El cerebro funciona como una suerte de 'sala de control' de nuestro cuerpo, por lo que es preciso cuidarlo para asegurar un buen funcionamiento de todo lo demás. Y, como sucede con cualquier órgano, algunos alimentos son mejores para él que otros. Estos son algunos ejemplos con los que conviene tener precaución.
No debería sorprender que el primer puesto lo ocupe el alcohol. Pero es que, además de sus efectos negativos a nivel cardiovascular y del resto del organismo varios estudios han encontrado que beber en exceso se relaciona con mayor incidencia de demencia y con un inicio más temprano de los síntomas.
@[Clam lo de Pexels] via canva.comLa carne roja es un gran aporte de hierro, un elemento necesario para una correcta salud. Sin embargo, algunos estudios han encontrado que el exceso de hierro contribuye al desarrollo de enfermedades como el alzhéimer, por lo que conviene moderar su consumo.
La ingesta de niveles excesivos de azúcar provoca problemas cardiovasculares (que incluyen los cerebrovasculares) y, además, se relaciona con disminuciones en la memoria y en la capacidad de aprendizaje.
Los alimentos fritos pueden aumentar considerablemente los niveles de colesterol 'malo' en sangre, lo que a su vez aumenta las posibilidades de desarrollar proteínas beta amiloides (indicadores de demencia y alzhéimer) en el cerebro.
Por carbohidratos simples entendemos todos aquellos alimentos elaborados con cereales refinados. Algunas investigaciones han encontrado que su consumo excesivo tiene efectos deletéreos sobre la memoria; en general, las alternativas integrales se consideran mucho más saludables.
Alimentos como la comida basura o la pizza congelada son ricos en grasas transaturadas, que aumentan notablemente el riesgo de accidente cerebrovascular.
Imagen de Stoyan Stoyanov en Pixabay.Las dietas excesivamente altas en sodio se relacionan con mayor riesgo de demencia y con problemas como hipertensión, que pueden desencadenar accidentes cerebrovasculares. No obstante, en su justa medida el sodio es necesario para el correcto funcionamiento del organismo.
Las carnes procesadas a menudo son ricas en sal, azúcares y químicos como conservantes o colorantes, que se han relacionado con mayores probabilidades de padecer trastornos degenerativos.
Parece ser que las grasas saturadas, presentes principalmente en los lácteos y en animales terrestres, pueden propiciar una disminución del rendimiento cognitivo. .
Este alimento puede sorprender, ya que estamos acostumbrados a escuchar las propiedades beneficiosas del pescado. Sin embargo, algunas especies, las más grandes, longevas y predatorias, pueden contener altos niveles de metilmercurio que, por bioacumulación, puede resultar neurotóxico. Por ello, es mejor moderar el consumo de estas especies y optar habitualmente por otras más bajas en este metal pesado.
@[Studio Japan] via canva.com
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