Todos sabemos que los frutos secos son una especie de elixir para la salud y belleza. Podría decirse que son los alimentos que más nutrientes concentran en menos tamaño.
Como si fuera poco, aportan grasas de origen vegetal, más que saludable. En este artículo te contamos cuáles son las propiedades de cada fruto seco y cuál te conviene consumir según tu dolencia o enfermedad.
Frutos secos, los más completos del mercado
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido los frutos secos dentro de la lista de alimentos recomendables para una dieta saludable. Muchas veces no los consumimos en la cantidad adecuada y por ello no podemos disfrutar de todos sus beneficios.
El problema no reside en que los consumamos poco… Sino en que lo hagamos mal. Claro, porque en muchos casos los comemos fritos y con sal, como snacks, o acompañados de harina y azúcar, como postres.
Los frutos secos son saludables si y solo si los ingerimos crudos y están junto a alguna preparación saludable como, por ejemplo, una ensalada o verduras cocidas al vapor. La dosis diaria recomendada por la Fundación del Corazón ronda los 50 gramos.
Estos pequeños alimentos son complementos ideales para tratar un gran rango de dolencias y cubrir algunas de nuestras necesidades básicas. Si bien por sí solos no son milagrosos nos podrían ayudar en tratamientos diversos.
Dime qué tienes y te diré qué fruto seco comer
Para cada dolencia frecuente de la sociedad actual hay, al menos, un fruto seco que puede mejorar la condición. Te contamos los más destacados:
Para el colesterol elevado: almendras, avellanas y nueces
Las tres contienen ácidos grasos monoinsaturados que mejoran la salud cardiovascular y también ayudan a disminuir la grasa y colesterol. Consumir 60 gramos al día de almendras, nueces y avellanas (en total) puede reducir casi un 8% los niveles de colesterol malo (LDL).
También estos frutos secos previenen enfermedades del corazón y equilibran la presión arterial, según un estudio publicado en Current Atherosclerosis Reports. En el caso particular de las avellanas, se ha descubierto que disminuyen un aminoácido llamado homocisteína que puede dañar el recubrimiento de las arterias.
Además, las almendras tienen flavonoides que cuidan el sistema circulatorio en general.
Para el estreñimiento: macadamias, nueces y pistachos
Cuando no podemos ir al baño y “mover el vientre” nos recomiendan las uvas pasas o las ciruelas en compota. Esto se debe a que ambos contienen una buena dosis de fibra. Sin embargo, estos remedios de abuela no son las únicas opciones.
Se ha comprobado en varios estudios que los pistachos aportan un 10% de este nutriente, las nueces un 6,5% y las macadamias un 5%.
Vale decir que estos alimentos tienen la capacidad de minimizar el riesgo de padecer cáncer de colon. Un puñado de cualquiera de estos frutos secos al día ha demostrado ser perfecto para reducir el estreñimiento.
Para el sobrepeso: almendras, avellanas y nueces
El mismo “combo” que para el colesterol alto. Se suele creer que los frutos secos no son adecuados para las personas obesas, pero esto no es verdad. Si se consumen en cantidades razonables pueden ser muy buenos para adelgazar.
Aquellos que consumen almendras, avellanas o nueces periódicamente tienen menos posibilidades de ganar peso y desarrollar obesidad. Esto se debe en mayor parte al índice de saciedad.
Al consumir ¼ taza de frutos secos estaremos añadiendo una cantidad de calorías suficiente como para quitarnos el hambre durante varias horas. Además aportan aceites vegetales de excelente calidad.
Para la diabetes: almendras, anacardos, piñones y pistachos
Estos frutos secos ofrecen una buena cantidad de oligoelementos (entre ellos hierro, calcio y magnesio). Si solo nos centramos en uno de estos nutrientes, el magnesio, debemos indicar que los anacardos aportan 292 mg cada 100 gramos, las almendras 270 mg y los piñones 251 mg.
Está comprobado que el magnesio es bueno contra la resistencia a la insulina y por ello previene el desarrollo de diabetes o que empeore la situación del paciente. En cuanto al potasio, los pistachos tienen 1025 mg cada 100 gramos y su carencia es un factor de riesgo para tener diabetes.
Para problemas degenerativos: almendras y avellanas
La demencia y el mal de Alzheimer son dos de las enfermedades degenerativas más frecuentes. Los frutos secos en general y las almendras y avellanas en particular pueden reducir las posibilidades de padecerlas.
Esto se debe a que cuentan con una buena dosis de vitamina E, que evita el deterioro cognitivo con el paso del tiempo. Las almendras tienen 25,6 mg cada 100 gramos y las avellanas 17,5 mg.
Para menstruaciones dolorosas: pistachos
Si el síndrome premenstrual es verdaderamente un problema para ti, si sufres períodos muy dolorosos o si estás demasiado irascible en esos días, los pistachos son los frutos secos que mejor te pueden ayudar.
Aportan una buena cantidad de vitamina B6 que, según varios estudios, reduce la depresión previa a la regla. Además sirven para saciar el apetito y no comer por ansiedad (otro de los problemas típicos).
El pistacho tiene 1,7 mg de vitamina B6 cada 100 gramos.
Para la fatiga: almendras
Si quieres rendir más en el deporte o en el trabajo, si sientes que te quedas dormido en cualquier sitio y te cuesta mucho cumplir tus obligaciones cotidianas las almendras serán tus aliadas.
Debes consumir 75 gramos al día para regular las reservas de lípidos, el transporte de oxígeno y el metabolismo. Por si fuera poco, también son antioxidantes.
Para la descalcificación de los huesos: almendras y piñones
Los frutos secos son una buena fuente de calcio y se recomiendan en aquellas personas que no consumen lácteos por ser intolerantes o seguir un estilo de vida vegano. Entre los que más aportan este nutriente encontramos las almendras (269 mg cada 100 gramos).
En el caso de los piñones tienen una ración considerable de cinc (6,45 mg cada 100 gramos), un mineral que favorece la formación y fortalecimiento de los huesos.
Un puñado de ambos al día y… ¡huesos más resistentes! Ideal para personas mayores y mujeres a partir de la menopausia.
Consume frutos secos
Los frutos secos forman parte de una dieta saludable. Por este motivo no deberías dudar a la hora de introducirlos en los refrigerios. Su aporte de macro y micronutrientes contribuirá a mejorar el funcionamiento del organismo, ayudando así a prevenir patologías complejas.
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