El vientre hinchado
El vientre hinchado, o distensión abdominal, es un problema del aparato digestivo que se puede dar tanto en personas con un peso bajo o adecuado como con sobrepeso u obesidad (según el IMC); aunque la sensación de hinchazón es más evidente en las personas que no tienen un exceso de peso. Las mujeres son las que más refieren este problema pero no es exclusivo del sexo femenino. En muchos casos, se debe a algún problema digestivo que se suele solucionar con un cambio en la alimentación.
Causas y soluciones
Las causas que pueden provocar un vientre hinchado no son las mismas para todos. Aquí van las más frecuentes:
- Intolerancias alimentarias: algunas personas no son capaces de digerir ciertos componentes de los alimentos como intolerancia a la lactosa, fructosa, sorbitol, gluten, etc. Al no poder ser digeridos siguen su camino por el intestino y son el alimento de diferentes bacterias intestinales provocando dolor abdominal, diarreas y acumulación de gases.
Solución: ponerte en manos de un médico especialista en el aparato digestivo que te haga las pruebas necesarias para verificar la intolerancia y también de un dietista-nutricionista que te marque unas pautas para que al eliminar ciertos alimentos de tu dieta no tengas déficits nutricionales.
- Síndrome del intestino irritable y enfermedad de Crohn: forman parte de las denominadas enfermedades inflamatorias intestinales que se caracterizan por lesionar el intestino alterando su funcionamiento y provocando diarreas, estreñimiento, dolor abdominal, hinchazón abdominal y acumulación de gases.
Solución: al igual que en el caso de las intolerancias alimentarias es importante un buen diagnóstico y el asesoramiento por parte de un dietista-nutricionista que paute la alimentación idónea en cada caso.
- Dispepsia: son molestias o dolor en la parte superior del abdomen acompañado de náuseas, hinchazón abdominal, acidez, digestiones pesadas, saciedad precoz, eructos, regurgitaciones y vómitos.
Solución: comer despacio y poca cantidad de comida más veces al día, evitar un exceso de grasa en las comidas, perder peso si es necesario y abstenerse del alcohol.
- Exceso o falta de fibra en la dieta: la fibra es el principal componente de las heces y se ha de tomar en su justa medida. Así pues, un exceso de fibra puede aumentar el tránsito intestinal y provocar diarrea, y al contrario la falta de fibra disminuye el tránsito intestinal y causa estreñimiento. Ambas situaciones provocan hinchazón abdominal, gases y dolor abdominal.
Solución: consumir diariamente cereales integrales, frutas y verduras, asegurando 1,5-2 litros de agua al día. Sin olvidar incluir mínimo de 2 a 3 veces a la semana legumbres ¡Ojo! Introduce los alimentos ricos en fibra progresivamente para que nuestro cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco y no se forme un tapón.
- Gases y alimentación: como hemos visto, las causas anteriores provocan gases pero ciertos alimentos y como los comemos también influye.
Solución: evitar el consumo de verduras flatulentas (col, coliflor, brócoli, alcachofas, pimientos…), pan caliente, pasta o legumbres al dente, edulcorantes artificiales (manitol, sorbitol, xilitol), bebidas carbonatadas o con gas (refrescos, agua con gas…) y bebidas alcohólicas. Procurar tomar las legumbres sin piel o por el pasapurés (cremas, purés, hummus…). También no hacer comidas copiosas y ricas en grasas, comer despacio, masticar bien y con la boca cerrada, evitar hablar mientras comemos y no beber con pajita o tomar sorbos de la superficie de una bebida caliente.
- Ruptura de los músculos abdominales: puede ser en algunos casos también una causa. Los músculos son incapaces de contener la masa abdominal y provocan “tripa”. Se puede deber al embarazo, perdida rápida de peso o tendencia a la flacidez.
Solución: hacer que la actividad física forme parte de tu vida cotidiana y evitar el exceso de peso controlando tu alimentación.
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