas diarias (de 250 mg de extracto estandarizado).
8. El eleuterococo
El eluterococo es una forma rápida y segura de ganar energía. Esta planta siberiana es adaptógena y estimulante, aumenta la resistencia física y la concentración.
Se pueden tomar de 3 a 7 comprimidos al día.
ENCUENTRA TU ENERGÍA SIN CAFEÍNA
Podríamos preguntarnos si realmente necesitamos ayuda para remontar el cansancio o la falta de tono. Pero lo cierto es que la bebida más consumida en el mundo –aparte del agua– es el té, seguido del café. Y entre los refrescos ganan, sin duda, las bebidas de cola. ¡Tres estimulantes!
Los estimulantes activan el sistema nervioso simpático. Este se encarga de mantener los estados de alerta, imprescindibles para abordar muchas circunstancias vitales.
Al activarse el sistema simpático, aumentan la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y el flujo sanguíneo del cerebro y los músculos, se dilatan las pupilas y se incrementa el apetito. La persona se siente así más alerta y preparada para la acción.
La cafeína, presente tanto en el café como en el té y la cola, es por tanto el estimulante más habitual. No suele tener efectos adversos si no se abusa de ella, pero puede crear cierta adicción.
En un herbolario es posible hallar alternativas, no ya a la cafeína, sino sobre todo a estimulantes químicos más drásticos de consumo muy poco recomendable.
UNA INFUSIÓN PARA MANTENERSE A TONO
Esta agradable infusión mediterránea ayuda a sobreponerse de la fatiga y a sentirse con más energía sin crear adicción.
Ingredientes:
- Romero, menta, ajedrea e hipérico, a partes iguales.
Preparación:
- Se separa una cucharada sopera de la mezcla de plantas por vaso de agua.
- Se pone el agua al fuego y se vierten las hierbas en una tetera o cazo.
- Se echa el agua caliente sobre las hierbas.
- Se deja reposar, tapado, unos 10 minutos.
Indicaciones:
- Se pueden tomar hasta 3 vasos al día, el último a media tarde.
- Cuerpommente