Oh mi alma, no aspires a la vida inmortal, pero agota los límites de lo posible. - Pindar-
¿No te parece extraño o más bien al revés cuando te sientes tentado a disculparte por tener un sueño para los que no sueñan, un corazón para los desalmados, una visión para los ciegos, para confiar en ti mismo a los que dudan, para tener fe en el desalmado, por practicar la compasión a los crueles, por su franqueza y honestidad a los cobardes y mentirosos, por su naturaleza infantil a los adultos letales y letales, por sangrar la pasión por los muertos?
¿No debería ser al revés?
¿No deberían ellos disculparse por renunciar a sus sueños, por silenciar su alma, por estar de acuerdo con su miedo, por conformarse con una vida y un amor que no lleva su firma, por quedarse cuando quieren irse, por irse cuando quieren quedarse, por tener demasiado miedo a confiar, a atreverse, a invertir suficiente corazón, a crear todos los días como si estuvieran completamente vivos y cada mierda importaba?
No te disculpes por ser demasiado o por sentir las cosas profundamente, por querer cambiarte a ti mismo, y luego a vivir, y tal vez al mundo, a través de tus dones, sueños, ideas, locos, locos, tan imposibles como parezcan aquellos que no pueden entender.
Discúlpate SOLAMENTE por los momentos en los que aceptas tu miedo y quieres rendirte.
El mundo necesita dedos medios más creativos y menos corteses Lo siento, más arte y menos disculpas, más salvaje y menos dócil, más saltando desde el acantilado más alto y menos miedo a caerse o volar, más confianza en tu propio instinto y menos estupideces excusas para vivir
¡No! No me da pena soñar, creer una y otra vez, como si nunca me hubieran roto, por intentar, por fracasar, por intentar y ganar, y fracasar e intentar, de nuevo. Para levantarse ocho veces de siete, no a pesar de todas mis pérdidas, pero PORQUE cada uno me enseña a amarme más fuerte.
No me arrepiento de desear, de esperar, de saber que el mundo puede ser tocado, y luego salvado, a través de cada persona, cada hora, cada sueño y cada palabra que sale de nuestras bocas.
No me arrepiento de mi alta sensibilidad a las heridas, y la alegría y la locura de la vida, por mi realismo idealista, por el valor de defenderme a mí mismo y a los demás, con el corazón en la boca, con las entrañas mi cabeza, con mis rodillas, siempre temblando, un poco.
No me arrepiento de la forma en que tomo salvajes brincos de fe, miedo a caerme, oh sí, pero aún más miedo de no volar, porque veo, ya he perdido todo lo que podía perder, y me encontré, el que yo no puedo perder
No me arrepiento de haber sido demasiado yo y mi poder para ti.
Porque menos de mucho de mí mismo, simplemente no es suficiente, no vale la pena, para mí.
Lo siento por ti, por tu desesperación silenciosa y avanzada, porque estás bloqueando tu propia oleada de sangre hacia el corazón, que confundes tu miedo con el sentido común, tu comodidad con la seguridad, tu existencia superficial por normal ...
... que llegarás al final de tus días sin decir una palabra, o caminando tu charla o enfrentando tu dolor, sin amar tu vida - AQUÍ & AHORA vs. conformándote con lo que no te ama - ENTONCES Y DESPUÉS, sin crear tu historia, o aprender a bailar con tus sombras, sin ser salvado por tu alegría ...
Lo siento por permitir que ME hagas sentir pena.
Y aun así, lamento que pasaré demasiado pronto, justo como tú, y esta corta experiencia humana es demasiado pequeña para contenerme, demasiado breve para permitirme hacer todo el bien que quiero, que puedo, que debo.
Pero nunca, créanme, nunca lamentaré vivir.
-Andréa Balt-
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