También conocida como indigestión o ardor de estómago, la dispepsia es un tipo de malestar recurrente que se experimenta en la parte superior del abdomen. Puede experimentarse por diversos motivos, dentro de los cuales se puede mencionar la gastritis y los trastornos de motilidad, por ejemplo.
Es importante aclarar que la dispepsia no es una enfermedad como tal, sino un conjunto de molestias. Cualquier persona puede experimentarla eventualmente en algún momento de su vida. Sin embargo, quienes tienen brotes frecuentes ven afectada su calidad de vida. Te contamos más a continuación.
Dispepsia, ¿cuáles son sus síntomas?
Como ya mencionamos, el síntoma principal suele ser el dolor en la parte superior del abdomen. Sin embargo, según una publicación de la Clínica Mayo, es posible que este esté acompañado por otras señales de alerta, tales como:
- Hinchazón.
- Náuseas.
- Eructos.
- Ardor y distensión en la parte superior del estómago.
- Sensación molesta de saciedad (antes de empezar a comer o después).
Estas molestias se suelen presentar de forma episódica, es decir, no se manifiestan todo el tiempo. Antes, los médicos solían considerar como síntomas de dispepsia: la acidez estomacal y el líquido de sabor amargo que llegaba a la parte posterior de la garganta. Sin embargo, ahora se consideran características del reflujo gastroesofágico.
Tipos de dispepsia
De acuerdo a un artículo de la revista Farmacia Profesional, existen 4 tipos de dispepsia. Estos se clasifican de la siguiente manera:
Dispepsia ulcerosa
Una úlcera ocurre cuando el revestimiento del aparato digestivo se daña y el tejido subyacente queda expuesto. Estas, a veces, se llaman úlceras pépticas. El síntoma más común es el dolor agudo y recurrente que, normalmente, se alivia con la toma de antiácidos o el consumo de alimentos.
Dispepsia de dismotilidad
En este tipo la señal más dominante es la molestia en el abdomen superior y no el dolor. Lo más probable es que la persona que la padece tenga 3 o más de los siguientes síntomas:
- Sensación de saciedad.
- Náuseas.
- Molestias en el abdomen superior, que se puede agudizar por la ingesta de alimentos.
- Arcadas o vómitos recurrentes.
- Sensación de hinchazón en el abdomen superior.
Dispepsia inespecífica o idiopática
Es aquella cuyos síntomas no pueden ser clasificados en alguno de los subgrupos anteriores.
Dispepsia por reflujo gastroesofágico
Ocurre cuando algo de ácido se filtra hacia el esófago desde el estómago. El reflujo ácido puede causar esofagitis (inflamación del revestimiento del esófago). El término general es Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico (ERGE) y se refiere al reflujo ácido, con o sin esofagitis. Estos son lo síntomas más comunes:
- Sensación de quemazón en el pecho.
- Regurgitación ácida o de alimentos.
¿Qué factores influyen en la dispepsia?
Aunque no es muy claro cuál es la causa específica de esta condición, la publicación mencionada anteriormente señala que existen ciertos factores que influyen notablemente en la aparición de los síntomas. Entre ellos se encuentran los siguientes:
- Edad avanzada.
- Llevar una dieta pobre en fibra y rica en féculas y especias.
- Masticar mal.
- Comer muy rápido.
- No comer a horas.
- Altos niveles de estrés.
- Obesidad.
- Vida sedentaria.
- Consumo de cigarrillo, alcohol y ciertos medicamentos, específicamente, los antiinflamatorios no esteroides. Estos, son aquellos que muchas personas toman para la artritis, dolores musculares, esguinces, dolores menstruales, etcétera.
Tratamiento de la dispepsia
Es probable que el médico realice una evaluación inicial de los síntomas y examine el estado del abdomen y si existe alguna molestia. Además, revisará cualquier medicamento que se haya recetado, para descartar que esa sea la causa. Después de la evaluación inicial, lo más probable es que sugiera:
- Antiácidos. Son líquidos alcalinos o tabletas que pueden neutralizar el ácido del estómago. Una dosis puede dar un alivio rápido. Si tienes ataques leves o infrecuentes de dispepsia, los antiácidos son una buena opción.
- Un cambio de medicación. En caso de que el médico haya determinado que la causa es la medicación, es factible que la reemplace por otra.
- Medicación supresora de ácido. Como lo indica un artículo de la Clínica de Cleveland, existen dos grupos de medicamentos que reducen el ácido estomacal: inhibidores de la bomba de protones (IBP) y antagonistas del receptor H2. Estos trabajan de diferentes maneras para bloquear la fabricación de ácido gástrico por parte de las glándulas estomacales. Un IBP (como omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol o esomeprazol), en general, es mejor y se prueban primero. Los antagonistas del receptor H2 incluyen: cimetidina, famotidina, nizatidina y ranitidina.
Cambios en el estilo de vida
Cuando la dispepsia se manifiesta a través de síntomas leves e infrecuentes, es posible mitigar las molestias con algunos cambios en el estilo de vida. En lo que respecta a la dieta, se suele recomendar reducir el consumo de alimentos grasos, picantes y el chocolate. Por otra parte, se ha de reducir el consumo de cafeína y alcohol.
Una dieta rica en fibra es una buena forma de controlar la salud digestiva. Tiene el efecto de limpiar el intestino y hacer que la digestión sea un proceso más suave y limpio. Las frutas, las nueces, las legumbres y los alimentos integrales son fuente de fibra y una buena opción para proteger contra la indigestión.
Por otro lado, el consumo de cuatro a cinco comidas más pequeñas en un día, en comparación con tres más grandes, también puede ayudar al sistema digestivo. Son pequeños cambios que, de seguro, marcarán la diferencia.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que un buen descanso nocturno (dormir al menos 7 horas seguidas), ejercitarse a diario (durante al menos 30 minutos) y dejar de fumar son cambios que benefician la salud y, por ende, potencian el bienestar. Anímate a dar el primer paso. ¡Tu cuerpo te lo gradecerá!
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