19 mayo 2018

Todo se puede curar

                   Todo de puede curar


Todo Se Puede Curar

por Sir Nkinin Broírikut

Anotación
La sociedad actual suele considerar al proceso de la sanación como algo extraordinario y misterioso, accesible solo a los chamanes y a quienes poseen "dones" especiales o contacto directo con Dios, cuando en realidad todos tenemos esos dones y todos somos sanadores.
Todo se puede curar nos presenta a la curación o sanación como una técnica de la conciencia, como un conjunto de herramientas accesibles a cualquiera que desee aprender el proceso. La presente es una obra técnica, un manual sobre el funcionamiento y el proceso de sanación, que incluye los principios y los conceptos que constituyen el sistema Cuerpo-Espejo. Su lectura y su estudio te ayudarán a conocerte mejor y te enseñara como curarte a ti mismo y a los demás 3 

Prefacio
Antes de 1975, yo no creía en ninguna de las ideas presentadas en este libro. No fue sino hasta que se me diagnosticó un tumor en la columna ya en proceso terminal —por lo que me pronosticaron tan sólo uno o dos meses de vida—, cuando me sentí estimulado a investigar acerca de la relación existente entre la consciencia y el cuerpo, a fin de encontrar una cura para mi enfermedad.
Decidí trabajar conmigo mismo utilizando técnicas de relajación, visualización, pensamiento positivo, meditación y afirmaciones, que había aprendido en un programa conocido como el Método Silva. Motivado por la necesidad de curarme, me adentré también en las religiones orientales y en las filosofías esotéricas, así como en la psicología occidental. Busqué en todas las áreas que me pudieran proporcionar alguna información que pudiera ser útil para salvarme la vida.
Tras dos meses de trabajar conmigo mismo, obtuve la recompensa al oír a los médicos decirme que «debían haber cometido algún error», pues el tumor ya no existía, ni tampoco ninguno de los síntomas. Cuando concluyó mi curación, comencé a enseñar a otras personas los instrumentos de auto— curación que yo había empleado y a compartir con ellas los descubrimientos realizados durante mi proceso curativo.
Algunas de esas personas me pidieron que las curara. Al principio me resistí, pensando que todos tenemos el poder y la capacidad de curarnos a nosotros mismos. Sin embargo, a algunas de esas personas les resultó difícil aceptar tales ideas o bien no supieron cómo desarrollar la claridad y la objetividad necesarias para llevar a cabo su proceso de curación.
El hecho es que creían más en mi capacidad de curarlos que en su propia capacidad para curarse a sí mismos. 
A pesar de mi insistencia en que podían hacerlo ellos solos, seguían pensando que era yo quien debía sanarlos.
Si me negaba a atenderlos se quedaban sin curarse, lo cual me hacía sentirme muy mal. Pensé que, como autor de la obra, debía buscar un final feliz: esas personas deberían estar curadas cuando se despidieran de mí. Así fue como finalmente decidí participar en su proceso, convirtiéndome de este modo en sanador.
A medida que trabajaba con más personas, fui viendo cada vez con más claridad la relación existente entre lo que sucedía en su cuerpo y lo que sucedía en su consciencia. Gradualmente comencé a desarrollar un modelo que parecía incluir todas las ideas que había estudiado y que reflejaba también mis experiencias, así como lo visto en las curaciones realizadas. El resultado fue un sistema de curación que decidí llamar Sistema Cuerpo-Espejo, y que presenta la idea de que el cuerpo de la persona es un espejo de su vida.
Las partes del cuerpo que no funcionan debidamente reflejan los aspectos de la vida de la persona que tampoco funcionan de un modo adecuado; es decir, aquellos aspectos de su vida que generan estrés y tensión en su consciencia.
El estrés presente en la consciencia de la persona, relacionado con algún aspecto particular de su vida, se acumula en forma de tensión a nivel físico, en una determinada zona del cuerpo. Así pues, podemos considerar al cuerpo como un mapa de la consciencia del individuo. El proceso curativo comprende la liberación de las tensiones, no sólo del cuerpo, sino también de la consciencia, y la vuelta al estado natural de equilibrio.
La curación ha sido siempre vista de una manera errónea, con recelo y temor. La sociedad la ha considerado como algo extraordinario y misterioso, accesible sólo a los chamanes, a los hombres de ciencia y a aquellos que tienen «dones» especiales, contacto directo con Dios o alguna otra circunstancia extraordinaria no accesible a la gente común, cuando de hecho, todos poseemos esos dones y todos somos sanadores.
El propósito de este libro es presentar la curación como una tecnología de la consciencia; es decir, un conjunto de instrumentos accesibles a cualquier persona que desee aprender el proceso.
Este es un manual técnico del proceso curativo, que combina conceptos procedentes de las tradiciones orientales con los de la psicología occidental. Los lectores familiarizados con las filosofías esotéricas encontrarán aquí el esclarecimiento de muchos conceptos relacionados con esas disciplinas, mientras que aquellas personas que no poseen ningún antecedente en tales áreas, hallarán las ideas y las técnicas presentadas de una manera tan sencilla que podrán comprenderlas y aplicarlas con toda facilidad.
Este libro contiene las ideas, los principios y las filosofías que integran el Sistema Cuerpo-Espejo de Curación y Autoconocimiento. Mi deseo es que te sea de utilidad para conocerte a ti mismo y para saber cómo curarte a ti y a los demás. No hay ninguna enfermedad de la cual alguien, en alguna parte, no haya sido curado. Lo que una persona puede hacer, cualquier persona lo puede hacer.
Introducción
Todo comienza en tu consciencia Todo lo que sucede en tu vida y todo aquello que sucede en tu cuerpo comienza con algo que ocurre en tu propia consciencia.
Cuando en tu vida se presentan ciertas situaciones, tú eliges responder a ellas de una manera en particular. Tú tomas las decisiones, tú decides qué sentir, qué pensar, qué hacer. O puedes no decidir. Eso también es una decisión.
Este proceso no comienza a una determinada edad. Siempre ha existido. Es intemporal. Como consciencia que eres, has estado llevando a cabo tal proceso desde que naciste en tu cuerpo humano, durante tu primera infancia, tu niñez y tu adolescencia, y lo seguirás haciendo en tu vida adulta, y aun después de que abandones tu vehículo biológico humano.
Cuando respondes a las distintas situaciones de manera óptima, permaneces en equilibrio y el proceso continúa. 
Cuando reaccionas de tal forma que el resultado es tensión o síntomas físicos, algo no se ha hecho bien o no ha funcionado correctamente. Algo está en desequilibrio.
El estado natural de la consciencia es el equilibrio. La salud es la vuelta al estado de equilibrio y a la integridad física. En nuestra sociedad se nos ha enseñado a pensar que las causas de las enfermedades o de los problemas físicos provienen del exterior. Si bien, en el plano físico, esto es cierto, también es verdad que ello sucede sólo cuando las circunstancias de tu consciencia lo permiten.
Si continúas con la tendencia de buscar remedios y soluciones externas, seguirás sin ver las situaciones de tu vida y las tensiones de tu consciencia con las que están relacionados —y que de hecho han creado— los síntomas físicos. En consecuencia, te verás como una víctima de las circunstancias y serás incapaz de liberar las tensiones de tu consciencia que se interponen entre ti, la salud y la felicidad que buscas.
Si eliges hacer algo para aliviar los síntomas de una manera distinta a los enfoques modernos tradicionales, puedes hacerlo reorientándote hacia la percepción de que todo comienza en tu propia consciencia. De esa forma estarás asumiendo la responsabilidad de todo lo que ocurre en tu cuerpo, en tu vida y también de aquello que eliges plasmar o te permites aceptar en tu consciencia.
Puedes recordarte hasta qué punto creas tu realidad. Puedes recordar también tus ilimitadas capacidades naturales y los instrumentos internos que siempre has tenido a tu disposición para curarte y la manera de utilizarlos. Y también que puedes responder a tu entorno de una manera distinta, una manera que te funcione mejor.
El propósito de este libro es recordarte las conexiones que existen entre tu consciencia y tu cuerpo. Es también un manual de usuario del equipo que has tenido desde que llegaste a este mundo y de los instrumentos que siempre han estado a tu disposición, y a la de todos nosotros. 

Todos somos sanadores, y en alguna parte profunda de nuestro interior sabemos que todo se puede curar.
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Resumen Los cuatros acuerdos

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PRIMER ACUERDO “SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS” “Si eres impecable con tus palabras solo podrás engendrar belleza, amor y el Cielo en la Tierra”. • Las palabras nos dan poder para crear. • Evangelio según San Juan: “En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. • Las palabras son Intención en acción y pueden crear o destruir todo lo que te rodea. • La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones. En ese terreno esas semillas crecen y producen consecuencias propias a su naturaleza. El miedo es también una semilla que abunda en ese terreno. • Prepara el terreno de tu mente para que solo puedan crecer aquellas semillas que te hagan bien. • Con las palabras podemos hechizarnos a nosotros mismos y a otros y producir con ello consecuencias muy graves. • Impecabilidad significa sin pecado y pecado es hacer algo en contra de uno mismo. • Al ser impecables asumimos la responsabilidad de nuestros actos sin culparnos ni juzgarnos. • Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas en contra de uno mismo, es utilizar nuestra energía en la dirección de la verdad y del amor por uno mismo, sabiendo que el otro también soy yo. • Al ser impecables con nuestras palabras podremos ser libres, felices y trascender el nivel de existencia del Infierno. Podremos vivir en el Cielo en medio de miles de personas que viven en el Infierno porque seremos inmunes a ese Infierno.

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SEGUNDO ACUERDO “NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE” • La importancia personal, esto es, tomarse todo personalmente, es la expresión máxima del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor. • Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente. • Lo que cada persona hace y dice responde a los acuerdos que ha establecido en su propia mente, los que ha establecido conforme a su domesticación. • Si le decimos a otro: -Eres un tonto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo estamos diciendo basándonos en nuestras creencias, conceptos y opiniones. • Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su magia negra y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión. • Si evitamos tomarnos personalmente las opiniones ajenas nos hacemos inmunes a ese veneno. • Al tomarnos personalmente las cosas, sentimos que nos agreden y reaccionamos para defendernos generando conflictos. Sentimos la necesidad de tener razón. • Digámonos: “lo que pienses de mi no es importante para mí y no me lo tomo personalmente”. • Si nos enfadamos con otros en realidad nos estamos enfadando con nosotros mismos ya que el enojo obedece a una reacción que proviene de nuestro propio sistema de creencias. • Nos enfadamos porque tenemos miedo, porque nos enfrentamos a nuestro miedo. • Si no tenemos miedo, si amamos, no hay lugar para el enfado. • Amamos todo lo que nos rodea cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando logramos superar el miedo y en consecuencia el enfado. • Para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario confiar en uno mismo. • Al no tomar nada personalmente podemos empezar a romper muchos pequeños acuerdos internos que nos hacen sufrir. • Si elegimos seguir nuestro corazón sin tomarnos nada personalmente, aunque estemos en medio del Infierno, experimentaremos felicidad y paz interior, permaneceremos en un estado de dicha.
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TERCER ACUERDO “NO HAGAS SUPOSICIONES” • Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, nos lo tomamos personalmente y creemos que esas suposiciones son ciertas. • Todo nuestro sueño del Infierno se basa en suposiciones • A partir de nuestras suposiciones empezamos a hacer comentarios a otros, a chismorrear. De esa manera nos mandamos veneno de unos a otros. • Hacemos suposiciones que no son ciertas y luego las defendemos y queremos tener razón. • Vemos y oímos lo que queremos y no percibimos las cosas tal como son. Si no entendemos algo hacemos suposiciones sobre suposiciones. • Si alguien nos sonríe suponemos: “realmente le gusto”, sin clarificar lo que la otra persona siente. • Suponemos que los demás saben lo que pensamos y por lo cual no es necesario que expresemos lo que queremos. • Necesitamos justificarlo todo para sentirnos seguro y al no saber algo lo suponemos porque no tenemos el valor de preguntar. • Hacemos esto porque realizamos acuerdos internos para actuar de esa manera. Acordamos que hacer preguntas es peligroso y que aquellos que queremos tienen que saber lo que queremos y como nos sentimos. • Creemos que al amar a alguien lo vamos a poder cambiar a nuestro gusto y nos mentimos a nosotros mismos. • Para evitar las suposiciones debemos preguntar, estar seguros de que las cosas nos quedan claras. • Con una comunicación clara las relaciones mejoran. • Si somos claros, nuestras palabras se tornan impecables. • Es necesario actuar para que las cosas cambien, la acción fortalece la voluntad, nutre la nueva semilla y establece una base sólida para que el nuevo hábito se desarrolle. • Cuando transformamos nuestro sueño, la magia aparece en nuestra vida, lo que necesitamos llega con facilidad porque sabemos lo que queremos y somos.


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  CUARTO ACUERDO “HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO” Este acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábito. • Lo máximo que podamos hacer cambia de un momento a otro según nuestro estado. • Independientemente de ello se trata de hacer siempre el máximo esfuerzo. • Si nos sobreexigimos, nos agotaremos y si hacemos menos de lo que podemos nos sometemos a nuestros juicios, culpas y reproches por no haber hecho más. • Al hacer siempre el máximo esfuerzo desaparecerán los reproches que nos hacemos a nosotros mismos, romperemos ese hechizo. • Es la acción lo que nos hará sentir felices. • Hacer el máximo esfuerzo implica actuar por amor, no por recompensa. • La mayoría de la gente actúa por la recompensa que espera recibir, por eso no hacen el máximo esfuerzo. • Si nos gusta lo que hacemos, si siempre hacemos el máximo esfuerzo, disfrutamos de lo que hacemos y nos sentimos felices por ello. • Al hacer el máximo esfuerzo disfrutamos lo que hacemos. Hacemos el máximo esfuerzo porque nos gusta hacerlo, no lo hacemos por complacer a nuestro Juez interno ni a los demás. • Si emprendemos una acción por obligación, no haremos el máximo esfuerzo. • La acción es vivir con plenitud, la inacción es una forma de negar la vida. • Expresar lo que somos es emprender la acción. • Una idea si no se lleva a cabo no producirá ninguna manifestación, ni resultados, ni recompensas. • Emprender la acción es estar vivo, es arriesgarse a salir y expresar nuestro Sueño. • Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, deja que se vaya, cuanto te entregas y dejas ir el pasado te permites estar vivo en el presente, podrás disfrutar del sueño que sucede ahora mismo. • Si vives en un sueño del pasado, jamás podrás disfrutar el sueño del presente y vivirás a medias con autocompasión, sufrimiento y lágrimas. • Tienes derecho a ser tu mismo y solo puedes serlo cuando haces tu máximo esfuerzo, cuando no lo haces te niegas ese derecho. • Los tres primeros acuerdos funcionan si hacemos el máximo esfuerzo. • No esperes ser siempre impecable con tus palabras, solo haz tu máximo esfuerzo por cumplirlo • No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente, solo haz tu máximo esfuerzo. • No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, solo haz tu máximo esfuerzo. • Si haces el máximo esfuerzo siempre, serán menos frecuentes los desaciertos.
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Oración para el amor Vamos a compartir un bello sueño juntos: un sueño que querrás tener siempre. En este sueño te encuentras en un precioso día cálido y soleado. Oyes los pájaros, el viento y un pequeño río. Te diriges hacia él; en su orilla hay un anciano que medita y ves que, de su cabeza, emana una luz maravillosa de distintos colores. Intentas no molestarle, pero él percibe tu presencia y abre los ojos, que rebosan amor. Sonríe ampliamente. Le preguntas qué hace para irradiar esa maravillosa luz, y si puede enseñarte a hacerlo. Te contesta que hace muchos, muchos años, él le hizo esa misma pregunta a su maestro. El anciano empieza a explicarte su historia: «Mi maestro se abrió el pecho, extrajo su corazón, y de él, tomó una preciosa llama. Después, abrió mi pecho, sacó mí corazón y depositó esa pequeña llama en su interior. Colocó mi corazón de nuevo en mi pecho, y tan pronto como el corazón estuvo dentro de mí, sentí un intenso amor, porque la llama que puso en él era su propio amor. »Esta llama creció en mi corazón y se convirtió en un gran fuego que no quema, sino que purifica todo lo que toca. Este fuego tocó todas las células de mi cuerpo y ellas me entregaron su amor. Me volví uno con mi cuerpo y mi amor creció todavía más. El fuego tocó todas las emociones de mí mente, que se transformaron en un amor fuerte e intenso. Y me amé a mí mismo de una forma absoluta e incondicional. »Pero el fuego continuó ardiendo y sentí la necesidad de compartir mi amor. Decidí poner un poco de él en cada árbol, y los árboles me amaron y me hice uno con ellos, pero mí amor no se detuvo, creció todavía más. Puse un poco de él en cada flor, en la hierba y en la Tierra, y ellas me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor continuó creciendo más y más para amar a todos los anímales del mundo. Ellos respondieron a él, me amaron y nos hicimos uno. Pero mi amor continuó creciendo más y más. »Puse un poco de mi amor en cada cristal, en cada piedra, en el polvo y en los metales, y me amaron y me hice uno con la Tierra. Y entonces decidí poner mi amor en el agua, en los océanos, en los ríos, en la lluvia y en la nieve, y me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor siguió creciendo todavía más y más. Y decidí entregar mi amor al aire, al viento. Sentí una fuerte comunión con la Tierra, con el viento, con los océanos, con la naturaleza, y mi amor creció más y más. »Volví la cabeza al Cielo, al sol y a las estrellas y puse un poco de mi amor en cada estrella, en la luna y en el sol, y me amaron. Y me hice uno con la luna, el sol y las estrellas, y mi amor continuó creciendo más y más. Y puse un poco de mi amor en cada ser humano y me volví uno con toda la humanidad. Dondequiera que voy, con quienquiera que me encuentre, me veo en sus ojos, porque soy parte de todo, porque amo». Y entonces el anciano abre su propio pecho, extrae su corazón con la preciosa llama dentro y la coloca en tu corazón. Y ahora esa llama crece en tu interior. Ahora eres uno con el viento, con el agua, con las estrellas, con toda la naturaleza, con los animales y con todos los seres humanos. Sientes el calor y la luz que emana de la llama de tu corazón. De tu cabeza sale una preciosa luz de colores que brilla. Estás radiante con el resplandor del amor y rezas: Gracias, Creador del Universo, por el regalo de la vida que me has dado. Gracias por proporcionarme todo lo que verdaderamente he necesitado. Gracias por la oportunidad de sentir este precioso cuerpo y esta maravillosa mente. Gracias por vivir en mi interior con todo tu amor, con tu espíritu puro e infinito, con tu luz cálida y radiante. Gracias por utilizar mis palabras, mis ojos y mi corazón para compartir tu amor dondequiera que voy. Te amo tal como eres, y por ser tu creación, me amo a mí mismo tal como soy. Ayúdame a conservar el amor y la paz en mi corazón y a hacer de ese amor una nueva forma de vida, y haz que pueda vivir amando el resto de mi existencia. Amén.



Dr Ruiz

18 mayo 2018

Alimentos que dan energía para despertarte


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Imagina que debes presentar un proyecto importante el día de mañana y no tienes avances, además tu único tiempo libre es por la noche y estás increíblemente cansada(o). Te sorprenderá saber que existen alimentos que dan energía y que antes de que pienses en tomarte una taza enorme de café o un refresco con azúcar, es mejor que consultes esto.
Por sorprendente que parezca el café y los refrescos, no son una opción saludable para tener energía más tiempo. Por ello te compartimos una lista de alimentos saludables que te mantienen despierto(a) y los beneficios extra que pueden aportarte, ademas recuerda que siempre puedes darle tu toque único para que tengan el sabor que más te agrade.

Alimentos que dan energía para despertarte

Recuerda que los malos hábitos contribuyen al Síndrome de Fatiga, con este término nos referimos a esos momentos donde por más que duermes o descansas te sientes pesado y sin ganas de levantarte. Este síndrome puede ser provocado entre otras cosas por cuestiones de estrés o factores ambientales.
Es importante que identifiques si este cansancio se presenta de forma continua a pesar de los espacios que puedas destinar al descanso y más aún si se acompaña de dolores en la cabeza o en las extremidades del cuerpo y lo consultes con tu médico para que pueda orientarte.
El primero de nuestros alimentos que dan energía es:
  1. Avena: gracias a la gran cantidad de aminoácidos que contiene, estimula la producción de lecticina en el hígado, favoreciendo a la depuración completa de las toxinas del organismo. Consumirla ayuda a limpiar las paredes de las arterias evitando los depósitos de grasa que se van acumulando y que generan problemas cardiacos o de colesterol. Además es una de las mejores fuentes de energía que existen y por ello se sugiere su consumo diario y al inicio del día. Es importante que cuides que la avena sea de preferencia orgánica y que no sea procesada, ya que la mayoría de las avenas comerciales, están hechas con grandes cantidades de azúcar y soya.
  2. Plátano: El plátano (o banano) es uno de los mejores alimentos que dan energía ya que es muy bueno para reducir la presión arterial por su bajo contenido de sodio y es muy rico en potasio. El consumo regular de esta fruta puede reducir los riesgos de tener un accidente cardiovascular. Además de aportar una cantidad significativa de hierro lo que ayuda a contrarrestar la anemia.
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  3. Almendras: Las almendras y en general todos los frutos secos son alimentos de gran utilidad para nuestro organismo, los cuales otorgan muy buenas cantidades de fibra, abundantes proteínas, minerales, vitaminas B y E, y además grasas saludables.
  4. Agua: Una de las razones por las que puedes sentir cansancio, quizá se deba a que los niveles de agua en tu cuerpo no son proporcionales al desgaste que generas, es decir ¡no tomas agua! y aunque no se trata exactamente de uno de los alimentos que dan energía, es uno de los líquidos vitales para mantener tu cuerpo activo. Recuerda que debes consumir un mínimo de 2 litros diarios que inclusive pueden ayudarte a eliminar lo que tu cuerpo ya no necesita.
  5. Vinagre de manzana: El vinagre de manzana es un líquido natural lleno de beneficios y de propiedades, que consumido de forma regular y en las cantidades indicadas es muy útil a la hora de prevenir determinadas enfermedades y problemas de salud. Además desintoxica el colon, promueve el balance del sistema linfático y disminuye la presión arterial.
  6. Semillas de chía: Son una excelente fuente de fibra y antioxidantes, calcio, proteínas y ácidos grasos omega 3. Reducen los antojos y nos hacen sentirnos llenos más rápido, debido a que absorben 10 veces su peso en agua, formando un gel que produce la sensación de saciedad. Mira también Chía ¡el super alimento!
Mantenerte despierta(o) ya no será sólo tarea del café, incluye estos alimentos que dan energía en tu plan alimenticio y ya no tendrás problemas para hacer tus actividades diarias.

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¿Qué son los antioxidantes?




Puede que ya incluyas alimentos ricos en antioxidantes en tu dieta como arándanos, moras, verduras de hoja verde y más, pero ¿sabes realmente para qué te sirven los antioxidantes?. Para brindarte un mejor conocimiento de cómo estos luchadores en contra de las enfermedades ayudan a mantenerte saludable, comenzaremos con una discusión sobre radicales libres y estrés oxidativo.

¿Qué son los radicales libres?

Los radicales libres son moléculas inestables producidas de manera naturalen nuestras células, son el resultado de reacciones químicas causadas por la exposición a toxinas. Los radicales libres se forman cuando los alimentos que consumimos se convierten en energía, cuando hacemos ejercicio, cuando nos exponemos a la luz del sol, humo de los cigarrillos, radiación o contaminación.
Los electrones usualmente vienen en pares. Los radicales libres contienen electrones sin pares, es por ello que son tan inestables; entonces intentarán robarse electrones de otras moléculas. Al hacerlo, pueden causar daño significativo a la células del cuerpo y causar reacciones en cadena de estrés oxidativo y daño oxidativo.
Una vez que se crea un radical libre, crea un efecto dominó, creando muchos más radicales libres como resultado.

Los efectos del daño oxidativo

La formación de radicales libres es normal. Las plantas, los animales y los humanos los producimos todo el tiempo. Nuestros cuerpos tienen defensas en contra de estos radicales libres, pero cuando estas defensas no son suficientes porque la cantidad es demasiada, entonces pueden causar daño y muerte celular.
El daño oxidativo ha sido asociado con diversas enfermedades, incluyendo enfermedades cardiovasculares, Alzheimer y cáncer. Entonces ¿cómo puedes ayudar a tu cuerpo a prevenir estos terribles efectos causados por los radicales libres y el estrés oxidativo? El secreto está en los antioxidantes.

¿Qué quiere decir antioxidante?

Los antioxidantes vienen en diferentes formas y tamaños, pero la cualidad que comparten es que pueden neutralizar a los radicales libres, prevenir que dañen al cuerpo. Frecuentemente actúan al donar electrones a los radicales libres, convirtiéndolos en más estables. También pueden degradar a los radicales libres, disminuyendo así el daño que pueden ocasionar.
Sin importar el mecanismo que utilicen, un antioxidante ayuda a proteger el cuerpo de daño al interrumpir sus efectos deteriorantes y el efecto dominó que provoca el daño oxidativo. En esencia, los beneficios de los antioxidantes son detoxificar adecuadamente el cuerpo de estas moléculas dañinas.
Algunos antioxidantes, como el glutation, son producidos naturalmente por el cuerpo para defenderse contra el estrés oxidativo. Otros, los obtenemos por los alimentos como vitamina C y vitamina E. Hay varios alimentos con alto contenido de antioxidantes que benefician nuestra salud, como:
  • los polifenoles de las moras
  • los carotenos de la zanahoria
  • el resveratrol de las uvas
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¿Dónde los encuentras?

Comúnmente, los alimentos más coloridos contienen a los antioxidantes más potentes.
Ahora que sabes porqué los antioxidantes son tan importantes para el cuerpo, asegúrate de continuar llenando tu plato con alimentos ricos en antioxidantes como:
  • Moras
  • Verduras de hoja verde
  • Té verde
  • Pimientos/pimentones ricos en vitamina C
  • Semillas de girasol ricas en vitamina E
  • Alcachofas
  • Chocolate obscuro
  • Granada
  • Canela
  • Nueces