Nuestro corazón, mucho más que un lugar para guardar la tradicional pasión, es el lugar del mayor campo electromagnético de nuestro cuerpo.
Recientes estudios de investigación en los principales centros de todo el mundo, centrados en la investigación de los campos electromagnéticos, denotan que cada vez más la física y la espiritualidad van de la mano.
¡Eso es fantástico! A partir del momento en que rompemos los antiguos tabúes, entre los cuales creíamos que todo lo que viene de la física está desprovisto de fe, espiritualidad y sentimiento, tenemos la oportunidad de promover el tan soñado salto cuántico.
En él habitan el amor y la compasión, de él fluye nuestra energía creadora, y es él quién genera la fuerza electromagnética necesaria para hacer realidad todo lo que deseamos: Nuestro corazón.
Nuestro corazón, generador de campos electromagneticos:
Ya no hay espacio para la antigua concepción a la que hemos sido condicionados por más de 300 años, en la cual la física afirmaba que nosotros, los humanos, estamos completamente separados del mundo. Que nuestras acciones sólo tienen efecto local e instantáneo y que somos víctimas de los acontecimientos, sin tener ninguna responsabilidad por ello.
Textos y vídeos esparcidos por todo el mundo hablan de nuestra coparticipación en la creación del universo que nos rodea. La difusión del concepto del pensamiento positivo alcanzó gran parte de la población y se crearon diversas técnicas con la promesa de enseñar al mundo como atraer todo a través del pensamiento.
Pero, ¿por qué no estamos todos felices? ¿Por qué las personas que hacen afirmaciones positivas diariamente por días enteros, a veces, reviven los mismos patrones de problemas?
Tal vez la respuesta sea, primordialmente, porque ¡estamos usando solamente la mitad de la fórmula! La idea de que nuestros pensamientos crean nuestra realidad es sólo la mitad de la verdad. ¡Eso mismo!
Necesitamos generar sentimientos para ver los resultados. La fórmula completa es muy simple: Pensamiento = sentimiento + emoción.
Esto significa que los pensamientos positivos por sí solos no generan energía, son simplemente pensamientos vacíos, como miles que tenemos durante el día. A partir del momento en que combinamos el pensamiento con la emoción, creamos la fuerza propulsora que generara la energía necesaria para realizar nuestros sueños.
¡Hasta aquí creo que el enfoque no es novedad para muchos!
Pero lo que pocos saben, es que el mayor y el más fuerte generador biológico de campos electromagnéticos del cuerpo humano es ¡El Corazón!
Estudios recientes lo confirman, ya que emana 5 mil veces más electromagnetismo que el cerebro, seis veces más electricidad. Más de la mitad de sus células son neurales, exactamente como las neuronas cerebrales.
El poder creador que hace realidad todos nuestros sueños, es empujado por nuestros pensamientos, sentimientos y emociones: Nuestro corazón.
Mis queridos lectores, nuestro apreciado órgano del AMOR, aquel donde se concentran los sentimientos, también es la fuente de energía de la creación, capaz de generar, en el mismo campo magnético, las mismas cosas que existen en el mundo. Un campo inteligente de energía que impregna nuestra realidad física.
Pero ¿cómo generar el sentimiento a través de esa fórmula presentada? ¿Cuál es la manera correcta de manifestar?
Ahora bien, necesitamos un pensamiento claro de lo que queremos manifestar. Después, debemos sentir como si ya tenemos todo lo que nuestro pensamiento generó, bien sea una curación, prosperidad, éxito, relación, etc.
Cuando las dos cosas están alineadas, generamos un sentimiento de realización y gratitud que nos dará la sensación de logro y tranquilidad. En ese momento, el material cuántico del universo se congela en torno a nosotros. Hemos Preparado el campo para hacer realidad nuestro sueño y creamos ondas electromagnéticas dentro de nosotros, que se extienden por muchos kilómetros más allá de nuestro cuerpo.
Pero, ¡Sería todo más fácil si nuestras creencias no formaran los filtros por donde pasan nuestros sentimientos! Ya que gracias a ellas, no sostenemos esta etapa de plenitud por mucho tiempo, ese es nuestro gran problema. Sólo nos consideramos tontos al pensar y sentir la prosperidad, mientras que nuestra cuenta bancaria está en negativo o pensamos y nos sentimos sanos, mientras que sufrimos de una enfermedad.
Es preciso atacar el problema en la fuente, reevaluando nuestras creencias y valores limitantes, que nos condicionan a vivir una vida en el modo de supervivencia.
Nuestra habla interna es la que determina nuestros patrones. En el momento en que cambiemos nuestra conversación interna, cambiaremos también nuestros paradigmas y estaremos listos para la gran transformación.
Finalmente, quisiera animarte a probar esta teoría con pequeños deseos, en los cuales tus creencias y valores limitantes no puedan influir, sino que puedas, además de tener el pensamiento claro de lo que deseas, sentir desde tu corazón que ya lo tienes, y ver qué pasa. Sólo fluye y deja que sea, así será más sencillo poder entregarnos a metas mucho mayores, ignorando de forma consciente todas esas limitaciones que tanto daño nos hacen, al bloquear todos los sagrados y maravillosos anhelos de nuestro corazón.
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