22 mayo 2019

EL LENGUAJE DE LA PIEL.












La piel, envoltura externa del cuerpo, está constituida por una capa profunda (la dermis) y una capa superficial (la epidermis), protege al cuerpo y está en contacto permanente con el mundo exterior.

Por ser la envoltura corporal, representa la imagen que el ser humano tiene de sí mismo. Una persona que quiera saber qué imagen tiene de sí misma sólo tiene que describir su piel.

Cualquier problema en la piel se relaciona con la vergüenza que la persona afectada siente ante sí misma.

Le concede demasiada atención a lo que los demás puedan pensar de ella, así como a sus juicios. No se permite ser ella misma y se rechaza fácilmente.

A menudo se siente herida en su integridad.

También es una persona muy sensible a lo que sucede en el exterior, que se deja tocar demasiado fácilmente por los demás (en sentido figurado) y a la que le resulta difícil amarse tal como es.

Cuando el problema dérmico se acompaña de pus, significa que no soportas a alguien o algo, hasta el punto de que te ocasionas este problema para alejarte.

Un problema dérmico grave es un recurso excelente para alejar a los demás.

La piel ayuda a establecer contacto con otras personas, pero también puede ser un medio para aislarse. Una persona puede avergonzarse tanto de lo que es o de lo que podría ser, que se rehusa a acercarse a otro y utiliza su problema como excusa. Se vuelve intocable.

Quisiera mudar de piel, es decir, cambiar por completo.

Cuando la persona ha intentado acercarse a alguien sin éxito y como consecuencia guarda mucho rencor y enojo, puede crearse un cáncer de piel.

Si el problema altera solamente la parte superficial de la piel (por ejemplo, el VITILIGO), la persona afectada vive con dificultad una separación, una pérdida de contacto o una pérdida de comunicación.
La siente como un rechazo o una ruptura definitiva.
Es el tipo de persona que quiere salvar a los demás, sobre todo a los miembros del sexo opuesto.

La parte afectada del cuerpo representa el área en la que se vive el problema con más intensidad (por ejemplo, si es en la cara, significa miedo a perder prestigio).

La piel es un órgano muy visible para ti y para los demás, por lo tanto, cuanto más obvio sea el problema y más te moleste, con más énfasis indica que tu forma de pensar y tus creencias con respecto a ti te molestan, y que es urgente que lo veas.

Para rehacer la imagen que tienes de ti mismo, te sugiero que dediques un tiempo a tomar nota de tus cualidades, y después de que hayas hecho la lista, agrega una más cada día. Si te resulta difícil, pide ayuda.

El importante mensaje que recibes es que te concedas derecho a ser un ser humano, con debilidades, límites y miedos, sin creer que por ello ya no vales.

Tienes derecho a tomar una decisión para salvar el pellejo sin acusarte, aun cuando ésta no sea conveniente para tus seres queridos.

Tu valor proviene de la calidad de tu corazón, de la persona especial que eres en lo más profundo de ti mismo, y no de lo que ocurre en el mundo físico.


La piel recubre todo mi cuerpo y delimita lo que está “en el interior” y lo que está “en el exterior”, es decir mi individualidad. 
Por su superficie, mi piel es el órgano más importante de mi cuerpo.
 Es una capa protectora que delimita con precisión mi espacio vital y que deja translucir fielmente e inconscientemente mi estado interior. 
Si soy una persona dulce, también lo será mi piel. 
Si es muy grande mi sensibilidad, también mi piel será muy sensible. 
Al contrario, si soy más bien duro conmigo mismo o con los demás, mi piel será también muy dura y espesa. 
Si está irritada mi piel, hay algo o alguien en mi vida que me irrita. 
Una gran inseguridad hace que mi piel sea húmeda mientras que una piel que transpira mucho evacua las emociones que retengo y que necesito evacuar. 

La calidad de mis relaciones con el mundo exterior estará pues representada por el estado de mi piel.


La piel es como la corteza de un árbol. 
Nos revela que hay problemas exteriores o interiores. 
Aísla las células de mi cuerpo, mis componentes en cuanto a mi entorno exterior. 
Si mi piel tiene anomalías, hay muchas probabilidades de que sea una persona que da mucha importancia a la opinión de los demás y a lo que pueden decir a mi respecto. Estando poco seguro de mí - mismo y teniendo miedo de estar rechazado o de hacerme herir, voy a crearme una enfermedad de piel que se volverá “una barrera natural” que permitirá guardar cierta distancia con mi entorno. 

La piel es un tejido blando que está relacionado con la energía mental y por lo tanto expresa mis inseguridades, mis incertidumbres de aquí la expresión “estar rojo de ira”. 

Mi piel puede cambiar de color cuando estoy molesto o cuando puedo sentir vergüenza. 

Es pues la línea de demarcación física, mi máscara entre mi interior y mi exterior. Si mi piel es seca, es que carece de agua. 
El agua es el segundo elemento (después del aire) necesario a la vida. 
Mis relaciones con la vida son pues secas, áridas. 
Me bloqueo interiormente en mis relaciones con el entorno. 
Puedo tener la sensación de “secarme”. 
Debo buscar la alegría en mi comunicación con los demás. 

La piel muerta que hace copos indica que me abandono a viejos esquemas mentales. 

Si tengo granos en la superficie de la piel, es que expreso exteriormente problemas de relaciones, comunicación con mi entorno, referente a puntos concretos. 

Si mi piel muestra signos de inflamación, entonces no debo estar menos irritado frente a ciertas situaciones de conflicto interior o exterior. 

Si mi piel es grasa, es que retengo, conservo demasiadas emociones para mí. 

Puedo desear huir de una situación o persona como si tratasen de atraparme, como la pequeña bola cubierta de aceite que se quiere coger y que resbala entre los dedos. 

Debo dejar fluir la energía para que mis pensamientos negativos puedan desaparecer. Debo mirar con calma, fríamente las frustraciones que alimento para que mi piel sea más clara y menos espesa. 

Cuanto más me vuelvo transparente y verdadero con los demás, más transparente será mi piel. 

Una irritación me muestra que hay uno o varios pensamientos irritantes que suben en la superficie de mi piel y que he de mirarlas de frente para que dejen de atraer mi atención y molestarme. 

Cuanto más sea capaz de apreciar mis cualidades y ofrecerme pequeños dulces, más mi piel va a “transpirar” este bienestar por su dulzura y su claridad. 

Cuanto más sea capaz de comunicar libremente mis emociones, más se relaja y resplandece mi piel.


Diccionario de las Enfermedades Emocionales-


8 maneras de mejorar la flora intestinal para bajar de peso, quitar la ansiedad y las alergias

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Tay Cuellar
En los seres humanos, el microbiota intestinal tiene la mayoría de las bacterias y el número más variado de especies de bacterias en comparación con cualquier otra parte del cuerpo. De hecho, hay alrededor aproximadamente 1.30 kilos de bacterias que viven en el tracto intestinal humano, y no todas estas bacterias son buenas tampoco.
Dependiendo de algunos factores, incluido el estilo de vida, podemos tener un desequilibrio en nuestras bacterias intestinales. Esto se conoce como disbacteriosis, pero con un mejor equilibrio de las bacterias intestinales, la memoria puede incluso mejorarse en las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer.
En relación al peso, tus bacterias intestinales pueden producir sustancias químicas que pueden ayudarte a sentirte lleno. Al afectar tu apetito, tus bacterias intestinales pueden jugar un papel en tu peso.
Si tener una buena mezcla de bacterias saludables es tan importante como parece indicar la investigación, ¿cómo podríamos mejorar la flora intestinal en nuestro tracto digestivo? Aquí hay diez maneras en que puedes amar tu intestino tanto como deberías.

1. No consumir azúcar para tener equilibradas nuestras bacterias intestinales

El azúcar refinado es como el combustible para las bacterias intestinales malas. Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Oregón encontró que una dieta rica en azúcar causaba cambios en las bacterias intestinales de sujetos de estudio. Este cambio en las bacterias intestinales tuvo un impacto negativo en la memoria a largo y corto plazo de estos. Además, fueron menos capaces de adaptarse a las situaciones cambiantes, una condición llamada “flexibilidad cognitiva”.
Comenzaron a experimentar una disminución en la función mental y física solo cuatro semanas después de comenzar una dieta alta en grasas y azúcar. Los alimentos que contienen una sola molécula de glucosa y fructosa alteran la flora intestinal porque son fáciles de digerir y absorber en el intestino delgado sin la ayuda de las bacterias. Las bacterias se vuelven hambrientas y comienzan a masticar el revestimiento mucoso de nuestros intestinos.
La pared está permeada y las partículas de comida entran en el torrente sanguíneo. Cuando esto sucede, nuestro sistema inmunológico notifica a nuestro cerebro y otros órganos de los invasores extranjeros. Esto causa inflamación, que es el precursor de muchas enfermedades graves, como las enfermedades cardíacas y la diabetes. Además, el azúcar alimenta a Candida Albicans, un hongo que crece en el intestino y ataca la pared intestinal.

2. Comer más verduras para mejorar la flora intestinal

Una de las formas más fáciles y rápidas de cambiar las bacterias intestinales para mejorar es comer más verduras, especialmente las de hojas verdes. Una dieta rica en vegetales ayuda a construir un microbioma diverso que conduce a un pensamiento más claro y a la salud y el bienestar en general. Para obtener los mejores resultados, coma 39 gramos de fibra dietética por día.
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3. Jugar en la tierra

Estamos obsesionados con la limpieza, y nos está enfermando. Aunque esto suene irónico, es muy cierto. Un estudio de 2013 publicado en el Journal of Pediatrics encontró que los niños cuyos padres limpiaban el chupete sucio en lugar de hervirlo tenían menos probabilidades de desarrollar eczema que los que sí lo hervían. Además, investigadores también han descubierto que los niños que crecen en una casa con un perro tienen menos probabilidades de desarrollar alergias y asma.
Tener un perro en la casa crea un tipo de polvo que nos expone a cepas muy importantes de bacterias, incluido el Lactobacillus. Si te gusta el jardín, estás de suerte. Las personas que pasan tiempo con las manos en la tierra probablemente desarrollen un sistema inmunológico fuerte
Nota: los expertos en intestinos recomiendan elegir productos de limpieza naturales, no aquellos que están basados en sustancias químicas. Muchos de los productos de limpieza para el hogar que se venden comercialmente para desinfectar se comportan como antibióticos, ya que aniquilan todo, incluso las bacterias útiles. Considera limpiadores no tóxicos como el vinagre, el jabón de castilla y el jugo de limón. Además, evita los jabones antibacterianos y desinfectantes para las manos.

4. Limita tu uso de antibióticos

El uso regular de antibióticos de amplio espectro destruye todas las bacterias, buenas y malas, incluidas las cepas de bacterias necesarias para combatir otras infecciones. Por supuesto, hay ocasiones en que se necesita un antibiótico, pero vale la pena limitar su uso y tomar siempre un probiótico cuando estés tomando un antibiótico y comer una dieta muy saludable mientras esté tomando los antibióticos. Los probióticos suplementarios ayudan a equilibrar el nivel de pH de las bacterias para que las bacterias buenas eliminen a las bacterias malas y vuelvan a repoblar el intestino para reemplazar a las personas muertas por el medicamento.

5. Comer alimentos fermentados

Las personas han estado fermentando alimentos durante miles de años como un medio para evitar que los alimentos se echen a perder. Con el descubrimiento del refrigerador, el proceso de fermentación fue un poco por el camino. Los alimentos fermentados proporcionan una combinación muy amplia de bacterias que los convierte en el mejor tipo de probiótico que puede alimentar tu intestino. Algunos alimentos fermentados saludables para incluir en tu dieta incluyen kéfir, pepinillos, té de kombucha y chucrut. Trata de incluir al menos tres cucharadas de alimentos fermentados en tu dieta diaria.

6. Duerme bien

Si no estás durmiendo bien; al menos 6-8 horas de buen sueño por noche, tus intestinos podrían estar fuera de equilibrio. El Dr. David Perlmutter, autor de Brain Maker, señala que el equilibrio de las bacterias intestinales es fundamental para una buena noche de sueño y que cuando no dormimos, no equilibramos nuestras entrañas, por lo que se convierte en un círculo vicioso.
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7. Sudor

Sí, el ejercicio es excelente para el cuerpo y la mente, y resulta que es especialmente bueno para la flora intestinal, al menos la sudoración. Investigadores en Irlanda estudiaron las heces de 40 jugadores profesionales de rugby. Descubrieron que los atletas tenían microbiomas mucho más diversos que la persona promedio. Otros estudios han conferido que el ejercicio, de hecho, cambia la flora intestinal. Por lo tanto, agrega un buen entrenamiento diario a tu régimen de vida saludable y tu instinto te lo agradecerá.

8. No te preocupes por las cosas pequeñas

El cuerpo tiene una respuesta tremendamente poderosa al estrés. Libera esteroides naturales y adrenalina junto con citoquinas inflamatorias de tu sistema inmunológico. Si estás siendo perseguido por un oso enojado, esta respuesta podría salvar tu vida. Sin embargo, vivimos en una cultura desenfrenada, y muchas personas se encuentran en este modo de “lucha o huida” diariamente, y no porque estén siendo perseguidos por un oso.
El estrés crónico no permite que el sistema inmunológico descanse y continúa enviando mensajes de inflamación a todas las partes del cuerpo, incluido tu intestino. Con el tiempo, el estrés hace que las bacterias intestinales se desequilibren y esto causa una serie de enfermedades inmunitarias, como la enfermedad de Crohn, la enfermedad inflamatoria intestinal y la colitis ulcerativa. Controlar tu respuesta al estrés te ayudará a mantener a raya el equilibrio de tus microbiomas intestinales y las condiciones de peligro.

21 mayo 2019

La Vida

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"La vida te aleja de las personas que amas, hasta que comprendes que no somos este cuerpo, sino el alma que él contiene. La vida se ríe de ti tantas veces, hasta que dejas de tomarte todo tan en serio y te ríes de ti mismo. La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean necesarias para que por allí entre la luz.
La vida te enfrenta con rebeldes, hasta que dejas de tratar de controlar. La vida te repite el mismo mensaje, incluso con gritos y bofetadas, hasta que por fin escuchas. La vida te envía rayos y tormentas, para que despiertes. La vida te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu EGO. La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza y comienzas a servir. La vida te corta las alas y te poda las raíces, hasta que no necesitas ni alas ni raíces, sino solo desaparecer en las formas y volar desde el Ser. La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un milagro. La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a vivir. La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te haces nadie, y así te conviertes en todo.
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar. La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus caprichos y berrinches y agradeces respirar. La vida te oculta los tesoros, hasta que emprendes el viaje, hasta que sales a buscarlos. La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos”.
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~Bert Hellinger

Inconscientemente transmites tu energía.


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Inconscientemente transmites tu energía. Algunas de tus cualidades son magnéticas y otras repelentes. Has atraído hacia ti toda cosa y persona que está en tu vida.
La vibración que emites está formada por tu energía consciente e inconsciente, en parte repelente, en parte magnética, y en parte neutra. La ley que hay detrás de ello es la que dice: atraemos lo que es similar a nosotros.
Atraemos a nuestra vida, personas y situaciones que tienen vibraciones similares a las nuestras. Las cualidades negativas como la penuria, la desesperación, la depresión, la rudeza o la desconsideración conducen a una frecuencia baja.
Si poseemos alguno de estos elementos en nuestra naturaleza, magnetizaremos a alguien de energía similar hacia nuestra vida. Las cualidades como el amor, la gentileza, la dicha, el deleite o la generosidad transmiten una energía de frecuencia elevada y también magnetizan a personas de energía similar.
El universo nos ofrece espejos para que nos contemplemos en ellos, mira a tu alrededor y observa a los personajes que te rodean. Están interpretando un papel en la obra de tu vida por algún motivo.
Cuanto más vehementemente negamos que somos como imanes para cierto tipo de persona o situación, más nos pide nuestro Yo superior que observemos atentamente a nuestra sombra. La desesperación es algo que repele.
Cuando alguien está desesperado por tener pareja, los demás captan esa desesperación a un nivel sutil y se retiran. Cuando cambian esa energía por otra amorosa, abierta y de aceptación, atraen a la persona adecuada. La ley de atracción funciona en diferentes ámbitos. Si no estás en armonía con la vida puedes atraer alimentos que te sientan mal.
Si tienes pensamientos autocríticos te estás atacando a ti mismo. Puedes atraer a mosquitos que te piquen. Están sirviendo de espejo para la energía que estás emitiendo. Si estás soterrando la cólera puedes atraer un ataque. Si tienes pensamientos negativos atraes a personas y situaciones negativas.
Si tienes mala salud, en el momento en que estés listo para soltarla atraerás al sanador perfecto a tu vida. Si quieres que un proyecto tenga éxito pero tienes sentimientos ocultos de aburrimiento, o si estás asustado o cansado, la energía subyacente contrarrestará el éxito del proyecto.
Siempre que algo no se manifieste como tú esperas, examina tus sentimientos soterrados y cámbialos. Entonces magnetiza aquello que quieres.
Lo interior atrae a lo exterior. Si algo de tu mundo exterior no es como quieres que sea, busca dentro y cambia tu manera de sentir con respecto a ti mismo. Entonces automáticamente atraerás a personas y experiencias diferentes hacia ti.
Si te infravaloras y piensas que no eres lo suficientemente bueno, atraerás a una persona abusiva que te hará lo mismo.
Recuérdate tus buenas cualidades y magnetiza a alguien que te aprecie. No emitas energía negativa ni pienses en atraer algún desastre hacia ti. Irradia luz positiva y confía en que un milagro se acerque a ti. Eres como un imán: atraes aquello que es similar a ti.
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