17 abril 2018

Alimentación recomendada ante el sobrecrecimiento bacteriano | SIBO


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En este artículo vamos a tratar un síndrome de reciente aparición diagnóstica, el Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado (SBID) o Small Intestinal Bacterial Overgrowth (SIBO), antes denominado síndrome del asa ciega o del asa estancada. Este síndrome se produce cuándo proliferan en el intestino delgado, las bacterias que normalmente se encuentran en el intestino grueso.



Síntomas del SIBO o Sobrecrecimiento bacteriano


Como consecuencia del aumento de bacterias en el intestino delgado se producen procesos de fermentación que generan gases y distensión abdominal. Las personas con SIBO también refieren que notan eructos, flatulencias, nauseas, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento,  malabsorción de nutrientes (hierro, calcio y vitaminas A, D, E y B12), esteatorrea (heces grasas y brillantes) y permeabilidad intestinal  que puede favorecer la aparición de patologías autoinmunes.

Estos síntomas son comunes a otras patologías como la Enfermedad Inflamatoria Intestinal -EII- (colitis ulcerosa, crohn), Síndrome de Intestino Irritable -SII-, disbiosis intestinal, etc. por lo que es muy importante que un nutricionista valore tus síntomas para establecer el tratamiento dietético más oportuno.

Factores predisponentes de Sobrecrecimiento bacteriano



Aclorhidria: puede estar provocada por una gastritis atrófica crónica o por la toma durante muchos años de omeprazol u otros inhibidores de la bomba de protones.

Alteraciones de la motilidad intestinal como estreñimiento, diarreas, colitis post radioterapia, obstrucciones intestinales, tumores, divertículos, adherencias, fístulas, etc. 

Inmunodeficiencia: por déficit de IgA, VIH, complicaciones postcirujía (estenosis, pérdida de motilidad intestinal…) o derivada de patologías crónicas o autoinmunes,

Déficit de enzimas proteolíticas (proteasas).

Consumo excesivo de alcohol, analgésicos o fármacos opiodes.

Existen algunas enfermedades sistémicas que alteran la motilidad y se asocian con SIBO como Parkinson, esclerosis sistémica, hipotiroidismo, cirrosis, enfermedad celíaca, obesidad mórbida y diabetes mellitus.

La incidencia de SIBO aumenta con la edad.

Diagnóstico del SIBO


El recuento bacteriano en el intestino delgado sólo se puede hacer mediante una endoscopia y posterior cultivo. Por ello solemos recurrir a pruebas de aliento. Los test de aliento miden el gas exhalado (hidrógeno y metano) por el metabolismo bacteriano tras la ingestión de lactulosa, glucosa, sucrosa, xilosa o lactosa. Algunos autores creen que esta prueba da con frecuencia falsos positivos para intolerancia a la lactosa en pacientes con SIBO.

Antes de la prueba, los pacientes deben estar libres de antibióticos 2 semanas, evitar los alimentos ricos en fibra el día anterior y estar en ayunas desde 12 horas antes del test. Se considera positivo una elevación de entre 15 y 20 ppm de una medición a la otra. Si la curva de hidrógeno da positiva y la de metano negativa, el tratamiento de elección es la rifaximina. Si la curva positiva es la de metano o te da las dos positivas, el tratamiento de elección es rifaximina+neomicina o rifaximina+metronidazol. 

Es importante saber que la distensión abdominal asociada a esteatorrea también puede indicar una insuficiencia pancreática exocrina, un sobrecrecimiento de levaduras, una infección por parásitos o una hipocloridia. Por lo tanto es importante realizar un buen diagnóstico dinámico.

Tratamiento del SIBO


Según el tipo de bacterias colonizadoras, suele ser necesario un tratamiento antibiótico, pero el tratamiento nutricional es clave para reducir los alimentos que activan el sobrecrecimiento bacteriano y para poder reparar la mucosa intestinal.

El antibiótico de elección suele ser el ciprofloxacino 250 mg, cada 12 h, durante 7 días y si no hay mejoría, se puede administrar doxiciclina, amoxicilina/clavulánico, metronidazol o rifaximina. Si se reactivan los síntomas menos de tres veces al año, se repetirá el tratamiento (1 semana al mes durante tres meses) y si se producen más de tres veces al año habrá que alternar los antibióticos cada mes.

Los probióticos no siempre mejoran los síntomas, sobre todo si van asociados a prebióticos (fibra insoluble que activa el crecimiento de las bacterias). Por eso es muy importante que te pongas en manos de un experto, para que te recete las cepas de probióticos adecuadas. En mi experiencia funciona muy bien el Bifidobacterium infantis.

Alimentación recomendada en Sobrecrecimiento bacteriano


En primer lugar debes eliminar todas las fuentes de azúcar y edulcorantes artificiales. Ojo con el azúcar oculto de tu alimentación. En el sobrecrecimiento bacteriano existe baja actividad de la enzima lactasa, por lo que debes evitar la lactosa. 

Es conveniente aportar enzimas digestivas para recuperar la acidez del estómago y la función biliar y pancreática. También se pueden aportar suplementos antibacterianos de fitoterapia como 1 cucharada de postre de aceite de coco en el desayuno o de aceite esencial de orégano (o en especia) o de tomillo o pau de arco.

Te recomiendo que sigas en una primera fase una dieta baja en FODMAPS para reducir el sustrato del que se alimentan las bacterias del intestino delgado y así facilitar el equilibrio de la microbiota. Las siglas FODMAP vienen de Fermentables, Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles. 

Al principio es recomendable hacer tres comidas y según vayan mejorando los síntomas, puedes ir aumentando las ingestas. En una segunda fase vete incluyendo FODMAPs poco a poco pues aportan prebióticos que ayudan a equilibrar la microbiota.

Dieta para SIBO


Debes evitar los siguientes alimentos:

Fructanos: alcachofas, espárragos, remolacha, achicoria, hojas de diente de león, ajo (en grandes cantidades), puerro, cebolla, cebolletas (parte blanca), brócoli, col, coles de Bruselas, berenjena, escarola, hinojo, guisantes, caqui, plátano, chirimoya, sandía, melocotón, trigo (en grandes cantidades), centeno (en grandes cantidades), inulina, setas shiitake.

Fructosa: manzana, albaricoque, mango, melocotón, pera, sandía, cerezas, mora, higo, granada, caqui, fruta enlatada, zumos de frutas, endulzantes con fructosa, jarabe de agave y de maíz, mermelada sin azúcar, miel, azúcar de coco, frutos secos.

Lactosa: leche y derivados, helados, natillas, postres lácteos, kéfir, nata, crema de leche, leche condensada y evaporada, leche en polvo, yogurt, margarina, quesos de pasta blanda sin madurar (ricota, requesón, crema, mascarpone) y chocolate con leche.

Galactanos
: legumbres y cacahuetes. Las lentejas cocidas de bote se digieren mejor. Los garbanzos algo peor pero siempre mejor que si los pones a remojo y los cueces en casa.

Polioles: manzana, albaricoque, melocotón, cerezas, pera, sandía, lichi, nectarina, ciruela, aguacate, coliflor, setas, maíz dulce, sorbitol (420), manitol (421), isomalt (953), maltitol (965) y xilitol (967).  

En la siguientes infografías puedes ver los alimentos prohibidos en una dieta para sobrecrecimiento bacteriano, porque tienen un gran contenido en FODMAPs y los que debes tomar esporádicamente, pues tienen un contenido moderado en FODMAPs:



Los alimentos permitidos en una dieta para sobrecrecimiento bacteriano, se resumen en las siguientes infografías:




 

Menú para Sobrecrecimiento bacteriano o SIBO




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Qué te ha parecido este artículo sobre el sobrecrecimiento bacteriano? Déjanos un comentario. Estamos deseando hablar contigo.  

Fuente: Dieta Coherente

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