19 febrero 2020

Efectos espirituales del INSULTO y por qué HABLAR EN VOZ BAJA.

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Una de las cosas que diferencia al ser humano de las demás especies es que podemos hablar para comunicarnos. La mayoría de nosotros habla de forma regular y durante el día. Con el tiempo, la manera de hablar de la gente ha cambiado. La forma en que algunas personas hablan es hostil y exagerada. Hoy en día, muchas personas hablan en voz alta para llamar la atención o para imponer sus puntos de vista. Insultar y decir malas palabras en la interacción social se ha vuelto muy común.


La mayoría de los idiomas tienen palabras que son consideradas inapropiadas. Estas palabras también son conocidas como malas palabras o lenguaje grosero y la gente suele utilizarlas para expresar emociones como enojo, frustración o sorpresa o para conseguir un resultado social como insulto, acoso o humor. Estudios recientes de conversaciones grabadas revelan que aproximadamente entre 80 a 90 palabras habladas diariamente (un 0.5% a un 0.7% de todas las palabras) son malas palabras, cuyo uso varía de entre el 0% al 3.4% (Ref: Jay T. (2009): The Utility and Ubiquity of Taboo Words (La utilidad y ubiquidad de las palabras tabú).
Desde una perspectiva espiritual, las intenciones comunes por detrás del insulto, como ser la búsqueda de atención o expresar sentimientos negativos, nos mantienen prisionero en la Gran Ilusión .
 Las malas palabras por sí solas atraen energía negativa. . Esto significa, que con sólo decirlas sin ninguna intención subyacente tienen un efecto espiritual negativo.



Insulto

El ego se activa cuando se insulta.
Las vibraciones de los insultos generan energía de atracción  que atrae energía aflictiva del ambiente.
Un anillo de energía aflictiva se activa en la mente subconsciente.
Debido al ego y los defectos a nivel mental, la energía aflictiva fluye al chakra localizado en la región del corazón  y hacia el chakra del entrecejo  debido a los pensamientos.
Energía aflictiva fluye de la persona hacia el ambiente contaminándolo espiritualmente.

El impacto negativo a nivel espiritual puede afectarnos también a un nivel psicológico o físico. Por ejemplo, uno puede tener más pensamientos negativos o se puede sentir náuseas.

Por ello, se recomienda evitar completamente el uso de malas palabras.
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Hablar fuerte

Uno puede hablar en voz alta debido a que quiere atraer la atención de alguien o quiere discutir. Buscar la atención de otros es una señal de ego y discutir es un combustible para las reacciones negativas en la mente.
Cuando hablamos en voz alta, es más fácil para que las energías negativas  nos afecten. Alguien que habitualmente habla fuerte es más susceptible de experimentar malestar espiritual.

Un anillo de emoción se crea en el chakra del corazón.
Una cobertura de energía negra se forma alrededor de la persona ya que hablar en voz alta es un indicativo de ego.
Un anillo de energía negra se forma alrededor de la boca de la persona y un flujo de energía negra va del chakra coronaario hacia la boca.
La boca de la persona emite partículas de energía negra y energía activa hacia el ambiente. 
En resumen, hablar en voz alta tiene un efecto espiritual nocivo.  Las personas que tienen una discapacidad auditiva hablan naturalmente más alto. Aquellos que hablan con estas personas también necesitan hablar en voz alta para que esa persona pueda escucharlos. En estos casos, no hay efecto espiritual nocivo.
Monk sketch by: 7e55e #buddhism

Hablar suavemente o en voz baja es complementaria al desarrollo de las cualidades espirituales como ser la actitud de escuchar, la humildad y la introversión
Hablar habitualmente en voz baja nos ayuda en nuestra práctica espiritual y nos protege contra los ataques de energías negativas. Esa clase de lenguaje es mucho más agradable para aquellos que lo escuchan.

El ego es menor cuando se habla en voz baja porque se piensa en otros y se los respeta.
El chakra del entrecejo  genera vibraciones de emoción positiva en pequeña proporción y la persona emite algunas ondas y partículas de energía cuando habla con movimientos normales.

Se recomienda entonces hablar en voz baja por los beneficios espirituales que se obtienen.

10 cosas que refleja tu rostro de tu salud



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Según el tipo de piel, la forma del rostro y los hábitos de alimentación y de vida, pueden aparecer determinadas marcas en la cara, siendo los principales factores que dañan la piel el estrés, alcohol, café y el cigarro:

1. Rostro delgado y demacrado. El exceso de ejercicio y las dietas yo-yo pueden ser las responsables. Según Aamer Khan, director médico de la Clínica de Piel Harley Street, hacer ejercicio en exceso priva a la piel del rostro, sobre todo a los pómulos, del oxígeno necesario.
2. Rostro gordo y caído. La falta de ejercicio, estrés y el consumo de alcohol son factores determinantes,  debido a que inciden en la producción de hormonas como el cortisol y a la glándula parótida, además de afectar la producción de colágeno. Esto provoca que la piel pierda elasticidad, inflamación por la retención de líquidosflacidez y problemas de circulación.
3. Arrugas. De acuerdo con Chris Griffiths, profesor de dermatología de la Universidad de Manchester y un experto en envejecimiento, el sol es el principal detonador de arrugas gruesas y profundas en el rostro. De manera particular, la piel de la frente y alrededor de los ojos son más susceptibles a los daños por exposición al sol debido a que es más delgada la dermis en esas zonas; por ello, lo recomendable es usar siempre bloqueador solar.
4. Piel reseca. La falta de vitaminas, sobre todo del tipo A, es la responsable de la resequedad, a lo cual, si le suman obesidad, cansancio, caída de cabello, estreñimiento o ciclo irregular,  en las mujeres, puede ser hipotiroidismo.
5. Enrojecimiento de la piel. La cafeína y la falta de vitamina D son las responsables. Beber demasiado café puede deshidratar la piel, dándole una apariencia roja y reseca. La falta de exposición al sol reduce los niveles necesarios de vitamina D, importantes para la salud de la piel. Además, el enrojecimiento puede deberse a una alergia, o bien signo de rosácea, padecimiento hereditario, pero cuya condición es provocada o agravada por el alcohol, el café y la comida picante.
6. Ictericia o piel amarilla. Es señal de problemas hepáticos, como hepatitis o cirrosis, o síntoma de un alcoholismo desarrollado.
7. Rostro pálido. En muchos casos puede ser por falta de hierro o por insuficiencia en la producción de hemoglobina; además,  puede ser señal de anemia crónica. Una de las mejores maneras para solucionar este síntoma es comer alimentos ricos en ese mineral y en vitamina C.

8. Ojeras. La falta de sueño y de hierro pueden ocasionar la aparición de ojeras debido a que ambos son fundamentales para la regeneración de los tejidos. La piel debajo de los ojos es particularmente delgada, lo que significa que el tinte azulado de estos vasos sanguíneos se verá con más intensidad (azules) por la carencia de ambas cosas.
9. Acné. A pesar de ser una condición genética, el problema se puede agravar cuando se lleva una dieta rica en grasas y lácteos. algunos expertos sugieren que el compuesto de factor de crecimiento tipo insulina-1, que se encuentra en la leche, así como un alto consumo de proteínas y pocos carbohidratos, podrían ser los culpables.
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10. Líneas de expresión junto a la boca. Las arrugas que se generan en la comisura de la boca, llamado estomatitis angular, puede ser signo de deficiencia de vitamina B, además de ocasionar enrojecimiento. En tanto, la falta de vitamina C puede generar dolor y labios agrietados. Lo recomendable es una dieta rica en vegetales verdes, naranjas y pimientos.

Existen otros tantos signos o marcas de la cara que reflejan nuestro estado de salud y mediante los cuales se pueden diagnosticar ciertos padecimientos o carencias, por lo que la mejor manera de prevenir su aparición es mediante un estilo de vida saludable para verte y sentirte muy bien.

Combinar bien los alimentos: dieta completa y equilibrada

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Nos sentamos a comer y pocas veces nos paramos a pensar en la manera en la que tenemos que combinar los alimentos. Son muchas las personas que ignoran este hecho. Sin embargo, cuando combinamos adecuadamente los alimentos, la digestión se hace de manera más eficiente y, como consecuencia, la asimilación de nutrientes es óptima. Es por eso que necesitamos saber cómo combinar los alimentos para que nuestra dieta sea completa y equilibrada.

Una dieta completa y equilibrada tiene que aportar a nuestro organismo todos los nutrientes que necesitamos para poder reparar y nutrir nuestro cuerpo. Los distintos tipos de alimentos nos aportan diferentes componentes. Dichos componentes, al complementarse, nos proporcionan los elementos adecuados para que nuestra salud sea óptima. Sin embargo, si los alimentos aportan los nutrientes pero no los podemos absorber, nuestro cuerpo acusará ese déficit.






En un principio las dietas eran muy sencillas

Cuando el hombre no disponía de supermercados donde ir a comprar cosas que luego mezclaría a su antojo, la manera de alimentarse y nutrirse era muy diferente. En aquellos momentos, se comía lo que se iba encontrando. No existían los aderezos, las guarniciones o los postres.

En general, para nuestros ancestros las comidas eran bastante simples.  Se comían los animales que se pudieran cazar y frutas o vegetales recolectados. Habitualmente se hacían comidas de un único ingrediente. Nada tenían que ver con lo que hoy en día solemos comer.

Desde entonces, hemos ido añadiendo alimentos e inventando diferentes platos según nuestras preferencias y costumbres. Sin embargo, este proceso ha ido complicando en gran medida las digestiones y la absorción de los nutrientes. 

Por lo tanto, si queremos que nuestras digestiones sean fáciles y que exista una buena absorción de los nutrientes de los alimentos, debemos observar ciertas pautas y, de alguna manera, intentar volver a la simplicidad de nuestros antepasados.
 

Cómo hacer buenas digestiones

Cuando contamos con una fuerte digestión, podemos ingerir variedad y cantidad de alimentos sin demasiado problema. Quizá solo habrá un ligero déficit en la absorción. Sin embargo, con el paso de los años, nuestra capacidad digestiva decrece y debemos cuidar lo que comemos.

Cada tipo de alimento tiene una composición diferente. Por esta razón, si hacemos combinaciones de distintos alimentos de manera inconsciente podemos tener resultados que no nos gusten demasiado. Para poner un ejemplo, diremos que los hidratos de carbono requieren un medio más básico que las proteínas. Debido a ello, si los mezclamos, las secreciones no serán adecuadas para los unos o para los otros. De esta manera, ningún alimento será bien digerido y, en consecuencia, asimilado.

Otro factor a tener en cuenta es que cada alimento necesita un tiempo de digestión. Ciertas comidas se procesan de forma más rápida que otras. Al mezclarlas, provocaremos que algunas de ellas queden retenidas, creando putrefacción y mala absorción de nutrientes. Por este motivo, deberíamos procurar que los alimentos que tomemos juntos tengan más o menos el mismo tiempo de digestión.



 

Pautas para una buena combinación de alimentos

1. No mezcles proteína y féculas o almidones. Esta es la pauta más importante. Las proteínas necesitan de ácido clorhídrico y pepsina para ser digeridas de manera óptima. Esto proporciona un pH adecuado para su digestión. Los hidratos de carbono, sin embargo, necesitan un pH más básico. Por este motivo, si los mezclamos en una misma comida ninguno de los dos grupos se digerirá adecuadamente. Y en consecuencia, esto dará lugar a digestiones poco eficaces y a una pobre asimilación de nutrientes. Es decir, si quieres tener una buena digestión, evita filete con patatas, pasta con pollo, etc.

2. Las frutas sin compañía y con el estómago vacío. Las frutas son alimentos que se digieren con mucha rapidez. Si las combinamos con hidratos de carbono de cadena larga (féculas o almidones) o proteínas, la fermentación en el tubo digestivo estará asegurada. Estas fermentaciones favorecen el crecimiento de bacterias y levaduras. Las únicas excepciones son el limón con carnes o pescados o las frutas ácidas (tipo bayas) con yogur. Como norma, dulces deberían evitarse al final de las comidas. Solamente la manzana se puede disfrutar al final de una comida, su naturaleza neutra así lo permite.

3. Las verduras acompañan a todo. Cualquier alimento proteico puede combinarse con verduras. De la misma manera, los hidratos de carbono combinan estupendamente con cualquier verdura. Por ejemplo, pescado con ensalada o arroz con brócoli. También las frutas que no sean dulces, como el pepino, tomate o aguacate, se pueden utilizar como si fueran verduras a la hora de combinarlas.

4. Evita añadir grasas a los alimentos proteicos. La carne, el pescado o los huevos contienen grasa que, en cantidades normales, se digiere sin problema. Sin embargo, cuando añadimos demasiada grasa al cocinar estos alimentos, corremos el peligro de inhibir la secrección de ácido clorhídrico que necesita para ser digerido.
 

Algunas consideraciones más

Además de combinar adecuadamente los alimentos, es necesario que observes ciertos horarios en tus comidas. Así mismo, es muy recomendable no ingerir demasiados líquidos a la hora de comer. Lo ideal sería beber fuera de las comidas, ya que de esta manera los jugos digestivos no pierden protagonismo.





Aparte de las combinaciones adecuadas, deberás tratar de que todo alimento que llegue a tu mesa sea lo más natural posible, preferentemente de origen ecológicoEvita, en la medida de tus posibilidades ,el azúcar y los productos refinados. Los productos integrales conservan todos sus nutrientes en estado puro y nos nutren, a la vez que nos proporcionan sensación de saciedad. Además, mejoran enormemente nuestro tránsito intestinal.

Así mismo, una masticación lenta y pausada conseguirá que la digestión comience donde realmente debería comenzar, en la boca. De esta manera, la hora de la comida será un momento tranquilo y agradable, favoreciendo así la eficiencia de la digestión.

Comidas sencillas, ritmos más lentos y alimentos naturales sin restos de pesticidas son nuestros grandes aliados a la hora de llevar a cabo una manera más sana y equilibrada de alimentarnos. ¿A qué no es tan difícil?