Una mujer con autoestima no duda de ella misma nunca. Conoce muy bien sus luces y
sus sombras y frente a situaciones complicadas, se agarra de sus virtudes y conocimientos
y pone en práctica su sabiduría, es decir: Se pone en acción.
Las personas fuertes y con mucho amor propio suelen coincidir en esto mismo,
suelen ser personas “hacedoras”; personas que no se quedan estancadas en ningún aspecto
de su vida, y cambian, se mueven (sin miedo a las zonas de confort) y hacen que su lectura
interna influya en lo que perciben y experimentan del exterior.
Con su propia lectura positiva: (acepta lo bueno y lo malo de sí misma de una forma entregada
e indudable). Y es por eso que cuando tiene problemas en el amor, no se queda a la espera de
que los demás cambien, sino que ella misma toma riendas de las situaciones y si algo no le
parece bien, lo dice, lo analiza y si hace falta se aparta.
Una mujer con autoestima puede perdonar
Porque tiene un alto grado de agradecimiento y compasión, dado que se ama mucho y sabe
que en realidad, su bienestar, sólo depende de sí misma. Perdona y se libera; perdona y
deja fluir. Jamás con apego, siempre con libertad.
Una mujer con autoestima no vive pendiente de nadie; vive pendiente de sí misma y
entrega todo su corazón a las personas que merecen de su gran persona y de su gran
pasión propia. Pero del mismo modo que te da la mano para ofrecerte todo su ser, puede
darte la espalda y dajarte solo en tu propio camino.
Amar a una mujer con autoestima implica que tú seas muy parecida a ella en estos
términos, porque de lo contrario no habrá afinidad ni complejidad. Si ella se ama tanto,
también quiere estar con alguien que haga lo mimo consigo mismo,
por lo que siempre filtrará a las personas de una forma natural, y no se juntará con cualquiera
que no dé, de forma genuina y verdadera, lo que ella entrega: Verdad, honestidad,
amor propio, valentía, sabiduría, compasión, flexibilidad y entrega.
Ella quiere alguien que no la ensucie
Ella no para de construirse y mejorar. Sabe que no es perfecta pero sí valora y
conoce que es única y eso la hace diferente del mundo que la rodea. Sabe defender
su posición y no tiene reparo en discutir y, al mismo tiempo, aceptar cuando se equivoca.
Y eso le da el gran poder de ser humilde y trasparente. Y cómo bien sabrás, si el agua
limpia y cristalina le tiras una gota de tinta, se turbia; y eso es precisamente lo que no
permitirá jamás a nadie: que la turbien.
Ella se ríe de sí misma
Por supuesto que sabe reírse de sí misma, por eso tiene ese gran poder de que no
le afecten las cosas exteriores, porque su flexibilidad en la vida, emocionalmente,
la convierte en alguien fuerte. Al revés que una roca, que es dura pero se desgasta
con el tiempo, ella es como el agua, que puede llegar a cualquier rincón, o situación,
de una forma efectiva y es capaz de, gota a gota, diluir hasta la roca más dura.
Se ríe por eso mismo, porque sabe que por más que falle o se equivoque, su interior
será capaz de afrontar cualquier adversidad y será capaz de salir de donde no le
conviene estar. Se ríe porque sabe que con su gran actitud puede mover montañas.
Ella no le tiene miedo a la soledad
Muchos hombres creen que a las mujeres no les gusta estar solas, y creen que ellas
necesitan de un hombre para sentirse seguras; pero una mujer con autoestima,
necesita todo lo contrario. Necesita amar antes su soledad para no necesitar de nadie.
Y eso, en temas sentimentales, muchas veces choca a los hombre, ya que ellos
no terminan de comprender cómo eso es posible. Sí, aún existe mucho
micromachismo mental en la sociedad y eso es una realidad que a muchos los pone
en “alerta”, incluso diría yo, a la defensiva. Pues una mujer de este calibre es indomable,
y a un domador eso le da miedo.
En definitiva:
A una mujer con autoestima, no la podrás controlar (domar) y si tiene que dejarte
lo hará sin rechistar. Te perdonará, porque sabe que toda persona merece el perdón,
o una segunda oportunidad. Pero en este caso, una segunda oportunidad que
deberás vivir solo, porque ella: Se irá sin dar explicaciones. Ella no quiere dramas
ni personas complicadas en su vida. Quiere personas que sean agua, como ella es. Agua limpia.
Autoría: Albert Espinola