26 julio 2018

LA EDUCACIÓN VERDADERA…….. EL COLEGIO DEL CORAZÓN



DEBERÍA HABER UNA ESCUELA QUE ENSEÑASE A SER FELIZ. UN COLEGIO QUE NOS PREPARASE PARA SER NOSOTROS MISMOS. UN INSTITUTO QUE NOS PREPARASE PARA PODER SENTIR Y VER LO QUE LLEVAMOS DENTRO, PARA MIRAR MÁS ALLÁ DE LO APARENTE, PARA CONSEGUIR CREAR EL HÁBITO DE NUESTRA MEJORA CONTINUA. Y UNA UNIVERSIDAD DONDE ENTENDIÉSEMOS QUE AYUDAR A LOS DEMÁS ES LA MEJOR FORMA DE AYUDARNOS A NOSOTROS MISMOS EN NUESTRA EVOLUCIÓN CORRECTA Y SOBRE TODO QUE NOS DEJASE CLARO QUE LO QUE NADIE VE ES LO MÁS IMPORTANTE.

Nos afanamos por tener un cuerpo perfecto y cara de niños, eternamente. Nos preocupamos por cómo vestir, que marcas usar, que moda seguir y de qué forma nos presentaremos a este u otro evento. No queremos que nadie nos vea mal.

Tampoco nos gusta mirarnos al espejo y que nos devuelva una imagen que no se ajuste a nuestros cánones de belleza. Pero todo eso que hace agradable la imagen, no es lo importante.

Precisamente el tesoro está debajo y detrás de la pantalla que disponemos para que los demás nos califiquen. A veces, nosotros mismos confundimos el vestido con lo que se viste y a base de creer que somos lo que externalizamos, nos convertimos en marionetas manejables por los estereotipos del momento.

Está bien cuidar nuestro aspecto. Es agradable la belleza, aunque se nos olvida, frecuentemente, que está más en los ojos del que mira que en el objeto admirado.

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No se nos olvide tampoco que incluso estar bien con nosotros mismos puede servir para gustarnos más y estar mejor. Pero de nada vale todo esto si realmente no cuidamos lo verdaderamente imperecedero. Si no estamos atentos a las arrugas del alma, a la falta de color del entusiasmo y a la ausencia de rizos en la alegría.

NO HAY MEJOR MAQUILLAJE QUE EL QUE EMANA DEL INTERIOR, NI BRILLOS MÁS ESPECTACULARES QUE LOS QUE LLEGAN DE LA ARMONÍA DE ESTAR BIEN POR DENTRO. LO QUE NO SE VE, AQUELLO QUE ESTÁ OCULTO A LA PRIMERA IMPRESIÓN, AL ESTILO O A LA MODA, ES LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA, Y CON FRECUENCIA LO DESCUIDAMOS DEMASIADO.

Es realmente extraño cómo el hábito de tomar un baño a diario, peinar nuestro cabello, remarcar nuestros rasgos expresivos, atender a las ropas y complementos o simplemente mirarnos al espejo para comprobar que todo está bien, lo hacemos sin olvidarnos ni un solo día.

¿PERO CUÁNDO REFRESCAMOS EL ALMA? ¿DE QUÉ FORMA REVISAMOS LA BELLEZA DE LOS PENSAMIENTOS? ¿CÓMO RECONOCEMOS Y TRANSFORMAMOS LA IRA? ¿CUÁNDO USAMOS EL SILENCIO EN VEZ DE LA PALABRA NO CONVENIENTE? ¿REPASAMOS LAS LECCIONES DEL CORAZÓN? ¿EJERCITAMOS EL ÁLGEBRA DE LA EMOCIÓN?

Debería haber un cole que nos enseñase las herramientas primarias para saber vivir, para sentir con el corazón, para manejar las emociones a nuestro favor, para encontrar el equilibrio interior, para saber convivir con la tristeza, para superarla, para enredarnos en el empeño de la felicidad, para saber leer la mirada, para activar el entusiasmo, para reconectar con la energía original…Un cole en el que las lecciones fuesen vida, donde nosotros fuésemos profesores y alumnos al mismo tiempo, donde las notas siempre fuesen resultados superables y no fracasos, donde curso a curso tuviésemos la satisfacción de estar aprendiendo a vivir en esta realidad con la esencia que nos constituye.

Y QUE TODO ELLO NOS LLEVARA A SÓLO UN PASO DE ENTENDER QUE NO LO HACEMOS MAL, QUE TODO ES CORRECTO Y QUE LO QUE NOS SUCEDE ES LO QUE DEBE SUCEDERNOS. DE ESTA FORMA HABRÍAMOS GANADO LA BATALLA A LA ANGUSTIA, AL MIEDO Y A LA TRISTEZA PORQUE NO CABRÍAN YA EN NUESTROS NUEVOS CORAZONES EL TEMOR A NO SABERNOS LA LECCIÓN.

Esteban Pérez

Integridad

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SI QUIERES QUE TUS ACCIONES SEAN MEJORES, EMPIEZA POR MEJORAR TUS PENSAMIENTOS”

Integridad, algo que cada vez más, reclamamos todos en las personas con las que interactuamos diariamente, el momento actual no podemos negarlo es un momento difícil para el ser humano, un ser humano que está cansado de ver que en numerosas ocasiones su esfuerzo no sirve para nada, que esta frustrado por no poder conseguir lo que anhela, que lleva sobre su espalda heridas no sanadas, que dentro de sí convive con un dolor oculto, silenciado y por ello reclama integridad.

Decimos aquello que pensamos porque el mecanismo de la palabra tiene, como requisito previo, su pensamiento correspondiente, aunque éste sea tan fugaz como, a menudo, inconsciente. Si uno cree que dice lo contrario de lo que piensa es que, en realidad, aquello que acaba diciendo es lo que, en algún nivel de su mente, piensa. De la misma forma, sucede con lo que “hacemos”, ya que nuestra mente establece conexiones directas entre los procesos mentales y las conductas.

NUESTROS PENSAMIENTOS SON GRANDES AVISADORES DE LO QUE ES Y VA A SER NUESTRA VIDA.

El carácter y en última instancia, nuestro destino, están fuertemente condicionados por la calidad de ideas que circulan por la corriente mental y finalmente, por la bondad del programa que ha sido instalado a través de tres factores claves: el código genético, el medio ambiente y las propias experiencias.

Observemos que no resulta difícil ser consciente de la postura del cuerpo, es decir, saber cuál es la postura física que uno, en cada momento, adopta. Por ejemplo, si se tienen las piernas cruzadas, en qué posición tenemos las manos, en qué lugares del propio cuerpo se sienten sutiles tensiones e incluso qué grado de inclinación tiene la cabeza. Por el contrario, no todo el mundo tiene el entrenamiento suficiente como para ser consciente de sus propios pensamientos y de sus actitudes más íntimas. SIN EMBARGO, SI SE QUIERE CAMBIAR DE CONDUCTA, CONVENDRÁ PRIMERAMENTE HACERSE CONSCIENTE DEL PROCESO MENTAL QUE LA PRECEDE.

¿CÓMO PODEMOS ERRADICAR LOS PENSAMIENTOS QUE NO DESEAMOS? 

Simplemente, prestando atención a nuestros procesos mentales, observando el nacimiento del pensamiento y las ramificaciones asociativas que conlleva. Téngase en cuenta que la madre de todos los estados de ánimo es el pensamiento.

Detrás de una emoción de amargura o esperanza, ha circulado alguna idea que propició dichos estados emocionales. De la misma forma, detrás de la violencia y de la palabra ofensiva, existe un cerebro que ha procesado amenazas.

Si una persona, queriendo modificar este tipo de respuestas conductuales, comienza por darse cuenta de la llegada de pensamientos indeseables, estará en condiciones de optar, tanto hacia la recreación de una idea más óptima como hacia la erradicación de la vieja idea tóxica.

El ser humano que es consciente de sus propios pensamientos no deseados, puede capacitarse para desviar la atención de los mismos y sembrar ideas de positividad y calma. Al cabo de un tiempo, sus conductas subsiguientes tendrán el sello de los nuevos pensamientos que, a su vez, generarán otros hábitos, éstos a su vez conformarán un nuevo carácter y todo ello propiciará la construcción de otro destino.

Para poder cambiar un programa mental lo primero y más importante es, ser consciente, es decir, darse cuenta de aquello que uno quiere modificar. Atención es la clave: atención al pensamiento, atención a la palabra, atención a la acción. El lugar propicio para los entrenamientos de dicha atención está en los pequeños momentos de la vida cotidiana. Cuando experimentemos perturbación, pongámonos en un estado de máxima atención, eso significa mantenerse alerta para observar qué proceso mental desencadenó la pérdida de la calma.

SI UNO APRENDE A EXAMINAR EL DÍA YA VIVIDO, REALIZARÁ CAMBIOS SIN ESFUERZO HACIA CONDUCTAS DESEADAS.

ESA ES LA CLAVE, LA CITA A SOLAS CON NOSOTROS MISMOS DIARIAMENTE, PARA DESDE LA CALMA REVISAR LAS ACCIONES QUE HEMOS REALIZADO, VALORANDO CON OBJETIVIDAD LOS RESULTADOS, POTENCIANDO LAS ACCIONES CORRECTAS Y CAMBIANDO LAS QUE NO HAN SIDO CORRECTAS.
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Ciencia y Espiritualidad

25 julio 2018

El cofre del tesoro

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Hace muchísimos años vivía en la India un sabio de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía triunfador en todos los aspectos de su vida y que por eso se consideraba el hombre más feliz del mundo.
 
Muchos reyes envidiosos, le ofrecían poder y dinero y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaba, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.
 
Así pasaban los años y el sabio era cada vez más feliz.
 
Un día llegó ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que usted, también quiero ser inmensamente feliz ¿Por qué no me enseña qué debo hacer para conseguir la felicidad?"
 
El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñaré el secreto para ser feliz.
 
Ven conmigo y presta mucha atención: En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y son mi MENTE y mi CORAZÓN, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
 
EL PRIMER PASO es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todo lo que tienes.
 
EL SEGUNDO PASO, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, afirmar: Yo soy importante, yo valgo, yo soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer. Este paso se llama Autoestima.
 
EL TERCER PASO, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si dices que eres inteligente actúa inteligentemente, si dices que eres capaz, haz lo que te propones, si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama Motivación.
 
EL CUARTO PASO es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
 
EL QUINTO PASO es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie. Ese sentimiento no te dejará ser feliz, deja que las leyes de Dios hagan justicia. Tú, perdona y olvida.
 
EL SEXTO PASO, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo con las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.
 
EL SÉPTIMO PASO, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
 
Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas, el lado bueno y bonito.
 
PIENSA EN LO AFORTUNADO QUE ERES AL TENER TODO LO QUE TIENES, AYUDA A LOS DEMÁS, SIN PENSAR QUE VAS A RECIBIR NADA A CAMBIO.
 
MIRA A LAS PERSONAS Y DESCUBRE EN ELLAS SUS CUALIDADES Y DALES TAMBIÉN A ELLOS, EL SECRETO PARA SER TRIUNFADORES Y QUE DE ESTA MANERA, PUEDAN SER FELICES.
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Esteban Pérez

PERMITE QUE CADA SITUACIÓN EN TU VIDA TE ENSEÑE ALGO...

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Cuando el gran místico sufí Hasan estaba muriendo, alguien le preguntó: "Hasan, ¿Quien fue tu maestro?" "Tuve miles de Maestros. 

Decir sus nombres me llevaría meses y ya es tarde. 

Pero hay 3 maestros de los que te hablaré. Uno fue un ladrón. Una vez me perdí en el desierto y cuando llegue a una aldea ya era muy tarde, todo estaba cerrado. 

Pero finalmente encontré a un hombre que estaba tratando de hacer un agujero en la pared de una casa. 

Le pregunte donde podía pasar la noche y me dijo: “A esta hora va a ser difícil que encuentres un lugar pero puedes estar conmigo, si no te molesta estar con un ladrón”. 

Era un hombre maravilloso: me quede un mes con él. Todas las noches me decía: “Ahora me voy a trabajar. 

Tú descansa, reza”. Cuando volvía yo le preguntaba: “¿Conseguiste algo?” Y él me decía: no, esta noche no. 

Pero mañana voy a intentarlo otra vez, si Dios quiere...” 

Nunca perdía las esperanzas, siempre estaba contento. Cuando estuve meditando y meditando durante años, sin parar y nada sucedió, llego un momento en que me sentía tan desesperado, tan desesperado, que pensé en terminar con toda esta estupidez.

 Y de repente me acordaba del ladrón que todas las noches decía: “Si Dios quiere, mañana sucederá.” 

 Mi segundo Maestro fue un perro. Yo iba al río, y llegó un perro. 

El también tenía sed. Se miró en el río y vio allí otro perro –su propia imagen- y se asusto. 

Ladró y salió corriendo, pero tenía tanta sed que regresó. Finalmente a pesar de su miedo, saltó dentro del agua y su imagen desapareció. 

Allí supe que me había llegado un mensaje de Dios: uno debe saltar a pesar de todos los miedos. 

El tercer Maestro fue un niño. 

Llegué a una ciudad y vi a un niño que llevaba una vela encendida. Iba a la mezquita a colocar allí la vela. 

Bromeando le pregunté: “¿Tú mismo la encendiste?” “Si señor”, me contestó. 

Le pregunté: “Hubo un momento en que la vela estaba apagada y luego un momento en el que estaba encendida: me puedes decir ¿De donde vino la luz?” 

El niño se rió, apago la vela y me dijo: ahora has visto que la luz se fue. ¿A dónde se fue? Dímelo. 

Mi ego fue sacudido, todo mi conocimiento fue sacudido. 

En ese momento sentí mi propia estupidez. 

Desde entonces abandoné todo mi conocimiento. Es verdad que no he tenido Maestro. 

Esto no quiere decir que no haya sido un discípulo; acepté la existencia entera como mi Maestro. 

 Para mi, ser discípulo fue un compromiso más grande que el de vosotros ahora. 

Yo confié en las nubes, en los árboles… yo confié en la existencia tal cual. 

No tuve un Maestro, pero tuve millones de Maestros, aprendí de todas las fuentes posibles. 

He tratado de aprender algo de cada persona con la cual el destino me ha cruzado, o de cada situación que he vivido. 

Para aprender y crecer se precisa ser un discípulo en el Camino. 

¿Qué quiere decir ser un discípulo? 

Quiere decir ser capaz de aprender siempre y en todo momento de cualquier circunstancia, estar disponible y abierto para aprender. 

Descubrir un maestro en cada ser, a cada momento. 

Ser vulnerable ante la existencia. 

Con un Maestro comienza el aprendizaje y poco a poco vez que de la misma manera puedes sintonizar con la totalidad de la existencia. 

El Maestro es una piscina donde puedes aprender a nadar. 

Una vez has aprendido, todos los océanos son tuyos.”
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Esteban Perez