Detrás del hígado se encuentra la vesícula biliar, un pequeño órgano donde se almacena la bilis hasta que sea requerida por el estómago para digerir los alimentos durante la digestión. Su función es simple pero clave para el correcto funcionamiento del resto de órganos del aparato digestivo, por lo que es importante que lo que procuremos mantenerlo sano y en buenas condiciones a fin de evitar futuros problemas tan comunes como los cálculos biliares.
En artículos anteriores conocimos 13 señales que nos alertan de un mal funcionamiento hepático, así como un sencillo remedio de menta y cítricos para desintoxicar el hígado. Hoy ampliamos esta lista con varios remedios que nos ayudarán no solo a limpiar, sino también a desinflamar y regenerar eficazmente hígado y vesícula. Sigue leyendo y descúbrelos:
Remedios para limpiar hígado y vesícula
Jugo de manzana y remolacha
La betabel o remolacha es una planta muy nutritiva y con grandes propiedades digestivas y depurativas; una excelente aliada para desintoxicar el hígado y mejorar la función hepática y biliar. La manzana, por su parte, es rica en fibra y pectinas, que le otorgan un gran poder depurativo ideal tanto para limpiar como desinflamar la vesícula y el hígado.
Lava, pela y corta en varios trozos una remolacha y extrae su jugo pasándola por una licuadora. Lava a continuación una o dos manzanas (dependiendo de su tamaño) y pásalas igualmente por la licuadora. Toma un vaso en ayunas y otro después de la comida del mediodía.
Jugo de col
La col, gracias a sus principios activos, es una de las plantas más digestivas que existen. No sólo favorece la producción de bilis (contribuyendo así a mejorar las digestiones), sino que también contribuye a regenerar los tejidos digestivos dañados, algo especialmente útil para el tratamiento de las úlceras estomacales.
Agua de alcachofa
La alcachofa está considerada como la verdura depurativa por excelencia. Es rica en vitaminas, así como hierro, calcio, fósforo, magnesio o potasio. Un vegetal muy completo y nutritivo que nos ayuda a reforzar nuestra salud hepática, combatir la diabetes, reducir el colesterol o eliminar el exceso de ácido úrico de la sangre.
Coloca en un recipiente dos vasos de agua y una alcachofa. Déjalo hervir hasta que el agua reduzca a la mitad. Deja reposar y tómate después el caldo resultante. La alcachofa, que estará cocida, puedes comerla como acompañamiento del plato que hayas preparado ese día. Repítelo de 2 a 4 veces por semana.
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