24 noviembre 2022

3 nutrientes claves para fortalecer nuestras defensas cuando estamos enfermos.






 Ya hace años que escuchamos eso de que el intestino es nuestro segundo cerebro. Pues bien, parece que, entre las muchas cosas que condiciona el equilibrio de nuestra microbiota intestinal, destaca la fortaleza de nuestro sistema inmunológico. Es decir, nuestra capacidad intrínseca de hacer frente a virus, infecciones y cualquier tipo de patógeno que pueda alterar nuestra salud o nuestro organismo.

De hecho, se estima que hasta el 70% de nuestro sistema inmune se genera en nuestro intestino. Lo que significa que, todo aquello que comemos, que digerimos y que absorbemos (y cómo lo hacemos) va a ser determinante a la hora de luchar contra agentes externos que intenten dañarlo de cualquier forma.

 

Hasta el 70% de nuestro sistema inmune se genera en nuestro intestino

 

Pero lo cierto es que, aunque llevemos un estilo de vida lo más natural y saludable posible, es normal que de vez en cuando nuestro cuerpo enferme. Y, cuando esto pasa, nuestro sistema de defensas se activa, generando una respuesta inflamatoria para atacar a los patógenos (en este caso, hablaríamos de un proceso inflamatorio “normal”, provocado por nuestro organismo como medio de auxilio. Pero no debemos confundirlo con la inflamación crónica de bajo grado, que acarrea muchos otros problemas de salud y que debemos evitar a toda costa).

¿Cómo ayudarlas a través de nuestra alimentación? Sin lugar a dudas, ¡con una buena despensa inmunitaria!

Qué comer y qué no comer cuando estamos enfermos

Evidentemente, no es lo mismo tener un resfriado que una gastroenteritis. Por eso, la dieta específica que podemos necesitar para tratar y contrarrestar los síntomas de cada dolencia será distinta una de otra. Aún así, existen algunas pautas básicas que sí podríamos considerar de aplicación general para la mayor parte de infecciones, virus y enfermedades.

Toma nota:

  • Reducir al máximo los productos ultra procesados y basar nuestra alimentación en productos frescos y de temporada. No pueden faltar los vegetales de hoja verde, así como las proteínas y grasas de calidad.
  • Consumir gran cantidad de líquidos a través de agua, infusiones, caldos, sopas o guisos. Evita, en cambio, aquellos líquidos menos saludables como los refrescos o el alcohol
  • Si te encuentras mal y no tienes hambre, no comas y respeta el descanso digestivo que te pide tu cuerpo. No olvides que la naturaleza es sabia y que, al igual que hacen el resto de animales salvajes, a veces debemos dejar sencillamente de comer para permitir que nuestro cuerpo se recupere
  • Dependiendo de cuál sea tu situación, también podría ser interesante hacer dieta blanda durante unos días
  • Consulta tu dietista-nutricionista para una pauta más personalizada en caso de padecer una enfermedad crónica

Más allá de eso, existen tres micronutrientes clave para apoyar a nuestras defensas cuando estamos enfermos, así como para mantener con la máxima fortaleza nuestro sistema inmunológico y reducir muchísimo las posibilidades de contraer cualquier mal.

Los encontrarás tanto en productos de origen animal como en productos de origen vegetal, ¡así que no hay excusa para no comerlos y no hacer que formen parte de tu dieta de manera regular!

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