Atención, noticia 1: la vitamina C no ayuda a prevenir ni los resfriados ni las gripes. Así lo concluyó un meta-análisis realizado por investigadores del departamento de salud de Helsinki
Atención, noticia 2: la vitamina C sí ayuda a acortar la convalecencia de los resfriados y las gripes. Quizá esta sea la mejor conclusión del estudio: aquellas y aquellos que toman vitamina C pasan la enfermedad con mayor celeridad que los que no lo hacen. El estudio arrojó evidencias consistentes, si bien que moderadas. También es interesante resaltar que estos resultados se produjeron con indiferencia de que la vitamina C fuese en suplementos o procedente de alimentos vegetales.
Sin embargo, es conocido que el exceso de vitamina C puede inducir la formación de cálculos renales al inhibir ciertos compuestos que evitan la formación de oxalato cálcico en el riñón, por lo que parece más sensato evitar los suplementos vitamínicos e ir a por la vitamina C en su estado salvaje y puro, es decir en frutas y verduras. Nos aportan también nutrientes antioxidantes y antiniflamatorios, además de fibra dietética y agua, cosas que sin duda no presentan los suplementos.
Es por ello que, para que puedas encarar los catarros, resfriados y gripes que a todas y todos en un momento dado nos atrapan, te ofrecemos los 10 alimentos domésticos con mayor porcentaje de vitamina C, con permiso de las naranjas -que solo aportan 50 miligramos (mg) por cada 100 gramos (g) de producto- y dejando de lado los zumos de fruta naturales. Adquiriremos así la cantidad diaria necesaria de esta vitamina, que se sitúa entre los 40 y los 100 (mg), según la OMS, y un poco más para hacer frente a bacterias y virus, mediante el refuerzo de nuestro sistema inmunitario.
El top 10 de la vitamina C
Pimientos rojos: poseen 139 mg de ácido ascórbico por cada 100 g de producto, pero hay que comerlos crudos, ya que el calor contribuye a la oxidación de la vitamina C. Se pueden añadir a las ensaladas y o bien comer directamente a mordiscos.
Perejil: desaparece de nuestra gastronomía como condimento fresco especiante y es una pena, porque tiene 133 mg de ácido ascórbico por 100 gramos. También debe comerse crudo, por ejemplo en cous-cous o bien en ensaladas o esparcida sobre los estofados.
Coles de Bruselas: resaltar sus 112 mg de ácido ascórbico por 100 gramos, si bien deben cocinarse a baja temperatura o al vapor para que conserven todas sus vitaminas.
Brócoli: aporta 110 mg de ácido ascórbico por 100 gramos, aunque debe comerse crudo o como mucho al vapor, especialmente el tronco. Se puede usar como palos para el humus o bien en ensaladas, a mordiscos o como puré o salsa para pasta, especialmente si se mezcla con anchoas salteadas en aceite picante.
Kiwi: otro producto virtuoso que nos regala 100 mg de ácido ascórbico por 100 gramos y funciona de maravilla por la mañana para llevarnos directos al baño, gracias su alta proporción de fibra, que le da poder laxante.
Bulbo de hinojo: tiene 93 mg de ácido ascórbico por 100 gramos. Se ralla en ensaladas en corte en juliana. Otro modo de disfrutarlo es en un plato rociado con zumo de naranja y sal.
Uva: sus 90 mg de ácido ascórbico por 100 gramos se unen a su fibra vegetal y sus azúcares como grandes virtudes de la uva, citando también sus antioxidantes fenólicos.
Fresas: Ofrecen 70 mg de ácido ascórbico por 100 gramos de producto. Un perfecto sustituto del zumo mañanero, eso sí: sin azúcares añadidos.
Albahaca: sus 61 mg de ácido ascórbico por 100 gramos convierten sus hojas en un buen añadido en ensaladas, o bien se puede hacer una rica salsa pesto si a las hojas cortadas le añadimos aceite de oliva, queso parmesano y unos piñones machacados.
Caqui: a pesar de que la temporada de caquis o palosantos ya ha llegado casi a, mencionar que regalan 60 mg de ácido ascórbico por 100 gramos, por lo que es buena idea aprovechar y comprarlos en la frutería.
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