Este tubérculo andino se usa mucho por su poder vigorizante y regulador hormonal. Probablemente debido a las duras condiciones en que crece es un adaptógeno, útil frente al estrés.
Puede usarse en salsas y aliños, sobre una tostada con miel o en cualquier infusión. Da un toque dulzón a cremas de verdura y pucheros de legumbres.
Con una leche vegetal ofrece una alternativa terapéutica al café. Con una de nueces, por ejemplo, endulzada al gusto, se obtiene un rico maccuchino.
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