El estrés crónico se ha convertido en una epidemia en nuestra sociedad, donde lo rápido parece ser lo mejor, sumando más obligaciones a nuestros horarios.
Investigaciones confirman que el estrés puede causar estragos, con un meta-análisis que involucra 300 estudios que encuentran que el estrés crónico podría dañar la inmunidad. Otro estudio encontró que las mujeres con estrés tenían circunferencia de cintura significativamente más alta que las mujeres no estresadas.
Los expertos han encontrado conexión entre el estrés crónico, el azúcar en sangre y la grasa abdominal. El estrés crónico eleva la insulina, conduciendo a una disfunción metabólica implacable que se convierte en aumento de peso, resistencia a la insulina y en última instancia diabetes.
La insulina no es la única hormona que se convierte en desequilibrio con el estrés.
Tus glándulas suprarrenales liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol que inundan tu sistema, aumentando tu frecuencia cardíaca, tu presión arterial, haciendo que tu sangre tenga más probabilidades de coagularse, dañando el centro de la memoria de tu cerebro, aumentando el almacenamiento de grasa en el vientre y causando daño al cuerpo.
¿Quieres reducir el estrés? Comienza entonces con tu dieta…
La dieta adecuada puede hacer maravillas para reducir el impacto del estrés. Cuando comes alimentos enteros, verdaderos, restauras el equilibrio a la insulina, al cortisol, y a otras hormonas.
Eliminar las moléculas que cargan la mente, como la cafeína, el alcohol y los azúcares refinados, así como comer regularmente puede ayudarte a evitar el estrés a corto plazo de la inanición en tu cuerpo. Mantén una mentalidad equilibrada durante todo el día, incluso cuando las cosas se ponen agitadas.
Reemplaza esos alimentos con proteínas limpias, grasas saludables, vegetales frondosos y crucíferos, bayas y granos sin gluten. La comida es información que controla la expresión génica, las hormonas y el metabolismo. Cuando comes los alimentos adecuados, equilibras el azúcar en la sangre, restableces el equilibrio hormonal y reduces el impacto perjudicial del estrés.
Reconsiderando el estrés
El estrés es un pensamiento, una percepción de una amenaza, incluso si esta no es real. Eso es todo. Ni más ni menos. Si eso es cierto, entonces tenemos un control total sobre el estrés, porque no es algo que nos sucede, sino algo que sucede en nosotros y podemos controlar.
Aquí es donde se convierte interesante. Los factores de estrés pueden ser reales o percibidos. Puedes imaginar que tu esposo está enojado contigo. Si están o no molestos, levantas los niveles de tensión. Real o imaginario, cuando percibes algo como estresante, creas la misma respuesta en el cuerpo.
Afortunadamente, una amplia variedad de técnicas y herramientas pueden ayudar a manejar eficazmente el estrés. Entre ellos, estos 10 factores son los más beneficiosos:
1. Aborda las causas biológicas subyacentes del estrés:
Encuentra las causas biológicas de los problemas con la mente, incluyendo la toxicidad del mercurio, deficiencias de magnesio y vitamina B12, y las alergias al gluten. Cambiando tu cuerpo, puedes cambiar tu mente.
2. Comienza a relajarte activamente:
Los seres humanos están preparados para hacer algo siempre. Incluso cuando no estamos trabajando, nuestra mente está en el trabajo. Para involucrar a las poderosas fuerzas de la mente en el cuerpo, debes hacer algo relajante. No puedes simplemente quedarte sentado allí viendo la televisión o bebiendo cerveza. Ya sea una respiración profunda o simplemente pasea tranquilamente, encuentra relajación activa que funcione para ti y hazlo.
3. Aprende nuevas habilidades:
Trata de aprender nuevas habilidades como el yoga, biorretroalimentación y relajación muscular progresiva o toma un baño caliente, haz el amor, ve y que te hagan un masaje, ve una puesta de sol, o camina en el bosque o en la playa.
4. Haz del movimiento tu droga:
El ejercicio es una manera poderosa y bien estudiada de quemar sustancias químicas de estrés y curar la mente. Los estudios demuestran que el ejercicio funciona mejor que o igual a los fármacos para tratar la depresión. Intenta un entrenamiento intervalo si estás corto de tiempo, pero si deseas que sea de gran alcance e intenso.
5. Toma suplementos:
Toma un multivitamínico y nutrientes para ayudar a equilibrar la respuesta al estrés, como la vitamina C, vitaminas del complejo B, incluyendo B6 y B5 o ácido pantoténico, zinc, y lo más importante, magnesio, el mineral de relajación.
6. Reformula tu punto de vista:
Desafía tus creencias, actitudes y respuestas a situaciones comunes y replantea tu punto de vista para reducir el estrés.
7. Encuentra una comunidad:
Construye conscientemente tu red de amigos, familia y comunidad. Son tus aliados más poderosos en el logro de la salud a largo plazo.
8. Cuida tu nervio vago haciendo respiraciones profundas:
La mayoría de nosotros contenemos nuestra respiración a menudo o tenemos respiraciones ansiosas. Las respiraciones profundas, lentas y completas tienen un profundo efecto en el restablecimiento de la respuesta al estrés, ya que el nervio de relajación (o nervio vago) atraviesa el diafragma y se activa con cada respiración profunda. Toma cinco respiraciones profundas ahora. ¿Ves lo diferente que te sientes?
9. Medita:
No importa cuánto o poco tiempo tengas para comprometerte, encuentra una práctica que funcione para ti.
10. Duerme:
La falta de sueño aumenta las hormonas del estrés. Duerme tus ocho horas no importa qué. Toma una siesta si no pudiste hacerlo. Priorízalo, y si sientes que no estás recibiendo alta calidad de sueño, encuentra estrategias para mejorarlo
Gabriel Gabiña