Mucho se ha hablado de las dietas para mantener el cuerpo saludable, dietas bajas en grasa, dietas veganas, dietas de hidratos… y realmente ninguna da resultado a largo plazo.
Algunos científicos se han preguntado porque las dietas no dan resultado o lo dan a algunos tipos de cuerpos, pero a otros no. Y han cambiado radicalmente la forma de enfocar las investigaciones fijando su foco de atención a lo que nos ayuda a digerir los alimentos en el proceso digestivo. Los microbios.
Contamos, en promedio, alrededor de mil especies diferentes de bacterias dentro de nuestras entrañas. Y en total: bueno, es difícil contar, pero hay billones. Y casi todos ese microbios están haciendo un trabajo muy útil para nosotros.
Nuestros genomas contienen alrededor de 20,000 genes, pero nuestros microbios transportan alrededor de 500 veces más. Esto les permite realizar algunos trucos asombrosos: ayudan a digerir los alimentos, producen vitaminas y minerales e incluso nos impiden contraer enfermedades al desplazar bacterias infecciosas.
Pero van más allá que eso: han moldeado quiénes somos por dentro y por fuera. Como Ed Yong, autor de I Contain Multitudes, dicen:
“Nuestros microbios ayudan a construir nuestros cuerpos, esculpen y renuevan nuestros órganos a medida que envejecemos».
“Quizás incluso puedan influir en nuestro comportamiento y la forma en que pensamos. Se han realizado muchos estudios en animales que demuestran que los microbios en sus intestinos pueden influir en su estado de ánimo, personalidad y resistencia a la ansiedad y el estrés «.
Aún no se comprende cuánto trasladarán estos resultados a los humanos. Pero lo que sí sabemos es que hay una variación mucho mayor entre las personas en nuestro microbioma que en nuestro genoma.
Nuestra composición microbiana depende de nuestro historial médico, nuestra ubicación y nuestra dieta. Es una firma que puede ser muy diferente incluso a nuestros parientes más cercanos.
La diversidad de microbios es una de las claves para un intestino sano, la idea es que diferentes microbios realizan diferentes tareas, y una fuerza laboral diversa aporta más habilidades a la mesa. En la ingesta y procesado de los alimentos cuando llegan al intestino grueso.
Los primeros de la lista de microbios ‘más deseables’ son los microbios como Akkermansia y Christensenellaceae. Ambos están asociados con la protección contra el aumento de peso. Methanobrevibacter ayuda a exprimir más calorías de los alimentos, lo que significa que puede comer menos. Oxalobacter ayuda a prevenir la formación de cálculos renales.
Entonces, ¿qué puedo hacer para mejorar mi microbioma? La variedad es la clave, aparentemente, y diversificar su dieta ayuda a diversificar sus bacterias.
Los alimentos fermentados son especialmente buenos para fomentar un microbioma saludable.
La gente sabe sobre yogures vivos, pero la siguiente etapa es el kéfir, una leche agria persa, que tiene cinco veces más microbios
Otros alimentos fermentados como la sopa de miso y el kimchi (repollo en vinagre) son una deliciosa fiesta para sus huéspedes internos.
Si todo eso suena un poco rico, entonces el ajo, las alcachofas, los plátanos y los granos enteros también son un buen forraje fibroso. Y los polifenoles en las uvas rojas son una de las comidas favoritas de Akkermansia.
Vale la pena invertir en los probióticos comercializados para ayudar a aumentar nuestras bacterias intestinales, y aunque hay poca evidencia de que las bacterias permanezcan para cambiar su microbioma a largo plazo, sin embargo son útiles para evitar malestares estomacales.
