Una de las cosas que diferencia al ser humano de las demás especies es que podemos hablar para comunicarnos. La mayoría de nosotros habla de forma regular y durante el día. Con el tiempo, la manera de hablar de la gente ha cambiado. La forma en que algunas personas hablan es hostil y exagerada. Hoy en día, muchas personas hablan en voz alta para llamar la atención o para imponer sus puntos de vista. Insultar y decir malas palabras en la interacción social se ha vuelto muy común.
La mayoría de los idiomas tienen palabras que son consideradas inapropiadas. Estas palabras también son conocidas como malas palabras o lenguaje grosero y la gente suele utilizarlas para expresar emociones como enojo, frustración o sorpresa o para conseguir un resultado social como insulto, acoso o humor. Estudios recientes de conversaciones grabadas revelan que aproximadamente entre 80 a 90 palabras habladas diariamente (un 0.5% a un 0.7% de todas las palabras) son malas palabras, cuyo uso varía de entre el 0% al 3.4% (Ref: Jay T. (2009): The Utility and Ubiquity of Taboo Words (La utilidad y ubiquidad de las palabras tabú).
Desde una perspectiva espiritual, las intenciones comunes por detrás del insulto, como ser la búsqueda de atención o expresar sentimientos negativos, nos mantienen prisionero en la Gran Ilusión .
Las malas palabras por sí solas atraen energía negativa. . Esto significa, que con sólo decirlas sin ninguna intención subyacente tienen un efecto espiritual negativo.
Insulto
El ego se activa cuando se insulta.
Las vibraciones de los insultos generan energía de atracción que atrae energía aflictiva del ambiente.
Un anillo de energía aflictiva se activa en la mente subconsciente.
Debido al ego y los defectos a nivel mental, la energía aflictiva fluye al chakra localizado en la región del corazón y hacia el chakra del entrecejo debido a los pensamientos.
Energía aflictiva fluye de la persona hacia el ambiente contaminándolo espiritualmente.
El impacto negativo a nivel espiritual puede afectarnos también a un nivel psicológico o físico. Por ejemplo, uno puede tener más pensamientos negativos o se puede sentir náuseas.
Por ello, se recomienda evitar completamente el uso de malas palabras.
Hablar fuerte
Cuando hablamos en voz alta, es más fácil para que las energías negativas nos afecten. Alguien que habitualmente habla fuerte es más susceptible de experimentar malestar espiritual.
Un anillo de emoción se crea en el chakra del corazón.
Una cobertura de energía negra se forma alrededor de la persona ya que hablar en voz alta es un indicativo de ego.
Un anillo de energía negra se forma alrededor de la boca de la persona y un flujo de energía negra va del chakra coronaario hacia la boca.
La boca de la persona emite partículas de energía negra y energía activa hacia el ambiente.
En resumen, hablar en voz alta tiene un efecto espiritual nocivo. Las personas que tienen una discapacidad auditiva hablan naturalmente más alto. Aquellos que hablan con estas personas también necesitan hablar en voz alta para que esa persona pueda escucharlos. En estos casos, no hay efecto espiritual nocivo.
Hablar suavemente o en voz baja es complementaria al desarrollo de las cualidades espirituales como ser la actitud de escuchar, la humildad y la introversión.
Hablar habitualmente en voz baja nos ayuda en nuestra práctica espiritual y nos protege contra los ataques de energías negativas. Esa clase de lenguaje es mucho más agradable para aquellos que lo escuchan.
El ego es menor cuando se habla en voz baja porque se piensa en otros y se los respeta.
El chakra del entrecejo genera vibraciones de emoción positiva en pequeña proporción y la persona emite algunas ondas y partículas de energía cuando habla con movimientos normales.
Se recomienda entonces hablar en voz baja por los beneficios espirituales que se obtienen.