19 septiembre 2022

¿Qué son los metales pesados?

 


¿Qué son los metales pesados?

Los metales pesados son un grupo de elementos químicos de densidad alta (más de 5 gramos por cm3). En realidad, este concepto se usa como sinónimo de metales tóxicos, ya que por ejemplo incluye al neurotóxico aluminio que sin embargo químicamente no es un metal pesado.

No todos los metales pesados son dañinos para nuestro organismo. Algunos de ellos como el zinc o el hierro, siempre en bajas concentraciones, son esenciales para nuestra salud. Sin embargo, hay otra serie de metales pesados que suponen un serio riesgo si nos exponemos a ellos.

A continuación, te hablamos de los 5 metales pesados más perjudiciales para el organismo.

Mercurio

El mercurio es un metal pesado muy tóxico para el medioambiente. De forma natural se encuentra en la parte rocosa de la corteza terrestre, por ejemplo en depósitos de carbón. 

Se utiliza en interruptores eléctricos, obturaciones dentales, bombillas de luz fluorescente, pilas y en algunos desinfectantes. También está presente en los vapores que se generan al quemar carbón o en peces que lo hayan ingerido.

Las emisiones de mercurio a la atmósfera pueden deberse a fenómenos naturales, como en la erupción de volcanes o en incendios forestales, aunque es la actividad humana la que ha hecho aumentar de forma notable la exposición a este elemento. Por ejemplo, el mercurio se usa comúnmente en el proceso de refinado del oro.

Arsénico

El arsénico es un elemento natural de la corteza terrestre, que encontramos en la tierra, en el agua y en el aire, normalmente transportado por el polvo que se lleva el viento. 

También determinados procesos agrícolas e industriales liberan arsénico a la atmósfera, por ejemplo, en el procesamiento de vidrio, protectores de la madera,  adhesivos metálicos, el curtido de pieles o la fabricación de plaguicidas.

Presenta dos estados: el orgánico y el inorgánico, siendo éste mucho más tóxico.

Según datos de la OMS, los altos niveles de arsénico inorgánico se deben sobre todo al hábito del tabaquismo, al consumo de agua contaminada y a su uso para preparar alimentos y para regar. De hecho, se ha demostrado que el arroz proveniente de extremo oriente contiene altas tasas de mercurio.

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Plomo 

El plomo es otro de los elementos que, de manera natural, forman parte de la corteza de la tierra. 

En la antigüedad se usaba para fabricar sistemas de drenaje, canalizaciones e incluso cosméticos. A día de hoy, el plomo se utiliza para fabricar contenedores de materiales radiactivos o sustancias químicas peligrosas, plásticos, cerámicas y aleaciones para soldaduras.

La exposición al plomo es una de las enfermedades profesionales más graves. Fuera del área profesional, la exposición al plomo puede producirse por la ingesta de bebida o comida, como los mariscos y la leche o por la inhalación de vapores presentes en el aire.

Níquel

El níquel está presente en los suelos, el agua y las plantas. Se utiliza en numerosos procesos metalúrgicos y podemos encontrarlo en muchos productos de uso cotidiano como monedas, joyas o piezas del automóvil.

El humo del tabaco contiene níquel, así que fumar o estar expuesto a ese humo es una de las vías de exposición. Otras vías que nos exponen a sus efectos nocivos son las de ámbito profesional, al respirar los vapores de soldaduras, o bien al beber agua o ingerir alimentos contaminados como el té, café, chocolate, soja, frutos secos, harina de avena, etc.

Aluminio

El aluminio es el elemento metálico presente en mayor cantidad en la corteza terrestre y se encuentra en los alimentos, el agua, el aire y el suelo.

Tiene un alto uso industrial y está presente en la fabricación de cables e hilos conductores, en la construcción, en la industria del automóvil, en la elaboración de pinturas y en aparatos y utensilios domésticos.

Su utilización es masiva en la fabricación de envases y como papel para envolver alimentos. Lo encontramos también en cosméticos, desodorantes, cremas, comidas preparadas, fórmulas infantiles e inyecciones terapéuticas, tan en boga en nuestros días..

Según datos de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR), un adulto promedio en EE. UU. ingiere aproximadamente 7 a 9 miligramos (mg) de aluminio al día en los alimentos.

Cómo nos exponemos a los metales pesados

Debido a los múltiples usos que las diversas industrias dan a los metales pesados, nuestra exposición se ha ido incrementado cada vez más.

Las formas en que estamos expuestos a su toxicidad son varias:

  • El aire. La contaminación ambiental hace que el aire contenga partículas tóxicas que inhalamos al respirar.
  • El agua. Las tuberías de plomo o una incorrecta descontaminación del agua puede hacernos ingerir estas partículas al ducharnos, beber agua, limpiar y preparar alimentos.
  • Las tierras agrícolas. Pueden estar contaminadas por riego o por filtraciones que contengan estos elementos.
  • Los alimentos. Por migración de compuestos químicos procedentes del envase al producto que contiene. 
  • Uso tópico. Cosméticos y desodorantes que cuentan con derivados del aluminio en su composición.
  • La actividad laboral. La extracción y manipulación de metales pesados conlleva mayor riesgo de exposición.

¿Qué enfermedades producen?

Te nombramos algunas de las diversas patologías que pueden producir los 5 metales pesados más perjudiciales: 

  • Mercurio. Es altamente tóxico para el sistema nervioso, el sistema inmunitario, los pulmones, el tracto digestivo y los riñones. Las sales de mercurio tienen acción corrosiva en la piel y en los ojos.

La exposición mantenida causa trastornos neurológicos y del comportamiento, como temblores, afectación neuromuscular, disfunciones motoras, trastornos cognitivos, pérdida de memoria y cefaleas.

  • Arsénico. La intoxicación aguda cursa con vómitos, dolor abdominal y diarrea seguidos de entumecimiento en las extremidades y, en algunos casos, la muerte. 

La exposición constante causa una intoxicación crónica con lesiones cutáneas que pueden derivar en cáncer de piel. Otros tipos de cáncer asociados a este metal pesado son el de pulmón y el de vejiga. También conlleva afectaciones en el desarrollodiabetes y enfermedades cardiovasculares.

  • Plomo. La intoxicación aguda se manifiesta en alteraciones digestivas, hepáticas y renales que causan vómitos, dolor abdominal, convulsiones y coma. 

La exposición crónica puede derivar en neuropatíascefaleas, debilidad, fatiga, dolor muscular, temblores, cambios en el comportamiento, alucinaciones, pérdidas de memoria y alteraciones renales y hepáticas.

  • Níquel. La exposición a altas dosis tiene efectos muy adversos como alergias en la piel, cuando es por contacto, o mareos, fallos respiratorios y embolia de pulmón por inhalación. También se ha reportado que la psoriasis está muy relacionada con los niveles de níquel en el organismo.

La exposición mantenida a largo plazo puede derivar en bronquitis crónicaproblemas cardíacos y diversos tipos de cáncer (pulmón, laringe, nariz o próstata).

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  • Aluminio. Una exposición continuada a este metal provoca efectos adversos en nuestra salud. Una inhalación frecuente puede desencadenar problemas respiratorios y afectar a la funcionalidad del sistema nervioso, el cual, según los estudios citados por la estadounidense ATSDR, es altamente susceptible a este elemento.

Igualmente, personas con patologías renales, almacenan grandes depósitos de aluminio y suelen desarrollar enfermedades óseas y cerebrales. Su acumulación en el organismo está estrechamente vinculada a la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y a la esclerosis múltiple.

Por suerte, el silicio, otro oligoelemento presente en el organismo de forma natural y con múltiples beneficios, actúa como quelante de algunos metales pesados como el aluminio, el plomo y el arsénico. Gracias a esta propiedad, un producto como G7 Neuro Health es capaz de combatir los efectos nocivos del aluminio, principal inductor de estrés oxidativo en el cerebro.

¿Cómo eliminar metales pesados del cuerpo?

Aunque no pueden eliminarse del todo, es aconsejable adoptar medidas preventivas que eviten su acumulación excesiva:

  • Consumir alimentos orgánicos y ecológicos, libres de contaminantes.
  • Incluir en la dieta alimentos que ayudan a la eliminación de algunos de estos metales como el cilantro que contribuye a eliminar el plomo y el mercurio y el brócoli que estimula la depuración del organismo.
  • Tomar comprimidos de Alga Chlorella, con gran capacidad de eliminar toxinas y metales pesados del organismo.
  • Silicio orgánico. El silicio orgánico va un paso más allá, ya que a su propiedad para reducir la absorción intestinal de los metales pesados y aumentar la eliminación por la orina une la característica de ser muy específico y no eliminar a otros metales beneficiosos como el hierro y el cobre. Por ello, se le considera un potente neuroprotector al disminuir la acumulación de aluminio en el sistema nervioso y un excelente depurativo por promover la eliminación de distintos metales pesados por la orina.

Además de G7 Neuro Health, que actúa contra el estrés oxidativo e incrementa la concentración, la memoria y la agilidad mental, dispones de G7 Siliplant que también contribuye a la depuración de metales pesados y toxinas por su contenido en silicio orgánico y además promueve el cuidado de tus articulaciones, piel, cabello y uñas.

Tomar medidas para evitar su acumulación y toxicidad y saber cómo eliminar metales pesados del cuerpo nos protege de muchas patologías.

Cuidar tu alimentación, intentar evitar los ambientes excesivamente contaminados y realizar contar con un suplemento natural como el silicio te ayudará a mantener el organismo limpio de estos elementos.

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Los alimentos que no debes comer si tienes hipertiroidismo o hipotiroidismo




 Un exceso de las hormonas tiroideas provoca hipertiroidismo, mientras que una carencia causa hipotiroidismo. Regularla es fundamental y, por lo general, esto se hace con medicamentos. No obstante, la alimentación desempeña un papel muy importante. Por eso, conviene saber qué alimentos no se deben comer si tienes hipertiroidismo o hipotiroidismo.

A pesar del tratamiento farmacológico, que todos los pacientes diagnosticados deben seguir, es fundamental preocuparse por la dieta. La alimentación tiene una importancia mayor de la que a veces le damos y ante problemas con estos, cuidarla es todavía más importante. 


Hipertiroidismo, nada de alimentos ricos en yodo

El hipertiroidismo puede provocar diarreas, pérdida de peso, nerviosismo o bocio, según la Clínica Universidad de Navarra (CUN). El exceso de la hormona tiroidea hace que sea indispensable modificar la alimentación que será distinta a la aconsejada para el hipotiroidismo. El doctor Óscar Vidal nos ofrece los siguientes consejos:

  • Dieta rica en selenio que podemos encontrar en alimentos como las carnes rojas, los huevos, el trigo, los champiñones y algunas hortalizas.
  • Restricción del yodo que está presente en alimentos como la sal, marisco, productos lácteos, granos y cereales.


Es muy importante que tras recibir el diagnóstico del hipertiroidismo el paciente se ponga en manos de un profesional de la nutrición o que le pregunte al propio médico qué alimentos debe consumir más y cuáles no. De esta forma, a pesar de recibir una medicación adecuada para regular su glándula tiroides, estará alimentándose de la mejor forma. 

Hipotiroidismo, alimentos ricos también en selenio

El doctor Óscar Vidal recomendaba que tras un diagnóstico de hipertiroidismo se consumiesen alimentos ricos en welenio. Esto mismo sucede en el caso del hipotiroidismo, algo que Júlia Farré comenta. Las nueces de Brasil son un excelente aporte de selenio, por lo que consumir un puñado todos los días, tal vez en el desayuno, puede ser muy bueno.

Una diferencia con respecto a la alimentación cuando se tiene hipertiroidismo es que en este caso los productos ricos en yodo sí están recomendados. Por tanto, no hay restricciones en cuanto al consumo de marisco, sal o lácteos, entre otros. No obstante, que no haya restricciones no quiere decir que deba llevarse una alimentación desequilibrada. Otros nutrientes esenciales que recomienda Júlia Farré son: 

  • Alimentos ricos en zinc y en hierro, como por ejemplo la carne roja, el marisco y otros pescados. También, el germen de trigo.
  • Productos con manganeso vitamina A abundante en nueces, semillas y vegetales (de color verde, rojo y naranja).
Seguir las recomendaciones de un profesional

Tanto el propio profesional endocrino que esté llevando el caso de un paciente con hipertiroidismo o hipotiroidismo, como un experto en nutrición y dietética, ambos profesionales son necesarios cuando se diagnostican este tipo de desajustes en la glándula tiroides. Pues, a pesar de todos estos consejos, cada pauta nutricional debe ser individualizada.

Puede que haya alimentos que una persona diagnosticada con hipertiroidismo e hipotiroidismo no pueda comer por tener alergias, intolerancias, etc., y que la dieta deba ajustarse para adaptarse a sus necesidades. Todo esto debe hacerlo un profesional, por ello, a pesar de estos consejos, pedirle ayuda al endocrino o a un experto en nutrición conocedor de estos problemas es vital para que la tiroides esté controlada.

RAQUEL LEMOS

Estos son los diez peores alimentos para tu cerebro






El cerebro funciona como una suerte de 'sala de control' de nuestro cuerpo, por lo que es preciso cuidarlo para asegurar un buen funcionamiento de todo lo demás. Y, como sucede con cualquier órgano, algunos alimentos son mejores para él que otros. Estos son algunos ejemplos con los que conviene tener precaución.

Bebidas alcoholicas.
1/10Bebidas alcohólicas

No debería sorprender que el primer puesto lo ocupe el alcohol. Pero es que, además de sus efectos negativos a nivel cardiovascular y del resto del organismo varios estudios han encontrado que beber en exceso se relaciona con mayor incidencia de demencia y con un inicio más temprano de los síntomas.

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La carne roja está recomendada tanto en el hipertiroidismo como en el hipotiroidismo.
2/10Carne roja

La carne roja es un gran aporte de hierro, un elemento necesario para una correcta salud. Sin embargo, algunos estudios han encontrado que el exceso de hierro contribuye al desarrollo de enfermedades como el alzhéimer, por lo que conviene moderar su consumo.

 
Latas de refrescos.
3/10Bebidas y alimentos muy azucarados

La ingesta de niveles excesivos de azúcar provoca problemas cardiovasculares (que incluyen los cerebrovasculares) y, además, se relaciona con disminuciones en la memoria y en la capacidad de aprendizaje.

Es uno de los productos estrella de la gastronomía española, pero no se puede olvidar que son fritos que contienen muchas grasas saturadas y que en exceso pueden provocar colesterol y facilitar la obesidad.
4/10Frituras

Los alimentos fritos pueden aumentar considerablemente los niveles de colesterol 'malo' en sangre, lo que a su vez aumenta las posibilidades de desarrollar proteínas beta amiloides (indicadores de demencia y alzhéimer) en el cerebro.

 
Pan blanco
5/10Carbohidratos simples

Por carbohidratos simples entendemos todos aquellos alimentos elaborados con cereales refinados. Algunas investigaciones han encontrado que su consumo excesivo tiene efectos deletéreos sobre la memoria; en general, las alternativas integrales se consideran mucho más saludables.

Hamburguesas.
6/10Comida rica en grasas transaturadas

Alimentos como la comida basura o la pizza congelada son ricos en grasas transaturadas, que aumentan notablemente el riesgo de accidente cerebrovascular.

 Imagen de Stoyan Stoyanov en Pixabay.
Sal rosa.
7/10Exceso de sal

Las dietas excesivamente altas en sodio se relacionan con mayor riesgo de demencia y con problemas como hipertensión, que pueden desencadenar accidentes cerebrovasculares. No obstante, en su justa medida el sodio es necesario para el correcto funcionamiento del organismo.

 
Embutido.
8/10Carnes procesadas

Las carnes procesadas a menudo son ricas en sal, azúcares y químicos como conservantes o colorantes, que se han relacionado con mayores probabilidades de padecer trastornos degenerativos.

 
Queso manchego.
9/10Grasas saturadas.

Parece ser que las grasas saturadas, presentes principalmente en los lácteos y en animales terrestres, pueden propiciar una disminución del rendimiento cognitivo. .

 
Hay que evitar dar a los niños menores de 10 años una serie de pescados: especies grandes, longevas y predadoras como el pez espada, el marlín, el lucio, el atún rojo o el tiburón.
10/10Pescados con niveles altos de metilmercurio.

Este alimento puede sorprender, ya que estamos acostumbrados a escuchar las propiedades beneficiosas del pescado. Sin embargo, algunas especies, las más grandes, longevas y predatorias, pueden contener altos niveles de metilmercurio que, por bioacumulación, puede resultar neurotóxico. Por ello, es mejor moderar el consumo de estas especies y optar habitualmente por otras más bajas en este metal pesado.

 @[Studio Japan] via canva.com

Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si tomas dos o más tazas de té negro al día

 




El té es una bebida estimulante con una historia milenaria y una de las más populares en el mundo (de hecho, es la segunda más consumida en el mundo según datos de las Naciones Unidas). Y aunque muchos de sus efectos positivos sobre la salud humana se conocen desde hace mucho, la ciencia no deja de descubrirle nuevas propiedades.

Menor mortalidad por cualquier causa

Ahora, un estudio de gran cohorte publicado en el medio especializado Annals of Internal Medicine ha encontrado que el consumo diario de dos o más tazas de té negro se asocia a un menor riesgo de mortalidad por cualquier causa.

Los autores han llegado a esta conclusión después de analizar los datos registrados en la encuesta UK Biobank de casi medio millón de personas con edades comprendidas entre los 40 y los 69 años. Concretamente, la base de datos contiene información en profundidad sobre la genética y la salud de estas personas, incluyendo hábitos de consumo del té como la frecuencia o los aditivos añadidos. El intervalo seleccionado para esta investigación va desde el año 2006 hasta el año 2010.

Aunque algunos de los participantes reportaron no beber té, si tenemos en cuenta que se trata de ciudadanos del Reino Unido (donde el té negro es una bebida típica) no es difícil deducir que una buena parte de ellos sí que lo consumía habitualmente. De hecho, había incluso quienes llegaban a consumir hasta 10 tazas diarias.

Estilos de vida diferentes

Con esta metodología, encontraron que los consumidores habituales de té tenían menos probabilidades de haber muerto por cualquier causa en el periodo estudiado, destacando algunas como las enfermedades cardiovasculares, cardiopatías isquémicas o el ictus.

Como es lógico, estos resultados ofrecen una perspectiva emocionante sobre el consumo de té, y apoyan la extendida noción de que habituarse a su consumo es positivo para nuestra salud. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas limitaciones de este trabajo.




Al fin y al cabo, se trata de un estudio puramente observacional, por lo que no es posible extraer una conclusión de causalidad entre el consumo frecuente de té y la reducción de la mortalidad.

Incluso, es importante no perder de vista que, pese a que los autores trataron de controlar algunos factores dietéticos, las personas que habitualmente disfrutan de esta bebida tienden a diferir significativamente de quienes no lo hacen en varios aspectos claves de estilo de vida.

Por ello, antes de recomendar el uso de té con el propósito específico de reducir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, señalan los investigadores, es importante llevar a cabo ensayos clínicos aleatorizados centrados concretamente en esta relación.

Tea Consumption and All-Cause and Cause-Specific Mortality in the UK Biobank.