La microbiota intestinal ha revolucionado la forma en que entendemos la salud y el bienestar. Este ecosistema de microorganismos que habita en nuestros intestinos no solo influye en la digestión, sino también en el sistema inmunológico, el metabolismo y hasta el estado de ánimo. Mientras que los probióticos y prebióticos han dominado la conversación en nutrición, un nuevo actor ha ganado protagonismo: los postbióticos. En este artículo, exploramos qué son los postbióticos, sus beneficios respaldados por la ciencia y cómo puedes incorporarlos en tu alimentación para optimizar tu salud.
¿Qué son los postbióticos?
son compuestos bioactivos generados por microorganismos vivos, principalmente bacterias probióticas, durante procesos de fermentación en el intestino o en entornos controlados como la producción de alimentos. Según la Sociedad Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP), los postbióticos se definen como «preparaciones de microorganismos inanimados y/o sus componentes que conferen un beneficio a la salud del huésped». Estos incluyen una amplia variedad de sustancias, como ácidos grasos de cadena corta (AGCC), péptidos antimicrobianos, enzimas, vitaminas, aminoácidos, exopolisacáridos y fragmentos celulares.
A diferencia de los probióticos, que son microorganismos vivos, y los prebióticos, que son fibras no digeribles que alimentan a estas bacterias, los postbióticos son los productos metabólicos resultantes de la interacción entre probióticos y prebióticos. Esta característica los hace únicos, ya que no requieren la presencia de microorganismos vivos para ejercer efectos positivos en el organismo, lo que los convierte en una opción prometedora para suplementos y alimentos funcionales.
Diferencias entre probióticos, prebióticos y postbióticos
Para comprender mejor el papel de los postbióticos, es útil distinguirlos de los probióticos y prebióticos:
- Probióticos: Microorganismos vivos, como Lactobacillus, Bifidobacterium o la levadura Saccharomyces boulardii, que al consumirse en cantidades adecuadas mejoran el equilibrio de la microbiota intestinal, favoreciendo la digestión y la inmunidad.
- Prebióticos: Compuestos no digeribles, generalmente fibras como la inulina, los fructooligosacáridos (FOS) o la lactulosa, que sirven de alimento para las bacterias beneficiosas, promoviendo su crecimiento y actividad en el intestino.
- Postbióticos: Subproductos metabólicos de los probióticos, generados al metabolizar prebióticos o nutrientes de los alimentos. No son microorganismos vivos ni fibras, sino compuestos bioactivos con efectos directos en la salud.
Esta distinción es clave para entender cómo los postbióticos complementan el trabajo de probióticos y prebióticos, potenciando sus beneficios en el organismo.
Beneficios de los postbióticos para la salud

La investigación científica ha revelado que los postbióticos ofrecen múltiples beneficios para la salud, desde el fortalecimiento de la barrera intestinal hasta la regulación del metabolismo. A continuación, detallamos los más destacados:
Fortalece la salud intestinal
Los postbióticos, especialmente los ácidos grasos de cadena corta como el butirato, el acetato y el propionato, son esenciales para mantener la integridad de la mucosa intestinal. El butirato, por ejemplo, actúa como fuente de energía para las células del colon, reduciendo la permeabilidad intestinal y previniendo la entrada de patógenos al torrente sanguíneo. Estudios recientes, como los publicados en Nutrients (2023), han demostrado que el butirato también tiene propiedades antiinflamatorias, lo que puede ser útil en trastornos como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Refuerza el sistema inmunológico
Los postbióticos modulan el sistema inmunológico al estimular la producción de células inmunitarias en el intestino, como los linfocitos T y las células dendríticas. Los péptidos antimicrobianos, otro tipo de postbiótico, combaten directamente patógenos, fortaleciendo las defensas naturales del cuerpo. Además, al regular la respuesta inflamatoria, los postbióticos ayudan a prevenir enfermedades crónicas asociadas con la inflamación, como la artritis reumatoide o las alergias.
Reduce la inflamación crónica
La inflamación crónica de bajo grado está relacionada con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. Los postbióticos, como el propionato y el acetato, inhiben la producción de citoquinas proinflamatorias, según un estudio de Frontiers in Immunology (2024). Esta capacidad antiinflamatoria los convierte en aliados para prevenir y tratar afecciones inflamatorias, mejorando la calidad de vida.
Regula el metabolismo
Los postbióticos también influyen en el metabolismo, especialmente en la regulación de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Investigaciones en modelos animales, como las publicadas en Journal of Nutritional Biochemistry (2024), muestran que el butirato mejora la sensibilidad a la insulina, lo que puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Además, los postbióticos pueden modular el metabolismo de lípidos, ayudando a controlar el colesterol y prevenir enfermedades metabólicas.
Apoya la salud mental
El eje intestino-cerebro es un área de investigación emergente. Los postbióticos, al influir en la microbiota intestinal, pueden afectar la producción de neurotransmisores como la serotonina. Estudios preliminares sugieren que los AGCC podrían reducir síntomas de ansiedad y depresión, aunque se necesita más investigación para confirmar estos efectos.
Alimentos ricos en postbióticos

Los postbióticos se generan en el intestino a partir de la fermentación de prebióticos por probióticos, pero también están presentes en alimentos fermentados, que son una fuente directa de estos compuestos bioactivos. A continuación, te presentamos los más destacados:
- Kéfir: Esta bebida láctea fermentada es rica en probióticos y postbióticos, como AGCC y péptidos bioactivos. Es ideal para mejorar la digestión y fortalecer la inmunidad.
- Chucrut: La col fermentada es una excelente fuente de postbióticos, incluyendo butirato y compuestos antiinflamatorios. Opta por chucrut no pasteurizado para maximizar sus beneficios.
- Miso: Esta pasta fermentada de soja, usada en la cocina japonesa, contiene postbióticos derivados de la fermentación, que apoyan la salud intestinal y el sistema inmunológico.
- Kimchi: Este plato coreano de verduras fermentadas es rico en probióticos y postbióticos, favoreciendo la digestión y la microbiota.
- Vinagre de manzana crudo: Sin pasteurizar, contiene ácido acético y otros postbióticos con propiedades antimicrobianas y digestivas.
- Kombucha: Bebida fermentada de té, rica en postbióticos que apoyan la salud intestinal y el equilibrio microbiano.
Cómo incorporar postbióticos en tu dieta
Incluir postbióticos en tu alimentación diaria es sencillo y puede transformar tu bienestar. Aquí tienes estrategias prácticas:
- Consume alimentos fermentados regularmente: Añade kéfir o yogur natural sin azúcar a tus desayunos, incluye chucrut o kimchi como acompañamiento en tus comidas, o usa miso para sopas y caldos.
- Aumenta la ingesta de prebióticos: Los prebióticos, como la inulina (presente en alcachofas, espárragos, plátanos y cebollas), son esenciales para que los probióticos produzcan postbióticos en el intestino. Una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales garantiza un suministro adecuado de fibras prebióticas.
- Considera suplementos especializados: En casos de problemas digestivos o inflamatorios, los suplementos de postbióticos pueden ser útiles. Consulta siempre con un nutricionista o médico antes de tomarlos.
- Elige productos no pasteurizados: La pasteurización elimina muchos postbióticos. Busca alimentos fermentados crudos o no procesados para maximizar sus beneficios.
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