10 enero 2020

Diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz

5 formas de acelerar tu metabolismo y sentirte más liviana

¿Crees que es cierto que diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz? Descubre qué dice la ciencia al respecto.
La ciencia está en constante evolución y movimiento. Es como una especie de organismo vivo que cada día nos muestra un poco mejor cómo es el mundo, la vida y nuestro propio cuerpo. Tanto es así, que ahora confirma que solo diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz.
A nadie se le escapan las bondades del deporte y la actividad física. Sin embargo, lo que hemos descubierto para completar esta idea es que con muy poco, se puede obtener mucho. Porque con algo de ejercicio, nuestro cuerpo ya es capaz de liberar hormonas que se asocian al bienestar y producen una maravillosa sensación saludable capaz de generar alegría y felicidad.

El estudio que afirma que diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz

El estudio en cuestión ha sido desarrollado en el seno de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. Un grupo de científicos se adentró en la exploración de la relación entre emociones positivas y ejercicio, especialmente enfocados en personas saludables a nivel psicológico. Hasta ahora, sabíamos que las personas físicamente activas desarrollaban una gran capacidad para reducir riesgos de padecer ansiedad y depresión. Ahora, con este nuevo trabajo, se demuestra el impacto positivo y saludable del ejercicio muy moderado.
Es decir, no hace falta ir al gimnasio y echar horas o salir a caminar cada día durante un buen rato y a gran ritmo. No quiere decir que esto sea negativo, significa que con mucho menos se puede obtener un gran resultado a nivel emocional
7 beneficios estéticos de practicar deporte que hasta ahora desconocías

El desarrollo del estudio

Para demostrar este fin, el equipo investigador analizó los datos de más de medio millón de personas a través de 23 estudios que relacionaban felicidad y ejercicio que se habían llevado a cabo desde 1980.
Analizados los datos, y observando que los participantes en los diversos estudios pertenecían a amplias gamas de grupos socioeconómicos y étnicos, pudieron demostrar -en la comparativa entre personas sedentarias y activas- que con solo ejercitarse una vez a la semana o diez minutos al día mejoraba su nivel de satisfacción vital.
Entre los datos obtenidos, encontramos que una persona que realiza una hora y cuarenta minutos de ejercicio a la semana tiene un 20% más de posibilidades de ser feliz. Este porcentaje aumenta a medida que se hace más deporte, subiendo al 29% entre quienes practican dos o tres horas semanales, y llegando al 52% entre quienes superan las tres horas semanales de actividad física.
Si extrapolamos estas cifras a la semana, obtenemos un dato interesante: diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz. Pero eso sí, para que el efecto sea consistente tienes que mantenerte constante.

Más datos interesantes

Los propios autores del estudio, encabezados por la profesora Weiyun Chen, se mostraron sorprendidos con los datos obtenidos. Con solo diez minutos diarios, se observa una gran propensión a sentirse más felices. Por eso, según observamos en las declaraciones de Chen en la publicación del estudio en la revista especializada The Journal of Happiness Studies, aquella gente que hace ejercicio, aunque sea poco y moderado, tiene una gran tendencia hacia la felicidad.
Pero explicar la relación entre felicidad y actividad física se explica según diversos factores. Entre los más importantes, los autores destacan la sensación de bienestar producida por un cuerpo saludable y las interacciones sociales que se producen al ejercitarse. Otros especialistas afirman que el deporte permite bajar de peso, lo que ayuda a mejorar la autoestima y la autoimagen de los individuos. Es decir, agrega mecanismos cognitivos a sus beneficios.

Otros beneficios del deporte

Expertos en salud informan de la importancia del deporte por diversos motivos extra. Por ejemplo, ayuda a enfocarse en la actividad, lo que aleja el ruido mental y los pensamientos negativos.
También implica la liberación de hormonas, principalmente serotonina, dopamina y endorfina. Estos tres neurotransmisores aportan calma, sensación de placer y estado de euforia, respectivamente, y tienen un efecto inmediato. ¿Imaginabas que diez minutos de ejercicio al día te hacen más feliz con tanta facilidad? Pues con un poco de constancia, sentirnos mejor es relativamente simple. Todo está en nuestras manos y en nuestro cuerpo.
“La gloria es ser feliz. La gloria no es ganar aquí o allí. La gloria es disfrutar practicando, disfrutar cada día, disfrutar trabajando duro, intentando ser mejor jugador que antes”.
-Rafael Nadal-

Las 7 claves para mantener la energía, según el budismo zen

Mantener la energía es fundamental para conservar la buena salud y una actitud positiva ante la vida. No es fácil, ya que esta energía tiende a dilapidarse en situaciones o conductas de derroche vital.
Llamamos “energía” a esa fuerza vital que depende tanto de una reserva física como de un estado emocional. Mantener la energía en un mundo como el nuestro no es sencillo. Hay miles de factores que la sustraen, como el estrés y los problemas cotidianos.
Por eso es relativamente frecuente la sensación de cansancio. Terminamos cada jornada con la sensación de haber transportado una tonelada de peso durante un kilómetro. Lo único que queremos es no hacer nada para mantener la energía que nos queda.
Ni siquiera es que hagamos grandes hazañas durante el día. Muchas veces la sola rutina basta para agotarnos. ¿Por qué ocurre esto? Quizás hay factores que nos impiden mantener la energía y esta termina derrochándose en asuntos que bien podrían ser resueltos. Hay claves para impedir que esto ocurra. Estas son siete de ellas.
Todos sabemos que hay dos tipos de energía: la contagiosa y la absorbente”.
-Esteban Navarro-

1. No tener deudas

No hacer frente a las deudas contraídas a tiempo es algo que atormenta a cualquiera. No es solo la sensación de tener un pago pendiente de realizar, sino también la percepción psicológica de estar en falta o haciendo algo indebido. Para mantener la energía en un nivel adecuado, lo mejor es evitar las deudas. Si esto es imposible, entonces pagarlas debe ser una prioridad incuestionable. Si no lo hacemos materialmente, en muchos casos lo hacemos psicológicamente.

frasco con dinero simbolizando cómo mantener la energía

2. Cumplir las promesas

Las promesas hechas tienen un efecto similar al de las deudas, aunque no haya una premura tan elevada. Antes de comprometernos a hacer algo, debemos pensar bien si estamos en capacidad de cumplirlo o no. El prometer y no cumplir genera una importante carga psicológica.
Adicionalmente, las promesas incumplidas generan malestar con otras personas. Un conflicto innecesario que nos impide conservar nuestra energía. O cumplimos lo que prometemos o admitimos que nos resulta imposible y negociamos una compensación.

3. Descansar, una clave para mantener la energía

Desafortunadamente, en el mundo actual tenemos que recordar una y otra vez la importancia del descanso. Parecería un asunto obvio, pero es alarmante ver cómo infinidad de personas lo olvidan. Simplemente se sienten condenadas a hacer, hacer y hacer, sin pausa.
Descansar es el medio por excelencia para mantener la energía. Debemos cuidar y enriquecer nuestros tiempos de descanso al máximo. Esa es la base de nuestro bienestar físico, emocional y cognitivo. Si no descansamos adecuadamente, simplemente no podemos funcionar de manera adecuada.

mujer de espaldas simbolizando cómo mantener la energía

4. Organizarte

No siempre nos tomamos el tiempo necesario para repensar nuestras actividades y evaluar si las estamos desempeñando de la forma más práctica. Muchas veces las cosas simplemente se van dando y así las vamos asumiendo: como vienen.
Siempre podemos organizarnos mejor. Todo es cuestión de dedicar un tiempo a ordenar nuestras ideas. También para tratar de encontrar métodos y mecanismos que resulten más funcionales. Es bueno hacer esto periódicamente para sacarle el máximo provecho.

5. Cuidar la salud

Para mantener la energía en niveles equilibrados es absolutamente indispensable que cuidemos de nuestra salud. Esto incluye unos hábitos saludables y el seguimiento atento y tranquilo de cualquier problema de salud que se nos presente.
Los hábitos saludables tienen que ver con la nutrición, el ejercicio y el descanso. Esos tres ámbitos son esenciales para mantener una vida saludable. También hacernos un chequeo regular, en especial si hay algún síntoma nuevo o tenemos alguna molestia. No alarmarnos y adherirnos a lo que el médico señale, si estamos enfermos.
Ensalada

6. No eludir las situaciones difíciles

Los intentos por huir de las dificultades, cuando no queda más remedio que afrontarlas, solo termina agrandándolas y haciendo más difícil su manejo y su resolución. Podemos cerrar los ojos a los problemas, pero estos volverán, bien sea en forma de ansiedad, o bien por las consecuencias concretas que generen.
Una vez que somos conscientes de que en nuestra vida hay un problema serio, surge un cúmulo de inquietud. Esa inquietud no se disipa porque sí ni desaparece. Permanece ahí, gravitando sobre nuestra vida y robándonos más energía de la que suponemos. Así, cuanto más rápido asumamos un problema, más posibilidades o alternativas tendremos para darle una solución.

7. Aceptar y perdonar

Pocas actitudes nos roban más energía que la de resistirnos a la realidad. Esta casi nunca se ajusta a nuestros deseos, por eso resulta absurdo mantenernos en una posición de negación o de ignorancia parcial. Si nos interesa transformarla, el primer paso para hacerlo es aceptar la manera en la que se configura.
Perdonar es parte de esa aceptación. Perdonarnos a nosotros mismos por equivocarnos es admitir que somos humanos, que cometemos errores y que esto no nos resta valor. Perdonar a los demás es aceptar que también ellos incurren en fallos, pero que esto es solo una parte de su realidad. Guardar rencores o fustigarnos solo nos quita vitalidad.
Para el budismo zen la energía es un bien absoluto que se debe proteger y conservar. Todas estas recomendaciones para mantener la energía son una guía y un catálogo que seguramente trae muchos beneficios a quien lo sigue.

Zonas azules: lugares donde las personas viven más tiempo y son más felices

Hay ciertas rutinas y modos de vida que los habitantes de estos lugares comparten, a pesar de estar distanciados por miles de kilómetros entre ellos. Un dato que nos hace pensar que es su forma de vivir y estar en el mundo la que influye en la felicidad y salud de las personas y no la situación geográfica
En los últimos años se han identificado cinco lugares en el mundo donde las personas viven más tiempo de la media y además parecen hacerlo de manera más feliz. Se han llamado zonas azules. El análisis hecho sobre los motivos por los que en estos lugares la longevidad es mayor arroja datos, que además de fascinantes, nos dan muchas claves para aplicar a la vida diaria y conseguir así una mejor calidad de vida.
Hay ciertas rutinas y modos de vida que los habitantes de estos lugares comparten a pesar de estar distanciados por miles de kilómetros. Un dato que nos hace pensar que es su forma de vivir y estar en el mundo la que influye en la felicidad y salud de las personas y no la situación geográfica. Vamos a ver cuáles son los factores que comparten estas comunidades.

Las zonas azules y Dan Buettner

El investigador estadounidense y miembro de National Geografic, Dan Buettner, realizó una exhaustiva investigación, en base a un estudio demográfico, que presentaba la región de Barbaglia, en la Cerdeña italiana, como el lugar con mayor longevidad de habitantes. Reunió un equipo de investigación que incluía médicos, nutricionistas, epidemiólogos, antropólogos y demógrafos. En su búsqueda, Buettner y su equipo encontraron cuatro lugares más con las mismas características y que, además, no coincidían solo en datos estadísticos, sino que lo hacían también en modos de vida.
De esta manera, el mapa de zonas azules se compone de Barbaglia, que posee la mayor concentración de personas centenarias del mundo. Le sigue la península de Nicoya, el segundo lugar con más centenarios a nivel mundial. En Japón, la isla de Okinawa concentra a la población más anciana de mujeres de nuestro planeta. Otra isla, Icaria, situada en el mar Egeo, tiene la población longeva con los niveles más bajos de demencia senil. Por último, encontraron Loma Linda, en la costa oeste de los Estados Unidos. Una comunidad cuya esperanza de vida supera en 10 años la media en ese país.

Isla Icaria
Isla Icaria

¿Qué tienen estas zonas en común?

A pesar de pertenecer a ubicaciones geográficas, climas y culturas completamente diferentes, los habitantes de las zonas azules comparten datos demográficos sorprendentes. Este dato descartaba que estas coincidencias fueran dadas por el clima o por un tipo de cultura determinada.
Parece que las claves encontradas en estas comunidades están basadas en, al menos, cinco factores que son los que parecen propiciar la espectacular longevidad y calidad de vida de sus habitantes. Estos factores están relacionados con la dieta, el ejercicio y el propósito en la vida. También con los recursos de afrontamiento del estrés y las relaciones sociales.

La dieta y el ejercicio

En estas zonas azules, sus habitantes consumen muchos más productos de origen vegetal y pescado que carnes rojas. En algunas de ellas se consume también, regularmente, aceite de oliva y vino tinto. Además, acostumbran a comer despacio y a no llenar el estómago por completo.
Esto, en Okinawa, se conoce como hara hachi bu, el secreto que alarga la vida: comer menos significa vivir más. Estudios realizados sobre esta práctica han demostrado que reduce las enfermedades coronarias y los diagnósticos de cáncer. El hara hachi bu, es una práctica con origen en el pensador Confucio que aconsejaba un régimen calórico autoimpuesto: comer hasta estar lleno solo al 80%.
Otro hábito que las personas que habitan las zonas azules tienen en común es que no conciben el sedentarismo. No se ejercitan en centros deportivos, pero sus rutinas incluyen largas caminatas y recorridos en bicicleta. También trabajan en el campo o en las huertas, introduciendo actividad de manera natural en sus vidas.

Península Nicoya
Península Nicoya

El propósito de vida

Uno de los factores fundamentales que parecen compartir estas personas es que tienen un motivo para levantarse cada mañana felices porque tienen algo que hacer. También en Okinawa tienen un nombre para esto: el Ikigai, o tener un propósito en la vida y no perderlo con la edad. Este concepto no está ligado en absoluto a propósitos laborales o económico, sino con las ganas de hacer algo que te haga realmente feliz.

Afrontamiento del estrés y relaciones sociales

Otro aspecto que parece realmente influyente en la calidad y duración de la vida es sentirse útil y desarrollar vínculos sociales que no se limiten exclusivamente a la familia. Estas personas cuidan de sus amigos y evitan mantener relaciones nocivas. Participan de forma activa en círculos sociales y por el bien de la comunidad. En definitiva, comparten tiempo de calidad con otras personas.
Se han realizado investigaciones centradas en las personas que viven en las zonas azules y sus recursos de afrontamiento del estrés. Prácticamente no lo padecen. Estas comunidades cuidan especialmente aspectos como el descanso y la calidad de sus horas de sueño. Muchos de ellos practican meditación o técnicas de relajación muy antiguas y tienen profundas creencias espirituales.