09 julio 2021

6 recetas con fruta para disfrutar de un verano fresco y ligero

 



Para los meses más calurosos del año, os dejamos con una serie de recetas frescas y ligeras elaboradas a partir de las frutas de temporada. La sandía, el melón, el plátano o el melocotón son tan solo algunos de los alimentos que puedes incluir para disfrutar de deliciosos desayunos y meriendas. ¿Quieres saber cómo hacerlo?



Ya está aquí el verano y con él llegan las ganas de probar esas recetas frescas y ligeras que nos ayudan a sobrellevar las altas temperaturas y la fatiga estival. Por suerte, julio, agosto y septiembre ofrecen una gran variedad de frutas de temporada llenas de sabor que harán de nuestros platos auténticas delicias.

La sandía y el melón son las frutas tradicionalmente asociadas a los meses de estío. Su sabor dulce y fresco enamora a cualquiera. ¡Pero hay muchas más! Estas son algunas de las frutas de temporada con las que podemos realizar múltiples recetas, desde desayunos hasta postres o snacks y meriendas.

  • Aguacate
  • Albaricoque
  • Melocotón
  • Breva
  • Cereza
  • Ciruela
  • Frambuesa
  • Melón
  • Sandía
  • Plátano
  • Nectarina

Si algo nos encanta de todas estas frutas es que nos ayudan a comer más ligero y consumir alimentos que hidratan y refrescan en medio de los meses más calurosos del año. De hecho, por lo general, estos alimentos son muy jugosos y coloridos, perfectos para utilizarlos en recetas o combinarlos entre ellas.

En realidad, se trata de hacer platos muy sencillos, ricos en vitaminas y nutrientes esenciales. Tan solo necesitarás elegir la fruta que más te guste, añadir varias e ir probando, ¡son super versátiles en la cocina!

Tomar frutas y verduras contribuye a llevar una dieta equilibrada. Las frutas, en concreto, favorecen la digestión, aportan pocas calorías, optimizan el metabolismo y son fuentes de agua. Por todo esto, queremos dejarte con una selección de 6 recetas con frutas para que descubras cómo crear los mejores platos, disfrutando del sabor y los nutrientes de unas frutas que, a día de hoy, ya están en boca de todos. Apunta y ¡a probar!

Este verano, usa las plantas para cuidar tu piel.



Este verano, usa las plantas para cuidar tu piel

Aunque la forma más habitual de proteger nuestra piel de los rayos ultravioletas del sol es el uso de lociones o cremas, las plantas también tienen una gran capacidad y potencial para hacerlo, ya que pueden presentar propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, emolientes, inhibidoras de melanina, antimutagénicas o antienvejecimiento.


A largo plazo, nuestra piel envejece y una sobreexposición a los rayos ultravioletas repercute negativamente en un bronceado retardado, un engrosamiento de la epidermis y una menor síntesis de la vitamina D (imprescindible para muchos procesos fisiológicos de nuestro cuerpo), afectando a nuestra inmunidad y favoreciendo el cáncer de piel.

Hay muchas formas diferentes de proteger nuestra piel, siendo la más habitual el uso de lociones o cremas. Pero la presencia de agentes nocivos en algunos productos de prevención solar puede boicotear el objetivo inicial de cuidar de nuestra piel y de nuestra salud. Hay que vigilar y evitar ingredientes como el Ethylhexyl methoxycinnamate, el Octilmetoxicinamato, el 4-metilbencilideno alcanfor, el Homosalato, el Ethylhexyl salicylate o  el Palmitato de retinol, entre otros, declarados como agentes tóxicos.

 

Hay dos tipos generales de protectores solares, los químicos y los físicos

 

Los químicos absorben los rayos ultravioletas, mientras que los protectores solares físicos reflejan los rayos dañinos lejos de la piel, como si de una armadura temporal se tratase.

El auge por lo natural

Por defecto, los bloqueadores solares naturales de la piel son las proteínas, los lípidos absorbentes o las grasas, entre otros. Actualmente, existe un mayor auge en el uso de ingredientes naturales en diferentes productos para el cuidado de la piel.

 

Las plantas tienen una gran capacidad y potencial para protegernos contra la radiación ultravioleta del sol

 

El motivo por el cual las plantas pueden protegernos de la radiación ultravioleta del sol es que producen su propia crema solar y este mecanismo también es aplicable en  los humanos. Resulta que la alta concentración de péptidos (pequeñas moléculas formadas por la unión de aminoácidos) vegetales de las plantas protegería los enlaces peptídicos de las proteínas de la piel (fundamentales para la regeneración y la producción de colágeno). Sin embargo, algunos estudios apuntan que usar solo un componente natural no es suficiente para proteger la piel, por lo que es importante abordar su cuidado a través de la combinación de diferentes remedios.

Los principales factores destructores de la piel son las moléculas oxigenadas que se denominan "radicales libres". Si se quiere estimular la piel para que se repare y se desarrolle naturalmente, es necesario utilizar un arsenal de ingredientes potentes. Cuando hablamos del “poder antioxidante” de un alimento, nos referimos tanto a su capacidad para defender al organismo humano de la acción de los radicales libres como para prevenir trastornos degenerativos derivados del estrés oxidativo persistente.

Por ejemplo, el alto nivel de escualeno del aceite de oliva en algunos productos protege los lípidos sensibles de la piel. La alantoína, un extracto de la planta de la Consuelda, es un nucleótido que se encuentra naturalmente en el cuerpo y que absorbe el espectro de radiación ultravioleta que daña el frágil ADN de la célula y tiene importantes propiedades curativas, calmantes y antiirritantes. 

Los vegetales cuidan de tu salud y protegen tu piel

Los vegetales cuidan de tu salud y protegen tu piel

Las plantas pueden presentar propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, emolientes, inhibidoras de melanina, antimutagénicas o antienvejecimiento, entre otras. Por ejemplo, la berenjena contiene un derivado de la antocianidina delfinidina llamado nasunina que interfiere contra una fuente importante de oxidantes en el cuerpo que es el hidroxilo, un peligroso sistema generador de radicales.

Los mismos pigmentos que hacen que los arándanos sean azules y las frambuesas rojas protegen esas bayas del daño oxidativo. Vegetales como el olivo tienen su propia estructura de protección contra el daño oxidativo del sol y estos “protectores incorporados” también pueden funcionar como protectores celulares en nuestro propio cuerpo. 

Estudios llevados a cabo con la semilla de uva concluyen que, al ser rica en proantocianidina, tiene un gran efecto antioxidante y captador de radicales libres que permite una protección de la capa grasa de la piel en reacciones provocadas por la luz ultravioleta. Es decir, la proantocianidina de la uva tiene capacidad para reciclar la forma inactivada de la vitamina E en nuestra piel.

Pero tanto en la uva y derivados, en arándanos y licuados, como en los cacahuetes también encontramos un compuesto denominado reveratrol que actúa como un antioxidante y un antimutágeno (reduce o neutraliza la tasa de mutaciones espontáneas en la piel). La aplicación tópica con resveratrol reduce la incidencia de tumores inducidos por la radiación ultravioleta.

La quercetina es un fitonutriente presente en muchas plantas, verduras y frutas. Es una molécula que los seres humanos no somos capaces de producir pero que podemos encontrar en alimentos de nuestra dieta diaria como la cebolla, la manzana, los cítricos, el tomate, la uva o la col rizada. Tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes y modula nuestras defensas, también ejerce factores de protección solar tópica y brinda protección en el rango de los rayos UVA y UVB.

La apigenina es una saludable molécula natural muy eficaz en la prevención del cáncer de piel inducido por los rayos ultravioletas y que está presente en la caléndula, en la Artemisia inculta y en el comino. Otros alimentos como la zanahoria, la agrimoniaárnicaequinácea púrpura y eufrasia también contienen apigenina y luteolina (un potente antioxidante).  

La silimarina es un compuesto flavonoide que se encuentra en las semillas del cardo mariano y su uso en la piel tiene un efecto antitumoral notable. Esta planta previene la inmunosupresión inducida por UVB y el estrés oxidativo de la piel.

La opción de los aceites naturales

La opción de los aceites naturales

El aceite de germen de trigo es particularmente rico en vitamina E (eliminadora de radicales libres y emoliente) y es un gran antioxidante en formulaciones antienvejecimiento tópicas, nutriendo y evitando la pérdida de humedad de la piel. El aceite virgen extra de avellanael de girasol y el de sésamo aplicados tópicamente pueden también reducir la aspereza de la piel, la longitud de las líneas faciales y la profundidad de las arrugas.

 

La vitamina C (ácido L-ascórbico) es el antioxidante de fase acuosa intracelular y extracelular más importante del cuerpo 

Encontramos la vitamina C de forma activa y en cantidades sustanciales en el extracto o aceite de semilla de rosa mosqueta.  La vitamina C es muy beneficiosa para la piel por sus propiedades antiinflamatorias, de síntesis de colágeno y de fotoprotección, evitando la aparición de arrugas.

Comer grandes cantidades de aceite de pescado parece proporcionar un efecto protector solar y puede reducir la respuesta inflamatoria inducida por los rayos ultravioleta, al disminuir los niveles de prostaglandina E2 (un mediador en la cascada del ácido araquidónico para la inflamación).

El aceite extraído de los frutos y la pulpa de espino amarillo se ha utilizado durante mucho tiempo en el cuidado de la piel en Turquía, China y Rusia y presenta posibilidades interesantes para formulaciones antienvejecimiento. 

El té (Camellia sinensis) se usa comúnmente como remedio casero para las quemaduras solares. Dado que la inflamación y el estrés oxidativo parecen desempeñar un papel importante en el proceso de envejecimiento, el té verde puede tener efectos antienvejecimiento al disminuir la inflamación y eliminar los radicales libres. Por otro lado, el té verde tópico, aplicado a la piel humana, proporciona un efecto fotoprotector, reduce el número de células quemadas por el sol, protege las células epidérmicas de Langerhans del daño de los rayos ultravioletas y reduce el daño del ADN que se formó después de la radiación. 

El Aloe vera o Aloe barbadensis ha sido un remedio científicamente probado para todas las formas de quemaduras, ya sean por radiación térmica o solar. También se ha demostrado que tiene un efecto profiláctico si se usa antes, durante y después de la exposición solar. El extracto de nuez, que se elabora a partir de las cáscaras verdes frescas de la nuez inglesa Juglans regia, es particularmente eficaz en su forma de extracto acuoso como agente protector solar autobronceador. 

Aceites solare con protectores solares naturales

Algunos aceites vegetales contienen protectores solares naturales. Por ejemplo, el aceite de sésamo resiste el 30% de los rayos ultravioletas, mientras que los aceites de coco, maní, oliva y semilla de algodón bloquean aproximadamente el 20%. Aunque el aceite mineral no resiste los rayos ultravioletas, ayuda a proteger la piel al disolver el sebo secretado por las glándulas sebáceas, ayudando a la evaporación de la piel.

  • El aceite de borraja ( Borago officinalis ) estimula la actividad de las células de la piel y favorece su regeneración ya que contiene altos niveles de ácido gamma-linoleico (GLA).  La borraja penetra fácilmente en la piel, especialmente la seca, deshidratada, madura o envejecida prematuramente, y es muy útil para tratar distintos trastornos como las alergias, la dermatitis, la inflamación o la irritación.
  • El aceite de onagra alivia los problemas de la piel y la inflamación, por lo que es una buena opción para personas con eccema, psoriasis o cualquier tipo de dermatitis. Este aceite mejora la piel seca y el envejecimiento prematuro de la piel. El aceite de aguacate es rico en vitamina E, β-caroteno, vitamina D, proteínas, lecitina y ácidos grasos y ofrece considerables beneficios cuando se agrega a las preparaciones, sobre todo para calmar y proteger la piel.  
  • Sin olvidar el aceite de árbol de té, un antiguo remedio aborigen, con funciones  antisépticas, fungicidas y germicidas, componente fundamental de muchas formulaciones de protectores solares que alivia las quemaduras solares al aumentar el flujo sanguíneo en los capilares y llevar nutrientes a la piel dañada.

 

Pedro Rodríguez Picazo, enfermero especialista en Clínica Integrativa,