01 noviembre 2021

Más allá de las apariencias hay un tesoro más bello: las esencias




Me gustan las personas que no juzgan un libro por su cubierta, me gusta la gente con curiosidad, con afán, pasión y delicada paciencia por pasar cada página de esa novela para descubrir sus esencias, su historia, su magia. Porque los tesoros más bellos se hallan más allá de la frontera de un rostro, de un modo de vestir o de esa actitud tímida, que a veces, esconde una personalidad asombrosa.

Sabemos que decir esto es fácil, que queda bien como eslogan y que es ideal para colocarlo en un libro de autoayuda. Sin embargo, si hay algo que todos hemos experimentado es que los prejuicios y los estereotipos vienen de fábrica en muchas mentes, y de ahí, que las clásicas atribuciones de que lo bello es bueno, lo atractivo es noble y la juventud un valor que preservar hace que sigamos viviendo en una sociedad camufladamente hipócrita.

“La vida interior necesita una casa confortable y una buena cocina”
-David Herbert Lawrence-

No es sencillo atisbar a simple vista las esencias de una persona. Para lograrlo, no solo se necesita tiempo y romper muchos de esos sesgos que hemos asimilado como nuestros porque mayoritariamente la sociedad los acepta como válidos.

Lo que se necesita por encima de todo es voluntad, es el deseo imperante de querer ir más allá de las apariencias y de las frases hechas que no contemplan excepciones. Porque muchas veces nos encontramos en contextos donde todo el mundo se esfuerza por aparentar algo que no es, por vender virtudes que no poseen u ocultar bellezas reales que se esconden bajo toneladas de denso maquillaje y épocas de bulimia.

Son comportamientos tan insanos como infelices. Es necesario explorar en las esencias ajenas y también en las propias, ahí donde hallar ese equilibrio perfecto entre lo que somos y lo que mostramos, entre lo que sentimos y lo que exteriorizamos…

Los ángeles están en las esencias

A menudo se dice aquello de que el demonio está en los detalles y los ángeles en las esencias. Es como si las cosas más importantes escaparan a nuestra vista o a nuestra atención, siempre tan ocupada, hiper-estimulada y distraída. Ahora bien, por curioso que nos parezca, es aquí precisamente donde se ancla la raíz el problema, la respuesta a por qué casi el 90% de nosotros juzgamos casi al momento basándonos solo en la mera apariencia de una persona: necesitamos hacer una valoración rápida para saber cómo reaccionar.

Nuestro cerebro es un economizador nato. Sabemos que la metáfora del ordenador está muy manida, pero lo queramos o no este órgano “casi” perfecto funciona de este modo: procesa datos, obtiene una conclusión y genera una respuesta.

Así, ante una apariencia que no es común para nosotros, ya sea porque esa persona es extranjera, tenga otra cultura u otro color de piel, lo más probable es que nuestro cerebro la etiquete como “no confiable” y que nos invite, discretamente, a alejarnos. Porque lo “diferente” para muchos sigue siendo “peligroso”.

Sin embargo, nuestro cerebro ha hecho un recorrido previo para llegar a dar este tipo de respuestas y reacciones. Nuestra educación, nuestras experiencias previas y nuestra personalidad son algunos de los factores que le han dado forma a este filtro. Son ellos los principales responsables de esa disposición a caer antes en los sesgos o, por el contrario, a dejar a un lado los estereotipos para mostrar más apertura, en consecuencia más interés por quien tiene en frente.


Los auténticos ángeles por tanto, residen en las esencias de las personas y es ahí donde debemos llegar siendo capaces de ampliar esos filtros perceptuales, restando poder a nuestros sesgos, a los estereotipos que nos inocula la sociedad y a esas etiquetas arbitrarias que solo las mentes cerradas, inflexibles y con visión de túnel suelen aplicar en su día a día.

Sara Espejo

Rodéate de personas que te den paz.

 



Rodéate de personas que te den paz.

Aquellas con las que sientas calma y serenidad y sus palabras son bálsamo para el alma.
Rodéate de los que te sanen y no te hagan daño. De los que te comprendan y te respeten. Los que te ayuden a ser mejor.! Rodéate de los que te hagan feliz...
Algo tan simple como la felicidad.
Los que sean pura vitamina y comprendan que lo bueno siempre pesa más. Rodéate de los que se queden pase lo que pase, con lluvia, sol y tormenta, sin importar nada más.
Los que se enfrentan y mantiene la lealtad, hablan con prudencia y respeto lo que haga falta.
Y se quedan un ratito más, en el bolsillo de tu corazón.
Rodéate de aquellos con los que puedas ser siempre tú...
Sólo te resta, Ser FELIZ

Energía, Vibración, Frecuencia y Resonancia



Que es eso de “vibrar”, que es la “frecuencia” y la “resonancia”

Una vibración es la propagación de ondas de energía y se puede considerar como una oscilación o movimiento repetitivo.
Una frecuencia es la cantidad de veces que oscila (sube y baja) una onda de energía durante un segundo y se mide en hercios o Hertz (Hz). Básicamente la frecuencia es la " música" en la que se mueven los átomos de la materia.
Y la Resonancia es el fenómeno que se que se produce al coincidir una frecuencia interna con una frecuencia externa.
Nikola Tesla el inventor de la radio decía: Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.
Cuando en Nuestra Tierra hablamos de vibración estamos partiendo del hecho de que TODO ES ENERGIA pues la energía es quien “controla” a la materia.
Lo que llamamos materia no son más que movimientos vibratorios. Todo en el universo tiene una vibración molecular, nada está en reposo, todo se mueve, vibra y circula en distintas "frecuencias" que se comunican entre sí.
Tu VIBRAS pues estás formado por átomos y moléculas que responden a la ENERGIA.
Lo fascinante es que no solo vibras a un nivel físico pues no solo eres un cuerpo físico eres un SER compuesto por diferentes dimensiones o cuerpos el Físico, el Energético, el Emocional, el Mental y el Espiritual.
Cada uno de tus cuerpos tiene una función específica y aunque esto aún no ha sido comprobado del todo por la ciencia es importante conocerlo pues te ayudará a ser Consciente.
Ser Consciente significa sencillamente: DARTE CUENTA. Un ser Consciente es aquel que siente, piensa y actúa con pleno conocimiento de lo que hace y de lo que ES; así que quiero hablarte de cada uno de tus cuerpos para que puedas “darte cuenta” a que “frecuencia” estás “vibrando” y como esto afecta tu Vida.



Fuente : DRA CARRILLO