10 febrero 2022

En cinco días podemos resetear el cuerpo y la mente gracias a la depuración del hígado


El hígado es el órgano encargado de filtrar los tóxicos que entran o se producen en el organismo. Un programa de depuración como el que propone Carla Zaplana en su último libro ayuda a limpiarlo y regenerarlo, de manera que se beneficia el organismo entero.


Claudina Navarro Walter

Fisioterapeuta y periodista


Carla Zaplana es dietista y nutricionista, certificada como coach de salud holística por el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York. Miles de personas asisten a sus conferencias y formaciones online. Es autora de varios títulos de éxito, entre ellos los bestsellers Zumos verdes, Ayuno intermitente saludableBatidos VerdesCome Limpio y Superfoods

Su última obra es Depuración hepática. Un programa para resetear mente y cuerpo (Editorial Diana). Es una guía práctica para descongestionar el hígado y favorecer la eliminación de las sustancias tóxicas que entran en el organismo. La depuración se realiza en cinco días y produce beneficios digestivos, reduce la inflamación e incluso proporciona mayor claridad mental, nos explica Carla Zaplana.

–¿Qué te ha llevado a escribir este libro?
–Las ganas de poder divulgar este protocolo que diseñé hace más de 10 años para que se pueda encontrar en las librerías de muchos países. Después de haber visto tantos beneficios y tantos resultados a través de mis clientes y mis programas por donde han pasado miles de personas siento que es una herramienta que se debe compartir y vulgar.

El hígado es un órgano noble relacionado con emociones como la rabia, la ira, la cólera,

–Dices que el programa está indicado para "resetear cuerpo y mente", ¿qué entiendes por resetear cuerpo y mente?
–Darnos un descanso, sobre todo a nivel digestivo y hepático. Son sistemas que están trabajando constantemente y los sobrecargamos con la comida que consumimos y toda la toxicidad que recibimos. Un reset es un descanso para que el organismo se limpie, recupere fuerzas y que cada órgano y sistema pueda cumplir con sus funciones. También es un descanso mental y emocional. El hígado es un órgano noble relacionado con emociones como la rabia, la ira, la cólera, según la medicina tradicional china. Cuando nos sentimos irritables es el momento de limpiar y desprendernos de esos pensamientos y emociones. Así nos renovamos y damos cabida a las vibraciones más altas y positivas.

–Descubriste la dieta hepática cuando estudiabas en la universidad, sin embargo, los médicos de cabecera no suelen recomendarla sus pacientes, ¿por qué crees que es así?
–Los médicos de cabecera no recomiendan las depuraciones hepáticas porque no conocen sus beneficios, porque nunca las han probado, al menos no una como la mía. Hay muchas dietas de depuración populares en que se toman sales, aceite o zumo de manzana, pero no tienen nada que ver con la mía. Mi dieta no hace que se expulsen piedras ni somete el cuerpo a ninguna cosa invasiva. Se trata de limpiarse con la alimentación comiendo cereales, verduras y caldos, nada más.

–¿Por qué hay que depurar el hígado, si él mismo es un órgano depurador?
–Para ayudarle a que funcione mejor, porque está saturado o expuesto a mucha toxicidad. Es como limpiar el filtro del coche o de una piscina. Cuando damos un descanso al sistema digestivo se pone en marcha el denominado "complejo motor migratorio", que es un sistema de autorreparación. Lo mismo pasa con el hígado. Si no está metabolizando constantemente las comidas, los alimentos procesados, el alcohol, los medicamentos, puede repararse. Durante cinco días le quitamos todas estas cargas para que se recupere y sea más eficaz en su función.

–¿Qué cosas sobrecargan el hígado?
–Sobre todo los ultraprocesados, los alimentos que contienen sustancias químicas, que no son propias de la naturaleza. También lo saturan el alcohol, los alimentos con harinas y azúcares añadidos, los alimentos con alto contenido en proteínas, grasas y aditivos, como los embutidos y las carnes rojas, y el café. Determinadas emociones también lo congestionan. Cuando hay mucha ira, mucha cólera, mucha rabia, el hígado "se enciende", hay mucho fuego allí, y pueden aparecer rojeces, eccemas y erupciones en la piel, digestiones pesadas, falta de energía, etc.

–Dices que la ira el enfado y el rencor se guardan en el hígado, ¿qué hacemos con esas emociones?
–Trabajarlas e intentar transmutarlas. A través de la depuración física se remueven estas emociones y ayudamos al cuerpo mental y emocional a librarse de ellas. Las depuraciones que propongo tienen un efecto yin y calmante, con lo cual nos ayudan también a gestionar estas emociones.

Después de la depuración te sientes más aliviado, con más energía y más concentración, más en foco.

–Afirmas que después de la dieta disfrutas de más claridad mental, ¿cómo es posible?
–Porque te sientes con más energía y has eliminado la toxicidad del cuerpo. Una sobrecarga de toxicidad no solamente compromete tu sistema digestivo o tu sistema inmunitario, no afecta solo al hígado o al sistema endocrino, sino también a tu claridad mental. Te sientes más aliviado, con más energía y más concentración, más en foco. Además el sueño resulta más reparador, lo que contribuye a la claridad mental.

–Hablas de un componente espiritual en las curas de desintoxicación, ¿a qué te refieres?
–A que te llevan mucho más allá de una limpieza del cuerpo. Al remover las emociones tomamos consciencia muchas veces del apego que tenemos a algunos alimentos. Por mi propia experiencia sé que la desintoxicación, junto con otras prácticas, sacan a la luz cuestiones espirituales. Te puedes cuestionar las prioridades, preguntarte quién eres y qué quieres, y te das cuenta de que tienes un cuerpo, que tienes que cuidarlo, pero que no eres solo un cuerpo, sino que este es algo que envuelve tu Ser. Al desprenderte de todo de aquello que te sobra emocionalmente, aquello que te resulta tóxico, ya sea una relación, un trabajo o un pensamiento, te acercas más a tu centro. Es como desnudarse, quitarse las capas de ropa o toxicidad que no te permiten llegar a tu centro. Ese es el aspecto espiritual, conectar contigo mismo, escucharte, pues tú eres tu propio guru. Un proceso depurativo te puede ayudar en este sentido.

La depuración está indicada si te falta energía, tienes digestiones pesadas, desequilibrios hormonales o problemas de la piel

–¿Para quién es especialmente recomendable?
–Pues para personas que tienen mucha retención de líquidos, para personas que les falta energía, personas que tienen digestiones muy pesadas, personas que tienen hígado graso o fatigado... en estos casos está clarísimamente aconsejado. También para personas que pueden tener desequilibrios hormonales y problemas en la piel, que pueden tener un hígado muy cargado y sucio. Y asimismo puede ayudar a personas que simplemente tienen conciencia de su salud y que saben de los beneficios de dar un descanso a los órganos. Estas personas no experimentan grandes síntomas depurativos, apenas unos granitos, quizá, pero es un hábito saludable más que incorporan a su estilo de vida. Por muy limpio que comas, estás expuesto a toxicidad, a metales pesados, radiaciones, plásticos, disruptores hormonales que corren por el aire y el agua o en los productos que utilizamos. Por eso un programa de desintoxicación siempre está indicado.

–¿Está indicado en algunas enfermedades?
–En el hígado graso, por ejemplo, puede ir muy bien. También he visto muy buenos resultados en caso de colesterol, triglicéridos, presión alta y ácido úrico. En estos casos va muy bien. Y también, como decía, cuando hay retención de líquidos o inflamación generalizada.

–¿La dieta depurativa sirve para adelgazar?
–Sí, es una consecuencia, porque como reduces el volumen de la ingesta y la inflamación, y eliminas líquidos, pues normalmente notas una diferencia en la báscula. La grasa corporal nos ayuda a protegernos de la toxicidad, y al eliminar toxinas, también se va eliminando la grasa. Pero perder peso no es el propósito principal.

–¿Por qué se debe preparar el cuerpo para la depuración? ¿Cuál es el objetivo de la fase de preparación que incluyes tu programa?
–Para mí, lo principal es empezar a tomar consciencia de que estás en un proceso depurativo y te preparas mentalmente. Porque, aunque es muy sencillo, puede ser un poco duro, porque la alimentación no nos va a dar el estímulo, el placer al que estamos acostumbrados, pues se trata de una alimentación muy básica, muy sencilla. Para nada se pasa hambre, pues puedes comer tanto como quieras, pero de los alimentos pautados. No se trata de pasar hambre, ni de perder peso, pero a veces va a aparecer el hambre emocional y se desea comer otras cosas. Por otra parte, hay que prepararse porque el proceso depurativo puede conllevar algún síntoma molesto. Por ejemplo, si estás acostumbrado a comer mucho azúcar o estás acostumbrada a tomar mucho café, y te lo quitas de golpe, tu cuerpo puede presentar una reacción de síndrome de abstinencia o puedes, de repente, sentirte muy ansioso. Con la preparación te acostumbras a hacerlo poco a poco. Si ya has hecho una semana de preparación, cuando llegan los días de la depuración resulta más fácil. También es una manera de tomar consciencia de la necesidad de comer limpio, de llevar unos buenos hábitos de alimentación.

–¿A qué se debe renunciar durante el programa de depuración hepática?
–Se debe renunciar a la vida social que involucre a la comida, pues no vas a poder comer lo mismo que los demás. Y se debe renunciar a practicar deporte de alto nivel o forzar el cuerpo al extremo. Es muy bueno y muy recomendable mantenerse físicamente activo, porque el movimiento ayuda a una mejor circulación de la sangre, lo que favorece la eliminación de tóxicos a través de la orina. Y renuncia, claro, a los alimentos que no forman parte del protocolo.

–¿Podrías explicar algunos trucos para que resulte más llevadero?
–Además de hacer la predepuración, puedes enfocarte en otras cosas que no sean la comida y que te den placer, y dedicarte tiempo para ti. Puedes regalarte un baño, una lectura, un masaje o un paseo. Tmabién puede ayudarte hacerlo con una amiga o con tu pareja, por ejemplo.

Los caldos, los vegetales de hoja verde y los cereales integrales forman la base de la depuración

–¿Qué alimentos o preparaciones no pueden faltar en una dieta depurativa?
–Yo te diría que los caldos porque aparte de hidratar mucho (algo que necesitamos para eliminar toxicidad), tienen unos efectos muy remineralizantes y antiinflamatorios. Después los vegetales de hoja verde o los vegetales de color verde porque la clorofila es muy antioxidante y ayuda a limpiar y oxigenar la sangre. Además, el sabor amargo es el que beneficia al hígado, según la medicina tradicional china, y ayuda a equilibrarlo. Tampoco pueden faltar los cereales integrales, que dan consistencia, nos sacian y son fáciles de digerir porque no tienen muchas grasas ni proteínas.

–¿No se disfruta de la comida durante el proceso de depuración?
–Es que eliminamos la sal y las grasas, y los platos resultan más sosos, aunque se pueden utilizar especias y hierbas aromáticas. Pero no vas a encontrar la felicidad en la depuración. Es un momento para percibir el alimento como pura medicina y no como gozo o satisfacción. Está muy bien disfrutar de la comida, pero durante estos cinco días no habrá mucho estímulo. De todos modos, en el programa hay recetas que me parecen ricas, como las hamburguesas de remolacha.

–¿No se pueden sufrir deficiencias nutricionales durante la depuración?
–El cuerpo tiene reservas. No es una dieta para mantenerla indefinidamente, solo son cinco días con un protocolo que tiene un inicio y un final. Si ese protocolo se mantuviera, si que se podrían producir deficiencias, por ejempo, de proteínas, de grasas y algunos micronutrientes. Pero en cinco días esto no va a ser un problema. En cambio, vamos a consumir muchos hidratos de carbono complejos, fibra y vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes.

-¿Cuando está contraindicada?
–No la indico para personas menores de edad, personas con trastornos de la conducta alimentaria o personas con enfermedades severas. En el caso de las perosnas que tienen un peso bajo, recomiendo hacerlo como máximo unos 3 días.

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