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Con aromaterapia podrás reducir tu estrés, mejorar tu concentración y sentirte más motivado y creativo en el trabajo. Descubre las fórmulas más eficaces para lograrlo.
Pasamos muchas horas en el lugar de trabajo y, aunque solo sea por eso, es fundamental cuidar el bienestar en el entorno laboral. Además, aunque el trabajo nos trae satisfacciones, también puede ser una fuente de crisis menores o mayores.
Si encima el trabajo nos genera mucho estrés, frustraciones o problemas de relación, puede que la salud se resienta e incluso que uno se sienta infeliz o deprimido.
No hay duda de que el bienestar en el trabajo depende en gran medida de la capacidad para adaptarse a lo que trae la vida laboral. Pero también la aromaterapia puede ayudar a mejorar diferentes aspectos, sobre todo el estado de ánimo.
Este artículo propone descubrir cómo hacerlo de una forma sencilla, agradable y beneficiosa, no solo para uno mismo sino también para los demás. Una experiencia aromática que es a la vez del dominio de la aromaterapia y de la aromacología.
Estos aceites esenciales mejoran tu lugar de trabajo
Los aceites esenciales se clasifican por familias según su bioquímica y o que se conoce como carga energética o polaridad. Podemos entonces elegir aceites esenciales en función del efecto buscado: estimular y tonificar el organismo, o bien calmar y relajar actuando sobre el sistema nervioso. Estas propiedades resultan muy útiles para gestionar los efectos negativos del estrés laboral.
Contamos, además, con un probado efecto de los olores de los aceites esenciales sobre el comportamiento de las personas . Se sabe, por ejemplo, que:
- Los aromas de cítricos favorecen la apertura, la comunicación, la alegría y las buenas relaciones.
- Los aromas provenientes de oleorresinas fomentan la introspección, estados contemplativos y la meditación.
- Algunos aromas florales inspiran y estimulan la creatividad.
- Los olores frescos mejoran la concentración, el rendimiento y la memoria.
Aprovechando estas propiedades podemos utilizar los aceites esenciales con diferentes fines.
1. Para controlar el estrés
El estrés laboral es una de las primeras causas de ausentismo. Los efectos negativos de la respuesta del estrés pueden llegar a ser dramáticos y causar importantes trastornos de salud, incluyendo depresiones severas. Por otra parte, el estrés y la ansiedad están estrechamente vinculados.
Diversos estudios realizados con la finalidad de verificar las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales han confirmado la acción ansiolítica de un importante número de ellos.
Ante todo se han estudiado dos moléculas en concreto: el linalol y el limoneno. Y se ha podido comprobar, igualmente, la acción sinérgica del linalol con el acetato de linalilo.
Estas moléculas se encuentran en muchos aceites esenciales. Por ejemplo, más del 70% de las esencias extraídas de la cáscara de frutas cítricas (como el limón, el pomelo, la naranja dulce o la mandarina, entre otros) está compuesto por limoneno.
Los aceites esenciales de palo de rosa, palo de hô y cilantro contienen más de 70% de linalol.
El acetato de linalilo es un éster y se encuentran principalmente en los aceites esenciales de lavanda, lavandín, naranjo amargo y salvia romana.
Estas propiedades se pueden aprovechar para incidir positivamente sobre los niveles de ansiedad y de estrés en el trabajo. Lo ideal sería emplear un difusor en la oficina o o el lugar en que realizamos nuestra labor para que todas esas moléculas impregnaran con su olor el ambiente.
2. Para favorecer un buen ambiente con los compañeros
Aparte de la acción ansiolítica, se conoce el efecto euforizante de determinados aromas. Los aceites esenciales que contienen ésteres ejercen este efecto euforizante a la vez que calman y relajan.
Este doble efecto es el que encontramos en el aroma que desprenden las esencias de flor de azahar, bergamota, naranjo amargo, menta bergamota o lavandín.
De nuevo podemos volver a mencionar aquí las esencias de los cítricos, puesto que resultan muy adecuadas tanto para crear un ambiente relajado como para facilitar la comunicación y las buenas relaciones.
Se puede recurrir a las esencias cítricas cuando tengamos que reunirnos y en particular cuando se trate de reuniones de trabajo en las cuales sabemos que surgirán tensiones. Las esencias de mandarina y bergamota resultan especialmente indicadas para este propósito.
3. Para mejorar la concentración
Varios estudios han confirmado la acción beneficiosa del 1,8-cineol (también llamado eucaliptol) sobre el rendimiento, la memoria y la concentración. Esta molécula se encuentra en muchos aceites esenciales.
Uno de los más estudiados en este sentido es el aceite esencial de romero(probablemente con quimiotipo 1,8-cineol). Las últimas investigaciones indican que este aceite esencial tiene un efecto positivo sobre las personas enfermas de Alzheimer.
Los aceites esenciales de eucalipto radiata, salvia española, laurel o ravintsara constituyen otras opciones muy interesantes siempre que se necesite ser más eficaz, cuando se requiera concentración o cuando se precise un esfuerzo especial en nuestro trabajo.
4. Para favorecer la inspiración
Por ahora no sabemos explicar cómo es que ciertos aromas pueden estimular nuestra capacidad creativa. No se ha relacionado este efecto con ninguna familia bioquímica o grupo de familias bioquímicas en especial. Sin embargo, sabemos por experiencia que el perfume de algunos aceites esenciales puede llegar a favorecer ciertos estados propicios en los que se nos abren las puertas del espíritu.
De hecho, los auténticos procesos creativos surgen cuando somos capaces de vaciarnos para abrirnos y entregarnos a la inspiración. Cualquier artista siente que su arte es obra de algo que le trasciende en cierto modo.
Para estimular la creatividad se puede utilizar cualquier aceite esencial que nos resulte inspirador, si bien es cierto que habitualmente se recurre a esencias como, por ejemplo, el incienso, la mirra, el laurel, la flor de azahar, la tsuga, la rosa, el jazmín o el sándalo.
Cómo utilizar aromaterapia en la oficina o el despacho
Conviene elegir exclusivamente aceites esenciales de calidad, 100% puros y naturales, preferiblemente aceites esenciales quimiotipados.
Se pueden usar puros difundiéndolos en el ambiente o bien en aplicación tópica, correctamente diluidos en aceite vegetal, como si fueran perfumes. Más adelante encontrarás algunas fórmulas o combinaciones específicas según la finalidad con la que quieras utilizar los aceites.
Para beneficiarse de las propiedades de los aceites esenciales por vía atmosférica una solución sencilla es utilizar un difusor. Es muy importante respetar las normas de uso y la cantidad de aceite esencial sugerida por el fabricante.
Generalmente, la cantidad de aceite esencial que se utiliza en un difusor es de unas 15 a 20 gotas. En cuanto al tiempo que debe usarse un difusor lo recomendable es que sean de dos a tres veces por día durante una media hora como máximo.
Como alternativas a un difusor de esencias, si no se dispone de uno, se pueden emplear diferentes tipos de soportes porosos, como objetos de barro, trocitos de madera, filtro de café, bolas de algodón, etc.
Otra opción es usar un vaporizador a modo de ambientador. En un frasco de cristal oscuro (preferiblemente, de color ámbar o azul), de 100 ml de volumen, se pone un total de 3 ml de aceites esenciales (unas 100 gotas) y se llena con agua. Se agita antes de usar y nunca se vaporiza hacia la cara.
Por supuesto, antes de usar un difusor o vaporizador en el lugar de trabajo conviene consultar con los compañeros para evitar cualquier molestia. En la mayoría de casos la propuesta es recibida con entusiasmo, pero algunas personas son muy sensibles a los olores.
5 fórmulas aromáticas que mejoran tu vida laboral
Entre los aceites esenciales se crean sinergias que podemos aprovechar si los combinamos de la forma adecuada. Estas combinaciones de aceites esenciales te permitirán mejorar diferentes aspectos en el trabajo:
Eficiencia
Esta mezcla permite sentirse alerta, despierto y concentrado. También es adecuado para difundir cuando se ha de estudiar:
- Romero quimiotipo cineol
- Eucalipto radiata
- Palo de rosa
Excelencia
Combinar estos tres aceites será útil si se precisa confianza en uno mismo y voluntad.
Si utilizas esta fórmula en un difusor, puedes utilizar los aceites esenciales puros. Si te la aplicas en la piel, mezcla 5 gotas de esencia con 5 ml de aceite de jojoba en un frasco oscuro con gotero y aplícate unas gotas en muñecas y plexo solar.
- Laurel
- Romero quimiotipo verbenona
- Menta piperita
Sin estrés
El efecto neurotónico de esta mezcla alivia el estrés. En difusor o sobre la piel, se aplica igual que la mezcla anterior.
- Ravintsara
- Mejorana
- Cilantro (semillas)
Espíritu de equipo
Estos aceites esenciales favorecen la comunicación y la apertura. Puedes difundirlos antes y al principio de una reunión, solos o combinados.
- Mandarina
- Bergamota
- Pomelo
Motivación y creatividad
Favorecen la inspiración y combaten el desánimo. El primero suele gustar más a la mujer; los segundos, al hombre.
- Flor de azahar
- Tsuga
- Laurel
Cómo funciona la aromaterapia
A continuación nos centraremos más en cómo actúan en general los aceites esenciales y la ciencia que hay detrás de sus aplicaciones terapéuticas, por si tienes curiosidad por indagar más.
La aromaterapia es el uso de aceites esenciales con fines terapéuticos, aunque la palabra se usa más ampliamente para referirse al uso de aromas para favorecer el bienestar, mientras que la aromacología es la ciencia que estudia los efectos de los aromas sobre el comportamiento humano.
Los estudios realizados permiten comprobar científicamente de qué forma ciertos olores afectan al cerebro. Los aceites esenciales resultan muy olorosos y potentes porque, al obtenerse de plantas y árboles aromáticos mediante destilación por arrastre de vapor, tienen una gran concentración de moléculas.
Algunos se emplean para tratar problemas de salud; otros, en perfumería, cosmética o la industria alimentaria.
El olfato y el cerebro
El sentido del olfato nos pone en contacto directo con el mundo exterior a través del nervio y del bulbo olfativos, que forman parte del sistema límbico. El olor de los aceites esenciales los estimula, lo que activa respuestas que pueden ser interesantes para favorecer el bienestar.
Cuando se estimula el bulbo olfativo con moléculas odorantes se puede generar una respuesta a la vez emocional y fisiológica. La respuesta emocional puede estar vinculada o no a un recuerdo, y en la fisiológica se liberan hormonas. En función de cuáles sean estas respuestas se propician diferentes estados de ánimo y comportamientos.
Por ejemplo, al oler aceite esencial de flor de azahar, se puede recordar un maravilloso viaje a Sevilla y por un momento revivir las emociones vinculadas a ese recuerdo.
También se puede notar el efecto positivo de los aceites esenciales cuando uno se pone en manos de un masajista. Un masaje con aceites esenciales es una doble fuente de placer y provoca la liberación de endorfinas (y posiblemente de otras hormonas como la oxitocina), lo que aporta un profundo bienestar.
A veces incluso se pueden experimentar fuertes emociones, como la risa, pues algunos aceites esenciales poseen efectos euforizantes. También cabe mencionar que generalmente los olores que despiertan emociones de tristeza son aquellos que se relacionan con algún recuerdo.
Lo que actúa a través del olfato es a la vez la combinación de moléculas con propiedades concretas (relajantes, calmantes o euforizantes, por ejemplo) y el mensaje "vibratorio" vehiculado por los aceites esenciales, es decir, información transmitida por la planta.