Bionutrición Ortomolecular.
El síndrome de fatiga crónica afecta en España a más de 100.000 personas, aunque es difícil de calcular por la falta de información sobre la enfermedad. Se estima que en el mundo hay más de 20 millones de casos.
La etiología del síndrome de fatiga crónica (SFC), también conocida como encefalomielitis miálgica (EM) y enfermedad de intolerancia al esfuerzo sistémico (SEID), sigue siendo un misterio. Este trastorno se manifiesta no solo como fatiga severa, sino también como depresión, disfunción neurocognitiva, dolor y otros síntomas.
Los investigadores han continuado estudiando los factores causales que subyacen al síndrome de fatiga crónica. El estrés oxidativo, la inflamación y la disfunción mitocondrial pueden tener una relación correlativa, si no causal, con el trastorno. Muchos pacientes se benefician de la terapia cognitivo-conductual y el ejercicio gradual. Otra opción prometedora que puede ayudar es la coenzima Q10 (CoQ10), también conocida como ubiquinona-10.
Coenzima Q10 y Síndrome de Fatiga Crónica
Los estudios han encontrado que los pacientes que han sido diagnosticados con SFC tienen niveles reducidos de CoQ10. Esta coenzima es un componente clave en las mitocondrias, que juega un papel importante en la producción de energía. La CoQ10 se encuentra en todas las células del cuerpo y, aunque su función principal implica la producción de energía, también actúa como antioxidante.
Es un ingrediente que puede afectar a la expresión genética, incluidos los genes implicados en la señalización celular, la inflamación, el metabolismo y el transporte. Por ello, la suplementación con CoQ10 puede ayudar a abordar el estrés oxidativo, la respuesta inflamatoria y/o la disfunción mitocondrial asociada con el síndrome de fatiga crónica.
De cara a las investigaciones, los expertos continúan explorando los mecanismos involucrados con el trastorno y sus posibles tratamientos. Sin embargo, la evidencia respalda la suplementación con CoQ10 en el manejo de los síntomas del SFC.
Concretamente, un estudio dividido en dos partes demostró el potencial de la CoQ10 en el manejo de los síntomas depresivos, la función cognitiva, el sueño y la fatiga. La primera parte del estudio fue de etiqueta abierta utilizando 150 mg de ubiquinona-10 al día durante 8 semanas. En cambio, la segunda etapa fue un estudio de control aleatorio que también utilizó 150 mg de ubiquinona-10, pero durante 12 semanas.
Según los resultados, el estudio de etiqueta abierta no estableció ningún cambio significativo en la fatiga. Aun así, cabe destacar una mejora en los síntomas depresivos correlacionados con aumentos en los niveles plasmáticos de CoQ10. En ambos estudios, los que tomaron CoQ10 experimentaron un desempeño superior en las pruebas aritméticas. El grupo de tratamiento en el ensayo controlado aleatorio experimentó una mejora de los marcadores del sistema nervioso autónomo y una reducción de los despertares nocturnos.
Por otra parte, la mejora en la fatiga no fue estadísticamente significativa, pero hubo una correlación entre la mejora de las puntuaciones de fatiga y depresión y el aumento de los niveles séricos de CoQ10 en el grupo de tratamiento.
Una investigación usó un suplemento con 200 mg de CoQ10, junto con 20 mg de nicotinamida adenina dinucleótido (NADH). Los participantes lo tomaron a diario, durante 8 semanas. Esto llevó a una mejora significativa en la fatiga, mejorando los biomarcadores para el equilibrio oxidativo y la función mitocondrial general.
Un ensayo de control aleatorizado adicional también utilizó 200 mg de CoQ10 y 20 mg de NADH durante 8 semanas. En este caso, los participantes se sometieron a una prueba de esfuerzo incremental en cicloergómetro. Los investigadores encontraron una reducción en las puntuaciones de fatiga y una tendencia a mejorar la frecuencia cardíaca máxima. Aunque tampoco alcanzaron significación estadística, los investigadores postularon que esto podría deberse al tamaño y la duración del estudio.
De cara a otros estudios, se ha encontrado que la suplementación con CoQ10 podría mejorar la fatiga inducida por el ejercicio en una población sana, lo que también puede ser el caso en aquellos con SFC. No obstante, las respuestas tanto para la causa como para el tratamiento del SFC siguen bajo investigación. La CoQ10 se posiciona como un suplemento potencialmente beneficioso para apoyar el manejo de la fatiga.
El síndrome de fatiga crónica afecta en España a más de 100.000 personas, aunque es difícil de calcular por la falta de información sobre la enfermedad. Se estima que en el mundo hay más de 20 millones de casos.
La etiología del síndrome de fatiga crónica (SFC), también conocida como encefalomielitis miálgica (EM) y enfermedad de intolerancia al esfuerzo sistémico (SEID), sigue siendo un misterio. Este trastorno se manifiesta no solo como fatiga severa, sino también como depresión, disfunción neurocognitiva, dolor y otros síntomas.
Los investigadores han continuado estudiando los factores causales que subyacen al síndrome de fatiga crónica. El estrés oxidativo, la inflamación y la disfunción mitocondrial pueden tener una relación correlativa, si no causal, con el trastorno. Muchos pacientes se benefician de la terapia cognitivo-conductual y el ejercicio gradual. Otra opción prometedora que puede ayudar es la coenzima Q10 (CoQ10), también conocida como ubiquinona-10.
La suplementación con CoQ10
Coenzima Q10 y Síndrome de Fatiga Crónica
Los estudios han encontrado que los pacientes que han sido diagnosticados con SFC tienen niveles reducidos de CoQ10. Esta coenzima es un componente clave en las mitocondrias, que juega un papel importante en la producción de energía. La CoQ10 se encuentra en todas las células del cuerpo y, aunque su función principal implica la producción de energía, también actúa como antioxidante.
Es un ingrediente que puede afectar a la expresión genética, incluidos los genes implicados en la señalización celular, la inflamación, el metabolismo y el transporte. Por ello, la suplementación con CoQ10 puede ayudar a abordar el estrés oxidativo, la respuesta inflamatoria y/o la disfunción mitocondrial asociada con el síndrome de fatiga crónica.
Estudios a partir de la Coenzima Q10
De cara a las investigaciones, los expertos continúan explorando los mecanismos involucrados con el trastorno y sus posibles tratamientos. Sin embargo, la evidencia respalda la suplementación con CoQ10 en el manejo de los síntomas del SFC.
Concretamente, un estudio dividido en dos partes demostró el potencial de la CoQ10 en el manejo de los síntomas depresivos, la función cognitiva, el sueño y la fatiga. La primera parte del estudio fue de etiqueta abierta utilizando 150 mg de ubiquinona-10 al día durante 8 semanas. En cambio, la segunda etapa fue un estudio de control aleatorio que también utilizó 150 mg de ubiquinona-10, pero durante 12 semanas.
Según los resultados, el estudio de etiqueta abierta no estableció ningún cambio significativo en la fatiga. Aun así, cabe destacar una mejora en los síntomas depresivos correlacionados con aumentos en los niveles plasmáticos de CoQ10. En ambos estudios, los que tomaron CoQ10 experimentaron un desempeño superior en las pruebas aritméticas. El grupo de tratamiento en el ensayo controlado aleatorio experimentó una mejora de los marcadores del sistema nervioso autónomo y una reducción de los despertares nocturnos.
Apoyo al manejo de la fatiga crónica
Por otra parte, la mejora en la fatiga no fue estadísticamente significativa, pero hubo una correlación entre la mejora de las puntuaciones de fatiga y depresión y el aumento de los niveles séricos de CoQ10 en el grupo de tratamiento.
Una investigación usó un suplemento con 200 mg de CoQ10, junto con 20 mg de nicotinamida adenina dinucleótido (NADH). Los participantes lo tomaron a diario, durante 8 semanas. Esto llevó a una mejora significativa en la fatiga, mejorando los biomarcadores para el equilibrio oxidativo y la función mitocondrial general.
Un ensayo de control aleatorizado adicional también utilizó 200 mg de CoQ10 y 20 mg de NADH durante 8 semanas. En este caso, los participantes se sometieron a una prueba de esfuerzo incremental en cicloergómetro. Los investigadores encontraron una reducción en las puntuaciones de fatiga y una tendencia a mejorar la frecuencia cardíaca máxima. Aunque tampoco alcanzaron significación estadística, los investigadores postularon que esto podría deberse al tamaño y la duración del estudio.
De cara a otros estudios, se ha encontrado que la suplementación con CoQ10 podría mejorar la fatiga inducida por el ejercicio en una población sana, lo que también puede ser el caso en aquellos con SFC. No obstante, las respuestas tanto para la causa como para el tratamiento del SFC siguen bajo investigación. La CoQ10 se posiciona como un suplemento potencialmente beneficioso para apoyar el manejo de la fatiga.
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