13 mayo 2021

Los cuatro tipos de cronotipos: descubre cuál es el tuyo

León, oso, lobo y delfín... Hay cuatro cronotipos que definen nuestros ritmos circadianos y el modo en que se distribuye nuestra energía. Hay quien es más productivo por el día, otros en cambio, se sienten mejor trabajando por la noche. ¿Cuál es tu estilo?
Los cuatro tipos de cronotipos: descubre cuál es el tuyo

¿Eres de los que les gusta madrugar? ¿O eres quizá un noctámbulo absoluto de los que prefieren trabajar por la noche? Hay cuatro tipos de cronotipos y todos nosotros encajamos en una tipología, es decir, en esa forma particular de usar nuestra energía, de regular nuestros ritmos circadianos. Conocerlo nos permitiría, por ejemplo, comprender por qué nos sentimos más cansados en determinados momentos del día.

Este tema siempre suscita un elevado interés. Lo hace porque nos permite dilucidar por qué razón hay personas a las que les cuesta tanto madrugar. También, por qué hay quien sufre insomnio crónico o el origen de esa bajada de ánimos y motivación cuando llega el medio día. Los horarios que rigen nuestra vida no siempre se adaptan a nuestras necesidades, un hecho que lleva décadas estudiando la cronobiología.

Dicen los estudios sobre esta área de la ciencia que buena parte de la población respondemos a la tipología «oso». Es decir, nos sentimos más activos a medio día y siempre tenemos falta de sueño. Sin embargo, no todos coinciden con ese patrón. Profundicemos un poco más en este tema.

Hombre durmiendo siesta representando los cuatro tipos de cronotipos

Los cuatro tipos de cronotipos: leones, búhos, delfines y osos

Antes de detallar los cuatro tipos de cronotipos, detengámonos primero en definir y comprender qué es un cronotipo. Este concepto define la inclinación natural de nuestro cuerpo a dormir por el día o por la noche. Ahora bien, hay más aspectos asociados. Los cronotipos, además de regular el tiempo de sueño y vigilia, condicionan nuestro apetito, energía o incluso la temperatura de nuestro cuerpo.

Ninguno de estos procesos o tendencias son mero capricho o voluntad. Estudios, como los realizados en la Universidad de Michigan, por ejemplo, nos recuerdan que los cronotipos tienen base genética. Es decir, cuando venimos al mundo se inscribe ya en nosotros nuestra tendencia, por ejemplo, a ser un león matutina (cronotipo temprano).

Para dilucidar qué tipología es la que nos define a cada uno de nosotros suelen usarse cuestionarios como el The Morning-Eveningness Questionaire (MEQ). Sin embargo, expertos en la higiene del sueño indican que recursos como este no llegan a describir la variabilidad en nuestras necesidades de descanso. Nuestros problemas de sueño están mediados no solo por nuestros hábitos de vida, sino también existen factores genéticos.

Por ello, desde hace años ya se empieza a hablar de los cuatro tipos de cronotipos, usando como metáfora diferentes figuras de animales. Con estos símiles se asocian diferentes estilos de descanso o de niveles de energía. Lo analizamos a continuación.

León: el cronotipo vespertino

Cerca de un 20% de la población se integra en este cronotipo del León que, en cierto modo, se ajusta al modo en que se organiza nuestra sociedad:

  • Son personas que se sienten más activadas durante las primeras horas del día.
  • No les cuesta en exceso tener que madrugar. Suelen levantarse a las 8 y acostarse sobre la medianoche.
  • Duermen bien, por término medio, pueden descansar ocho horas seguidas logrando un descanso profundo y reparador.
  • El cronotipo León suele mantener unos horarios fijos y se sienten bien al seguirlos: se levantan a la misma hora, comen a las mismas horas…
  • Estos hábitos de vida, además, revierten en su salud, tienen menos problemas cardiovasculares.

El lobo: cronotipos nocturnos

En nuestro mundo abundan los noctámbulos, es decir, personas que encajan en el cronotipo del lobo, un perfil que lejos de parecernos romántico o evocador, presenta alguna particularidad que nos será muy conocida:

  • El cronotipo del lobo tiene hábitos crepusculares: son muy productivos y creativos por la noche.
  • Ahora bien, su principal particularidad es tener serios problemas para madrugar.
  • Su pico de energía tiene dos momentos claves: al medio día y a media noche.
  • Les cuesta adaptarse a los horarios diurnos, de ahí que prefieran estudiar por la tarde y tener trabajos nocturnos.
  • El principal problema del cronotipo del lobo es que al no poder ajustarse a los horarios normativos de nuestra sociedad suelen sufrir falta de sueño. Esto se traduce en problemas de salud a largo plazo y en alteraciones en la alimentación.
oso representando uno de los cuatro tipos de cronotipos

Los cuatro tipos de cronotipos: el oso, el más común

La mayoría somos osos. Gigantes fuertes y productivos, pero a menudo cansados porque no dormimos lo suficiente. Así, entre los cuatro tipos de cronotipos muchos nos sentiremos identificados con este por las siguientes razones:

  • Nuestro pico de energía está en la media mañana. Nos cuesta madrugar y la energía no nos llega hasta llegadas las 11 o las 12.
  • Son personas que no siempre suelen seguir unos mismos horarios, es decir, no siempre se acuestan o cenan a la misma hora y los fines de semana se levantan tarde. Esto los diferencia del primer cronotipo -el león- más habituado a seguir unos horarios fijos.
  • El principal problema del cronotipo oso es la falta de sueño. Esto se debe a que, a menudo, se acuestan tarde. También a que su sueño no es sostenido, sufren despertares frecuentes y suelen levantarse cansados.

    Los defines, el cronotipo sobreexcitado

    El último de los cuatro tipos de cronotipos es, sin duda, el más problemático. Es común que las personas con insomnio, con cansancio persistente y una energía fluctuante se sientan identificadas con la tipología del delfín:

    • Se usa la metáfora del delfín por la naturaleza singular de este animal: son mamíferos con descanso uni-hemisférico. Es decir, mientras una mitad de su cerebro descansa la otra se mantiene despierta y activa. Esta analogía describe a los hombres y mujeres con un descanso nocturno ligero e insatisfactorio.

    Asimismo, en este cronotipo es habitual que las personas tengan picos muy marcados de energía, momentos muy cortos en que se sienten activos y muy creativos. Sin embargo, a las pocas horas esa hiperactividad decae para dar paso a un cansancio profundo.

    Se estima que el 10% de la población puede identificarse con este patrón energético. Para concluir, solo cabe señalar un aspecto interesante. Por término medio, aquellas personas con cronotipo diurno, es decir, ese cuya energía centra en las horas matinales y logran descansar por la noche tienen una mejor salud física y psicológica.

    La mente es maravillosa

    Cómo comemos define nuestra personalidad.

     

    Cómo comemos define nuestra personalidad

    Cómo comemos parece estar asociado a nuestra personalidad. O al menos, así lo asegura un curioso experimento. En él, se encontraron hasta 10 patrones de personalidad según nuestra manera de comer. ¿Con cuál te identificas?
    Cómo comemos define nuestra personalidad

    ¿Crees que cómo comemos define nuestra personalidad? Pues podría ser que sí; o, al menos, así lo asegura Juliet A. Boghossian a través de un experimento, según el cual, nuestra personalidad se expresa en la mesa, a través de la forma en la que comemos.

    A través de este experimento se encontraron diferentes patrones de personalidad, en función de cómo las personas se comportan a la hora de comer: si saborean mucho los alimentos o no, si comen a toda prisa, si seleccionan detenidamente lo que comerán, si mezclan o no diferentes ingredientes… ¡Descubre cuál es tu patrón!

    Cómo comemos define nuestra personalidad

    El experimento mencionado, realizado por la compañía Food-Ology intentó dar respuesta a la cuestión de si cómo comemos define nuestra personalidad. Esta compañía de California se encarga de estudiar la manera en la que se vinculan los hábitos relacionados con la comida con los rasgos de personalidad y las tendencias de comportamiento.

    En el experimento se demostró que hay ciertos patrones de personalidad que presentan características específicas a la hora de comer.

    Se encontraron hasta 10 tipos de personalidad o rasgos compartidos, que implican una manera bien diferenciada de comer.

    La fundadora de Food-Ology, Juliet A. Boghossian, experta en conductas relacionadas con la comida, lideró el experimento.

    Amigos comiendo en un restaurante

    Los que comen y saborean

    Según el experimento, las personas que comen sin prisas, que saborean y que mastican bien todos los alimentos, son personas controladoras y seguras de sí mismas, que saben apreciar la vida.

    Además, esta manera de ser tan calmada a la hora de comer se reflejaría también en su vida a través de conductas o aspectos como el control o la seguridad personal.

    Los que comen a toda prisa

    Aquellos que engullen a toda prisa la comida, sin masticarla, son personas acostumbradas a hacer muchas cosas a la vez.

    Se trata de personas nerviosas y un tanto impulsivas, competidoras sanas y con la cabeza que piensa a la velocidad de la luz.

    En las relaciones, estas personas suelen anteponer los intereses de los demás a los suyos. Por otro lado, necesitan gozar de un espacio propio.

    Las personas que clasifican los alimentos

    Los que comen clasificando previamente los alimentos, ya sea según sus colores, tamaño u origen, son personas que tienden a buscar el orden y la limpieza.

    También, que desean vivir de forma tranquila. En el trabajo, son muy organizadas, pero poco resolutivas ante situaciones imprevistas y estresantes.

    Los aventureros

    Los aventureros en la comida son aquellas personas que se atreven a probar platos e ingredientes nuevos. Suelen ser personas extravertidas y a las que les gusta el riesgo. Nunca se aburren y suelen gustar a todo el mundo.

    Por otro lado, no les gusta el aislamiento. Necesitan tener siempre a personas a su alrededor.

    Los introvertidos

    Por contra, según el experimento, las personas más introvertidas en su vida son aquellas que suelen comer siempre lo mismo y que no mezclan muchos alimentos o ingredientes. Se trata, además, de personas analíticas y detallistas.

    Los apasionados de las mezclas

    En cambio, las personas que mezclan varias comidas e ingredientes son personas fuertes, amigables y con una gran responsabilidad, siempre según el experimento.

    Por otro lado, en el trabajo les falta un poco de sentido práctico a la hora de priorizar tareas.

    Personalidad despreocupada

    Las personas con una personalidad más “despreocupada" son las que sorben y mastican con la boca abierta cuando comen, haciendo mucho ruido. No les importa mucho lo que piensen los demás de ellas.

    En este sentido, tienen un perfil franco y directo que no siempre gusta a todo el mundo. De esta forma, esta manera de ser tan “despreocupada" se reflejaría en la comida y en otros ámbitos de su vida.

    Los planificadores

    En el experimento también se encontró que, las personas muy planificadoras, durante sus comidas, cortan y preparan todos los alimentos, minuciosamente, antes de empezar a comer.

    Además, son personas que “viven más en el futuro" que en el presente (les cuesta centrarse en el aquí y ahora y disfrutar).

    Los controladores curiosos

    Los quisquillosos, por su parte, son aquellos que necesitan saberlo todo sobre lo que van a ingerir. Se trata de personas muy curiosas.

    Sin embargo, pese a esa curiosidad, crecen en su zona de confort y no suelen arriesgar.

    Los que comen siempre lo mismo

    Las personas que suelen comer siempre lo mismo, un alimento tras otro y, además, sin mezclas, suelen ser personas analíticas, detallistas y metódicas. Pueden, en algunos casos, rozar la rigidez mental.

    Hombre comiendo bocadillos

    Apuntes finales

    Lo cierto es que la personalidad se refleja en la mayoría de nuestras acciones cotidianas, lo que incluye comer. Lógicamente, no todas las personas con un tipo de personalidad tienen por qué comer de la misma forma.

    Sin embargo, tal y como revela el estudio, sí podrían existir ciertos rasgos de personalidad que nos predisponen, en muchos casos, a actuar de una forma o de otra, también cuando comemos.

    Y tú, ¿qué patrón presentas? ¿Alguna vez te has preguntado cómo comes y si esto puede tener algo que ver con tu forma de ser?

    La mente es maravillosa.

    Body positive: cómo potenciar la aceptación del cuerpo

     

    Body positive: cómo potenciar la aceptación del cuerpo

    La presión social y cultural puede llevarnos a rechazar nuestra imagen física y dañar nuestra autoestima. El body positive surge como un movimiento de aceptación corporal con importantes beneficios.
    Body positive: cómo potenciar la aceptación del cuerpo

    Existen ciertos cánones sociales y culturales que dictan qué tipo de cuerpos son bonitos, válidos y deseables y cuáles son inaceptables o dignos de censura. La industria de la moda y los medios de comunicación nos bombardean con mensajes que nos hacen percibir partes de nuestra anatomía como defectuosas, afectando a la relación que tenemos con nosotros mismos. Ante esta realidad, el body positive surge como un medio para potenciar la aceptación del cuerpo.

    Este movimiento, que cuenta ya con varias décadas de trayectoria, ha cobrado auge en los últimos años, apelando a la necesidad de normalizar la diversidad de físicos. Sin embargo, existen varios mitos y múltiples detractores de esta propuesta; por lo mismo, es necesario clarificar algunas cuestiones y recalcar los beneficios que puede traer a nivel psicológico una mejora en la autopercepción.

    ¿Qué es y qué no es el body positive?

    Si habías escuchado anteriormente este término, es posible que hayas encontrado algunas informaciones e interpretaciones erróneas. Por eso, queremos comenzar matizando en qué consiste y en qué no consiste esta corriente de cuerpos en positivo.

    Mujer apoyada en la pared

    Un movimiento exclusivo para personas con sobrepeso

    Hay quienes asocian el body positive con el sobrepeso y la obesidad, dando por hecho que este es el único colectivo al que representa el concepto. La realidad es que la propuesta nos alienta a visibilizar, normalizar y aceptar todo tipo de cuerpos, físicos y complexiones.

    Es cierto que quienes cuentan con un índice de masa corporal alto (IMC) suelen sufrir el estigma y el rechazo por parte de la sociedad, pero no son los únicos.

    ¿Quién no se ha mirado al espejo y ha detestado sus espinillas, sus estrías, sus piernas excesivamente delgadas o sus cejas demasiado pobladas? Desde la pubertad (o incluso antes), aprendemos a avergonzarnos de ciertas partes de nuestra anatomía, a esconderlas o disimularlas. Por tanto, el body positive es para todos, ya que no existe el ser humano perfecto.

    Un modo de fomentar la falta de salud

    Algunas personas alegan que el body positive fomenta la obesidad o la falta de autocuidado. Sin embargo, reconocer que existen personas imperfectas (todos lo somos) no promueve la falta de salud física sino que trata de proteger la salud mental.

    Por supuesto que puedes cuidar tu alimentación o aplicarte un tratamiento para el acné, pero también has de recordar que tu cuerpo es igualmente válido incluso con esos supuestos defectos. El objetivo es que ninguna persona se machaque psicológicamente porque su apariencia no se corresponda con el ideal.

    Una obligación para sentirse bien siempre

    Es importante recalcar que el body positive no implica que la persona haya de sentirse feliz y satisfecha con su físico a cada segundo. Todos tenemos días en los que nos vemos mejor y momentos en los que nos desagrada nuestra imagen ante el espejo.

    No obstante, aceptarnos en nuestra imperfección nos ayudará a prevenir diálogos internos dañinos y conductas perjudiciales.

    Los beneficios psicológicos del body positive

    Como ya habrás podido intuir, el body positive puede tener importantes repercusiones positivas a nivel psicológico. En primer lugar, ayuda a preservar la autoestima de las personas más vulnerables a la crítica.

    Tanto de quienes (por su físico) se alejan más de los cánones establecidos, como de quienes (por su inseguridad) pueden verse muy dañadas por cierto tipo de comentarios.

    Una autoestima baja no solo genera malestar psicológico, también puede derivar en problemas de ansiedad y depresión y limitar enormemente las relaciones sociales y el éxito profesional. Por ello, la aceptación del propio cuerpo genera un importante impacto positivo a nivel global en el individuo.

    Además, este movimiento puede ayudar a prevenir la aparición de trastornos de la conducta alimentaria. Y es que estos surgen, en gran medida, por la presión social y la necesidad de adecuarse a una perfección inalcanzable.

    Aprender a valorar, respetar y aceptar el propio cuerpo nos permite transformarlo desde el amor, y no desde el odio o el rechazo.

    Amigas sonriendo

    Aplicar el body positive con uno mismo y con los demás

    Aplicar el body positive implica dejar de criticarnos, de escondernos y de avergonzarnos de quienes somos. Pero también significa ofrecer a los demás este mismo derecho.

    Así, es importante que dejemos de juzgar los cuerpos ajenos, dejemos de criticar el estilo de vestir que escogen las otras personas y nos dirijamos unos a otros con respeto y empatía.