28 noviembre 2022

CLAVES PARA EVOLUCIONAR




 CLAVES PARA EVOLUCIONAR

°El otro no existe para complacerte o para desagradarte. El otro existe para enseñarte.
°Nadie es culpable de lo que sientes. Tú eres quien opta por los sentimientos que tienes ahora mismo. Solo tú.
°El arte de vivir sin expectativas, pero con perspectiva es la clave para no frustrarte.
°Cura en ti mismo la adicción a la necesidad de aprobación del otro. Solo así podrás disfrutar de la audacia y la confianza natural de tu espíritu, tu esencia.
°No tienes control de nada externo, no importa cuánto creas que haces. Libérate de la necesidad de controlar, solo entonces tendrás dominio sobre ti mismo y tu vida (auto control).
°No te alejes de ti para intentar ‘encajar′ en el estrecho espacio del pensamiento que el otro tiene hacia ti. Eso no funcionará. Cuando te cancelas para complacer a alguien, tu luz se apaga.
°No creas lo que te digan los demás, por muy romántico y poético que sea. Lo que importa son las actitudes y no las palabras.
°Abandona el orgullo y la ilusión de creer que todo será como quieres, deseas o necesitas. Aprende a fluir con la vida, abrazando tu humildad y flexibilidad.
°Todo es fugaz. De cerca la vida es una tragedia, de lejos es una comedia. En un rato te reirás de todos los dramas que has creado. Porque todo pasa.
°Eres responsable de todo lo que sucede en tu vida. Tus pensamientos y sentimientos predominantes darán forma a tu realidad, te guste o no. Entonces, si quieres cambiar tu realidad, cambia tus pensamientos y sentimientos.
°Vive con sencillez y más realidad. Solo entonces, quién eres realmente, emergerá. Esto te hará auténtico y transparente.
°La felicidad es una tarea interior. Ríete más y no te tomes todo tan en serio. Después de todo, la esencia de la vida es descubrir y disfrutar de esta maravillosa aventura llamada evolución.

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

 



La palabra y los pensamientos, tienen efectos que junto al poder de la vibración son capaces de crear tanto estados saludables como también de enfermar.

La teoría indica que cuando focalizamos nuestra mente en algo, y a esto le sumamos el sentimiento y la emoción para finalmente expresarlo introspectivamente o explícitamente, estamos exteriorizando y materializando un poder que estará afectando los planos de la materia.
Lo que le dices a tu semejante, te lo dices a ti mismo…
Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada pensamiento o palabra no solo nos afecta principalmente a nosotros mismos sino a quien se la dirigimos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que pensamos y decimos.
Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje – la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo. En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.
El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.
Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicación, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.
UN APORTE....
•Cada palabra tiene fuerza cósmica vibracional que sana.
•Cada palabra tiene su dualidad.
•Cada palabra usada negativamente en contra alguien provocará una acción y tendrá como respuesta una reacción, posteriormente una contra-reacción y terminará con una afectación para ambas partes...
•Cada palabra tiene sentido material y espiritual.
•Cada palabra plasmada se va al infinito y regresa con su misma fuerza ya sea positiva o negativa...
•Cada palabra empleada en una oración, tiene su efecto divino...
•Cada palabra expresada con amor, se llenará de creaciones infinitas de dios o de los ángeles...
•Cada palabra empleada en un juramento tendrá su fuerza constructiva y destructiva si se usa para justificar o manipular...
•Cada palabra expresada con los pensamientos tendrá más fuerza cósmica positiva o negativa.
•Todos somos creadores a través del poder de la palabra.
•Todos tenemos el verbo divino cuando nos sensibilizamos espiritualmente...
Benditas sean todas las palabras expresadas mental o verbalmente con amor, amabilidad, compasión y alegría por el bienestar propio y ajeno, con bendiciones y con alto sentido espiritual. Porque cuando se nutre de estas cualidades la consciencia, se recupera el flujo energético entre el corazón y la mente.
Libera tu espiritu

24 noviembre 2022

TU ROSTRO REFLEJA LO QUE OCURRE EN TU INTERIOR

 




TU ROSTRO REFLEJA LO QUE OCURRE EN TU INTERIOR

Mejillas rosadas generalmente se consideran sinónimo de buena salud; rostro pálido, en cambio, un signo de enfermedad; ojeras, una señal de cansancio o falta de sueño. Las caras de las personas no son sólo su carta de presentación, sino que también
dicen mucho sobre ellas, incluso si su organismo está funcionando con normalidad. Por esta razón, existe una técnica que permite determinar si alguien está sano o enfermo solamente con observar su rostro.
El diagnóstico facial es una práctica que nació hace miles de años. Álvaro Matiz, un especialista en lectura del rostro, cuenta que alrededor de 4.000 años antes de Cristo en China muchos expertos en el arte del Siang Mien (lectura del rostro) utilizaban sus conocimientos sobre ciertos rasgos faciales para determinar el carácter de las personas, y también para saber qué enfermedades padecían y su predisposición hacia ciertos males.
Posteriormente, cerca del año 2000 a.C., en Grecia también había quienes a través de la observación atenta del rostro podían determinar si una persona tenía alguna enfermedad y dolencia, y les indicaban tratamientos, medicinas u otros métodos para que pudieran recuperarse.
Pero, ¿cómo es posible que esta técnica milenaria continúe vigente con lo avanzada que es hoy en día la medicina alópata o tradicional? se preguntarán muchos. “Se sigue utilizando porque todo este saber ha demostrado a lo largo de todos estos milenios que es muy preciso, que sin métodos invasivos nos ayuda a tener una idea muy clara sobre la salud de una persona”, responde Álvaro Matiz.
La idea principal en la que se basa el diagnóstico facial es que todo lo que ocurre en el interior del cuerpo se refleja en el exterior. “Es el análisis detallado de la relación que tiene la salud de determinados órganos, con ciertos rasgos o señas en el rostro de las personas”, explica el especialista.
Cómo se realiza
Álvaro Matiz relata que esta técnica se aplica en una sola sesión que se extiende por aproximadamente dos horas. Lo ideal es que el interesado llegue a primera hora de la mañana, ya que es en ese momento cuando el rostro muestra en toda su dimensión los rasgos de quien consulta.
Una vez frente al lector del rostro, la persona explica qué es lo que necesita. “La cantidad de información que entrega depende de la persona, nosotros no preguntamos nada en ese momento”, aclara el experto. Luego se da comienzo a la observación detenida del rostro, la cual tiene una duración de unos 30 minutos, para después hacer el análisis.
“Se le cuenta a la persona lo que se vio en su rostro. Ella puede hacer preguntas, pedir aclaraciones sobre ciertas cosas y se le hacen algunas recomendaciones”, sostiene Álvaro Matiz, quien da algunos ejemplos de los rasgos o señas que se analizan, y qué pueden significar.
- Nariz: es la primera parte del rostro que se observa. Si es grande, más bien bulbosa, no tan simétrica ni armónica, indica que la persona tiene un ego bastante grande, que quiere tener siempre la razón, etc. “Pero además que le gusta mucho la buena mesa y, por tanto, puede también sufrir de problemas digestivos”, añade el especialista.
- Líneas nasolabailes: son aquellas que nacen en la base de la nariz y van hacia los labios. Según Álvaro Matiz, hablan sobre la salud de dos órganos muy importantes: el estómago (a la izquierda) y el hígado (a la derecha). “Cuando estas líneas están muy marcadas o es más evidente la de un lado que la del otro, nos hablan por ejemplo que alguno de estos órganos o los dos están funcionando en exceso, que la persona no tiene buena digestión, que la persona es muy nerviosa y acumula toda la tensión en el estómago, etc.”, explica.
- Líneas en la base del puente nasal a la altura de los ojos: hay personas que tienen líneas horizontales en esa zona, las cuales hablan de problemas de espalda; una hernia, lesiones, etc. “Y no solamente por temas físicos, sino también por cargas emocionales”, indica Matiz.
- Ojos: entregan mucha información, como por ejemplo cómo la persona ve la vida. “Cuando los ojos son muy cercanos, básicamente nos hablan de que es una persona un poco terca, que quiere que sus ideas sean siempre las primeras, que incluso pueden caer un poco en el fanatismo, tienen las ideas muy claras y tratan de convencer a los demás. En el caso contrario, las personas que tienen los ojos más separados, nos dicen que su actitud es más relajada, más tranquila, pero también son personas que pueden tender a la depresión”, explica el especialista, y agrega que quienes tienen los ojos más juntos suelen tener problemas de presión arterial alta, de estómago y circulatorios o cardíacos.
- Piel: muestra muchísimas cosas de una persona, en especial todo lo que se relaciona con el sistema excretor. “Las personas mayores que en la zona de la frente tienen manchas, eso nos habla de la salud del hígado, que la persona tiene sobrecargado el hígado y que no está eliminando correctamente las toxinas”, ejemplifica Matiz. Otro signo es el acné que se presentan en quienes ya pasaron la juventud. “Eso nos habla que hay un problema a nivel de toxinas en el cuerpo que no se eliminaron correctamente”, añade.
Álvaro Matiz/ Lectura del rostro/
Las marcas en el rostro son el reflejo de la salud, así lo dicta la medicina tradicional china y la ancestral técnica hindú Ayurvédica (“ciencia de la vida”). Mismas que han desarrollado, a lo largo de los siglos, un método preciso de diagnóstico a partir de los signos externos y de las marcas que aparecen en la cara como señal para detectar posibles enfermedades.
Una de las principales enfermedades que, actualmente, atacan la salud de miles de personas es el estrés. Y, es también, una de las principales causas que produce más daños en la cara, toda vez que genera un desequilibrio corporal tan fuerte que, irremediablemente, acelera el proceso de envejecimiento, ya que, entre sus síntomas, se encuentra la disminución en el flujo sanguíneo, lo cual mina la apariencia de la piel, palideciéndola, modificando su brillo y pigmentación.
Esto debido a que, las células cutáneas dejan de recibir los nutrientes suficientes y por ejemplo, están más expuestas a recibir infecciones, debido a la falta de queratinocitos, que actúan como mecanismo de defensa natural, alterando el sistema inmunológico y permitiendo la aparición de enfermedades en el rostro como dermatitis, hérpes o acné.
Igualmente, otra de las señales en la cara más frecuentes es la pigmentación amarillenta. Esto, es señal de problemas hepáticos como hepatitis o cirrosis, o, como síntoma de un alcoholismo desarrollado.
Cuando el rostro está pálido, puede ser por falta de hierro o por insuficiencia en la producción de hemoglobina; además, puede ser señal de anemia crónica. Una de las mejores maneras para solucionar este síntoma es comer alimentos ricos en hierro, como: carne roja, vegetales de hoja verde obscura. Mientras, si el problema estriba en la poca asimilación de hierro, se recomienda ingerir vitamina C, la cual se obtiene de manera natural de los cítricos, que por cierto si se beberán como jugo, éste debe de tomarse inmediatamente después de exprimir la naranja, toronja, limón o la que se elija, ya que se dice que sólo así no pierde sus valores vitamínicos.
Un rostro reseco suele ser señal de la falta de vitaminas, sobre todo del tipo A. Si además hay obesidad, cansancio, caída de cabello, estreñimiento o ciclo irregular, en las mujeres, puede ser hipotiroidismo. O, en otro caso, si la cara pica o está roja, podría ser síntoma de alguna alergia. Y, en este último caso, es prueba de la falta de alimentos como: espinacas, zanahorias o huevos, que ayudan a la salud del sistema inmune y las defensas, y se requiere complementar con agua natural pues son señales claras de que se está deshidratado.
Los ojos hinchados, pueden ser muestra de acumulación de líquidos, casi siempre debido, a la inmovilidad nocturna. Pero, si esto ocurre de manera constante, puede ser debido a una dieta fuerte en azúcares, grasas y sal; así mismo, si los párpados presentan bolitas de grasa indican exceso de colesterol en la sangre. Todo esto, forma parte de las señales del rostro que, comúnmente, se esconden debajo de los maquillajes, los lentes oscuros o en la indiferencia producto de la cotidianidad con que se presentan.
Otro síntoma para ponerle atención son las conocidas “patas de gallo”, relacionadas comúnmente con la edad. Si éstas aparecen de manera más repentina pueden ser señal de problemas de visión o un hígado débil.
Por su lado, los labios y la boca, como partes importantes del rostro, también son espejo de nuestra salud. Si se amanece con la boca seca, la vesícula puede ser que no funciona bien; si los labios se aprecian pálidos o azulados, pueden originarse de problemas pulmonares, cardiacos o circulatorios, por lo cual, se debe asistir al doctor de inmediato; y, si la lengua es blanquecina, significa que se ha comido demasiado o que, en su caso, el intestino no está limpio y que no trabaja de manera adecuada. Además, la ingesta excesiva de antibióticos también la ensucian e inflaman, por cual, se recomienda purificar el cuerpo tomando agua y jugos naturales y comiendo frutas. Todo esto, también mejorará la apariencia de la cara.
Así mismo, la aparición de arrugas en la cara, a un lado de la nariz, entre las cejas o en la barbilla, pueden ir desde problemas en el intestino y la digestión, problemas hormonales o en el hígado.
Así, la cara es el espejo de lo que somos por dentro, de cómo llevamos nuestra vida y nuestra alimentación. Y una recomendación indiscutible es la limpieza de la misma, tanto en la mañana, como en la noche; la hidratación del rostro tomando muchos líquidos y su nutrición tanto con los alimentos que se ingesta, como con cremas nutritivas que ayuden a su equilibrio.
PIEL
•Amarilla.- El color amarillento es a veces síntoma de problemas hepáticos o de un mal funcionamiento de la vesícula.
•Pálida.- Puede ser por falta de hierro. El cuerpo no tiene suficiente hemoglobina. Si además existe cansancio, crecen las probabilidades de padecer anemia. Lo mejor para solucionarlo es comer alimentos ricos en hierro: carne roja, orejones, vegetales de hoja verde o alga espirulina. Si el problema es que no se asimila el hierro, hay que consumir también vitamina C.
• Reseca.- Suele ser por falta de vitaminas, sobre todo del tipo A. Si además hay aumento de peso, cansancio, caída de cabello, estreñimiento o ciclo irregular, puede ser hipotiroidismo. Si por el contrario, pica y está roja, podría ser síntoma de alguna alergia. Lo que hace falta en este caso es vitamina A, presente en albaricoques, espinacas, zanahorias o huevos, para hidratar, y acudir a un especialista.
OJOS
•Hinchados.- Delatan acumulación de líquidos, y se debe, sobre todo, a la inmovilidad nocturna. Si ocurre a menudo, puede ser debido a una dieta fuerte en azúcares, grasas y sal. Un drenaje linfático facial ayuda a descongestionarlos. Párpados con bolitas de grasa.- Indican exceso de grasa en la sangre (colesterol o triglicéridos). Hay que hacerse una analítica y tomar pescado azul o semillas de lino ricos en Omega 3. •Amarillentos.- Puede ser síntoma de estrés o de una dieta inadecuada. Si la tonalidad es intensa, hay peligro de hepatitis, lo que impide que el hígado elimine la bilirrubina. Lo más conveniente es acudir al médico y, si sólo es estrés, comer mejor y empezar a relajarse.
BOCA
•Amarga.- La vesícula no funciona bien. Hay que eliminar las grasas y llevar durante una semana una dieta sin carne a base de verdura, pescado blanco, pasta y arroz para limpiarla. Labios pálidos o azulados.- Tenerlos más pálidos de lo normal deriva de la falta de hierro; y con color azulado, de problemas pulmonares, cardiacos o circulatorios. Pide cuanto antes consulta con el médico.
•Labios agrietados.- Refleja carencia de vitaminas del grupo B, que se encuentran en la levadura de cerveza, el germen de trigo y las algas. Cuida la dieta.
•Lengua blanquecina.- Significa que se ha comido demasiado o que no se ha limpiado el intestino. Los antibióticos también la ensucian e inflaman. Dos yogures diarios reequilibran la flora intestinal.
EL MAPA DE LAS ARRUGAS
•Surcos al lado de la nariz.- Delatan un mal cuidado del intestino, que se carga de toxinas. Debes ingerir más fibra y agua para evitar el estreñimiento y, de vez en cuando, hacer una limpieza del colon con aloe vera. •Entre las cejas.- Pueden implicar problemas de hígado. Según los expertos, una arruga vertical revela dolencias del hígado; y dos, de vesícula. Consume menos grasas.
•Triángulo de la barbilla.- Las rojeces, los granitos o cualquier alteración de la piel informan del sistema hormonal. Si es justo en el centro de la barbilla, se relaciona con el útero; y si es en los lados, con los ovarios. Es recomendable tomar germen de trigo, rico en vitamina E.

3 nutrientes claves para fortalecer nuestras defensas cuando estamos enfermos.






 Ya hace años que escuchamos eso de que el intestino es nuestro segundo cerebro. Pues bien, parece que, entre las muchas cosas que condiciona el equilibrio de nuestra microbiota intestinal, destaca la fortaleza de nuestro sistema inmunológico. Es decir, nuestra capacidad intrínseca de hacer frente a virus, infecciones y cualquier tipo de patógeno que pueda alterar nuestra salud o nuestro organismo.

De hecho, se estima que hasta el 70% de nuestro sistema inmune se genera en nuestro intestino. Lo que significa que, todo aquello que comemos, que digerimos y que absorbemos (y cómo lo hacemos) va a ser determinante a la hora de luchar contra agentes externos que intenten dañarlo de cualquier forma.

 

Hasta el 70% de nuestro sistema inmune se genera en nuestro intestino

 

Pero lo cierto es que, aunque llevemos un estilo de vida lo más natural y saludable posible, es normal que de vez en cuando nuestro cuerpo enferme. Y, cuando esto pasa, nuestro sistema de defensas se activa, generando una respuesta inflamatoria para atacar a los patógenos (en este caso, hablaríamos de un proceso inflamatorio “normal”, provocado por nuestro organismo como medio de auxilio. Pero no debemos confundirlo con la inflamación crónica de bajo grado, que acarrea muchos otros problemas de salud y que debemos evitar a toda costa).

¿Cómo ayudarlas a través de nuestra alimentación? Sin lugar a dudas, ¡con una buena despensa inmunitaria!

Qué comer y qué no comer cuando estamos enfermos

Evidentemente, no es lo mismo tener un resfriado que una gastroenteritis. Por eso, la dieta específica que podemos necesitar para tratar y contrarrestar los síntomas de cada dolencia será distinta una de otra. Aún así, existen algunas pautas básicas que sí podríamos considerar de aplicación general para la mayor parte de infecciones, virus y enfermedades.

Toma nota:

  • Reducir al máximo los productos ultra procesados y basar nuestra alimentación en productos frescos y de temporada. No pueden faltar los vegetales de hoja verde, así como las proteínas y grasas de calidad.
  • Consumir gran cantidad de líquidos a través de agua, infusiones, caldos, sopas o guisos. Evita, en cambio, aquellos líquidos menos saludables como los refrescos o el alcohol
  • Si te encuentras mal y no tienes hambre, no comas y respeta el descanso digestivo que te pide tu cuerpo. No olvides que la naturaleza es sabia y que, al igual que hacen el resto de animales salvajes, a veces debemos dejar sencillamente de comer para permitir que nuestro cuerpo se recupere
  • Dependiendo de cuál sea tu situación, también podría ser interesante hacer dieta blanda durante unos días
  • Consulta tu dietista-nutricionista para una pauta más personalizada en caso de padecer una enfermedad crónica

Más allá de eso, existen tres micronutrientes clave para apoyar a nuestras defensas cuando estamos enfermos, así como para mantener con la máxima fortaleza nuestro sistema inmunológico y reducir muchísimo las posibilidades de contraer cualquier mal.

Los encontrarás tanto en productos de origen animal como en productos de origen vegetal, ¡así que no hay excusa para no comerlos y no hacer que formen parte de tu dieta de manera regular!