Las indolaminas son un tipo de neurotransmisores que actúan en las sinapsis químicas. Estas sustancias endógenas median la comunicación entre las neuronas a lo largo de todo el sistema nervioso central y periférico. Son necesarias para impulsar y equilibrar las señales en el cerebro y para mantener su funcionamiento.
Dentro de los neurotransmisores, encontramos tres grandes grupos: las aminas, los aminoácidos y los neuropéptidos. Las indolaminas, los neurotransmisores que tratamos en el presente artículo, se ubican dentro del grupo de las aminas, como veremos a continuación.
¿Qué son las indolaminas?
Las indolaminas son un grupo de neurotransmisores en el sistema nervioso que se caracterizan por la unión de grupos indol con un grupo amina. El indol es un heterociclo bicíclico en el cual el anillo bencénico está fusionado con un anillo pirrólico. Estos y otros neurotransmisores son grupos químicos que facilitan la transferencia de señales a través de las terminaciones nerviosas.
El indol es una estructura fundamental para un gran número de alcaloides y compuestos químicos de interés terapéutico. El triptófano presenta en su estructura un núcleo indólico, lo que lo convierte en una molécula esencial para promover la liberación del neurotransmisor serotonina al igual que la melatonina (Sainsbury, 2001).
En la farmacología, podemos encontrar varios medicamentos derivados del indol, como la indometacina y el tenidap, los cuales son empleadas como antiinflamatorios. El tenidap se usa, especialmente, en el tratamiento de la artritis reumatoidea y la osteoartritis (Montes, 2009). Mientras que la indometacina extiende sus beneficios para el tratamiento de la bursitis, tendinitis y como analgésico (Kubota et al., 2008).
La variedad de estructuras y actividades fisiológicas en las que se presenta el indol es tal vez el motivo principal por la que la síntesis de sus derivados ha tenido gran interés a nivel químico y medicinal. En cuanto a su obtención, la síntesis de índoles de Fisher es uno de los métodos más ampliamente utilizados para la preparación de derivados indólicos (Robinson, B., 1963).
Tipos de indolaminas y funciones
El grupo de las indolaminas incluye dos tipos de neurotransmisores: la serotonina (5-HT o SA) y la melatonina. Vamos a conocer un poco sobre ellas y sus funciones más destacadas.
Serotonina
Está formada por la hidroxilación y descarboxilación del triptófano. Es secretada por los núcleos que se encuentran en el rafe medio del tronco encefálico y que se proyectan hacia muchas áreas del encéfalo. La serotonina actúa como inhibidor de las vías del dolor en la médula y se supone que sus efectos en zonas más altas del sistema nervioso ayudan a regular el estado afectivo (Portilla et al., 2006).
Una de las funciones que se la ha atribuido a esta indolamina es la regulación de los estados de ánimo. Cuando sus niveles son bajos predisponen a las personas a padecer trastornos del estado de ánimo y del control de impulsos. En cambio, los niveles altos pueden ayudar a promover interacciones sociales más constructivas al disminuir la agresión y aumentar el dominio (Young y Leyton, 2002).
La serotonina también desempeña varias funciones en el cuerpo humano, como influir en el aprendizaje, la memoria, la felicidad y la recompensa, así como en procesos fisiológicos como la regulación del sueño, el comportamiento, el apetito y la regulación de los movimientos intestinales (Bakshi y Tadi, 2021).
Otra función importante que se relaciona con esta indolamina es la coagulación. La serotonina es transportada por las plaquetas y liberada al activarse. Esto induce la constricción de los vasos sanguíneos lesionados y mejora la agregación plaquetaria para minimizar la pérdida de sangre (Duerschmied y Bode, 2009).
Melatonina
La melatonina es una hormona sintetizada en varios lugares del cuerpo, incluida la glándula pineal, la piel, los linfocitos y el tracto gastrointestinal. Su síntesis y secreción está controlada por condiciones de luz y oscuridad. La luz disminuye su producción y la oscuridad la aumenta (Singh y Jadhav, 2014).
Esta hormona se sintetiza a partir del aminoácido triptófano, que se convierte en serotonina, y este en melatonina, mediante la acción de las enzimas serotonina-acetil-transferasa y la hidroxiindol-Ometiltransferasa.
La función más conocida de esta indolamina es la promoción del sueño. La melatonina participa en la regulación de los ciclos de sueño y vigilia mediante sus interacciones con el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y la retina, promoviendo el sueño e inhibiendo las señales que promueven la vigilia.
La melatonina no solamente se ha asociado con los ciclos del sueño, también con la regulación de la reproducción estacional, el peso corporal y el balance energético (Barrenetxe et al., 2004). Además, se ha encontrado que influye sobre los ritmos neuroendocrinos y los ciclos de temperatura corporal. Incluso puede estar involucrada en el desarrollo fetal temprano, con efectos directos sobre la placenta, el desarrollo glial y neuronal (Tordjman et al., 2017).
La relación entre las indolaminas y el bienestar
La serotonina y la melatonina no son indolaminas de menor importancia, al contrario, su secreción está directamente relacionada con nuestro bienestar:
- Nos ayudan a regular los estados de ánimo.
- Inducen el sueño. Sabemos que no dormir tiene consecuencias negativas para nuestra vida.
- Regulan nuestros ciclos de sueño y vigilia.
- Intervienen en la regulación de nuestro comportamiento y el apetito.
- Son un componente esencial para nuestra felicidad.
Para concluir, el buen funcionamiento de las indolaminas y su equilibrio químico nos ayuda a tener una vida saludable. En gran medida, gracias a ellas podemos experimentar sensaciones agradables y regular nuestro estado de ánimo. Si realmente queremos ser felices, las indolaminas no pueden faltar en la ecuación.
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