15 mayo 2023

15 enfermedades silenciosas


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Se puede definir una enfermedad como silenciosa cuando se inicia y evoluciona sin que la persona se dé cuenta (o quiera darse cuenta), porque no provoca síntomas.

Sin embargo, veremos que en muchos casos no son tan silenciosas como parece y que a menudo ofrecen síntomas que simplemente no queremos reconocer, que son como gritos que silenciamos y no nos dignamos escuchar. Ver más allá de esas "operaciones de despiste" de las enfermedades silenciosas más comunes es el objetivo del diagnóstico precoz.

Las revisiones de salud en los centros de trabajo, los análisis de sangre o las exploraciones de control sirven para detectar estas enfermedades o su posible desarrollo en el futuro, de modo que se puedan prevenir o empezar a tratar cuando aún se está a tiempo.

Dentro de las enfermedades silenciosas se pueden incluir las llamadas "silenciadas" u "ocultadas", que sí presentan síntomas pero que pocas personas admitirían públicamente padecer porque se consideran vergonzosas. Entre ellas se encuentran las de transmisión sexual, como el sida o la sífilis, pero también otras como la tuberculosis, la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica.

Hasta hace poco, el cáncer era una enfermedad silenciada, ya que la propia palabra era tabú: se decía que la gente moría de "una larga enfermedad".

¿Y qué decir de aquellos padecimientos que no escuchamos, a los que no hacemos caso, por repetitivos y aparentemente obvios? En este apartado se encuentran muchos trastornos mentales, que intentan taparse al considerarlos de menor entidad, aunque a la larga pueden ir evolucionando hasta suponer un problema de salud de primer orden.

HIPERTENSIÓN

Una hipertensión ligera no suele dar ninguna molestia. En ocasiones ocurre lo contrario, parece que incluso ayuda a mantener el tono del organismo. La hipertensión más común es la denominada esencial, que quiere decir que no se sabe de dónde procede y que posiblemente esté ligada a los genes.

Sin embargo, algunas circunstancias sí favorecen la aparición y el desarrollo de la hipertensión, y muchas de ellas son comunes a las enfermedades cardiovasculares. La dieta constituye un factor clave y el consumo de carnes, de excitantes como el café y el alcohol, y de sal elevan invariablemente la presión arterial. Pero otros aspectos de los hábitos de vida resultan también importantes.

ATEROSCLEROSIS

La aterosclerosis consiste en la formación de placas de ateroma en los vasos sanguíneos, principalmente en las arterias. Las placas de ateroma son depósitos de grasa, con una matriz de proteínas, que se acumulan en la luz del vaso y disminuyen su calibre.

Cuando se localizan en las arterias coronarias, impiden o reducen el flujo sanguíneo al corazón y dan lugar a episodios como la angina de pecho o el infarto de miocardio. Si se localizan en las arterias cerebrales, aumentan las deficiencias de memoria y provocan un mayor riesgo de accidente vascular cerebral.

El término "esclerosis" significa rigidez o endurecimiento, y es la segunda consecuencia de este proceso. Aumentar la elasticidad de las arterias implica cambios en los hábitos de vida, ya que se necesita una dieta pobre en grasas y proteínas, y más ejercicio. Por otra parte, los alimentos con acción antioxidante pueden ejercer un papel salutífero.

El control de la aterosclerosis pasa necesariamente por el control de los factores de riesgo que la provocan, como el exceso de colesterol, de glucosa sanguínea, de tensión arterial o de ácido úrico.

CÁNCER

Muchos pensarán que el cáncer es la enfermedad silenciosa por excelencia, no solo por la ausencia de síntomas previos sino por la gravedad que comporta en ocasiones su diagnóstico.

La prevención real del cáncer se encuentra en los hábitos dietéticos y de vida y se ha de llevar a cabo mucho antes de que se pueda realizar cualquier diagnóstico precoz. Por otra parte, las pruebas de detección del cáncer en pocas ocasiones son realmente efectivas si se realizan sobre toda la población.

El cáncer de mama y el de próstata tienen pruebas de detección específicas, pero incluso estas han sido discutidas.

En el cáncer de próstata la prueba denominada PSA puede no llamar la atención sobre un grupo amplio de personas con riesgo de padecerlo, aunque se trata de un cáncer lento de evolución, discretamente insidioso y en los últimos estudios clínicos no queda nada claro que una extracción de la próstata mejore realmente la supervivencia de los pacientes.

En lo que se refiere al cáncer de mama, se propone la realización periódica de mamografías, aunque el exceso de mamografías realizadas en las últimas décadas ha hecho recapacitar a ginecólogos y oncólogos sobre el impacto negativo para la salud que tiene irradiar a toda la población femenina, además de que induce el propio cáncer de mama.

OSTEOPOROSIS

La descalcificación ósea es un problema muy frecuente que suele experimentar la mujer postmenopáusica, si bien es un proceso que se va fraguando desde la juventud y que suele desencadenarse entonces favorecido por los cambios hormonales.

La osteoporosis resulta verdaderamente silenciosa y a veces su primer síntoma es una fractura de cadera o de una vértebra, que dada la pérdida de masa ósea ya resulta difícil de reparar.

La osteoporosis se diagnostica mediante una prueba denominada densitometría mineral ósea (DMO). Hace unos años se realizaban muchas densitometrías; hoy menos, ya que sirven como diagnóstico pero no tanto para valorar la evolución de la enfermedad. A una persona que en una DMO le aparezca una notable osteoporosis, posiblemente la tenga toda la vida.

La osteoporosis es una condición ligada a la persona y a sus hábitos, y no depende tanto de la cantidad de calcio que se consuma como de tomar el sol (para poder asimilarlo) y hacer ejercicio, dos de las primeras medidas que hay que tomar para prevenirla.

La prevención dietética de la osteoporosis aconseja consumir alimentos ricos en calcio y en magnesio (cereales, legumbres, frutos secos, sésamo, lácteos con poca grasa) y una dieta pobre en alimentos proteicos y grasos, ya que descalcifican e inhiben la asimilación del calcio.

DIABETES

Los síntomas de la diabetes pueden ser escasos al principio pero numerosos y crónicos cuando evoluciona la enfermedad.

Las alteraciones moderadas de los niveles de azúcar en la sangre tampoco ofrecen síntomas, aunque la tríada sintomática que hay que tener en cuenta es: polidipsia (mucha sed), polifagia (mucho apetito) y poliuria (muchas ganas de orinar), que suelen marcar el inicio sintomático de la enfermedad.

El control regular de la diabetes es vital para la salud cardiovascular del futuro ya que la glucosa de la sangre ejerce un verdadero efecto corrosivo sobre los vasos sanguíneos y sobre numerosos tejidos del organismo.

HEPATITIS Y OTRAS ENFERMEDADES DEL HÍGADO

El hígado es el gran depurador orgánico de residuos tóxicos, que pueden acumularse debido a los malos hábitos (dieta inadecuada, abuso de medicamentos, del alcohol...) o bien por una disfunción interna. Sin embargo, el hígado no presenta síntomas hasta que está bastante afectado, cuando a veces es tarde para actuar.

Las alteraciones hepáticas leves se diagnostican fácilmente con un análisis sanguíneo rutinario, gracias a la determinación de las transaminasas. La elevación transitoria de transaminasas sucede con frecuencia en personas que se exceden comiendo o bebiendo alcohol en los fines de semana.

Dentro de las patologías hepáticas merece una atención especial la hepatitis, ya que ocasiona la seropositividad a la hepatitis, que permanecerá toda la vida, y el posible daño hepático, que puede ser inicial por padecimiento de la enfermedad aguda, o evolutivo a lo largo de los años.

La hepatitis se puede abordar con numerosos y variados tratamientos, algunos de ellos de origen natural, pero lo que exige sobre todo es un control analítico o ecográfico regular para evaluar cómo va evolucionando la enfermedad.

Al igual que sucede en la mayoría de enfermedades , una vida sana reduce notoriamente la posibilidad de una evolución negativa de la hepatitis.

ESTREÑIMIENTO

El estreñimiento no es una enfermedad en sí misma, pero se encuentra entre los factores que agravan numerosas enfermedades, desde las varices y la migraña hasta el colesterol o el cáncer. Su control habría de incluirse necesariamente en cualquier plan terapéutico de cualquier enfermedad, ya que es "la madre" de muchos padecimientos.

El estreñimiento es un delator de hábitos dietéticos o de vida incorrectos, ya que es muy difícil que una persona que consuma abundante fruta y fibra dietética, y que además haga ejercicio, sea propensa al estreñimiento.

La acumulación de heces provoca que los niveles de toxemia aumenten de forma notable y que la compresión sobre los órganos abdominales sea mayor, con el consiguiente sufrimiento de los tejidos.

El consumo de frutas, verduras, frutos secos y cereales integrales es de máxima importancia en la solución inocua al estreñimiento. Los remedios laxantes están muy poco indicados, ya que ofrecen una solución pasajera que suele ir seguida de un estreñimiento más pertinaz. Cuando la dieta no funciona, la acupuntura puede ser bastante eficaz al tonificar los órganos implicados.

FIBROMIALGIA

Se ha definido la fibromialgia como la enfermedad de la soledad, ya que quien la padece se siente incomprendido tanto por quienes le rodean como por los médicos, que no encuentran explicación al problema.

Sin embargo, se le presta cada día mayor atención, no porque se pueda diagnosticar fácilmente (que no), sino porque cada día hay más personas que la padecen.

La fibromialgia ocasiona dolores constantes, repetitivos, insidiosos, de las partes blandas del cuerpo, sobre todo en las inserciones musculares.

Como todo ello va unido a un estado de ánimo decaído se ha asociado con un trasfondo depresivo y, de hecho, algunos antidepresivos de tipo tricíclico parecen ofrecer una discreta mejoría.

SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA

El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es otra de las enfermedades incomprendidas por las personas que rodean al enfermo, ya que no tiene síntomas evidentes más que el cansancio, muchas veces relacionado con un estado de ánimo decaído.

El SFC aparece con frecuencia después de enfermedades víricas aparentemente banales, a menudo producidas por virus como el citomegalovirus (CMV) o el de Epstein Barr (VEB).

Como tiene un diagnóstico incierto y tratamiento aún más incierto, existe desánimo, propio de la enfermedad, a la hora de afrontar este problema.

Seguir una dieta rica en frutas, verduras y en antioxidantes, es el primer paso para conseguir que el SFC no dure demasiado ni ocasione muchos problemas.

TUBERCULOSIS

La tuberculosis es una enfermedad que tiene para muchos la consideración de plaga bíblica, pero una vez diagnosticada no tiene por qué presentar problemas graves a menos que debute con una afectación pulmonar importante.

Sin embargo, el bacilo de la tuberculosis puede permanecer dormido en el organismo durante años para luego activarse y reavivar la enfermedad que se pensaba que ya estaba superada.

Para evitar que esto ocurra se necesita un tratamiento muy prolongado en el tiempo, con varios medicamentos. Además, son necesarias las medidas de aislamiento o de higiene específicas de una enfermedad infecciosa.

Al tratarse de una enfermedad con tan mala fama, muchos de los que la padecen no lo comunican a sus contactos más cercanos y, lo que es peor, en ocasiones no siguen la pauta medicamentosa prescrita, lo cual contribuye a su propagación.

La incidencia de la tuberculosis había disminuido enormemente ha resurgido y empieza a presentar cepas resistentes a los fármacos.

TABAQUISMO

El consumo crónico de tabaco conlleva muchos problemas. Sería ocioso a estas alturas hacer una lista de todas sus patologías asociadas, pero sí vale la pena señalar que es el propio fumador quien se niega a escuchar cómo carraspea, tose por la mañana o cambia su voz al fumar (producto de una irritación directa sobre las cuerdas vocales), como tampoco parece querer ver las mucosidades que expulsa.

Es curioso también observar que las personas que fuman mucho tienen el cutis de un ligero color tabaco. Todo ello son síntomas evidentes de la intoxicación tabáquica a la que se prefiere no hacer caso para seguir con el vicio.

SÍNTOMAS A LOS QUE PRESTAR ATENCIÓN

Algunas de las señales que pueden enmascarar una enfermedad son:

  • Dolor de cabeza constante y repetitivo.
  • Fluctuaciones notables de peso sin una causa aparente que las explique.
  • Pérdida de apetito.
  • Imposibilidad de hacer la misma cantidad de ejercicio que en épocas previas.
  • Fatiga crónica.
  • Mareos o desmayos.
  • Anemia sin una causa específica.
  • Pigmentación anormal de la piel.
  • Pérdidas de sangre (ya sea por vía urinaria, anal, vaginal, nasal... ).
  • Fiebre o febrícula de repetición.
  • Piernas hinchadas.
  • Alternancia de diarrea y estreñimiento.
  • Pérdida de fuerza o temblor de extremidades.

CÓMO PREVENIR ENFERMEDADES

Los médicos recomiendan realizar una revisión anual si se tiene más de 40 años, y bianual o trianual si no se tiene ningún problema y no se llega a esta edad:

  • Revisión médica estándar. Determinar el peso y la talla, y auscultar el corazón y los pulmones pueden parecer exploraciones poco sofisticadas pero ofrecen datos de normalidad muy importantes.
  • Análisis de sangre. El análisis sanguíneo debería incluir una determinación del hemograma, el colesterol, los triglicéridos, el ácido úrico, pruebas funcionales de hígado y de riñón, así como la determinación de la fosfatasa ácida prostática (PSA) para diagnosticar el cáncer de próstata en los varones.
  • Control de la tensión arterial. Dos o tres veces al año es conveniente tomarse la tensión arterial, especialmente si se sufren mareos o dolor de cabeza.
  • Electrocardiograma. No hacen falta pruebas complicadas al estilo de las de los deportistas, pero sí realizar un análisis básico del corazón cada cinco años a partir de los 40, siempre que no se haya padecido ninguna patología previa que exija un control más frecuente.

Sin embargo, la mejor garantía de salud es llevar una vida sana. Repasa tus hábitos de vida respondiendo sobre los cuatro pilares básicos de la salud y proponte, si es necesario, mejorarlos.

  1. ¿Sigues una dieta apropiada? Recuerda que hay que consumir abundantes alimentos crudos y reducir los grasos e industrializados.
  2. ¿Practicas suficiente ejercicio? El sedentarismo es la base de gran cantidad de enfermedades, especialmente las cardiovasculares, verdadera plaga de nuestra sociedad. Si no haces nada de ejercicio, no cambies radicalmente: introdúcelo paulatinamente en tu vida.
  3. ¿Tomas tu medicación correctamente? En las enfermedades silenciosas, abandonar el tratamiento durante un tiempo no suele provocar molestias notables. Sin embargo, es a medio o a largo plazo cuando pueden provocar consecuencias a veces irreparables. Un tratamiento adecuado en el momento adecuado ayuda a controlar la evolución de las enfermedades.
  4. ¿Has modificado tus malos hábitos o errores? A menudo no escuchamos los síntomas de las enfermedades silenciosas porque no nos interesa modificar nuestros hábitos de vida. El estrés a veces parece que nos alimenta, el tabaco o las drogas nos relajan en momentos de leve inquietud, el alcohol nos desinhibe y nos hace olvidar los problemas del día a día.

¿Qué es la carga glucémica y en qué se diferencia del índice glucémico de los alimentos?


Comprender no solo la velocidad a la que se absorben los azúcares de los alimentos sino su cantidad permite equilibrar mejor la dieta. ¿Sabes cómo medirlo? ¿Conoces la función de la carga glucémica y el índice glucémico?

Francesc Fossas

Dietista nutricionista

Los azúcares de los alimentos con índice glucémico elevado se absorben muy deprisa y por eso pueden parecer menos aconsejables. Pero conocer la carga glucémica permite corregir esa primera impresión. ¿Sabes qué es la carga glucémica?

La carga glucémica indica la cantidad de glucosa que llega a la sangre tras comer alimentos con hidratos de carbono y también la velocidad a la que lo hace. Es una cuestión fundamental en nutrición, que arrastra ya décadas de investigación.

  • Conocer esta información es fundamental sobre todo para los diabéticos, pues al comer alimentos con carga glucémica baja, la liberación de glucosa en la sangre se produce de forma gradual.
  • También es una información importante para los deportistas porque los alimentos con carga glucémica baja aumentan la resistencia y los alimentos y bebidas con una carga elevada reponen el glucógeno muscular tras el ejercicio.

¿QUÉ ES LA CARGA GLUCÉMICA?

En 1981 el doctor David Jenkins creó el llamado índice glucémico (IG), que mide la glucemia o incremento de la glucosa en la sangre tras ingerir un alimento.

Tradicionalmente se ha considerado una herramienta útil que orienta sobre la respuesta metabólica del organismo a los hidratos de carbono.

Se ha observado que las dietas con alimentos de bajo índice glucémico disminuyen los niveles de glucosa tras comer y mejoran la sensibilidad a la insulina.

Sin embargo, el índice no tiene en cuenta un aspecto fundamental: la cantidad de hidratos de carbono ingeridos.

Hubo que esperar hasta 1997 para que investigadores de la Universidad de Harvard introdujeran el término de carga glucémica de los alimentos. La medida tiene en cuenta tanto la calidad de los hidratos de carbono como su cantidad. Se define como el producto de la cantidad de hidratos de carbono de la ración y el índice glucémico del alimento, dividido por 100 (el valor de referencia del índice glucémico de la glucosa).

ÍNDICE GLUCÉMICO Y CARGA GLUCÉMICA: DIFERENCIAS

El índice indica sólo la velocidad de absorción del tipo de hidrato de carbono de un alimento, pero no del alimento.

Así, un nabo y un croissant, con índices glucémicos similares, producen un aumento de glucosa en la sangre distinto porque la cantidad de hidratos de carbono del nabo es inferior. También hay que tener en cuenta la ración.

Por ejemplo, el arroz blanco y la remolacha tienen el mismo índice glucémico (64), pues sus hidratos de carbono se absorben a la misma velocidad en el cuerpo.

Pero, puesto que el contenido en hidratos de carbono de estos alimentos es distinto (7% en el caso de la remolacha y 86% en el del arroz)sus cargas glucémicas también son dispares: 55 en el caso del arroz blanco crudo y 4 en el de la remolacha.


¿CÓMO INTERPRETAR LA CARGA GLUCÉMICA?

Por lo general, cuando un alimento tiene una carga glucémica baja, su índice glucémico también es bajo. Pero los datos no siempre son equivalentes cuando la carga glucémica es media o alta.

Con todo, se sigue recomendando que los hidratos de carbono constituyan la mayor parte de la fuente energética de la dieta, entre el 55 y el 60% del valor calórico total, y que la mayoría de ellos provengan de alimentos que no causen picos de glucemia notables, como las legumbres y los alimentos con fibra.

¿CÓMO SE PUEDE REDUCIR LA CARGA GLUCÉMICA EN LA DIETA?

Consumiendo hidratos de carbono con índice glucémico bajo (legumbres, frutas, avena y pastas alimentarias) y sustituyendo alimentos con índice glucémico elevado por otros con un índice menor, por ejemplo, pan con cereales en lugar de pan blanco.

¿INFLUYE SI EL ALIMENTO SE COMBINA CON OTRO?

Mucho. La mayoría de alimentos con hidratos de carbono se consumen como parte de una comida (pan con aceite, patatas con pescado y verdura... ), y esto influye en su perfil glucémico.

Se recomienda combinarlos con grasas y proteínasque ralentizan de forma significativa la digestión de la comida y reducen su carga glucémica

¿CÓMO AFECTA UNA CARGA GLUCÉMICA ALTA?

Cuanto más alta es la carga glucémica de un alimento, más se eleva la glucosa sanguínea y, por tanto, mayor es su efecto insulinogénico.

Muchos autores suscriben que a largo plazo una dieta con carga glucémica relativamente alta se asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedad isquémica coronaria.


¿ESTÁ RELACIONADA LA CARGA GLUCÉMICA CON EL PESO CORPORAL?

Existe controversia al respecto puesto que no hay estudios con datos concluyentes.

Sin embargo, es importante recordar que los alimentos con una baja carga glucémica dan mayor sensación de saciedad y producen una menor secreción de insulina, hormona que favorece el aumento de depósitos de grasa corporal.

¿QUÉ FACTORES REPERCUTEN LA CARGA GLUCÉMICA?

Son muchos y muy variados: la fibra que contiene el alimento, la cocción... y también su estructura.

Por ejemplo, los granos de trigo enteros son relativamente resistentes a la digestión, pero molidos y horneados resultan fáciles de digerir. Por eso, el pan blanco tiene un índice glucémico elevado y el de varios cereales, uno medio.

¿HAY QUE EVITAR UNA CARGA GLUCÉMICA ALTA?

No hay que rechazar por sistema los alimentos con carga glucémica alta.

Todo alimento es una entidad compleja, y al evaluarlo hay que tener en cuenta también, por ejemplo, su densidad energética, la cantidad y tipo de grasas que tiene, la cantidad de colesterol, de fibra, su contenido en micronutrientes, su proporción de sal...


TABLA DE CARGA GLUCÉMICA DE LOS ALIMENTOS (CRUDOS)

Clave para el índice glucémico: Negrita: Elevado | Cursiva: Medio | Normal: Bajo

  • Maíz en copos 68.0
  • Miel 67,8
  • Azúcar blanco 58,8
  • Arroz blanco 55
  • Arroz integral 50,8
  • Pasas 42,2
  • Espaguetis 41
  • Pan blanco 40,0
  • Muesli suizo 39,6
  • Espaguetis integrales 30,2
  • Chocolate 27,4
  • Pan de centeno integral 20,5
  • Garbanzos 19,8
  • Judías 15,2
  • Lentejas 14,0
  • Patatas cocidas 12,6
  • Plátano 12,4
  • Uva 7,2
  • Guisantes verdes 6,6
  • Manzana 4,5
  • Pera 4,1
  • Remolacha 4,0
  • Melocotón 3,7
  • Naranja 3,6
  • Zanahoria 3,4
  • Pomelo 1,9
  • Leche entera 1,7
  • Yogur 1,4
  • Cacahuetes 1,3
  • Soja 1,0

11 mayo 2023

"La macrobiótica es vivir de acuerdo con la naturaleza y sus cambios




Michio Kushi era un hom­bre menudo y expresivo, de mirada risueña. Nació en Ja­pón, hijo de maestros, pero residió durante más de seis décadas en Estados Unidos.

Sin su labor tal vez hoy en Occiden­te seguiríamos sin saber qué es la macrobiótica, la dieta de la que fue un gran impulsor.

La macrobiótica propone potenciar el bienestar físico, mental y espiritual del ser hu­mano a través de una alimen­tación natural basada en el equilibrio del yin y el yang.

El término procede del griego y podría traducirse por "gran vi­da". Fue acuñado en los años cincuenta por George Ohsawa, pensador japonés de quien aprendería Kushi.

Ohsawa ha­bía superado una tuberculosis tras poner en práctica una die­ta basada en cereales integrales, ejercicio y una vida sencilla en contacto con la naturaleza.

Michio Kushi conoció a Ave­line, su primera mujer, en los cursos de Ohsawa. Se trasla­daron a Estados Unidos y sus ideas no tardaron en atraer al movimiento hippy en su bús­queda de alternativas al siste­ma establecido.

Su casa de Bos­ton se convirtió en la meca de seguidores de la alimentación natural y artistas del momento. La demanda de productos ja­poneses les llevó a abrir tien­das, varias academias, funda­ciones y el Instituto Kushi, con filiales en varias ciudades eu­ropeas. Y entre los dos escri­bieron más de un centenar de libros sobre macrobiótica. Desde Cuerpomente tuvimos la oportunidad de hablar con él. Reproducimos aquí sus sabias palabras

DESCUBRIENDO LA MACROBIÓTICA

- ¿Podría explicar en pocas pa­labras qué es la macrobiótica?
- La macrobiótica es vivir de acuerdo con la naturaleza y sus cambios. El ser humano y la naturaleza son inseparables. Por eso, cuando la naturaleza cambia, también lo ha de ha­cer el ser humano. Y la naturaleza cambia constantemen­te. De ahí que la alimentación sea fundamental, porque la comida modifica la composi­ción de nuestra sangre, pero también afecta a cómo somos y a cómo pensamos.

Tenemos que preguntarnos qué debe­ríamos comer. Y podemos ele­gir, tenemos conciencia para elegir, pero para hacerlo bien necesitamos entender las leyes que rigen la naturaleza.

- ¿ Y qué deberíamos comer?
- Las herramientas de la macrobiótica para saber qué con­viene comer y qué no son el yin y el yang. Ni el yin ni el yang son perjudiciales en sí mismos pe­ro en la dieta se ha de buscar un equilibrio. Ahora bien, la ma­crobiótica no es un sistema rí­gido o cerrado. La elección de los alimentos depende del cli­ma. No es lo mismo vivir aquí en el Mediterráneo que en Nueva Inglaterra, donde vivo yo, o en Japón. La comida es di­ferente porque el clima y la tra­dición son diferentes.

Se ha de adaptar cuidadosa­mente a cada sitio sabiendo que lo esencial, lo que podríamos llamar una dieta macrobióti­ca estándar, es comer alimen­tos equilibrados y adecuados a nuestras necesidades. Es de­cir: cereales integrales, que han de ser la base de la dieta; verduras y hortalizas de agri­cultura biológica; legumbres, semillas... Los alimentos han de ser procesados de formas tradicionales -como los fer­mentados-, y tanto las grasas como las proteínas deberían proceder preferentemente de fuentes vegetales. Las de ori­gen animal deberían reducir­se al mínimo.

- Usted estudió ciencias polí­ticas y derecho en Tokio. ¿Có­mo llegó a la macrobiótica?
- Viví la Segunda Guerra Mun­dial siendo muy joven. Me re­clutaron los dos últimos meses y el desastre de Hiroshima me impresionó tanto que decidí que tenía que dedicar mi vida a la paz. Al acabar la guerra me puse a estudiar derecho inter­nacional y acudí a unas jorna­das organizadas por la Unión Mundial de Federalistas de Es­tados Unidos. Ahí estaba Ge­orge Ohsawa, que por enton­ces había creado una asocia­ción en Tokio, y asistí a algunas de sus clases.

Me sorprendió mucho. No entendía por qué, a diferencia de los demás, él no hablaba de política ni de go­biernos mundiales, sino de co­mida. Para él la alimentación era esencial no solo para pre­venir la enfermedad sino para aquietar la mente. Él aún no hablaba de "macrobiótica", pero ya decía que cambiando la dieta se podía construir una sociedad más pacífica.

- ¿Le convenció?
- Me fui a Nueva York aún con la idea de que había que crear un gobierno federal mundial, así que seguí trabajando en esa línea. Pero poco a poco fueron surgiendo las dudas. Empecé a preguntarme si eso resolvería problemas como los prejuicios, la discriminación, el odio o la rabia. Me reuní con federalis­tas como Albert Einstein, Nor­man Cousins... Todos conve­nían en que para que la paz fue­ra duradera había que mejorar la naturaleza humana, pero no sabían cómo hacerlo. Entonces decidí dejar los estudios y me dediqué a observar a la gente. Me pasé dos meses y medio ob­servando, investigando...

- ¿Qué descubrió?
- Entendí qué quería decir Ohsawa: son el entorno y lo que comemos lo que hace que sea­mos como somos. Y empecé a preguntarme: si la comida nos hace como somos, ¿qué comi­da deberíamos comer? Así fue cómo emprendí el viaje hacia la macrobiótica.

MACROBIÓTICA PARA GANAR SENSIBILIDAD

- Supongo que empezó pro­bando la dieta macrobiótica usted mismo. ¿Experimentó algún cambio significativo?
- Me sentí mejor físicamente, sin duda, pero también mi me­moria mejoró. No solo recor­daba más cosas sobre la infan­cia o adolescencia, sino que me volví más sensible e incli­nado hacia el mundo natural. Percibía mejor los sonidos, el agua, el aire. También el mun­do invisible, las vibraciones, lo sutil. Y a medida que mejora­ba mi alimentación, que comía más cereales, menos pro­teínas, notaba que me volvía más sensible a la forma en que sentían y pensaban los demás.

- Usted ayudó a popularizar la macrobiótica en Estados Uni­dos en los sesenta. ¿Había si­do ya popular en Japón?
- En Japón solo era conocida por una minoría pero en Es­tados Unidos no la conocía ni practicaba nadie. Empezamos promoviendo una alimenta­ción natural y biológica, en­señando otras formas de coci­nar. Introdujimos alimentos integrales, el tofu, el miso... Contribuimos a popularizar el shiatsu, la acupuntura...

- ¿Hay algunas cuestiones en las que la macrobiótica pue­de haberse anticipado a la ciencia moderna?
- Sí. Primera: los cereales inte­grales son la base de la alimen­tación humana. Segunda: las proteínas han de proceder más de vegetales que de animales: legumbres, tofu, tempe... Ter­cera: hay que consumir menos alimentos refinados y más ali­mentos naturales y sin proce­sar. Cuarta: hay que volver a los alimentos biológicos, no tratados químicamente. Quin­ta: el comercio permite comer cualquier alimento en cual­quier parte del mundo; se ex­portan otras formas de comer pero también enfermedades. Es importante respetar la pro­pia tradición gastronómica y volver a una alimentación más local. El clima es diferente: las necesidades son diferentes.

- ¿Propone no comer alimen­tos de otros países?
- En zonas templadas la ali­mentación ha de ser diferente a la de climas extremos. Mientras que en climas muy fríos se pue­de incorporar más alimento de procedencia animal y en climas muy calurosos conviene que la base sea vegetal, en las zo­nas templadas se puede aplicar más la dieta estándar. Por eso si se comen alimentos de otros países conviene que sean de la misma franja climática. Al co­mer alimentos de temporada y que han crecido donde vivi­mos nos estamos adaptando al entorno y equilibrando...

Eso no quiere decir que no se pue­dan adoptar preparaciones de otros países. Estados Unidos es el principal productor de soja del mundo y ¡hasta hace unos años no producía tofu ni otros derivados! Cultivaba una le­gumbre que es una excelente fuente de proteína vegetal y, sin embargo, basaba su ingesta de proteínas en la carne. ¡Y el ser humano necesita muy poca proteína animal!

LA INFLUENCIA DEL YIN Y EL YANG

- La macrobiótica aplica los conceptos de yin y yang a la naturaleza de los alimentos y las enfermedades. ¿Hasta qué punto se inspira en la me­dicina tradicional china?
- Aunque se inspira en la me­dicina china, la macrobiótica hace una interpretación ligera­mente diferente del yin y el yang. En realidad estos con­ceptos surgieron hace unos tres mil años en China, pero antes ya existían otros similares en todo Extremo Oriente. Para la medicina china, yin es quie­tud, inactividad, el polo nega­tivo, mientras que el yang es movimiento, actividad, el polo positivo. Para la macrobiótica yin es, ante todo, expansión, y yang, contracción. Son princi­pios que se aplican a todo, des­de la política a la química, y no solo a la medicina y la salud.

- ¿Cómo se aplican a la salud?
- Sabiendo que yin es expansión y que yang es contracción, podemos potenciar o compen­sar esos procesos. La expansión se vuelve más yin si se toman alimentos yin como especias, zanahorias, azúcar...

- Se dice que la dieta macro­biótica atenúa los altibajos de ánimo y atención. ¿Tiene que ver con su apuesta por los hi­dratos de carbono complejos?
- Efectivamente, los cereales integrales, las legumbres y las verduras son absorbidas por el organismo de forma gradual, mientras que el azúcar y los refinados se queman rápida­mente. Esta combustión afecta al estado de ánimo, que se mantiene más o menos estable en función del tipo de hidra­tos de carbono que ingerimos.

Cuanto más lenta es la absor­ción de azúcares, como en los cereales integrales, más cal­mada se mantiene la mente.

ALEJARSE DE ALIMENTOS NOCIVOS

- ¿Por este motivo se desa­consejan el azúcar y la miel?
- Sí, sobre todo el azúcar blan­co. El problema de la miel es que, además, se convierte fá­cilmente en grasa en el orga­nismo. Tomarla una o dos ve­ces al mes sería suficiente... Son más recomendables pro­ductos con mayor poder en­dulzante, como las maltas de cereales: arroz, cebada, sirope arce... Aun así, hay otras for­mas de satisfacer la apetencia por lo dulce: las castañas, la ca­labaza y muchas otras hortali­zas son dulces. Todo esto es im­portante, porque el consumo de azúcares simples está rela­cionado con la hipoglucemia.

- ¿Por qué la macrobiótica no recomienda comer hortalizas solanáceas como el tomate, la berenjena o la patata?
- Porque contienen ciertos áci­dos que debilitan la sangre. Hay algunas artritis, las que se acompañan de debilidad y cansancio, que pueden deber­se a un consumo excesivo de solanáceas. En las artritis que se caracterizan más por la ri­gidez, el problema suele ve­nir de un consumo excesivo de pollo, huevos y marisco.

- ¿Y por qué desaconseja las frutas y los vegetales crudos?
- No los desaconseja. Existe una minoría de macrobióticas que hace una interpretación tal vez demasiado rígida, pero las frutas y verduras crudas son perfectamente aceptables. De todas formas, habrá personas a las que les convenga comer más y otras a las que les con­venga menos... en función del clima del lugar en el que vi­van y de su propia salud.

- ¿La dieta mediterránea se podría considerar compatible con la dieta macrobiótica?
- Sí. De hecho, la dieta medi­terránea se podría englobar dentro de la macrobiótica, aunque algunos aspectos po­drían mejorar. Convendría que incluyera más alimentos ecológicos. El aceite de oliva, pese a ser bueno, se emplea en exceso. También debería reducirse el consumo de ce­reales refinados: aquí se come mucho pan blanco. Y, a veces, la cocina es demasiado espe­ciada o picante. No tengo na­da contra las especias, pero cuando se abusa excitan y fa­vorecen la hiperactividad.

- Si alguien quisiera probar la macrobiótica, ¿por dónde le recomendaría empezar?
- Mi mujer se introdujo en la macrobiótica hace 7 años...

Midori: Hay quien cree que hay que cambiarlo todo y empe­zar bien desde el principio, cambiando tanto la base -los cereales- como el acompaña­miento. Es un error. Se trata de ir poco a poco, introduciendo pequeños cambios y acostum­brándose a ellos. Se puede em­pezar, por ejemplo, sustitu­yendo el pan blanco por inte­gral, o el arroz blanco por arroz integral. También se pueden incorporar algunas verduras ecológicas, u optar por condi­mentos de más calidad, como semillas o algunas algas...

DIAGNÓSTICO VISUAL PARA DIETAS PERSONALIZADAS

- Aún atiende a pacientes co­mo consultor macrobiótica. ¿Cuál es la finalidad de una consulta macrobiótica?
- Siento un gran respeto por los médicos y su labor, pero creo que la medicina moderna tie­ne una limitación: a los médi­cos, en la facultad, y salvo en casos muy concretos, no se les suele hablar de alimentación, de cómo comemos y cómo nos afecta, ni de cómo nos afecta el entorno en el que vivimos. No ahondan en la causa de la enfermedad. Si alguien enfer­ma se ataca el síntoma: si hay un tumor, se extirpa o irradia pero no se tiene en cuenta que puede haber surgido como consecuencia de lo que se co­me.

Eso es lo que intenta ha­cer un consultor en macrobió­tica: enseñar a la persona qué hábitos alimentarios pueden haberle llevado a enfermar pa­ra que pueda corregirlos. Pue­de que el tratamiento médico sea necesario en un momento dado y que sea efectivo, pero si no se corrige la causa de la en­fermedad, volverá a aparecer, en el mismo sitio o en otro.

- ¿Cómo personalizan la die­ta de un paciente?
- Utilizamos muchas herra­mientas para diagnosticar , pe­ro la que yo empleo más y en la insisto más a mis alumnos es la observación. Nos fijamos en la fisonomía y la constitu­ción, el color y la textura de la piel, el iris, la postura, las manos, la retención de líqui­dos, la forma de los ojos, labios, orejas, el tono de voz... También tocando y presio­nando en ciertas partes del cuerpo, como los hombros o las piernas, y viendo si están tensas, se pueden averiguar cosas. Los puntos fuertes y dé­biles de cada persona, la in­fluencia del entorno, lo que come y el tipo de vida que lle­va se reflejan en el exterior.

- Para que los lectores puedan ver qué es una consulta en la práctica, ¿podría poner un ejemplo conmigo?
- Lo primero que veo es que tienes hipoglucemia, es decir, un bajo nivel de azúcares en la sangre. Por eso, a media tar­de, te suele dar un bajón y te entran ganas de comer algo dulce. En cuanto comes te recuperas enseguida, porque te sube rápido el azúcar, pero al cabo de un rato vuelves a sen­tirte cansada. Cuando llega la noche estás cansada pero si no has comido te cuesta dormir. Probablemente se te queda el cuerpo frío.

Por la mañana te levantas de nuevo muy cansa­da y con mucho sueño, hasta que te tomas el té o café y em­piezas a funcionar. Esto suce­de porque cuando notas que te apagas y tomas azúcar este produce calorías rápidamente pero la descarga calórica ter­mina pronto, lo que provoca altibajos en los niveles de azú­car en la sangre y, por lo tan­to, en los niveles de energía. También creo que tus riñones han acumulado grasa. Y tie­nes miomas en la matriz.

- ¿Qué me aconsejaría?
- Deberías comer más cereales integrales y legumbres, y menos harinas y productos re­finados, más verdura y pe­queñas cantidades de fruta. Lo ideal sería que eliminaras el queso, la leche, la mantequilla y, en general, los productos de origen animal.

- Para acabar, dígame, ¿hay algo más importante en la vi­da que la comida?
- El medio ambiente... Porque todo depende de qué se en­tienda por comida. Podemos verla como aquello que nos lle­vamos a la boca, algo físico y vi­sible. Pero también existe una comida invisible, otras cosas que nos alimentan: la luz, el ai­re, el tacto, las vibraciones... En un sentido amplio, lo que nos rodea también es alimen­to. El ser humano necesita sen­tirse en comunión con el uni­verso pero para acercarse a ese sentimiento necesita que el universo lo alimente.

Ahí resi­de el objetivo último de la ma­crobiótica: que las personas a través del alimento puedan lle­gar a ser más espirituales.

PARA MÁS INFORMACIÓN

Michio Kushi escribió más de cien libros a lo largo de su vida. Estos son al­gunos de los que han sido traducidos al español:

  • El libro de la macrobiótica; Ed. Edaf
  • El libro del diagnóstico oriental; Ed. Edaf
  • Do-In: ejercicios para el desarro­llo físico y espiritual; Ed. Ibis
  • Salud holística con la macrobióti­ca; Ed. Edaf

Las mejores plantas medicinales para cuidar los riñones


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Mantener los riñones en forma es básico para la salud. Además de ser los encargados de limpiar nuestro organismo de toxinas, cada minuto reciben hasta el 20% de la sangre bombeada por el corazón, por lo que su buen estado afecta también a la salud cardiovascular. La formación de piedras, la retención de líquidos o la subida o bajada bruscas de la tensión arterial son dolencias que afectan a los riñones o derivan de un problema renal y que es preciso tratar.

La alimentación es esencial y, si existen indicios mínimos de problemas, se aconseja reducir el consumo de sal, mejorar la hidratación y disminuir la ingesta de proteínas, sobre todo de origen animal, productos procesados y lácteos. El uso habitual de ciertos analgésicos o antiinflamatorios también puede estar contraindicado.

Entre los mejores alimentos para el riñón contamos con numerosas verduras y hortalizas (lechuga, coles, zanahoria, puerro, apio, cebolla) y frutas (uva, melón, sandía, cítricos, melocotón, ciruela, manzana, níspero, mango, plátano), los cereales integrales y, por supuesto, las infusiones.

Las plantas medicinales seleccionadas en este artículo ayudan a fortalecer sus funciones de drenaje, estimulan la micción, descongestionan las vías urinarias, pueden contribuir a reducir la inflamación renal y permiten prevenir las infecciones y la formación de cálculos e incluso favorecer su expulsión en los estadios iniciales.

12 PLANTAS PARA LOS RIÑONES






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COLA DE CABALLO, UN EFICAZ DEPURATIVO

  • Propiedades: Diurética, depurativa, remineralizante, astringente, antihemorrágica y cicatrizante.
  • Cuándo conviene: Como remedio diurético, esta planta se indica para aliviar afecciones genitourinarias, como la infección e inflamación de la vejiga, los problemas de próstata y las dificultades de micción Favorece además la expulsión de arenillas en el riñón y rebaja los niveles de ácido úrico y urea. Asimismo previene los edemas y la retención de líquidos, y resulta un gran apoyo para personas hipertensas.
  • Cómo tomarla: En infusión simple, hasta 30 g por litro de agua, o bien combinada con abedulllantén e hinojo, una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua. Beber tres vasos al día. Puede tomarse también el jugo de la planta fresca, así como en tintura, extracto fluido y cápsulas.
  • Precauciones y contraindicaciones: Los tratamientos deben ser breves y discontinuos. En caso de hipertensión conviene consultar antes con el especialista y su toma se desaconseja durante el embarazo y la lactancia, y en personas que sufren úlcera gastroduodenal.






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BORRAJA, PARA PREVENIR LA INFLAMACIÓN

  • Propiedades: Antiinflamatoria, demulcente, diurética, expectorante y sudorífica.
  • Cuándo conviene: Por su valor antiinflamatorio, la borraja se emplea para tratar la nefritis y la inflamación del tracto urinario. Es hipotensora, reduce los niveles de ácido úrico y urea, y resulta un apoyo efectivo contra la gota y los dolores articulares. Regula además el sistema hormonal y el metabolismo, por lo que se indica para aliviar la tensión premenstrual y la retención de líquidos.
  • Cómo tomarla: En infusión, tres tazas al día· en gota de extracto fluido - 30 gotas diarias en tres tomas-; en tintura; en perlas de gelatina -ácido GLA, hasta cuatro al día-; en cápsulas o en jarabe.
  • Precauciones y contraindicaciones: Debe evitarse durante el embarazo y la lactancia, y se desaconseja si existen trastornos de hígado o vesícula.



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GATUÑA, PARA CÁLCULOS Y EDEMAS

  • Propiedades: Diurética, depurativa, astringente, antiinflamatoria, colagoga.
  • Cuándo conviene: Actúa como un poderoso diurético, idóneo en caso de presentar niveles altos de ácido úrico, pero también para regular la tensión sanguínea, prevenir y eliminar los cálculos renales y biliares, y para aliviar la gota y la retención de líquidos. Se ha destacado su eficacia contra los edemas o retenciones de líquido e hidropesía, muchas veces vinculada a inflamaciones renales o nefritis. La gatuña ejerce además una moderada acción protectora sobre el hígado y la vesícula, lo que ayuda a reforzar sus efectos depurativos y desintoxicantes. Su acción antiséptica también es útil para prevenir la cistitis crónica.
  • Cómo tomarla: En tisana de sumidades floridas, se beben 2 vasos diarios, a razón de una cucharada por vaso. En decocción de la raíz, hasta 3 tazas tras las comidas. Se halla también en tintura y cápsulas.
  • Contraindicaciones y precauciones: Evitar en caso de insuficiencia renal o cardiaca. Conviene tomarla en tratamientos cortos y discontinuos.



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ESPARRAGUERA, PARA TRATAR LA OBESIDAD

 

  • Propiedades: Diurética, depurativa, laxante, antiinflamatoria y bactericida.
  • Cuándo conviene: Es un excelente remedio para estimular la emisión de orina y aliviar la retención de líquidos. Por eso se recomienda en caso de embarazo, menopausia y personas obesas que se vean afectadas por este síntoma. Se indica también si hay edema, una micción escasa o ausencia de ella, e inflamación en el tracto urinario con infección leve. Por su alto contenido en fibra, es un laxante efectivo.
  • Cómo se toma: Los espárragos frescos, en conserva, cocidos, a la plancha o al horno son un buen recurso culinario y un excelente depurativo. En preparados herbarios, los turiones y los rizomas se toman en decocción (hasta dos tazas diarias), en forma de jarabe (3 cucharadas), en tintura o en extracto líquido.
  • ontraindicaciones: Al ser un diurético potente se desaconseja si hay insuficiencia renal o cardiaca. En caso de hipertensión, litiasis o cardiopatías es básico ir al médico.



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MAÍZ PARA AUMENTAR LA DIURESIS

Zea mays L.

  • Dónde se encuentra: Extendido por buena parte del planeta, es el tercer cereal más cultivado.
  • Partes que usamos: Los estilos (barbas) de las flores y, en alimentación, también las semillas  y el aceite.
  • Propiedades: Es un potente diurético, depurativo y desintoxicante con efectos hipotensores, hipoglucemiantes, antibacterianos y astringentes.
  • Cuándo conviene: Para aumentar la diuresis, combatir la inflamación renal y las infecciones en las vías urinarias, y para ayudar a controlar la tensión arterial.
  • Cómo se toma: En infusión, generalmente con otras hierbas complementarias, para tomar durante el día. En herbolarios se halla también el extracto líquido, la tintura, el jarabe y cápsulas.


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BRECINA, UN GRAN ANTISÉPTICO URINARIO

Calluna vulgaris L.

  • Dónde se encuentra: En páramos, matorrales y orlas forestales en casi toda Europa.
  • Partes que usamos: Las sumidades floridas.
  • Propiedades: Es un eficaz antiséptico y antibacteriano a nivel urinario, aumenta la diuresis y favorece la eliminación de toxinas y ácido úrico con la orina.
  • Cuándo conviene: Para tratar las infecciones renales y del tracto urinario, como cistitis, ureteritis y prostatitis. Combate el sobrepeso por retención de líquidos y los edemas, y es un apoyo frente a la hipertensión.
  • Cómo se toma: En decocción o infusión, hasta 1 litro al día en tratamientos discontinuos (una semana sí y la siguiente reposo). Se asocia al malvavisco o al llantén. También en extracto y tintura.



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FRESNO, UN REDUCTOR DEL ÁCIDO ÚRICO

Fraxinus excelsior L.

  • Dónde se encuentra: Es común en Europa, en áreas de montaña.
  • Partes que usamos: Foliolos y, en menor medida, la corteza.
  • Propiedades: Se comporta como diurético, desintoxicante, analgésico, antiinflamatorio, antipirético y tónico venoso.
  • Cuándo conviene: Para reforzar las funciones del riñón, prevenir y tratar inflamaciones en las vías urinarias, reducir el ácido úrico y la urea y aliviar la gota y otros problemas reumáticos. También para tratar edemas y la retención de líquidos y como apoyo para regular la tensión.
  • Cómo se toma: En infusión con gayuba, maíz, cola de caballo y otras plantas, para tomar durante el día. Se encuentra en extracto líquido, macerados glicerinados, tintura, jarabe y cápsulas.



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DIENTE DE LEÓN, EL MEJOR TÓNICO PARA EL RIÑÓN

Tarazacum officinale Weber

  • Dónde se encuentra: En prados húmedos, riberas, céspedes, claros de bosque y descampados.
  • Partes que usamos: Las hojas y la raíz, esta rica en inulina.
  • Propiedades: Destaca por su efecto diurético y depurativo a nivel hepatorrenal.
  • Cuándo conviene: Para tratar la infección de orina, la inflamación renal, de vejiga, uretra y próstata, y para prevenir y favorecer la disolución de los cálculos renales. En fórmulas mixtas, para bajar la tensión arterial o evitar que suba, y tratar los edemas y la retención de líquidos.
  • Cómo se toma: En decocción, mejor con otras hierbas, para tomar durante el día. También se usan el extracto líquido, la tintura, el jugo de la planta fresca, cápsulas y comprimidos.



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ORTOSIFÓN PARA PREVENIR LAS PIEDRAS DE RIÑÓN

Orthoshiphon stamineus Benth

  • Dónde se encuentra: Es el té de Java, originario del sudeste asiático. Se cultiva en viveros.
  • Partes que usamos: Hojas y sumidades floridas.
  • Propiedades: Es un diurético potente, desintoxicante, antibacteriano, antiinflamatorio e hipocolesterolemiante.
  • Cuándo conviene: Estimula la diuresis y ayuda a eliminar toxinas, ácido úrico y urea, por lo que es un buen preventivo para personas con tendencia a los cálculos renales. Combate la cistitis y se indica como apoyo en el adenoma prostático. No debe utilizarse en caso de sufrir insuficiencia renal o cardiaca.
  • Cómo se toma: En infusión simple o con otras hierbas, para tomar durante el día; y en extr

    acto líquido, tintura o cápsulas.



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HELENIO CONTRA LAS INFECCIONES URINARIAS

Inula helenium L.

  • Dónde se encuentra: En prados húmedos y orlas forestales, en Europa oriental y Asia occidental, pero también en viveros y jardines.
  • Partes que usamos: Las raíces, que contiene sales potásicas e inulina, entre otros compuestos.
  • Propiedades: De poderoso efecto diurético y desintoxicante, es ideal para potenciar la eliminación de los excesos de sodio, toxinas, ácido úrico y urea.
  • Cuándo conviene: Para tratar infecciones urinarias por bacterias u hongos, y como apoyo a tratamientos clínicos en caso de pielonefritis aguda o crónica.
  • Cómo se toma: En extracto líquido, tintura, cápsulas y decocción del rizoma, junto con otras plantas diuréticas y antisépticas, y alguna para mejorar el sabor.
  • prepara: Mezcla bien y hierve 1cda. sopera rasa de la mezcla por cada taza de agua 2-3 minutos, reposa 10 y cuela.
  • Dosis: Ve tomando durante el día, incluso en frío.