20 septiembre 2021

Diferencias entre probióticos y prebióticos


Probióticos y prebióticos son compuestos beneficiosos para la microbiota intestinal. La microbiota es el conjunto de bacterias que habitan en el organismo, que pueden ser de tipos muy diversos.

Tanto los probióticos como los prebióticos son capaces de determinar la eficiencia del metabolismo, la respuesta inmune y la absorción de los nutrientes. Ahora, existen diferencias importantes. Si quieres conocerlas, este artículo es para ti.

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son un conjunto de bacterias que han demostrado generar beneficios sobre la microbiota y sobre la salud del ser humano. No todos los microorganismos que se consumen o que están presentes en los alimentos gozan de estas características, es más, algunos son patógenos.

Como norma general, los probióticos se encuentran en los lácteos fermentados y en los suplementos. Su inclusión en la dieta regular puede ayudar a prevenir las diarreas asociadas a antibióticos según un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Gastroenterology. Incluso son capaces de mejorar la salud mental, por difícil que parezca.

Ahora bien, los suplementos de probióticos son todo un mundo aparte. Es posible encontrar formas de presentación distintas, una gran variedad de cepas y una mayor o menor cantidad de unidades formadoras de colonias. Si hablamos de beneficios para nuestra salud, no es lo mismo consumir una u otra.

¿Qué son los prebióticos?

Los prebióticos son un conjunto de fibras solubles capaces de fermentar a nivel intestinal, sirviendo de sustrato energético a las bacterias que habitan en el tubo. Se podría decir que los prebióticos son los alimentos de los probióticos. Es más, se pueden encontrar productos que cuentan con ambos elementos, y se conocen como simbióticos.

No obstante, hay que tener en cuenta que el crecimiento que promocionan los prebióticos no es selectivo. Esto quiere decir que proliferarán tanto las bacterias beneficiosas como las patógenas que se encuentren dentro del organismo. En condiciones normales esto no supone un problema, pero si existe una situación de disbiosis -alteración de nuestra microbiota- sí que puede generar efectos negativos.

Entre los alimentos que destacan por su concentración en prebióticos destacan la avena y a la manzana. El cereal cuenta en su interior con unas fibras conocidas como betaglucanos. Dichos compuestos son capaces de ayudar a incrementar la densidad de la microbiota, tal y como afirma una investigación publicada en la revista The Journal of Nutritional Biochemistry.

Manzana y avena

La importancia de consumir probióticos y prebióticos

Es determinante asegurar la ingesta regular de probióticos y prebióticos, más allá de plantear su suplementación en un momento dado. Ambos elementos son capaces de mejorar el estado de salud, actuando sobre todo en lo que a función digestiva se refiere.

No obstante, hay que tener en cuenta que la microbiota está relacionada con otros muchos órganos del cuerpo humano. Por ejemplo, existe un sistema de comunicación bidireccional conocido como eje intestino cerebro. Alteraciones en uno de los dos órganos repercute en el otro. De este modo, si se pierde densidad o diversidad en la flora intestinal se podría aumentar el riesgo de sufrir alteraciones emocionales.

De una forma u otra, si se garantiza la presencia de lácteos fermentados y de alimentos de origen vegetal en la dieta, no debería haber problema con el aporte de probióticos ni de prebióticos. Si por cualquier casual se detectan alteraciones en la función intestinal o digestiva, lo mejor es consultar con un especialista para valorar la necesidad de suplementación.

Cerebro en conexión con las neuronas del intestino

Probióticos y prebióticos, compuestos importantes, pero diferentes

Tal y como has podido comprobar, probióticos y prebióticos no son lo mismo. Aun así, ambos conceptos están muy relacionados con la salud intestinal. De ellos depende que la digestión sea óptima. Con ellos tenemos el poder de influir de manera positiva sobre nuestro metabolismo. Por otro lado, un aporte ineficiente de alguno también puede tener consecuencias negativas para nuestra salud.

Por último, es necesario destacar que para cuidar la microbiota resulta determinante priorizar la ingesta de alimentos frescos frente a la de ultraprocesados industriales. Estos últimos cuentan en su interior con azúcares simples, grasas trans y aditivos que condicionan la diversidad bacteriana a nivel intestinal.

Salud y Nutrición

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