1. Ejercicio físico regular
Practicar ejercicio de forma habitual, aunque sea simplemente caminar, le ayudará a fortalecer la musculatura, sentirse mejor consigo mismo, reducir la fatiga y evitar el desarrollo de otras enfermedades como la osteoporosis.
Si quieres hacer algo más que caminar consulta con un experto para que te elabore una tabla de ejercicios adecuada.
2. Compresas frías y calientes
La terapia de frío y calor es muy útil para tratar todo tipo de dolores que cursan con inflamación, por lo que también está muy recomendada en casos como el que hoy tratamos, ya que mientras que el frío nos ayuda a reducir la hinchazón, el calor nos ayuda a relajar los nervios y calmar el dolor.
Envuelve una bolsa con hielo en un paño para la terapia del frío.
Usa una bolsa de agua caliente para la terapia del calor.
Alterna 3 minutos de calor con 1 minuto de frío durante 10-20 minutos.
3. Cúrcuma
La cúrcuma posee un componente activo llamado curcumina que posee grandes propiedades antiinflamatorias que resultan de gran ayuda en el tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoide.
Podemos incluir cúrcuma en nuestras comidas, tomarla en cápsulas o en infusión. Si optas por ésta última opción, basta con que te hiervas en un litro de agua 1 cucharada de cúrcuma y un puñado de tu hierva favorita. Deja que se enfríe y tómalo a lo largo del día.
Practicar ejercicio de forma habitual, aunque sea simplemente caminar, le ayudará a fortalecer la musculatura, sentirse mejor consigo mismo, reducir la fatiga y evitar el desarrollo de otras enfermedades como la osteoporosis.
Si quieres hacer algo más que caminar consulta con un experto para que te elabore una tabla de ejercicios adecuada.
2. Compresas frías y calientes
La terapia de frío y calor es muy útil para tratar todo tipo de dolores que cursan con inflamación, por lo que también está muy recomendada en casos como el que hoy tratamos, ya que mientras que el frío nos ayuda a reducir la hinchazón, el calor nos ayuda a relajar los nervios y calmar el dolor.
Envuelve una bolsa con hielo en un paño para la terapia del frío.
Usa una bolsa de agua caliente para la terapia del calor.
Alterna 3 minutos de calor con 1 minuto de frío durante 10-20 minutos.
3. Cúrcuma
La cúrcuma posee un componente activo llamado curcumina que posee grandes propiedades antiinflamatorias que resultan de gran ayuda en el tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoide.
Podemos incluir cúrcuma en nuestras comidas, tomarla en cápsulas o en infusión. Si optas por ésta última opción, basta con que te hiervas en un litro de agua 1 cucharada de cúrcuma y un puñado de tu hierva favorita. Deja que se enfríe y tómalo a lo largo del día.
4. Vinagre de manzana
El vinagre de manzana es rico en minerales como el potasio, el magnesio o el fósforo, que nos ayuda a reducir la inflamación y el dolor de enfermedades articulares.
Mezcla una cucharada de vinagre de manzana con otra de miel en medio vaso con agua tibia y tómalo una vez al día preferiblemente en ayunas. También puedes darte frotes con vinagre de manzana en las zonas doloridas.
Mezcla una cucharada de vinagre de manzana con otra de miel en medio vaso con agua tibia y tómalo una vez al día preferiblemente en ayunas. También puedes darte frotes con vinagre de manzana en las zonas doloridas.
