Las mujeres alfa están ya en todas partes. Tienen talento, seguridad en ellas mismas, son asertivas y saben bien cuáles son sus objetivos. Y no solo eso, les define además un tipo de liderazgo empático y una cohesión social mas cercana e intuitiva de la que tenían los clásicos hombres alfa. A día de hoy, la mujer está conquistando cada vez más escenarios públicos.
Es muy posible que muchos de nuestros lectores se hagan la siguiente pregunta, ¿pero existe realmente eso que viene llamándose “mujeres alfa”? Somos conscientes de que en la actualidad son muy comunes este tipo de etiquetas, de ahí que el escepticismo sea comprensible. Bien, cabe decir que los términos “alfa” y “beta” se suelen utilizar ante todo en etología para describir el sistema social de un grupo de animales.
Fue en el 2006 y con la publicación del libro The Alpha Girls” cuando apareció por primera vez esta idea, esta etiqueta que pasaba del mundo de la etología al contexto de la psicología. Fue el doctor Dan Kindlon, psicólogo clínico, profesor e investigador del departamento de psiquiatría de la Universidad de Harvard, quien vio necesario publicar un trabajo sobre el interesante cambio social que estaba experimentando la mujer en nuestra sociedad.
Con la llegada del nuevo milenio hemos sido testigos de este avance imparable. Las mujeres superan en número a los hombres en muchos estudios universitarios, como en el campo de la jurisprudencia. Lo mismo ocurre en el campo de la medicina y otros ámbitos donde la figura femenina empieza a liderar escenarios dominados hasta hace bien poco por los hombres.
El cambio está ahí y es algo sin duda muy interesante.
Las mujeres alfa y los falsos estereotipos
Cuando se habla de las mujeres alfa sucede algo curioso a la vez que inmensamente llamativo. Socialmente, los rasgos que se le atribuyen a este tipo de personalidad son casi siempre los mismos. Se las ve como mujeres con un alto sentido de la superioridad, a instantes egoístas, muy directivas, manipuladoras, inteligentes, frías y a su vez, atractivas y dominantes.
Esa visión altamente sexualizada y peyorativa de la mujer alfa es muy común en nuestra sociedad. De algún modo, es como recordar esa figura extrema que representó Glenn Close en la película Atracción fatal. Sin embargo, el doctor Dan Kindlon, antes citado, nos invita a ajustar un poco más esa idea. Nos propone ser más realistas.
Podríamos pensar más bien en Sigourney Weaver y en su papel en Alien. Alguien que combinaba inteligencia, coraje y sensibilidad. Porque las mujeres alfa, y esto es importante recordarlo, no excluyen esas virtudes que siempre han sido clásicas en la personalidad femenina, como la empatía, la cercanía, la comprensión…
De algún modo, cuando pensamos en la mujer alfa tendemos a compararlas casi de forma inevitable con esa figura social que hasta el momento, eran (o son) los hombres alfa. Líderes indiscultibles que aúnan dominancia, frialdad y elevado poder. Sin embargo, en el caso de las mujeres el modelo social es diferente.
Así, y en lugar de imitar al varón, la mujer alfa simboliza más bien a esa sociedad matriarcal que constituyen los elefantes. Hembras que lideran al grupo basándose en su fortaleza, sabiduría y capacidad para mantener unido al grupo.
Características de las mujeres alfa
Cuando se le pregunta a alguien que dé un ejemplo de una mujer alfa, es común escuchar el nombre de Margaret Thatcher. Ahora bien, sugerir esta figura es sin duda un gran error. Quien fuera la dama de hierro y primera ministra en el periodo más duro del Reino Unido, simbolizó más bien la versión extrema de este término. Thatcher constituyó un gabinete donde no quería ninguna otra presencia femenina, lideró con extrema dureza y dio forma a tipo de política claramente inflexible.
En la actualidad, la auténtica mujer alfa, la que ha pasado del ámbito privado para conquistar las esferas públicas, se caracteriza por un tipo de rasgos algo diferentes. Veámoslos.
Mujeres seguras, realizadas y cómodas en su propia piel
La mujer alfa se ha hecho a sí misma. Nunca ha necesitado cumplir otras expectativas que las que ella misma se ha marcado. Su trayectoria personal, sus estudios, sus experiencias, sus esfuerzos son ese capital interno que la motiva día a día a superarse más aún. Se siente orgullosa por lo logrado pero sabe que puede conseguir más cosas. Su seguridad, su alta autoestima y asertividad son sus mejores recursos para seguir luchando por sus objetivos.
Capacidad de liderazgo y cohesión social
Las mujeres alfa son líderes por naturaleza. Son personas resueltas que tiene una serie de objetivos que ansían conseguir. Para lograrlo, no dudan en desplegar sus dotes directivas para motivar y guiar a otros/as.
- Tienen carisma suficiente para inspirar a los demás.
- Saben delegar obligaciones en el resto para crear equipo, confían en las capacidades de los otros porque saben que en conjunto, se consiguen las metas.
- Las mujeres alfa inspiran confianza y median para que los demás confíen también en sus propios recursos. No les agradan los chismes, ni que se pierda el tiempo en aspectos que a largo plazo, desvían al equipo de los objetivos propuestos. Saben ser firmes cuando las circunstancias lo exigen.
Las mujeres alfa son diferentes de los hombres alfa
Las mujeres alfa tienen un gran dominio para mediar, facilitar, cohesionar y potenciar el capital humano. Su liderazgo no es agresivo ni dominante, sino empático. Saben conectar y reconocer las valías de cada uno, entienden de inteligencia emocional y saben impulsar a sus equipos de trabajo para favorecer la innovación.
Para concluir, este tipo personalidad femenina está ganando terreno en nuestros escenarios sociales a pasos agigantados. Evitemos por tanto caer en esa visión a menudo peyorativa que tradicionalmente hemos asociado tanto a los hombres como a las mujeres alfa. Valoremos sencillamente, a quienes saben ser buenos líderes. Dejemos paso a quienes por sus valías, capacidades y recursos logran impulsar a los demás en beneficio de todos.
Valeria Sabater