20 septiembre 2021

La vitamina C nos ayuda a reducir el estrés

 















La vitamina C nos ayuda a reducir el estrés. Lo hace porque controla el nivel de cortisol en sangre y facilita la producción de serotonina y el GABA.

Según nos señalan diversos estudios, la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés y mejora, incluso, los procesos cognitivos. Lo logra en primer lugar, reduciendo el nivel de cortisol en sangre. Asimismo, actúa también sobre el sistema nervioso, ya que favorece la formación de mielina en las neuronas. De este modo, mejora la comunicación de las células y optimiza con ello procesos como la memoria.

Refranes tan clásicos como”la naranja, el limón y la granada antes que nada”, nos dan un ejemplo de la valoración que han tenido estos alimentos en nuestra cultura. Así, en el pasado, y para hacer frente a esas duras travesías en barco que llevaban a cabo nuestros marinos, entre la carga básica siempre había cítricos para prevenir el escorbuto.

Ahora bien, en nuestro día a día casi siempre relacionamos la vitamina C como ese elemento clave para prevenir gripes y resfriados. No obstante, cabe señalar que este tipo de nutriente, por sí mismo no salva, ni cura ni evita dolencias. Nos ayuda eso sí, a prevenir, a fortalecer las defensas y a favorecer una serie de procesos básicos que pueden mediar en nuestro bienestar.

Es un nutriente esencial y como tal, debe estar en nuestra dieta. Sin embargo, es interesante saber también que la vitamina C nos ayuda a tener un cerebro más sano. Veamos los datos que sostienen esta idea.

Mujer estresada que necesita vitamina C

Mecanismos por los cuales la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés

Un estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon fue la puerta al mundo de un interesante descubrimiento. Se pudo ver que, cuando una persona tiene un déficit de vitamina C, los receptores tipo GABA dejan de funcionar de manera adecuada. Pensemos que el ácido gamma-aminobutírico tiene funciones muy importantes dentro del sistema nervioso central:

  • Un nivel bajo de este neurotransmisor se asocia a trastornos de ansiedad, insomnio o depresión.
  • En cambio, disponer de una cantidad elevada de GABA favorece procesos como la relajación, la concentración, la memoria, la reducción de la sensación de miedo o alarma, etc.

El doctor Henrique von Gersdorff científico y coautor del estudio, señala que es probable que la vitamina C tenga una función más importante de lo que creíamos en nuestro cerebro.

De hecho, se sabe también que favorece la síntesis de varios neurotransmisores, y que su presencia es fundamental para convertir la dopamina en serotonina y que además, modula la liberación de neurotransmisores en las células nerviosas.

niña con constelaciones en el cerebro simbolizando el efecto de la vitamina C

El cerebro necesita vitamina C

La vitamina C nos ayuda a reducir el estrés porque actúa básicamente, como un neuromodulador. Así, y aunque a menudo se nos comente aquello de que debemos elevar el consumo de fruta y verdura fresca para disponer de ese nutriente esencial, es interesante recordar un curioso aspecto.

La parte de nuestro cuerpo que más parece necesitar vitamina C es el cerebro. De hecho, se ha podido comprobar que cuando el cuerpo humano está privado de vitamina C, este elemento permanece en el cerebro durante más tiempo que en cualquier otro lugar de nuestro organismo.

La ciencia aún no comprende en cuántos procesos y mecanismos puede mediar. Sin embargo, hay uno que sí se conoce y que se ha podido demostrar: la vitamina C reduce el nivel de cortisol en sangre.

  • Estudios como el llevado a cabo por los doctores Oliveira J , de Souza VV y Motta V en el 2015, demostraron que la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, al regular la producción de esta hormona (cortisol).
  • Además, en este estudio se pudo ver cómo un grupo de estudiantes de secundaria puntuaron mejor en tareas de memoria y concentración, tras unos meses aumentando su consumo de vitamina C
  • La vitamina C, además, es fundamental para la síntesis del colágeno. Gracias a este elemento no solo se cuida de la salud y resistencia del los dientes o los huesos. Además, mejoramos la integridad y resistencia de los vasos sanguíneos, algo esencial para optimizar nuestros procesos cognitivos.

¿Cómo podemos cuidar de nuestros niveles de vitamina C?

Por curioso que nos parezca, y tal como nos indican los especialistas, es muy común tener un nivel insuficiente de vitamina C. Siempre pensamos aquello de que sin este elemento esencial, seremos más proclives a sufrir condiciones como resfriados o mala cicatrización de las heridas.

Sin embargo, tal y como hemos señalado, el órgano que más parece necesitar vitamina C es el cerebro. Sin ella nos notaremos más agorados. Tendremos problemas de concentración, además de una mayor sensación de estrés. Asimismo, también debemos recordar que necesitamos del ácido ascórbico (vitamina C) para mejorar la absorción del hierro.

alimentos formando la letra de la vitamina C

Veamos por tanto qué debemos hacer para mejorar sus niveles.

  • La ingesta diaria de vitamina C recomendada está entre los 75 y 90 miligramos.
  • En lugar de recurrir a los clásicos suplementos, siempre es mejor seguir una dieta adecuada rica en los siguientes alimentos:
    • Naranjas y limones.
    • Mangos.
    • Granadas.
    • Grosellas.
    • Guayabas.
    • Brócolis.
    • Pimientos rojos.
    • Fresas

Para concluir, sabemos ya que la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés. No obstante, no olvidemos también mejorar nuestros hábitos de vida. Evitar el tabaco, realizar algún deporte e integrar en el día a día adecuadas técnicas de relajación y gestión de la ansiedad y el estrés nos servirá también de ayuda.

17 septiembre 2021

Estos frutos secos tienen increíbles beneficios para tu salud.

 

Mejor con Salud

Todos sabemos que los frutos secos son una especie de elixir para la salud y belleza. Podría decirse que son los alimentos que más nutrientes concentran en menos tamaño.

Como si fuera poco, aportan grasas de origen vegetal, más que saludable. En este artículo te contamos cuáles son las propiedades de cada fruto seco y cuál te conviene consumir según tu dolencia o enfermedad.

Frutos secos, los más completos del mercado

Frutos secos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido los frutos secos dentro de la lista de alimentos recomendables para una dieta saludable. Muchas veces no los consumimos en la cantidad adecuada y por ello no podemos disfrutar de todos sus beneficios.

El problema no reside en que los consumamos poco… Sino en que lo hagamos mal. Claro, porque en muchos casos los comemos fritos y con sal, como snacks, o acompañados de harina y azúcar, como postres.

Los frutos secos son saludables si y solo si los ingerimos crudos y están junto a alguna preparación saludable como, por ejemplo, una ensalada o verduras cocidas al vapor. La dosis diaria recomendada por la Fundación del Corazón ronda los 50 gramos.

Estos pequeños alimentos son complementos ideales para tratar un gran rango de dolencias y cubrir algunas de nuestras necesidades básicas. Si bien por sí solos no son milagrosos nos podrían ayudar en tratamientos diversos.

Dime qué tienes y te diré qué fruto seco comer

Para cada dolencia frecuente de la sociedad actual hay, al menos, un fruto seco que puede mejorar la condición. Te contamos los más destacados:

Para el colesterol elevado: almendras, avellanas y nueces

Las tres contienen ácidos grasos monoinsaturados que mejoran la salud cardiovascular y también ayudan a disminuir la grasa y colesterol. Consumir 60 gramos al día de almendras, nueces y avellanas (en total) puede reducir casi un 8% los niveles de colesterol malo (LDL).

También estos frutos secos previenen enfermedades del corazón y equilibran la presión arterial, según un estudio publicado en Current Atherosclerosis Reports. En el caso particular de las avellanas, se ha descubierto que disminuyen un aminoácido llamado homocisteína que puede dañar el recubrimiento de las arterias.

Además, las almendras tienen flavonoides que cuidan el sistema circulatorio en general.

Para el estreñimiento: macadamias, nueces y pistachos

Macademias, nueces y pistachos

Cuando no podemos ir al baño y “mover el vientre” nos recomiendan las uvas pasas o las ciruelas en compota. Esto se debe a que ambos contienen una buena dosis de fibra. Sin embargo, estos remedios de abuela no son las únicas opciones.

Se ha comprobado en varios estudios que los pistachos aportan un 10% de este nutriente, las nueces un 6,5% y las macadamias un 5%.

Vale decir que estos alimentos tienen la capacidad de minimizar el riesgo de padecer cáncer de colon. Un puñado de cualquiera de estos frutos secos al día ha demostrado ser perfecto para reducir el estreñimiento.

Para el sobrepeso: almendras, avellanas y nueces

El mismo “combo” que para el colesterol alto. Se suele creer que los frutos secos no son adecuados para las personas obesas, pero esto no es verdad. Si se consumen en cantidades razonables pueden ser muy buenos para adelgazar.

Aquellos que consumen almendras, avellanas o nueces periódicamente tienen menos posibilidades de ganar peso y desarrollar obesidad. Esto se debe en mayor parte al índice de saciedad.

Al consumir ¼ taza de frutos secos estaremos añadiendo una cantidad de calorías suficiente como para quitarnos el hambre durante varias horas. Además aportan aceites vegetales de excelente calidad.

Para la diabetes: almendras, anacardos, piñones y pistachos

Estos frutos secos ofrecen una buena cantidad de oligoelementos (entre ellos hierro, calcio y magnesio). Si solo nos centramos en uno de estos nutrientes, el magnesio, debemos indicar que los anacardos aportan 292 mg cada 100 gramos, las almendras 270 mg y los piñones 251 mg.

Está comprobado que el magnesio es bueno contra la resistencia a la insulina y por ello previene el desarrollo de diabetes o que empeore la situación del paciente. En cuanto al potasio, los pistachos tienen 1025 mg cada 100 gramos y su carencia es un factor de riesgo para tener diabetes.

Para problemas degenerativos: almendras y avellanas

La demencia y el mal de Alzheimer son dos de las enfermedades degenerativas más frecuentes. Los frutos secos en general y las almendras y avellanas en particular pueden reducir las posibilidades de padecerlas.

Esto se debe a que cuentan con una buena dosis de vitamina E, que evita el deterioro cognitivo con el paso del tiempo. Las almendras tienen 25,6 mg cada 100 gramos y las avellanas 17,5 mg.

Para menstruaciones dolorosas: pistachos

Pistachos

Si el síndrome premenstrual es verdaderamente un problema para ti, si sufres períodos muy dolorosos o si estás demasiado irascible en esos días, los pistachos son los frutos secos que mejor te pueden ayudar.

Aportan una buena cantidad de vitamina B6 que, según varios estudios, reduce la depresión previa a la regla. Además sirven para saciar el apetito y no comer por ansiedad (otro de los problemas típicos).

El pistacho tiene 1,7 mg de vitamina B6 cada 100 gramos.

Para la fatiga: almendras

Si quieres rendir más en el deporte o en el trabajo, si sientes que te quedas dormido en cualquier sitio y te cuesta mucho cumplir tus obligaciones cotidianas las almendras serán tus aliadas.

Debes consumir 75 gramos al día para regular las reservas de lípidos, el transporte de oxígeno y el metabolismo. Por si fuera poco, también son antioxidantes.

Para la descalcificación de los huesos: almendras y piñones

frutos secos

Los frutos secos son una buena fuente de calcio y se recomiendan en aquellas personas que no consumen lácteos por ser intolerantes o seguir un estilo de vida vegano. Entre los que más aportan este nutriente encontramos las almendras (269 mg cada 100 gramos).

En el caso de los piñones tienen una ración considerable de cinc (6,45 mg cada 100 gramos), un mineral que favorece la formación y fortalecimiento de los huesos.

Un puñado de ambos al día y… ¡huesos más resistentes! Ideal para personas mayores y mujeres a partir de la menopausia.

Consume frutos secos

Los frutos secos forman parte de una dieta saludable. Por este motivo no deberías dudar a la hora de introducirlos en los refrigerios. Su aporte de macro y micronutrientes contribuirá a mejorar el funcionamiento del organismo, ayudando así a prevenir patologías complejas.