Ojalá te sigas eligiendo todos los días a ti.
Ojalá te levantes cada mañana orgullosa de quien eres.
Porque una sonrisa todo lo puede.
Ojalá no te rindas nunca, ni siquiera cuando sientes que no puedes más.
Ojalá no mires para atrás ni para tomar impulso, y ganes fuerza para levantarte después de tropezar con esa piedra una vez más.
Ojalá te vistas como te apetezca, incluso si no se lleva.
Incluso si el de al lado te mira de arriba a abajo.
Ojalá cantes en la ducha con todas tus ganas aunque al segundo caiga un gran chaparrón.
Ojalá grites a los cuatro vientos
que puedes con todo.
Ojalá te regalen sonrisas para cada lágrima.
Ojalá te den abrazos de esos que quitan los miedos en un segundo.
Y en los que apetece quedarse a vivir.
Ojalá te quieras… pero bien.” 
Créditos al Autor

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